Narváez, V. y Oviedo, J. (2020), Imperio,
financiarización y los nuevos centros de
producción normativa contable. Contaduría
Universidad de Antioquia, 76, 75-95.
Doi:https://doi.org/10.17533/udea.rc.n76a06
Imperio, financiarización y los nuevos
centros de producción normativa
contable
Viviana Patricia Narváez Castillo
vnarvaez@unicauca.edu.co
Universidad del Cauca
Orcid: 0000-0001-6239-0778
Juan Ignacio Oviedo Pino
jioviedo@unicauca.edu.co
Universidad del Cauca
Orcid: 0000-0002-0548-9699
76
Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Resumen: En el contexto de un mundo globalizado, crecientemente complejo, en el que todo está
sujeto a permanente transformación, la contabilidad como disciplina no está exenta de sufrir los
embates derivados de los nuevos tiempos, que no dejan de sorprender con sus conflictos, crisis y
paradojas. El presente artículo se inscribe dentro de esta trama de complejidades, y se pretende
abordar una aproximación analítica que dé cuenta precisamente de cómo el contexto económico
ha impactado profundamente la contabilidad y los centros de producción normativa contable,
especialmente en el proyecto moderno de economía de mercado y más específicamente en los
tiempos de exacerbación de la acumulación rentística financiera que caracteriza el último periodo
del capitalismo.
Palabras clave: contabilidad, financiarización, imperio, regulación contable.
Empire, financialization and the new accounting regulation production centers
Abstract: In the context of a globalized, increasingly complex world, in which everything is subject
to constant transformation, accounting as discipline is not exempt from suffering the attacks proper
of the current times, which continue to surprise us with their conflicts, crises and paradoxes. The
present paper is inscribed within this weave of complexities, and seeks an analytical approach
that precisely accounts for how the economic context has deeply influenced accounting and the
accounting regulation production centers, especially in the modern project of market economy and
more specifically in times of the exacerbation of financial income accumulation characterizing the
last period of capitalism.
Keywords: Accounting, financialization, empire, accounting regulation
Império, financeirização e os novos centros de produção normativa contábil
Resumo: No contexto de um mundo globalizado, cuja complexidade aumenta constantemente, no
que todo está sujeito a permanente transformação, a contabilidade como disciplina não está isenta
de sofrer os embates derivados dos novos tempos, que não deixam de surpreender com os seus
conflitos, crises e paradoxas. O presente artigo inscreve-se dentro desta trama de complexidades, com
o que se pretende abordar uma aproximação analítica que dê conta justamente de como o contexto
econômico tem impactado profundamente a contabilidade e os centros de produção normativa
contábil, especialmente no projeto moderno de economia de mercado e mais especificamente nos
tempos de exacerbação da acumulação rentista financeira que caracteriza o último período do
capitalismo.
Palavras chave: Contabilidade, financeirização, império, regulação contábil.
Empire, financiarisation et nouveaux centres de production normative comptable
Résumé: dans le contexte de la mondialisation, de plus en plus complexe, où tout est sujet à des
transformations permanentes, la comptabilité en tant que discipline n’est pas à l’écart des assauts
dérivés des nouveaux temps qui ne cessent pas de surprendre avec leur conflits, crises et paradoxes.
Cet article s’inscrit dans ce réseaux de complexités, et vise à traiter une approche analytique qui
rende compte justement de la façon dans laquelle le contexte économique a fortement affecté la
comptabilité et les centres de production normative comptable, en particulier dans le projet moderne
d’économie du marché, et plus précisement dans le temps d’exarcerbation de l’accumulation de la
rente financière caractéristique de la dernière période du capitalisme.
Mots clés: comptabilité, financiarisation, empire, régulation comptable.
77Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
Cont. udea (enero-junio), pp. 75-95. © Universidad de Antioquia-2020.
Imperio, financiarización y los nuevos centros
de producción normativa contable
Viviana Patricia Narváez Castillo, Juan Ignacio Oviedo Pino.
https://doi.org/10.17533/udea.rc.n76a06
Primera versión recibida en septiembre de 2019 – Versión aceptada en marzo de 2020.
I. Introducción
A partir del último cuarto del siglo pasado, profundos cambios se han
presentado en el escenario económico capitalista que, directa o
indirectamente, han afectado a la sociedad en general. Auspiciados por
el ascenso de las tecnologías de la información y de la comunicación, los
intercambios y transacciones económico-financieras han requerido un lenguaje
común que permita la armonía de los flujos, los cuales, con la entrada en vigor
de la financiarización1 de la economía, reclaman la apertura de fronteras para
movilizarse hacia donde las condiciones le sean favorables.
Ante las incesantes innovaciones mercantiles y financieras, la información
derivada de ello ha desbordado la capacidad de los Estado-nación para
regular eficaz y oportunamente estas prácticas, por lo cual organismos
privados supranacionales, con la complacencia de los Estados, han asumido
el rol de reguladores bajo una lógica de mercado. La contabilidad no ha sido
ajena a estas nuevas dinámicas en las que la Nueva Arquitectura Financiera
Internacional (NAFI) direcciona las políticas de información a revelar,
condicionando la contabilidad bajo el paradigma de la información para la toma
de decisiones.
El presente trabajo pretende develar cómo estos organismos han
desplazado el papel regulador de los Estados-nación, consolidando centros de
estandarización y regulación internacional que, para el caso de la contabilidad,
han moldeado la información a revelar acorde con las exigencias de una
economía financiarizada y de predicciones por encima de los requerimientos
1 Definida como el “ascenso de la importancia del capital financiero dentro del funcionamiento
económico” (Medialdea y Sanabria, 2013, p. 195)
78Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
de información por parte de administradores y otros interesados en el objeto
social de las empresas.
La presente investigación con enfoque cualitativo tiene como
intencionalidad analizar desde un contexto holístico e histórico el devenir
de las nuevas formas de gobierno y desde una lógica inductiva-deductiva
busca conectar estos hallazgos documentales con la NAFI y los organismos de
regulación contable internacional, para explicar la contabilidad en el paradigma
de la información para la toma de decisiones.
II. El Imperio como forma global de soberanía
Durante mucho tiempo la narrativa económica, especialmente después
de la primera guerra mundial, hizo referencia, según la acepción leninista,
al imperialismo como fase superior del capitalismo, cuyo itinerario para su
configuración lo describe Ilich con la siguiente cronología:
1) Décadas de 1860 y 1870: cénit del desarrollo de la libre competencia. Los
monopolios están en un estado embrionario apenas perceptible.
2) Tras la crisis de 1873, largo período de desarrollo de los cárteles, que son todavía
una excepción. No están aún consolidados, son todavía un fenómeno pasajero.
3) Auge de finales del siglo XIX y crisis de 1900-1903: los cárteles se convierten en un
fundamento de la vida económica. El capitalismo se ha transformado en imperialismo
(1975, p. 19).
Ese imperialismo constituyó la expansión del Estado–nación, especialmente
norteamericano, implantando un poder omnímodo a través del criterio de
empresa monopólica que extendía sus tentáculos por el mundo entero.
De ese imperialismo tradicional, que ejercía un poder unívoco y negativo,
se ha pasado a un nuevo orden económico: el Imperio. Un renovado poder
reticular y sutil que redefine el concepto de soberanía global mediada por una
serie de organismos nacionales y supranacionales unidos por una única lógica
de dominio. A diferencia del imperialismo, el Imperio no tiene un lugar o
centro reconocible de poder; por el contrario, su objetivo es el dominio de la
vida social en su totalidad: “el control de la sociedad sobre los individuos no se
ejerce solamente a través de la conciencia o la ideología, también se ejerce en
el cuerpo y con el cuerpo. Para la sociedad capitalista, lo más importante es la
biopolítica, lo biológico, lo somático, lo corporal” (Hardt y Negri, 2002, p. 39).
En este sentido, la producción biopolítica, entendida como la producción de la
vida misma en sociedad, superpone lo económico, lo político y lo cultural en los
procesos de creación de riqueza.
El Imperio no está descrito en términos de un momento histórico o que
marque una época determinada; su despliegue implica recrear un presente
perpetuo; no constituye un gobierno específico sobre un territorio en
79Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
particular, sino una forma de poder libidinal creador de realidad; esto es, el
Imperio crea permanentemente el mundo que habita; es decir, con el Imperio
se crea ante todo una ontología: una forma de ser y de estar en el mundo.
Así las cosas, con este concepto emerge una suerte de “no lugar”, un espacio
descentrado y desterritorializado. Sobre esta arquitectura lisa el Imperio crea
un entorno global o globalización de nuevo cuño, que interconecta, comunica,
asimila, resignifica, distintos lugares y territorialidades, sintonizándolos con
nuevos dispositivos y tecnologías de gobierno.
La construcción del nuevo orden, no reside como muchos suponen desde
las ciencias sociales, en la centralidad hegemónica de los Estados Unidos en el
marco de la globalización, aunque esta ocupe un estado de privilegio dentro del
Imperio. El imperialismo ha terminado, sentencian los autores. Ninguna nación,
por poderosa que parezca, podrá arrogarse este rol, pues si algo caracteriza
este nuevo escenario es su falta de fronteras y territorialidades fijas.
Con la emergencia del Imperio se ha reconfigurado la geografía mundial
del poder; los Estados–nación han sufrido un proceso de trasformación
caracterizado por un marcado declive en sus capacidades de regulación y
la formación de un nuevo orden institucional privado. La soberanía de los
Estados-nación fue otrora la piedra angular de los imperialismos construidos
por las potencias europeas, en la que los territorios y los límites geográficos
delimitaban el centro del poder. Las fronteras y barreras establecidas en los
territorios controlaban los flujos de producción y circulación de personas; con
el control de los territorios todo el mapa global podía ser parcelado, codificado
y conquistado. No obstante, la globalización imperialista de otros tiempos ha
sido desplazada, los límites y fronteras geográficas han sufrido un proceso
de borramiento, con el cual se ha pasado de un espacio estriado a un espacio
liso (Deleuze y Guattari, 2002). La geografía mundial ha sufrido una total
transformación.
Contrario a la lógica con la que operaba el mercado en los regímenes de
soberanía del imperialismo, en esta nueva fase se encuentra un capitalismo
que ruptura todos los límites geográficos sin depender de un centro de
poder, expandiéndose de esta forma por todos los territorios, es un proceso
que ha tenido lugar tanto en el contexto nacional como a escala mundial. Los
incesantes flujos trasnacionales de capital y mercancías han propiciado que los
Estado-nación se tornen inoperantes para regular los intercambios económicos
y culturales a nivel global. Los regímenes y la soberanía de los Estados-nación
han sufrido diversas mutaciones que llevaron a la consolidación de un nuevo
orden mundial, desembocando en el desplazamiento progresivo de la soberanía
del Estado Hegemónico, tal como lo exponen Hardt y Negri (2002):
Ciertamente es verdad que, frente al proceso de globalización, la soberanía de los
Estados-naciones, aunque aún es efectiva, ha declinado progresivamente. Los factores
80Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
primarios de la producción y el intercambio -dinero, tecnología, gente y bienes- se
mueven con creciente facilidad a través de los límites nacionales; por lo que el Estado-
nación posee cada vez menos poder para regular estos flujos e imponer su autoridad
sobre la economía. Incluso los Estado-nación más poderosas ya no pueden ser
consideradas como autoridades supremas y soberanas, tanto fuera como dentro de sus
propias fronteras. (p. 4)
Con esta nueva geografía de poder surgen nuevos centros de producción
normativa que vienen ya no necesariamente de la esfera pública sino del mundo
del poder privado para posteriormente instalarse en el dominio de lo público,
contribuyendo a la desnacionalización de los históricos programas nacionales
característicos del keynesianismo. No obstante, esta reconfiguración del poder
global no significa la caída o el fin de los Estados, pero es una realidad que
estos ya no son el centro de la configuración del poder global.
III. Privatización del derecho público y nuevos centros de
producción normativa contable
La globalización y mundialización de la economía, más allá de traspasar
fronteras geográficas, ha conducido a una reconfiguración de la división entre
la esfera pública y privada; es así como a partir de 1990 se observa con mayor
fuerza la expansión del dominio de actores privados que, paulatinamente, han
adquirido poder a través de la absorción de funciones propias de los Estados
generando un reordenamiento de elementos públicos y privados, el cual ha
sido direccionado en gran medida a generar condiciones óptimas para el
desarrollo de las operaciones globales de los mercados y las empresas. Una de
las funciones propias del estado que ha virado significativamente hacia la esfera
privada es la de regulación y creación de normas, función que los gobiernos
vienen compartiendo desde hace varios años con organismos del sector privado
y que se ha acentuado con el fortalecimiento del capitalismo y el auge de la
financiarización de la economía mundial.
Con el desarrollo de los nuevos procesos de acumulación basados en la
lógica del capitalismo financiero donde existe una transformación de las
ganancias en rentas, los Estados se tornan incapaces de regular la gran cantidad
de capital y de transacciones económicas que se realizan por segundo a nivel
global, lo que ha ocasionado un desplazamiento de su función reguladora hacia
agentes privados que crean normas y reglas con el fin de administrar ciertos
estamentos que eran exclusivos del gobierno estatal. Los Estados Nacionales
han optado por desnacionalizar gran parte de sus marcos jurídicos (Sassen,
2010). No obstante, esto no implica que el aparato estatal esté desapareciendo,
sino que se han generado variantes entre la función reguladora de los Estados
y los agentes privados, estas variantes según Schwarcs (2002) pueden ir desde
normas que se originan en el gobierno y son adoptados por los actores privados
81Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
hasta normas que son originadas por agentes privados pero que son aplicadas y
adoptadas por el gobierno.
El papel que vienen cumpliendo los actores privados se ha consolidado como
un factor clave para la reconfiguración en materia de regulación internacional;
es así como los agentes privados participan cada vez más en la creación de
instituciones y normas que regulan la economía global con el objetivo de fijar
sistemas a nivel mundial que permitan el óptimo desarrollo de los mercados y
flujo de capitales; todo esto se lleva a cabo mediante la elaboración de acuerdos
intergubernamentales que determinan elementos básicos de regulación. De
esta manera, con la globalización económica las entidades privadas toman
protagonismo mediante la captura del Estado (corporatocracia) (Franco, 2015),
la cual se evidencia en la práctica paulatina y generalizada de incorporar en las
leyes del Estado (sujeto pasivo) normas creadas y aplicadas inicialmente por los
actores privados (sujetos activos). Con esto, el derecho termina por servir a la
economía transformándose en un instrumento para la eficacia de los mercados y
salvaguarda de los intereses privados de ciertos sectores, creando jurisprudencia
ad hoc, paralela a los ordenamientos jurídicos locales (Burgos, 2000).
A este tipo de “privatización jurídica” o “neoliberalización del derecho”
se le ha dado legitimidad mediante el llamado derecho comercial global
-Lex Mercatoria- que, en el campo económico, ha erosionado las soberanías
nacionales implantando una ecúmene jurídica internacional (De Sousa Santos,
1998). No obstante, la asimetría normativa podría disminuir la pertinencia
y dificultar la aplicación local. Con el derecho al servicio de la economía,
los Estados facilitan el desarrollo de los mercados globales, permitiendo a
empresas extranjeras operar en sus territorios, situación que posibilita la
internacionalización de los mercados, consolidando al Estado como un espacio
clave para el desarrollo de condiciones óptimas en el proceso de globalización
económica empresarial.
Es así como se viene instaurando en los últimos años un sistema
económico global interconectado mediante los mercados financieros con
la participación de los Estados junto a actores privados y organismos
multilaterales especializados (Gómez, 2016), que se consolidan como redes
intergubernamentales y que emiten una cantidad cada vez mayor de normas
y reglamentaciones sobre asuntos relacionados con la globalización de los
capitales y la consolidación de un nuevo orden comercial a nivel mundial.
La apropiación regulativa por parte de agentes de naturaleza privada, en
la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI , ha sido uno de los fenómenos
más dinámicos de la expansión del capitalismo global, colocando el derecho al
servicio de la economía y no de la política, como bien lo describe Sassen (2010)
al referirse a esta intromisión consignada en las directrices de política del
Banco Mundial:
82Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
El Banco Mundial considera que es fundamental separar el
derecho de la política, colocando el primero al lado de la economía.
Por esta vía, queda definido el papel sustantivo que el derecho debe
cumplir en la definición de las cuestiones económicas globales, en
detrimento de las funciones que cumplía otrora relacionadas con la
resolución de los conflictos sociales. En la medida en que el discurso
sobre el desarrollo se formula con un léxico jurídico, muchas de las
decisiones institucionales y de los valores que suponen la reforma del
mercado y los proyectos de desarrollo desaparecen bajo el lenguaje
aparentemente neutral y técnico del derecho. (p. 275)
Del modelo estatal centralista, imbuido de cierto poder soberano hasta la
segunda mitad del siglo XX , en el cual el propio Estado era un agente financiero
que regulaba el mercado, se pasa a otro modelo agenciado por las políticas
neoliberales, en donde el mercado global es el que gobierna y, por tanto,
implanta formas de desregulación y de regulación, así como una transformación
de las relaciones con el Estado.
La convergencia entre agentes reguladores se ha convertido en los nuevos
centros de producción normativa a nivel global, puesto que, con el incremento
del comercio internacional y el incesante flujo de capitales que se mueven
producto de la financiarización, se ha incrementado la necesidad de crear
normas y estándares internacionales basados en la lógica de la expansión de los
mercados. Una de las redes intergubernamentales que más se ha fortalecido en
los últimos años es la de los organismos que se mueven alrededor de la NAFI.
La NAFI constituye un conjunto de organizaciones y estándares, los cuales
propenden por lograr una estabilidad financiera en el mundo, con el objetivo
de contener la posibilidad de crisis nacionales. La Arquitectura Financiera
Internacional tiene que ver directamente sobre el sistema de regulación y
supervisión del sistema financiero internacional. El término NAFI está atado,
entonces, a la evolución ocurrida desde el G-7 hacia el G-20 y la evolución del
Foro de Estabilidad Financiera (FSF por sus siglas en inglés) hacia La Junta de
Estabilidad Financiera (FSB por sus siglas en inglés). Según Eichengreen (1999),
el objetivo principal de la NAFI es predecir, prevenir y resolver mejor las crisis
financieras mediante reformas a las instituciones, a las estructuras y a las
políticas.
La FSB es una de las entidades más importantes en la NAFI, fue creada
en abril de 2009 en la cumbre de líderes del G-20 en reemplazo del anterior
FSF. La razón de ser de la FSB es la de coordinar el trabajo de las autoridades
financieras nacionales y de organismos internacionales responsables de la
estabilidad financiera, las instituciones financieras internacionales, el sector
de agrupaciones internacionales de reguladores y supervisores, y los comités
83Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
de expertos de los bancos centrales. La FSB ha considerado un conjunto de
estándares bajo el argumento que generan efectos beneficiosos sobre la
estabilidad del sistema financiero a nivel nacional y mundial.
El conjunto de estándares emitidos por la NAFI comprende tres grandes
grupos: política macroeconómica y trasparencia de datos (estadísticas);
regulación y supervisión financiera; infraestructura institucional y de mercado.
Entre los estándares de regulación y supervisión financiera emitidos se
encuentran las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF).
Asistimos, de esta manera, a una suerte de gubernamentalización del Estado
por el mercado; por supuesto esta transformación acarrea modificaciones
profundas en cuanto a la racionalidad, funcionalidad y operatividad de la
disciplina contable, la cual se ajusta a la racionalidad neoclásica y la moderna
teoría financiera (Pardo, 2017).
Se ha virado de una regulación contable de naturaleza pública, que partía
de los desplazamientos territoriales sobre los Estado–nación de los capitales,
propios de las fases mercantilista e industrial, hacia una regulación financiera
globalizadora de naturaleza privada debido a que, fundamentalmente, los flujos
adquieren la facultad de la ubicuidad tanto territorial como extraterritorial;
el mundo es cubierto por un dispositivo red (Castells, 2000) que permite
desarrollar actividades y transacciones económico–financieras en tiempo
real de un punto a otro del planeta en los que los Estados-nación no tienen
la capacidad de regular tales relaciones, permitiendo la suplantación por
organizaciones trasnacionales en materia de regulación. Se evidencia de esta
manera la formación de una creciente internacionalización de relaciones de
poder, cuyo eje y centralidad lo constituyen agencias encargadas de diseñar
regulaciones de naturaleza privada encaminadas a prohijar una gobernabilidad
global sustituyendo las legislaciones locales y sus singularidades. Esto explica
la influencia ejercida sobre las regulaciones contables por las relaciones de
poder globales en la estructuración de marcos de referencia encaminados a
homogeneizar y estandarizar las prácticas disciplinarias y profesionales de la
contabilidad.
IV. Geopolítica del conocimiento y regulación e investigación
contable
Cuando el filósofo argentino Walter Mignolo (1993) aborda la noción de la
colonialidad del saber, enfatiza que entre la división geopolítica del mundo y
el orden epistémico existe una relación intrínseca que atribuye a los lugares
y a los sujetos una capacidad cognoscitiva y un poder de enunciación que
corresponde con la colonialidad del poder. El proyecto moderno de ciencia ha
vendido la idea de la neutralidad del conocimiento; este postulado parte de la
concepción de Maquiavelo que aspira a desarrollar una ciencia y una tecnología
84Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
libres de valores y, por supuesto, de los contextos en donde se produce. La
contabilidad como disciplina de las cuentas y como instrumento de racionalidad
del capital no ha escapado de los contextos, de las relaciones de poder y de
los lugares desde donde se enuncian sus teorías o postulados conceptuales;
por el contrario, estos han constituido el soporte epistémico desde donde se
validan esos saberes y se subalternizan e invisibilizan otros. Se podría desde
una perspectiva sintética definir un itinerario de desplazamiento de ese locus
enunciativo, siguiendo a Oscar Feudal y Hernán Linares (2006), en los siguientes
términos:
Destacamos en primera instancia el protagonismo de los autores Italianos, que
iniciarían su aporte con la publicación del tratado de Luca Pacioli a finales del siglo XV,
seguido por una cantidad importante de reconocidos autores de la época, contribución
significativa que se asocia al poderío mundial de Italia en cuanto al comercio
internacional, el cual finalizaría a mediados del siglo XVII a raíz de la decadencia
Italiana, acentuada de una parte por las guerras e inestabilidad política, y de otra, tal
vez con más trascendencia, por el descubrimiento y consolidación del comercio con el
nuevo mundo.
Posteriormente, hasta mediados del siglo XIX, el protagonismo de la literatura
contable pasaría a manos de los autores franceses, quienes se hicieran notar
principalmente por la calidad e influencia de sus obras, con la valiosa contribución
realizada por autores como Samuel Ricard, Bertrand François Barreme y Edmond
Degranges padre, entre otros.
Finalmente, el protagonismo de la literatura contable se consolidaría en territorio
Norte Americano, donde se le puede ubicar en la actualidad asociado principalmente
al dominio de la economía mundial por parte de esta potencia, con un enfoque
normativo evolucionado a partir de la crisis de 1929 y la depresión de los años 30, y
consolidándose finalmente frente a los grandes escándalos financieros originados a
principios de este siglo por importantes transnacionales de este país (pp. 8-9).
En esta línea, esa locación epistémica, en principio, estuvo referida a las
escuelas de pensamiento contable de corte patrimonialista, pero una vez el
interés de la acumulación de capital mutó desde la producción material a la
especulación rentística, la regulación y estandarización normativa invadieron
el ámbito contable y el lugar de enunciación o modo particular desde donde
se produce el conocimiento y las reglas de aplicación también se desplazaron
hacia estructuras de regulación privada, sustituyendo el interés público de la
sociedad por el interés público de los usuarios de la información bursátil.
Esta variación de la política regulativa está en estrecha consonancia con el
desplazamiento de la geopolítica del conocimiento contable, la cual debe servir
a las transformaciones que propician las nuevas necesidades de acumulación del
capital global.
Bien lo advierte David Slater (2008):
85Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
…los principales factores que marcan las agendas son presiones del mercado
que a su vez están reemplazando la legislación política, y mientras que el espacio
geográfico se mantiene como hogar de la política, el capital y la información habitan un
ciberespacio en el cual el espacio físico se ve neutralizado (p. 338).
Por otra parte, no puede olvidarse el condicionamiento que impone la
racionalidad tecno-económica dominante sobre todos los aspectos de la
vida. Las crisis recurrentes del sistema de acumulación capitalista han ido
delineando una agenda que se ajusta a los vaivenes, turbulencias y a las
variables que imponen los gobiernos y las agencias, en términos de la política
macroeconómica, para hacer posible paliar esas inestabilidades sistémicas; es
por ello que como lo sugieren Jhon Cortés y Harold Álvarez (2018):
En las décadas de 1970 y 1980, por decisión de los líderes políticos de las naciones
más poderosas, entre ellas, Inglaterra, EEUU y Alemania (Chesnais, 2003), el mundo da
un viraje en lo económico hacia la liberación de los mercados y en la ruta de aplicar
los postulados emergidos, décadas antes, de la corriente neoclásica de la economía,
que en la práctica se condensa en ciertos programas de conducta impuestos y
vigilados por los mencionados organismos trasnacionales, FMI y BM, respaldados
y dirigidos por esas poderosas naciones. El Consenso de Washington y las normas
impuestas por las instituciones de la NAFI son una buena muestra de ello. Con estos
y otros instrumentos, esos organismos multilaterales aconductan al mundo, sobre
todo al de las débiles naciones subdesarrolladas, imponiéndoles duras condiciones
macroeconómicas y financieras, en garantía de su permanencia en el mundo viable a
sus intereses (p. 63).
Lo que se trasluce de estas declaraciones de los gobiernos y las agencias
metropolitanas es que la “historia” del conocimiento está marcada geo-
históricamente, en tanto este es fabricado e impuesto desde los centros de
decisión globales.
Las transformaciones contextuales acaecidas después de la segunda
postguerra variarán el andamiaje económico–financiero global que, en esencia,
hace referencia al primado de la financiarización por sobre la producción
material, situación que llevará a la academia fundamentalmente metropolitana
anglosajona a cambiar el enfoque del beneficio por el de información útil
al usuario. Ya no será necesario, para esta corriente, preocuparse por una
teoría general de la contabilidad o por utilizar herramientas metodológicas y
epistemológicas que validen sus postulados, sino simplemente plegarse a un
criterio eminentemente pragmático e inductivo de la utilidad de la información
que sirva a los usuarios externos, principal y fundamentalmente vinculados a los
mercados financieros.
Este viraje se explica, igualmente, desde la evolución del concepto de
empresa que ha pasado de lo operativo e interno (fábrica), hacia la gestión
de servicios o externo (firma); pero que, de manera normativizada ha dado
en llamarse entidad que informa (IASB, 2018). El objeto social va a tener una
86Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
sustancial redefinición, en tanto que en la era fordista se propendía por obtener
y acopiar recursos de cara a ampliar la capacidad productiva de la organización,
invirtiendo en activos físicos y desarrollos tecnológicos, en dirección a
potenciar las capacidades productivas generando retornos en utilidades y
mayor capacidad instalada, en la época de la financiarización, el objetivo de
la firma ya no estará compelido a maximización de utilidades, a partir de las
transformaciones productivas, sino a maximizar el valor para el accionista
inversor, privilegiando las ganancias bursátiles mediadas por la gestión del
riesgo financiero y potenciándolas a partir del apalancamiento financiero. De
aquí se deriva que existan dos dimensiones que subyacen a los modelos de
contabilidad: una soportada en la teoría de la propiedad y otra en la teoría de
la entidad. En la primera, quien invierte es el dueño, que está íntimamente
vinculado patrimonialmente a ella; en consecuencia, los informes se preparan
para satisfacer los requerimientos ineludibles con los cuales, se supone,
direcciona y ejecuta el objeto social; en cambio en la teoría de la entidad, los
requerimientos informativos son independientes de sus eventuales propietarios,
pues los avatares contingenciales de la volatilidad financiarizada tensionan la
relación información-propietario.
Será en la década de 1970 y subsiguientes cuando, fundamentalmente
desde los Estados Unidos, el planteamiento de la utilidad de la información
financiera para diferentes usuarios adquirirá pleno auge, especialmente en los
círculos gremiales y académicos de la potencia anglosajona. Por supuesto, que
el locus enunciativo de esta concepción está emparentado con la potenciación
y preminencia de los mercados bursátiles derivados de nuevas formas de
acumulación rentística, los cuales para su funcionalidad a nivel planetario
reclaman el perfeccionamiento de estructuras regulatorias y estandarizadoras
en el modelo contable. La réplica y la forma de implementación del modelo
empírico de investigación, particularmente en los Estados Unidos, estuvo
mediado por lo que Tua (1991) denomina efectos multiplicadores, que no
son otra cosa que dispositivos académicos financiados desde este centro
hegemónico de producción normativa, los cuales hacen referencia a:
Reforma de los planes de estudio (1959–1960).
Nacimiento de revistas especializadas en investigación empírica.
Celebración de conferencias y congresos sobre investigación empírica.
Existencia de bancos de datos.
Disponibilidad de fondos para financiar la investigación.
Percepción positiva por parte de los académicos. (p. 36)
87Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
La intencionalidad funcional y operativa de la contabilidad patrimonial,
encaminada a la medición del beneficio verdadero, que intervenía en abstracto
unos hechos del pasado, sobre la base del costo histórico, en dirección a
desarrollar una visión autosuficiente de veracidad económica con una finalidad
concreta, la toma de decisiones operativas, será desplazada por la utilidad de la
información orientada principalmente al inversor bursátil y en la cual participan
una multiplicidad de usuarios, esencialmente con un carácter “predictivo y
confirmatorio” o de pronóstico, relegando o subordinando las necesidades de
los restantes usuarios; en este orden de ideas, la perspectiva:
Del beneficio verdadero tiene una gran preocupación por la correcta determinación
de los resultados de las actividades ejecutadas por las organizaciones empresariales,
por la medición de la ganancia, de la verdadera dimensión de creación de riqueza,
y recientemente por la medición de la distribución de la riqueza en el modelo
económico. (Franco, 2010, p. 28)
De allí que sea evidente que la regulación esté siendo estructurada
alrededor de los mercados de capitales, con lo cual se haría necesario la
concreción de reglas estandarizadas emitidas por organismos de carácter
privado; así entonces, el capitalismo financiarizado contemporáneo define una
orientación regulativa contable mercadocentrista que se profundiza acorde con
los requerimientos de la arquitectura financiera internacional (Gómez, 2004).
La regulación contable internacional, como tecnología económica, responde
exclusivamente a las leyes del mercado, convirtiéndose en una forma de
gestión de la vida económica de las empresas, las organizaciones y la sociedad
(gubernamentalidad).
Como puede inferirse, el criterio utilitarista de esta versión normativa
contable, no tendrá dentro de su agenda como preocupación la verificabilidad
y objetividad de la información, sino, y ante todo, resaltará la relevancia de
la información, la cual se refiere a la notoria capacidad potencial que pueda
desarrollar de cara a influenciar las decisiones en contextos de incertidumbre;
de allí que reclame metodológicamente estructurar criterios de predictibilidad
de la información, sobre todo en productos como, por ejemplo, los derivados,
principales instrumentos financieros que, entre otras de sus funciones,
permiten anticipar o cubrir riesgos frente a los cambios futuros, minimizando
la contingencia de las situaciones adversas; en este sentido, la utilidad se
constituye en un dispositivo de predicción.
Ahora bien, si el costo histórico para efectos de su utilización requiere
de relaciones entre agentes económicos, atravesadas por la operatividad
de factores de producción, el valor razonable restringe su actuación a
procedimientos de valuación exentos de relaciones productivas; esto también,
de alguna manera, explica por qué desde los centros de producción normativa
se prohíja la implantación de prácticas contables anglosajonas hacia la
88Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
mayoría de economías de occidente a través de intentar desarrollar procesos
de convergencia entre las International Financial Reporting Standards (IFRS)
del International Accounting Standards Board (IASB) y el resto de economías del
mundo capitalista occidental, desconociendo las singularidades de muchos
de los contextos de los países emergentes en los que su base económica está
soportada en las pequeñas y medianas empresas de base patrimonial.
En un escenario financiarizado y fluctuante, la información basada en datos
históricos poco sirve para predecir situaciones futuras; por tanto, habrá que
ajustar tales mediciones utilizando formas encubiertas de “valoración” como
el denominado valor razonable, que en esencia no es un valor sino un precio
de mercado, pues tal como lo definen las organizaciones de regulación privada,
tanto el IASB en la NIIF 13 (IASB, 2014, párrafo 9), como el Financial Accounting
Standards Board (FASB) en el Statements of Financial Accounting Standards (SFAS)
157 (FASB, 2006, párrafo 5), en donde se precisa que el valor razonable es “el
precio que sería recibido por vender un activo o pagado por transferir un pasivo
en una transacción ordenada entre participantes del mercado a fecha de la
medición”, o como bien lo describe Rafael Franco (2010):
La revelación de información es objeto de un tratamiento selectivo y se resuelve
por la producción de informes en diferentes bases de valuación, destacándose la
importancia de plantear una alternativa al costo histórico constituida por información
del futuro relacionada con planes y presupuestos, estableciendo la puerta de entrada al
valor razonable. (p. 29)
Con esta incongruencia conceptual y epistémica, se genera un vacío en
términos de aprehensión de la realidad económica y de la circulación de la
riqueza, debido a la ausencia de herramientas o instrumentos idóneos de
medición y valoración, que conducen a generar un ambiente incierto e inestable
al momento de conocer la real situación de la empresa.
Por otra parte, la información contable deberá llegar oportunamente a los
usuarios, con el propósito de poder obtener utilidad para tomar decisiones
estratégicas que permitan diferenciar a los diversos actores que compiten en
el mercado. Este enfoque utilitarista comporta problemas, hasta de índole
ético, toda vez que abre la posibilidad de construir tantos sistemas contables
a cuantos usuarios de la información financiera se presenten, o como bien lo
expresa Montesinos (1974), cuando especifica la direccionalidad que adquiere
esta propuesta empírica: “1. Suponer que los estados financieros se preparan
para usuarios indeterminados, que tienen objetivos múltiples, 2. Concretar como
objetivo el proporcionar información adecuada a modelos para decisiones de
usuarios específicos” (p. 274).
De igual manera, las transformaciones de la economía contemporánea, que
en cierta medida de-sustancializan lo tangible, ha transferido a los intangibles y
a la especulación la facultad para la generación de valor, así como la obtención
89Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
de beneficios futuros. Por esta razón, el concepto de utilidad de la información
financiera está vinculado a la incertidumbre futura, en lo concerniente a la
capacidad de elección decisional. Así las cosas, el objetivo perseguido por
cualquier empresa, al momento de elaborar la contabilidad financiera, deberá
ser la de proporcionar información útil a los usuarios de esta para adoptar
decisiones eficientes en un mundo de riesgo y de contingencias inevitables:
…en esta nueva forma de gobierno de la empresa, para el accionista, la doctrina
central de la gestión es la maximización del valor. El valor, ahora, se genera y distribuye
(concentra) en los mercados financieros. De esta manera, la empresa se transforma y se
convierte en un engranaje vital del proceso de financiarización. (Gómez, 2016, p. 13)
Así entonces, se le ha catalogado en los círculos hegemónicos contables
metropolitanos, llámese IASB o FASB, como una verdadera revolución de
los entramados conceptuales de la contabilidad, pero tales apreciaciones
constituyen narrativas que poseen una clara intencionalidad dominadora de la
esfera informativa contable, como bien lo expresa Müller (2014):
Se han producido cambios profundos en la regulación de la contabilidad financiera
y, las NIIF son sólo una parte, aunque muy importante. Se han provocado proclamas
de una “revolución contable” o un “cambio de paradigma”. Tales afirmaciones pueden
ser exageradas, pero estamos efectivamente presenciando un cambio cualitativo
y sistemático en lugar de una serie de modificaciones inconexas que dejen intacta
la naturaleza fundamental del sistema contable. Este cambio tiene dos aspectos
importantes: el primero se refiere a la gobernanza de la regulación contable. Aquí
hemos visto el desplazamiento de la soberanía de las instituciones reguladoras
nacionales a un cuerpo privado transnacional, en gran medida inexplicable. El otro se
refiere al contenido de la regulación contable, es decir, a los principios y objetivos que
informan la normalización contable. (p. 539)
Tanto los trabajos del FASB y del IASB no son producto de una neutralidad
axiológica, sino que tienen una intencionalidad política hegemónica. La triada
conocimiento, poder y verdad, ha demostrado ser indisoluble cuando se trata
del aprovechamiento rentístico que produce y reproduce consuetudinariamente
el sistema capitalista de acumulación, del cual la contabilidad es su estructura
racionalizadora.
V. Modelo internacional hegemónico de regulación contable en
pymes
El modelo hegemónico de regulación implantado por el IASB, que tiene
como sustento, en teoría, el Marco Conceptual para la Información Financiera
tanto para las NIIF plenas, como para la NIIF para pymes, enuncia que
contribuye con la misión de la Fundación IFRS en cuanto al desarrollo:
…de normas que aporten transparencia, rendición de cuentas y eficiencia a los
mercados financieros de todo el mundo (…) El Marco Conceptual proporciona el
90Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
fundamento para elaborar Normas que: (…) c) Contribuyen a la eficiencia económica
ayudando a los inversores a identificar oportunidades y riesgos en todo el mundo,
mejorando así la asignación de capital. (IASB, 2018, SP1.5)
Está claro que las pymes difícilmente evolucionan hasta llegar a actuar en
los mercados financieros y por otra parte tienen dificultades en la inyección
de capital. En este sentido, Barquero (2003), sostiene que las pymes presentan
como principales problemas la estructura financiera, la escasez de capital de
trabajo operativo y el personal no calificado.
Las pymes, como motores de la economía, tienen ciclos de vida cortos y
demandan información en relación con el entorno para la toma de decisiones
y el funcionamiento de procesos internos (Sánchez y Giraldo, 2008); muchas
de ellas son satélites de las grandes firmas, en las que se ha descentralizado el
trabajo fabril y de servicios. Podrían asemejarse a las áreas o secciones en las
que, en otrora mega fábricas fordistas, destinaban recursos y articulaban en un
complejo sistema creador de valor al interior de estas. Sin embargo, subsisten
en un ambiente competitivo para permanecer articuladas a estas cadenas
de valor. No obstante, otras responden a economías de subsistencia que se
desenvuelven en el sector informal.
El término pymes es muy amplio e incluye un abanico de posibilidades que
van desde el volumen de los activos hasta el número de empleados de las que
cada jurisdicción las define como tal. Las pymes representan entre el 96 % y
el 99% de las empresas en la economía, según datos de la OCDE, y a pesar de
esta cifra, la Unión Europea no obliga a las pymes dentro de su jurisdicción a
implantar la NIIF para pymes. Esto resulta coherente con la restricción del
costo que representa para muchas de ellas aplicar alguna de las secciones
de esta norma, sumado a que el objetivo emanado de esta noma sea brindar
información “útil a los inversores, prestamista y otros acreedores existentes y
potenciales para tomar decisiones sobre el suministro de recursos a la entidad”
(IASB, 2018, 1.2); información con fines externos que poco o nada resulta
relevante y útil a los propietarios administradores, porque tal como lo enuncia
el mencionado Marco Conceptual: “la gerencia no necesita confiar en informes
financieros con propósito general porque es capaz de obtener la información
financiera que necesita de forma interna” (IASB, 2018, 1.9).
Al analizar el objetivo de la información financiera descrito en el párrafo
anterior, propuesto en el Marco Conceptual del IASB (2018), encontramos que
el mismo se centra en proporcionar información financiera útil para la toma de
decisiones y está sustentado en una serie de características que debe cumplir la
información financiera para cumplir dicho objetivo: relevancia, representación
fiel, comparabilidad, verificabilidad, oportunidad y comprensibilidad. Sin
embargo, no hay una plena garantía de que estas características se puedan
cumplir a cabalidad en las todas las entidades y especialmente en las pymes,
91Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
puesto que existen factores particulares dentro de cada país y región que
pueden generar matices dentro de la aplicación de los estándares, al respecto
(Zeff, 2007) menciona que existen al menos cuatro tipos de culturas –financiera
y de negocios, contable, de auditoría y regulatoria– que difieren de un país a
otro y que se convierten en factores que pueden interferir con la promoción de
la comparabilidad genuina a nivel mundial.
Frente a estas divergencias que se pueden encontrar en el momento de
aplicar estándares internacionales, se abre un interrogante a la hora de definir
si efectivamente la información financiera es útil para la toma de decisiones,
más aún bajo la óptica de los nuevos centros de producción normativa contable,
que generan una serie de laxitudes a la hora de su aplicación; encontramos así,
por ejemplo, que con el predominio actual de valor razonable, las entidades
pueden reconocer ingresos no realizados, distribuir resultados no generados y
los modelos de valoración de flujos futuros están por encima de los precios de
mercado, lo que puede llevar a una sobrestimación de activos o de ingresos;
a esta situación se llega como resultado del desmonte de valores y principios
tales como prudencia, objetividad, independencia y fiabilidad (Gómez, 2010).
La presencia del valor razonable implica que en las cuentas se mezclan datos
que representan tanto transacciones realizadas como supuestos sobre el futuro,
“la aplicación del valor razonable no informa tanto sobre la capacidad de una
empresa para generar beneficios económicos en el futuro, como sobre lo que
podría reportar su liquidación inmediata, su desmembramiento en unidades”
(Aglietta y Rebérioux, 2009, 170). Esta situación afecta la toma de decisiones
debido a que la información que brinda el valor razonable, podría llegar a que
en algunas circunstancias no se represente de manera fiel la situación de las
organizaciones. Los estándares de información financiera orientados hacia la
predicción trasgreden algunos principios tradicionales de contabilidad como la
prudencia, al permitir el reconocimiento de beneficios que no son reales, sino
expectativas futuras; el costo histórico ha sido desplazado y es reemplazado
por el valor razonable, el cual se considera un criterio de valoración más
relevante, pero se encuentra sujeto a las distorsiones propias de los mercados
de capitales.
Lo anterior devela que el valor razonable pregonado en este tipo de
regulación para empresas que cotizan en bolsa es poco aplicable a las
pymes cuyas necesidades de información difieren sustancialmente. Es
por esto que esta regulación se distancia del suministro de información
propia de los procesos de producción de la economía real para ser funcional
a la reproducción de la financiarización (Gómez, 2004), lo cual margina
características propias de la contabilidad como sistema de información intra-
empresarial.
92Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
El costo histórico como medición primaria y sobre la cual se difiere, para
la propiedad planta y equipo, a lo largo del tiempo la inversión, representa
para los productores reales un referente de productividad de este tipo de
“activos productivos”, mientas que la actualización -medición posterior- que
exige la sección 17 de la NIIF para pymes distorsiona este indicador al incluir el
deterioro tanto en el modelo del costo como en el modelo de revaluación. En
este sentido la verificabilidad y objetividad del costo histórico se subordina, en
el mejor de los casos, a la información emanada de mercados activos, baluarte
de la regulación propuesta por el IASB. Mauricio Gómez (2016) expone otros
tratamientos asimétricos en las NIIF para pymes los cuales impactan la realidad
económica de las pymes y por tanto su eficiencia y competitividad frente a las
grandes empresas.
A pesar de esto, la regulación contable internacional hegemónica, con
complacencia de los gobiernos nacionales, se empeña en adherir estas pequeñas
unidades productoras a los procesos de internacionalización financiarizando
sus actividades, ya sea aplicando sus principios –no reglas– en la financiación
de largo plazo como en la financiación de capital de trabajo. En esta etapa,
como se ha visto, se vienen desarraigando prácticas locales mediante el
lenguaje para establecer nuevos códigos. El Discurso del emprendimiento
requiere general aceptación de tal manera que se implante en su visión la
necesidad imperiosa de mercados internacionales y de hacerse visible para la
apertura de potenciales inversiones extranjeras.
En este escenario, los flujos de capital buscan optimizar la relación
riesgo y rendimiento; el riesgo financiero prima sobre el riesgo operativo
y el rendimiento accionario sobre la utilidad operativa y para esto se hace
necesario, más que converger, instaurar las reglas basadas en principio
establecidas en el nuevo escenario de utilidad para toma de decisiones de des/
inversión.
La captación, medición, representación, revelación e interpretación, bajo la
racionalidad del capital, requieren de herramientas unívocas normativizadas
de las que se espere la mejor estimación posible de los entes que informan
moldeando la contabilidad y el quehacer de los contables, que han visto
cómo sus objetivos paulatinamente han sido direccionados hacia el control de
información previamente definida, dejando de lado su criterio profesional y
develando el carácter compilatorio de la regulación internacional al servicio de
los capitales transnacionales que buscan, infructuosamente para el caso de las
pymes −sin usuarios de información en los mercados financieros−, articular
y/o captar su innovación y productividad como nodos de la redes con las que
se modelan pronósticos de las multinacionales en las pantallas chartistas,
distorsionando la información emitida que, contrario a mejorar su calidad,
desnaturaliza el objeto y deber real de la pymes en economías locales.
93Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
VI. Conclusiones
Los grandes cambios suscitados en la economía global, y el ascenso al poder
de las finanzas de mercado, han modificado de manera sustancial las relaciones
de poder a nivel mundial, generando un desplazamiento de la hegemonía de
los Estados-nación y más concretamente un reordenamiento de la función
reguladora del Estado en manos de una serie de organismos supranacionales
que se han otorgado el poder para emitir normas y regular el mercado; en
este contexto la NAFI se consolida como el agente por excelencia para emitir
normas de carácter financiero a nivel internacional que privilegian los interés
de ciertos actores de los mercados financieros, como es el caso de las NIIF.
De igual manera, la contabilidad como instrumento de racionalidad del capital
no ha escapado a las trasformaciones de los sistemas de producción y de los
cambios en las relaciones de poder; es así como la contabilidad patrimonial que
intervenía los hechos del pasado, sobre la base del costo histórico y que tenía
como finalidad generar una veracidad económica para la toma de decisiones,
ha sido desplazada por una contabilidad con un carácter predictivo y de
pronóstico, fundamentada en el criterio de utilidad de la información que se
orienta principalmente a los inversionistas, desplazando las necesidades de
otros usuarios de la información.
En estos nuevos escenario de amenaza constante de la profesión contable
y ante los recientes sucesos catastróficos, de proporciones globales, que
recuerdan la importancia de las relaciones de producción material y la
satisfacción de necesidades básicas, concierne a los contadores incursionar,
ampliando su espectro de acción, en otros quehaceres de la profesión que han
sido invisibilizados por la ola de la regulación de la contabilidad financiera
internacional, y que lejos de normativizarse proporcionan información diversa,
útil y relevante a los propietarios administradores de unidades productivas del
sector real de la economía, facilitando el proceso de toma de decisiones que
beneficien al grueso de la sociedad.
VII. Referencias bibliográficas
Aglietta, M. y Rebérioux, A. (2009). El capitalismo financiero a la deriva El debate sobre el
gobierno de empresa. Bogotá: Universidad Externado de Colombia.
Barquero, I. (2003). El estado y la Competitividad de la Micro pequeña y mediana empresa. Primera
edición ed. Tegucigalpa: Colección cuadernos de desarrollo humano sostenible 21.
Burgos, G. (2000). El Banco Mundial y su análisis del derecho y el poder judicial. ¿De qué
Estado de Derecho nos habla el Banco Mundial? 1992-1998. En: La mano invisible del
mercado. Derecho y Economía. Bogotá: ILSA, pp. 47-95.
Castells, M. (2000). La Sociedad Red. Madrid: Alianza Editorial S.A.
Cortés, J. y Álvarez, H. (2018). La supra regulación contable y la financiarización económica.
Revista En Contexto, pp. 61-87.
94Narváez, V. y O viedo, J . Imperio, financiarización y los nuevos centros de producción normativa contable
Narváez, V. y Oviedo, J.
De Sousa Santos, B. (1998). La Globalización del Derecho. Los Nuevos Caminos de la Regulación
y la Emancipación. Bogota D.C.: Universidad Nacional de Colombia, Instituto de
Servicios Legales Alternativos.
Deleuze, G. y Guattari, F. (2002). Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia. Valencia: Pre-
textos.
Eichengreen, B. (1999). Toward a New International Financial Architecture: A Practical Post-Asia
Agenda. Washington DC: Institute for International Economics.
FASB. (2006). FASB Statement No. 157, Fair Value Measurements. Norwalk: Financial
Accounting Foundation.
Feudal, O. y Linares, H. (2006). Diferentes escenarios y antecedentes de la evolución del
pensamiento contable. Contabilidad y Auditoría, (24) 15 pp. Recuperado a partir de
http://ojs.econ.uba.ar/index.php/Contyaudit/article/view/117
Franco, R. (2010). De la crisis del paradigma de utilidad a la emergencia del enfoque
integral. Revista Dictamen Libre, Volumen 6, pp. 20-45.
Franco, R. (2015). Dimensión heterotopológica de la regulación contable. Perspectivas
críticas sobre gobierno corporativo y regulación, Revista Científica General José María
Córdova, Volumen 13, pp. 173-199.
Gómez, M. (2004). Una evaluación del enfoque de las Normas Internacionlaes de
Información Financiera (NIIF) desde la teoría de la contabilidad y el control. INNOVAR,
1(24), pp. 112-131.
Gómez, M. (2010). Interés público y ejercicio de la Contaduría Pública: Miradas al contexto
internacional y aprendizaje para la profesión en Colombia. Revista Unimar, pp. 77-90.
Gómez, M. (2016). NIIF y Mipymes: Retos de la Contabilidad para el contexto y la
productividad. Cuadernos de Administración, 29(53), pp. 49-76.
Hardt, M. y Negri, T. (2002). Imperio. Buenos Aires: Paidós.
IASB. (2013). NIIF 13. Medición del valor razonable. London: International Financial Reporting
Standards Foundation.
IASB. (2018). Marco conceptual para la información financiera. London: International Financial
Reporting Standards Foundation
Ilich, V. (1975). El imperialismo, fase superior del capitalismo. Pekín: Ediciones en lenguas
extranjeras.
Medialdea, B. y Sanabria, A. (2013). La financiarización de la economía mundial. Hacia una
caracterización. Revista de Economía Mundial, pp. 195-227.
Mignolo, W. (1993). Colonial or Postcolonial Discourse: Cultural Critique or Academic
Colonialism. Latin American Research Review, 28(3), pp. 120-134.
Montesinos, V. (1974). Contabilidad y decisión empresarial: una aproximación conceptual.
Valencia: Facultad CC.EE.
Muller, J. (2014). An accounting revolution? The financialisation of standard setting. Critical
Perspectives on Accounting, 25(7), pp. 539-557.
Pardo, S. (2017). Evaluación crítica de la pertinencia del valor razonable y el gobierno
corporativo anglosajón para el control en las organizaciones en Colombia. Repositorio
Institucional de Alejandría.
95Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 76. Medellín, enero-junio 2020
Sánchez, A. y Giraldo, N. (2008). Las necesidades de las pyme -pequeñas y medianas
empresas- y el sistema de información contable y financiero como una estrategia
para atenderlas. Cuadernos de Contabilidad, 9(25), pp. 421-464.
Sassen, S. (2010). Territorio, autoridad y derechos. De los ensamblajes medievales a los ensamblajes
globales. Buenos Aires: Katz Editores.
Schwarcs, S. L. (2002). Private ordening. Northwestern University law Review, 97(1), pp.
319-350.
Slater, D. (2008). Re-pensando la geopolítica del conocimiento: reto a las violaciones
imperiales. Tabula Rasa, Volumen 8, pp. 335-358.
Tua Pereda, J. (1991). La investigación empírica en contabilidad Los enfoques en presencia.
Revista de Economía y Estadística, Cuarta época, 32(1-2), pp. 3-83.
Zeff, S. (2007). Some obstacles to global financial reporting comparability and convergence
at a high level of quality. The British Accounting Review, 39, 290–302.