Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
(2022). Evolución de la contabilidad social y
medioambiental: reflexiones sobre el papel
constitutivo de la contabilidad. Contaduría
Universidad de Antioquia, 81, 165-186. Doi:
https://doi.org/10.17533/udea.rc.n81a07
Evolución de la contabilidad social y
medioambiental: reflexiones sobre el
papel constitutivo de la contabilidad
Francisco Carrasco Fenech
fcarfen@upo.es
Orcid: 0000-0002-0592-5673
Universidad Pablo de Olavide
Carmen Correa Ruiz
mccorrui@upo.es
Orcid: 0000-0001-7783-2938
Universidad Pablo de Olavide
Carlos Larrinaga
carlos.larrinaga@ubu.es
Orcid: 0000-0002-7000-4619
Universidad de Burgos
Evolución de la contabilidad social y medioambiental: reflexiones sobre el papel constitutivo de la
contabilidad
Resumen: Este trabajo es una reflexión del papel constitutivo de la contabilidad como germen del
proyecto de contabilidad social y medioambiental en un intento de evaluar y extender los retos que en
su momento se planteaban en Carrasco y Larrinaga (1996), teniendo en consideración la evolución del
conocimiento de la contabilidad desde aquella fecha o, al menos, la evolución que conocen los autores.
Hemos repasado los diferentes enfoques de la contabilidad social y medioambiental, así como los aspectos
espaciales y temporales de la sostenibilidad y sus implicaciones para la contabilidad. En las conclusiones
llamamos la atención sobre el grave perjuicio del enfoque ESG que tendrá como efecto la invisibilización
de toda la información social y medioambiental que no sea financieramente material. También concluimos
que América Latina debe desempeñar un papel protagonista en la generación de ideas que permitan
desarrollar una contabilidad del Antropoceno.
Palabras clave: contabilidad social y medioambiental; sostenibilidad; construcción social; performatividad.
Evolution of social and environmental accounting: reflections on the constitutive role of accounting
Abstract: In an effort to assess and broaden the challenges raised at the time by Carrasco and Larrinaga
(1996), this paper is a reflection on the constitutive role of accounting as the germ of the social and
environmental accounting project. It takes into consideration the advancement of accounting knowledge
since that date or, at least, the advancement the authors are aware of. We have reviewed the various
approaches to social and environmental accounting, as well as the spatial and temporal dimensions of
sustainability and their implications for accounting. The paper concludes by drawing attention to the
serious detriment caused by the ESG approach, which will have the effect of rendering invisible all
social and environmental information that is not financially material. It was also concluded that Latin
America must play a leading role in developing concepts that will enable the creation of accounting for
the Anthropocene.
Keywords: social and environmental accounting; sustainability; social construction; performativity.
Evolução da contabilidade social e ambiental: Reflexões sobre o papel constitutivo da contabilidade
Resumo: Este trabalho é uma reflexão do papel constitutivo da contabilidade como semente do projeto de
contabilidade social e ambiental em uma tentativa de avaliar e estender os desafios que no seu momento
foram planteados em Carrasco e Larrinaga (1996), levando em consideração a evolução do conhecimento
da contabilidade desde aquela data ou, pelo menos, a evolução que os autores conhecemos. Foram
repassadas as diversas abordagens da contabilidade social e ambiental, também os aspectos espaciais
e temporários da sustentabilidade e suas implicações para a contabilidade. Nas conclusões chamamos
a atenção para o grave prejuízo da abordagem ESG que irá ter como efeito a invisibilização de toda a
informação social e do meio ambiente que não for financeiramente material. Conclui-se também que a
América Latina deve desempenhar um papel protagonista na geração de ideias que permitam desenvolver
uma contabilidade do Antropoceno.
Palavras-chave: contabilidade social e do meio ambiente; sustentabilidade; construção social;
performatividade.
L’Évolution de la comptabilité sociale et environnementale : réflexions sur le rôle constitutif de la
comptabilité
Résumé: Cet article se veut une réflexion sur le rôle constitutif de la comptabilité en tant que germe du
projet de comptabilité sociale et environnementale. Il tente d’évaluer et d’étendre les défis posés à l’époque
par Carrasco et Larrinaga (1996), en tenant compte de l’évolution des connaissances comptables depuis
l’époque ou, du moins, de l’évolution dont les auteurs ont connaissance. Nous avons examiné les différentes
approches de la comptabilité sociale et environnementale, ainsi que les aspects spatiaux et temporels de
la durabilité et leurs implications pour la comptabilité. Dans les conclusions, nous mettons en évidence
le grave préjudice de l'approche ESG, qui aurait pour effet de rendre invisibles toutes les informations
sociales et environnementales qui ne sont pas financièrement significatives. En outre, nous concluons
que l'Amérique latine doit jouer un rôle de pionnier dans la génération d'idées visant à développer une
comptabilité pour l'Anthropocène.
Mots-clés: comptabilité sociale et environnementale ; durabilité ; construction sociale ; performativité.
Cont. udea (julio-diciembre), pp. 165-186. © Universidad de Antioquia-2022.
Evolución de la contabilidad social y
medioambiental: reflexiones sobre el papel
constitutivo de la contabilidad
Francisco Carrasco Fenech, Carmen Correa Ruiz y Carlos Larrinaga
https://doi.org/10.17533/udea.rc.n81a07
Primera versión recibida en julio de 2022 – Versión aceptada en julio de 2022
I. Introducción
Este artículo obedece a la amable invitación que la revista Contaduría Uni-
versidad de Antioquia nos ha cursado para reflexionar sobre la contabilidad so-
cial y la información no financiera. Hace veinticinco años que dos de los autores
publicamos un capítulo (Carrasco y Larrinaga, 1996) en el libro que se editó en
homenaje al profesor Ángel Sáez Torrecilla, quien tan importante papel desem-
peñó en el desarrollo de la disciplina contable en España y tan pronto nos dejó.
Este tipo de publicaciones ha desaparecido ya de la circulación en un mundo
dominado por la apremiante publicación en los journals anglosajones (al igual
que en los que siguen su estela). Por una feliz coincidencia, nuestro capítulo
llegó a manos de algunos colegas colombianos que lo consideraron digno de
lectura y motiva ahora en cierto modo la invitación a escribir este texto. Nues-
tro sincero agradecimiento por esta consideración.
El presente artículo es una reflexión del papel constitutivo de la contabili-
dad como germen del proyecto de contabilidad social y medioambiental en un
intento de evaluar y extender los retos que en su momento se planteaban en
Carrasco y Larrinaga (1996), teniendo en consideración la evolución del cono-
cimiento de la contabilidad desde aquella fecha o, al menos, la evolución que
conocen los autores.
El resto del documento se estructura del siguiente modo. El siguiente apar-
tado pone en contexto y explica brevemente algunas de las ideas centrales de
la perspectiva organizacional y social de la contabilidad, específicamente la
del poder constitutivo de la contabilidad. En el apartado III nos preguntamos
cómo surge la contabilidad social y medioambiental, distinguiendo entre tres
168Evolución de la contabilidad social y medioambiental...
Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
perspectivas, concluyendo con la importancia que el espacio y el tiempo tienen
para este campo de la disciplina. El cuarto apartado desarrolla la importancia
del aspecto espacial para la contabilidad social y medioambiental y el quinto,
lo hace con la dimensión temporal. La sexta y última sección presenta algunas
conclusiones.
II. Pensar la contabilidad
La idea de investigar en contabilidad es relativamente reciente. Hasta hace
muy pocas décadas, la contabilidad no tenía la consideración de disciplina aca-
démica y se la consideraba como una materia de índole eminentemente práctica.
Autores clásicos como Luca Pacioli o Diego del Castillo ya trataron la contabili-
dad, pero de un modo aplicado (Gamero-Igea y Larrinaga, 2022). Y aunque Max
Weber concibió la contabilidad como un elemento central en el desarrollo de la
racionalidad capitalista (Weber, 1956/2019), estas ideas no tendrían traslación al
estudio de la contabilidad (Miller y Power, 2013). Las técnicas de registro de tran-
sacciones y la interpretación de la regulación económica, tributaria y mercantil
ha dominado, y sigue haciéndolo, una gran parte del pensamiento y de los deba-
tes de nuestra disciplina. Este interés ha favorecido sin duda el interés práctico
y la relevancia social de la profesión contable, pero al mismo tiempo ha limitado
el alcance de la investigación contable y ha excluido a nuestra disciplina de la
evolución que se ha producido en otros campos. En Carrasco y Larrinaga (1996)
nos referíamos a este fenómeno, calificándolo de ensimismamiento y autoexclu-
sión. Podríamos decir que gran parte de la actividad intelectual en contabilidad
ha transitado demasiado dentro de la contabilidad.
Desde finales de la década de los años de 1960, se produjo una rebelión
contra la hegemonía de la preocupación por el registro de transacciones y la
interpretación de la regulación contable. La corriente positivista en la investi-
gación contable descalificó como normativo al pensamiento anterior y proyectó
una investigación de las prácticas contables de acuerdo con postulados cientí-
ficos de la economía de la información y la teoría de la firma (Jensen, 1976),
provenientes de la economía financiera (Miller y Power, 2013) y asociados con la
Escuela de Chicago (Christenson, 1983). El contraste de prácticas contables en
los mercados de capital, facilitado por la disponibilidad de bases de datos finan-
cieros y la capacidad de análisis estadístico, ha adquirido notable popularidad,
como todos los lectores de Contaduría Universidad de Antioquia conocen, pues
es una de las manifestaciones investigativas más ostensibles de esta tradición.
Sin demorarnos en el largo debate sobre esta perspectiva (Christenson, 1983),
nos interesa reseñar aquí el efecto que ha tenido sobre la demarcación de la
investigación contable, desatendiendo innumerables temas (Merchant, 2012)
e inscribiendo una jerarquía donde el inversor y sus decisiones son el criterio
incuestionable, la vara de medir con la cual evaluar las prácticas contables.
169Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 81. M edellín, j ulio-diciembre de 2022
Dentro de las preguntas de investigación y el tipo de estudios que ha moti-
vado esta perspectiva, sobresale la revelación de información al mercado, inclu-
yendo información no financiera. De esta forma, como indican Miller y Power
(2013), los estudios positivos convirtieron a los números y revelaciones conta-
bles en una variable en el proceso de formación de precios. Podemos añadir que
las variables dependientes e independientes de la ecuación se han ido modifi-
cando, incluyendo información social y medioambiental en enunciados que ape-
nas se apartan de la teoría de la agencia para describir la instrumentalización
de la revelación de información por los directivos para responder a demandas
externas. Son muchos los estudios en contabilidad social y medioambiental que
se publican sobre variaciones en la consideración de estas variables (Larrinaga,
2018). Algunos autores se han cuestionado la contribución de este tipo de es-
tudios a la contabilidad social y medioambiental (Bebbington y Larrinaga, 2014;
Gray, 2010), estudios que no hacen sino crecer en número1.
Si decíamos que el estudio de las técnicas de registro contable y la inter-
pretación de normas ha transitado demasiado dentro de la contabilidad, la
corriente positivista se ha alejado de la contabilidad, interesándose por las
motivaciones para utilizar la contabilidad de un modo u otro, más que por la
contabilidad en sí. La sociología de la contabilidad a la que Christenson (1983)
aludía olvidó la contabilidad en sí. O quizás, más que sociología, es una psico-
logía de la contabilidad fundada en la ilusión individualista que, como afirma
Sloterdijk (1998/2003), nos hace “concebir a los individuos [...] como miembros
de un club liberal [que] entraran en contacto con otros libre, arbitraria, adicio-
nal, revocablemente como corresponde a la ideología de la sociedad contractual
individualista” (p. 87).
No mucho más tarde de que en Estados Unidos se produjese la revuelta po-
sitivista, en el Reino Unido surgió una corriente de investigación, que inició en
los años de 1970 y se consolidó en las siguientes décadas, bajo la premisa de
que la contabilidad no se puede conocer si se piensa sin más como una técnica
de registro. Tampoco llegaremos a conocer la contabilidad si las preguntas de
investigación se agotan con las cuestiones que plantea la economía financiera
1 Christenson (1983) cita al final de su artículo una reflexión de Imre Lakatos. Lakatos ponderaba el
juicio de Newton, quien se abstuvo durante casi veinte años de publicar su teoría de la luna hasta que
pudo resolver ciertas discrepancias entre sus predicciones y las observaciones realizadas. Lakatos
celebraba el hecho de que la primera docena de versiones de la teoría de Newton terminasen en su
papelera. El lector nos perdonará por transcribir (traducida) la cita de Christenson (1983, pp. 20-21)
a una nota a pie de página de Lakatos, quien refiriéndose a Newton decía que las “papeleras eran
contenedores utilizados en el siglo XVII para desechar algunas primeras versiones de manuscritos
que la autocrítica (o la crítica privada de amigos eruditos) descartaba en una primera lectura. En
nuestra era de explosión de publicaciones, la mayoría de la gente no tiene tiempo para leer sus
manuscritos, y las revistas científicas han asumido la función de papeleras.” Una reflexión hecha en
1978, mucho antes de la explosión de las publicaciones electrónicas, que no puede ser más actual.
170Evolución de la contabilidad social y medioambiental...
Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
y la teoría de la agencia. La contabilidad no es neutra, sino que tiene efectos
que van más allá de la mera representación, como ya se reconocía en las ideas
de la economía de la información de la teoría positiva de la contabilidad (Watts
y Zimmerman, 1990). Pero más allá de los efectos económicos, autores como
Anthony Hopwood (Burchell et al., 1980; Burchell et al., 1985; Hopwood, 1978)
inauguraron la posibilidad de estudiar las formas en que la contabilidad se des-
pliega en las organizaciones, la sociedad, la política o el medio ambiente (Miller
y Power, 2013). Como advierte Sloterdijk (1998/2003, pp. 132-133), las máquinas
humanas funcionan generalmente en conjuntos. En diferentes términos, la psi-
cología del individuo no es una explicación suficiente; tampoco lo es la mera
agregación estadística del comportamiento individual.
La complejidad de lo social —entendiendo que la contabilidad y las orga-
nizaciones son fenómenos sociales— y lo ecológico demanda una huida de la
atomización (Granovetter, 2017) o individualismo (Jepperson y Meyer, 2011)
metodológico. Así, Hopwood y sus colegas advirtieron de la necesidad de
estudiar de qué modo el amplio contexto social afecta a la contabilidad y de
qué forma la contabilidad también se convierte en una fuerza productiva en la
sociedad (Miller y Power, 2013). Estas eran las ideas que circulaban en los años
noventa (Hines, 1988; Hopper y Armstrong, 1991; Hopwood, 1987; Miller, 1994;
Miller y O’Leary, 1987) y que inspiraron nuestro trabajo sobre el poder cons-
titutivo de la contabilidad aplicado a la cuestión medioambiental (Carrasco y
Larrinaga, 1996). Esas ideas se desarrollaron inicialmente en la revista Accoun-
ting, Organizations & Society, aunque posteriormente otras revistas han hecho
contribuciones importantes: Accounting, Auditing & Accountability Journal,
Critical Perspectives on Accounting, Social & Environmental Accountability
Journal o Sustainabilty Accounting, Management & Policy Journal. Los investi-
gadores latinoamericanos y españoles no han sido ajenos a esta corriente, aun-
que no está claro si han desarrollado una perspectiva propia (Gómez-Villegas y
Larrinaga, 2022).
Si la investigación arraigó demasiado dentro de la contabilidad, contra lo
que se produjo una revuelta que ha alejado el pensamiento de la práctica con-
table, la perspectiva organizacional y social de la contabilidad ha posibilitado
un estudio contextual de la contabilidad. En primer término, esta perspectiva
ha permitido estudiar la racionalidad de la contabilidad, pues problematizó su
objetivo. El axioma de la perspectiva positivista, consistente en la relevancia
para los inversores en los mercados de capital, ahora se convierte en pregunta
de investigación: ¿cuál es el propósito de la contabilidad? ¿cuál es su raciona-
lidad? Ya en 1981, Montesinos Julve se hacía esta pregunta y constataba como
“de una contabilidad externa dirigida fundamentalmente a socios y accionistas,
acreedores y fisco, pasamos a una contabilidad en la que están interesados, no
solamente estas categorías de usuarios, sino también las fuerzas sindicales, los
171Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 81. M edellín, j ulio-diciembre de 2022
inversionistas que acuden al mercado de valores, las asociaciones de consumi-
dores, autoridades y organismos públicos” (Montesinos-Julve, 1981, p. 145). O
como señalan Miller y Power (2013), esta perspectiva ha señalado la importancia
de un enfoque endógeno que estudie las diferentes racionalidades con las que
se producen cifras contables, incluyendo la eficiencia, la sostenibilidad, la ren-
dición de cuentas o quizás otras; no necesariamente la toma de decisiones por
parte de inversores.
En segundo término, un estudio menos dogmático de la contabilidad ha
permitido constatar que, con frecuencia, la contabilidad no cumple su objeti-
vo, contraviene su pretendida racionalidad. Esta paradoja ha dado lugar a una
fructífera línea de investigación sobre la relación entre la contabilidad y sus su-
puestos objetivos, así como sobre la existencia de lógicas contradictorias en las
organizaciones y en la sociedad (Cho et al., 2015; Laine, 2009).
Finalmente, el estudio contextual de la contabilidad ha permitido investigar
las lógicas a las que inesperada e involuntariamente contribuye la contabilidad.
Esto resulta un tanto paradójico —somos conscientes— pero el argumento
es el siguiente. No se debe suponer la existencia previa de una o varias racio-
nalidades inamovibles a las cuales se ajusta y responde la contabilidad; muy
al contrario, esta perspectiva se cuestiona si la contabilidad contribuye a la
configuración de unas lógicas particulares que no serían concebibles sin la pro-
pia contabilidad (Miller y Rose, 2008). Es decir, la relación entre contabilidad
y racionalidad es compleja y no sabemos qué fue antes, si la racionalidad o la
contabilidad 2 . A partir de cálculos, selecciones y equivalencias, la contabilidad
crea visibilidades sobre problemas específicos que antes eran inconcebibles,
de forma que ahora son cognoscibles y así se puede actuar sobre ellos (Busco
y Quattrone, 2018; Carrasco y Larrinaga, 1996). Reiteramos que fue nada más
y nada menos que Weber quien vio en la contabilidad por partida doble un
elemento esencial para el desarrollo de la lógica capitalista, aspecto éste que
fue discutido más recientemente por Carruthers y Espeland (1991). En palabras
de Miller y Power (2013), las tecnologías contables no solo auxilian el proceso
de toma de decisiones, sino que en muchos casos constituyen el ámbito eco-
nómico mismo. Diferentes trabajos han puesto de manifiesto esos efectos en
ámbitos tan diversos como el Estado (Miller, 1990), las universidades (Sauder y
Espeland, 2009) o en los mercados de emisiones (MacKenzie, 2009). Se ha dicho
que la contabilidad es performativa por cuanto crea efectos que, más allá de
su función primaria de representación, modifican el objeto de representación;
2 Aunque contabilidad y razón tienen actualmente dos significados diferentes, ambos vocablos
provienen de la misma raíz latina: ratio. Esta conexión es todavía observable, por ejemplo, en
la expresión, ya en desuso, dar cuenta y razón, equivalente a rendir cuenta, actividad asociada
a la contabilidad.
172Evolución de la contabilidad social y medioambiental...
Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
desempeña un papel en la creación, mantenimiento y cambio del objeto de re-
presentación (Hines, 1988).
III. Contabilidad social y medioambiental
En el apartado anterior nos hemos detenido en la explicación del entendi-
miento constitutivo o performativo de la contabilidad. Al igual que hace más
de dos décadas (Carrasco y Larrinaga, 1996), seguimos sosteniendo la idoneidad
de esta aproximación en el estudio de la contabilidad. Sosteníamos entonces
el beneficio de estudiar la contabilidad medioambiental —actividad incipiente
por aquellos años— desde este enfoque. Aún más, defendíamos que orientar
esta capacidad de la contabilidad hacia los grandes retos de la sociedad consti-
tuía nuestra responsabilidad. Éramos conscientes del riesgo de esta estrategia,
por cuanto nos posicionábamos de forma normativa utilizando una teoría que
había tenido un desarrollo descriptivo y que trataba los ideales y programas de
gobierno como un insumo empírico más (Miller, 1990). Sin embargo, el tiempo
y la crisis ecológica han mostrado el acierto de este proyecto pragmático (Bebb-
ington y Larrinaga, 2022; Larrinaga y Garcia-Torea, 2022; Latour, 2015).
Pero detengámonos en este momento en el debate sobre el objetivo de la
contabilidad. A riesgo de simplificar, podemos decir que existen tres posicio-
nes acerca del propósito de la contabilidad cuando se consideran sus aspectos
sociales y ecológicos (Larrinaga, 2021). El primer enfoque, que Gray et al. (1996)
llamarían capitalismo prístino, puede comprenderse mediante la teoría de la
agencia, de acuerdo con la cual la disfuncionalidad creada por la separación
entre propiedad y control se corrige mediante mecanismos de gobierno corpo-
rativo, entre los que figura la información contable. En el capitalismo prístino
el objetivo de la contabilidad es asistir a los administradores en la rendición
de cuentas de la adecuada administración, protegiendo el capital de cualquier
despilfarro que no cree valor para la propiedad. Uno de esos posibles despil-
farros podría ser las inversiones sociales o ecológicas que quedan fuera de la
responsabilidad fiduciaria de los administradores. Desde esta perspectiva,
nadie explica como Jensen, cómo las partes interesadas pueden influir en los
administradores para satisfacer sus propios intereses a costa de la prosperidad
económica general:
Con el fracaso generalizado de la economía planificada en los regímenes socialistas y
comunistas, quienes desean utilizar fuerzas ajenas al mercado para reasignar la riqueza
encuentran un gran consuelo en la cancha que les abre la teoría de las partes interesa-
das (Jensen, 2001, p. 306).
El segundo enfoque podríamos llamarlo ESG, por el acrónimo que se ha po-
pularizado internacionalmente para referirse a los aspectos medioambientales,
sociales y de gobierno corporativo (environmental, social, and governance). El
enfoque ESG reconoce que algunos impactos sociales y ecológicos o, incluso,
173Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 81. M edellín, j ulio-diciembre de 2022
algunas dependencias para la actividad de la empresa pueden ocasionar perjui-
cios o, al menos, riesgos en el corto, medio o largo plazo para el valor de las
inversiones realizadas en las empresas (Pollard y Bebbington, 2022). El interés
bien entendido de la propiedad de la empresa tendrá en consideración que as-
pectos tales como el cambio climático, la debida vigilancia de las actividades
realizadas en la cadena de suministro o la propia sostenibilidad global puede
tener un impacto en el valor y el riesgo de la empresa. Algunas iniciativas como
CDP (por las siglas en inglés del Proyecto de Revelaciones sobre Carbono), TCFD
(por las siglas en inglés del Equipo de Trabajo para las Revelaciones Financieras
Relacionadas con el Clima) han constatado que la información sobre aspectos
relacionados con el cambio climático es financieramente material para muchas
empresas (Giner y Luque-Vílchez, 2022), ya que puede disminuir el valor de sus
activos, comprometer el suministro de recursos o afectar sus actividades me-
diante regulaciones. El enfoque ESG es también el de la Fundación IFRS, cuando
establece que la información de sostenibilidad es material si condiciona la toma
de decisiones de los inversores porque afecta la generación de flujos de efec-
tivo o la evaluación de la administración de los gerentes de la entidad (Giner y
Luque-Vílchez, 2022).
En tercer y último lugar, siguiendo a Pollard y Bebbington (2022) llamare-
mos enfoque de sostenibilidad al que reconoce que la contabilidad social y
medioambiental tiene propósitos que incluyen, pero van más allá de, auxiliar
el proceso de toma de decisiones de los inversores. Así, diferentes estándares
internacionales, como los derivados de la normativa de la Unión Europea o los
propuestos por Global Reporting Initiative, insisten en la necesidad de que
la información de sostenibilidad aborde el impacto que las actividades de la
empresa tienen en el entorno, además del impacto que los aspectos sociales y
ecológicos pueden tener sobre el valor y el riesgo de la empresa. A lo primero
se le ha venido en llamar perspectiva de adentro hacia fuera (inside-out) y a
esta doble perspectiva, doble materialidad (Giner y Luque-Vílchez, 2022). En
Carrasco y Larrinaga (1996) argumentábamos que debíamos advertir el po-
tencial de la contabilidad y movilizarlo para el cambio social que requerían el
paradigma ecológico y el reto de la sostenibilidad. Parece que los responsables
políticos, de grupos de interés y de organismos internacionales de normali-
zación así lo han asumido y han llamado a la contabilidad a desempeñar un
creciente papel en la concienciación y difusión de conocimiento e información
allí donde muchas veces la regulación de la actuación concreta se hace difícil
(Larrinaga y Bebbington, 2021). Por ejemplo, la regulación contable europea de-
riva en gran medida “de una tradición que reconoce lo social […] y el papel del
Estado en permitir y facilitar en lugar de trascender los procesos de mercado”
(Hopwood, 1994, p. 250).
174Evolución de la contabilidad social y medioambiental...
Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
Como hemos visto, existe un debate entre tres posiciones sobre el papel
que juega la contabilidad social y medioambiental. Pero hemos aprendido de
la perspectiva organizacional y social de la contabilidad a preguntarnos acerca
de —en lugar de afirmar— la racionalidad y los objetivos de los cálculos y prác-
ticas contables (Miller y Rose, 2008). Por tanto, es necesario un estudio con-
textual del binomio contabilidad-racionalidad. En Carrasco y Larrinaga (1996)
opinábamos que la complejidad del papel social de la contabilidad aconsejaba
contemplar la posibilidad de que, en lugar de contribuir positivamente a los
retos sociales y medioambientales, las prácticas contables sirvan de soporte a
los procesos que perpetúan las crisis ecológicas y sociales. En efecto, muchos
estudios han ilustrado cómo la contabilidad ha sostenido lógicas explotadoras y
de expansión ecológica (Larrinaga y Bebbington, 2001; Larrinaga y Garcia-Torea,
2022), no siempre lógicas de cambio hacia un comportamiento más sostenible
de las empresas —aunque este sea el objetivo deseado—.
Señalábamos en Carrasco y Larrinaga (1996) la oportunidad de abordar el es-
tudio de las implicaciones que la consideración del espacio y del tiempo podían
tener para comprender el papel de la contabilidad medioambiental y actuar en
consecuencia. Exploramos estas ideas en las siguientes secciones.
IV. Espacio
La noción de desarrollo sostenible originó en los años de 1990 una con-
ciencia sobre la importancia de los procesos ecológicos globales (Carrasco y
Larrinaga, 1996). Si la contaminación ambiental en los entornos más cercanos
había alimentado la preocupación de muchos ambientalistas y gobiernos en las
décadas anteriores, la publicación del Informe Brutland en 1987 supuso un cam-
bio de perspectiva. Ya no generaba inquietud solo la contaminación del río, sino
el estrechamiento de la capa de ozono o el cambio climático. Una perspectiva
menos dogmática de la contabilidad permitió indagar en la trascendencia de la
contabilidad más allá de los estrechos límites de la entidad contable, de modo
que podíamos osar plantear “una redefinición espacial del modelo contable con-
vencional” (Carrasco y Larrinaga, 1996, p. 78), considerando concepciones flui-
das de la organización en las que la contabilidad tiene un papel en la definición
de qué queda dentro y qué fuera de la organización. Y, por ende, la contabilidad
no solo mide, sino que también define la externalidad.
El conocimiento sobre los problemas ecológicos globales ha evolucionado
desde 1996, evidenciando la escala del impacto humano en el planeta hasta el
punto de que hoy se habla del Antropoceno, un nuevo periodo caracterizado
por la agencia no ya ecológica sino geológica de la humanidad, periodo que ha
venido a sustituir al Holoceno (Bebbington, Österblom, et al., 2020). El cono-
cimiento del contexto biofísico en el que se desarrolla la actividad económica
ha llevado al estudio de los “límites planetarios” (Steffen et al., 2015): nueve
175Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 81. M edellín, j ulio-diciembre de 2022
umbrales para otros tantos procesos biofísicos, dentro de los cuales los cien-
tíficos han concluido que la tierra puede sostener la humanidad dentro de un
espacio seguro y fuera de los que las alteraciones pueden tener consecuencias
devastadoras en términos del equilibrio del planeta que ha dado lugar a las civi-
lizaciones actuales. Algunos de estos umbrales miden la acumulación de CO2 en
la atmósfera, causante del cambio climático o la tasa de extinción de especies,
ya que la biodiversidad determina la potencial resiliencia de diferentes procesos
de la biosfera y de la atmósfera. Diversos análisis muestran que los datos obser-
vados en algunos de estos procesos biofísicos están fuera de los parámetros del
espacio seguro (Rockström et al., 2009; Steffen et al., 2015).
En la Tabla 1 hemos actualizado los datos que recopilaron Larrinaga et al.
(2019) para comparar la situación del mundo en 1996 con la de 2022. Puede
observarse que, en estos 26 años, a pesar de la evolución del conocimiento de
la contabilidad social y medioambiental, y de su propia evolución institucional,
los datos sobre aspectos sociales y medioambientales no pueden generar op-
timismo. Así, el exceso de consumo de la biocapacidad planetaria ha pasado
del 32% al 75%. La concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado un 13%,
mientras que el consumo de electricidad per cápita ha aumentado un 40%, la
población lo ha hecho en un 35% y la producción de energía renovable continúa
desempeñando un papel secundario. Estos datos están indudablemente aso-
ciados al deseable incremento del bienestar de una gran parte de la población
mundial; la cuestión que se plantea es cuál es la responsabilidad de las organi-
zaciones en este proceso y qué papel desempeña la contabilidad.
Tabla 1. Evolución del estado del mundo (1996 – 2022)
Indicador Último dato
disponible
Último año
disponible 1996
Número de organizaciones que han publicado un informe de
sostenibilidad (mundo) 13.394 2019 -
Huella ecológica global (número de tierras necesarias para sostener la
actividad humana) 1,75 2018 1,32
Consumo de energía eléctrica (kwh per cápita) 3.127 2014 2240
Consumo de energía renovable (% sobre consumo total) 23% 2015 20%
Concentración atmosférica de dióxido de carbono (ppm) 408 2018 362
Especies en peligro de extinción (sobre el total de especies conocidas) 28% 2022
Población mundial (millones) 7.840 2021 5.790
Participación en la renta mundial del top 1% 19,33% 2021 19,47%
Participación en la renta mundial del 50% renta más baja 8,47% 2021 7,06%
176Evolución de la contabilidad social y medioambiental...
Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
Indicador Último dato
disponible
Último año
disponible 1996
Explotación infantil: niños entre 5 y 17 años (millones) 160 2020 245*
Personas en régimen de esclavitud (millones) 40,3 2018 ?
* Dato relativo al año 2000.
Fuente: elaboración propia a partir de Global Reporting Initiative, Global Footprint Network, Agencia
Europea de Medio Ambiente, Banco Mundial, World Inequality Dabtabase, International Labour
Organization, Global Slavery Index; International Union for the Conservation of Nature y Larrinaga et
al. (2019).
Un tema de investigación en contabilidad que ha recibido creciente atención
es la medida en que hay un desajuste entre las cuentas e indicadores empre-
sariales y los procesos globales ecológicos (Gray y Milne, 2004). Puesto que la
sostenibilidad ecológica es una cuestión que se discierne en el plano sistémi-
co y las organizaciones son engranajes de ese armazón, para poder construir
e interpretar indicadores se necesita delinear los límites de los informes de
sostenibilidad, de igual forma que se consolidan los estados financieros, pero
introduciendo las especificidades propias de la sostenibilidad. Se necesita
conocer qué queda dentro y qué queda fuera de los límites de la organización
para atribuir las responsabilidades correspondientes. Antonini y Larrinaga
(2017) sostienen que la evaluación de las organizaciones a la luz de los aspec-
tos de sostenibilidad discutidos requiere la integración en los informes de las
actividades realizadas por organizaciones sobre las que existe una influencia
suficiente —al modo de la consolidación—, pues se ha demostrado que para
muchas organizaciones la mayor parte del impacto en ciertos aspectos es in-
directo, es decir, tiene lugar en la parte superior de su cadena de suministro.
Aunque existen otras normas de contabilidad que abordan esta problemática, el
GHG Protocol, desarrollado para la construcción de indicadores de emisiones de
gases de efecto invernadero, ha sido el que mayor influencia ha tenido, si bien
se ha limitado virtualmente a un solo aspecto de sostenibilidad 3 . Antonini y La-
rrinaga (2017) realizaron un análisis de los indicadores de impacto indirecto en
una muestra de 92 informes de sostenibilidad publicados por algunas de las 500
mayores empresas del mundo, concluyendo que, en términos generales, la cons-
trucción de estos indicadores se basó en información sobre las actividades que
3 El GHG Protocol (https://ghgprotocol.org/), por las siglas en inglés de gases de efecto invernadero
(greenhouse gas; GHG) establece tres alcances para la contabilidad de las emisiones de gases de
CO2. El alcance 1 (scope 1) comprende las emisiones producidas en los procesos de combustión
internos de la entidad. El alcance 2 (scope 2) incluye las emisiones derivadas de la energía adquirida
por la entidad a terceros en forma de electricidad o agua caliente, entre otros. El alcance 3 (scope
3) contiene el resto de las emisiones, incluyendo las generadas en la cadena de suministro para la
producción de materias primas, al igual que el transporte.
177Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 81. M edellín, j ulio-diciembre de 2022
se desarrollan dentro de las organizaciones sobre las que se ejerce un control fi-
nanciero —como ocurre en la consolidación de estados financieros—, mientras
que se ignoraron las actividades que tienen lugar en la cadena de suministro.
Estos resultados son importantes porque la evaluación del desempeño de una
organización puede estar distorsionada en la medida en que unas actividades u
otras se realizan de forma interna o se externalizan.
Pero los límites no están ahí fuera, inmóviles, esperando a ser aplicados, como
correspondería a una visión funcionalista de la contabilidad, sino que como en
otro trabajo muestran Antonini et al. (2020), los límites para la elaboración de
información sobre condiciones laborales en la cadena de suministro de una
cadena de ropa son objeto de disputa, con diferentes colectivos tratando de en-
marcarlos de acuerdo con sus intereses. Además, en realidad, los límites terminan
definiéndose de forma inesperada y creando efectos imprevistos. Estos autores
muestran cómo la empresa que estudian trata de contener el riesgo que le gene-
ra la difusión de información sobre la situación laboral en los diferentes niveles
de su cadena de suministro mediante la construcción de límites y la tentativa
de erigirse en gobernante de sus proveedores. Sin embargo, su estudio revela
que la cadena de suministro no tiene fin; los informes consideran cada vez una
nueva capa de proveedores: primero son sus proveedores, luego los suministra-
dores de estos últimos, más tarde los talleres que proveen a los suministradores
y así de forma interminable. No puede olvidarse que los incentivos económicos
están dictados por los precios que marcan los compradores, de formar que los
productores de la cadena de suministro desplazarán el trabajo barato hacia las
áreas de invisibilidad, es decir, fuera de los límites que abarcan los indicadores
que se elaboran para los informes corporativos (Islam et al., 2021). Esta línea de
investigación muestra que la información social y medioambiental no es inocua,
sino que tiene efectos performativos sobre los aspectos de los que informa. Sobre
este punto hay que señalar que, si bien cada vez hay más literatura contable que
examina la información en las factorías de Bangladesh, con los trabajos de los
profesores Ataur Belal y Azizul Islam, el estudio de las maquilas latinoamericanas
puede aportar una nueva perspectiva, en línea con lo que ya vienen haciendo los
estudios de administración (de la Rosa Leal, 2007; Reyes-Flores et al., 2019).
Finalmente, la consideración espacial de la contabilidad medioambiental remi-
te a otras geografías que trascienden el estudio de los límites de las organizacio-
nes. Contra los límites planetarios de Steffen et al. (2015) se produce un tipo de
desajuste entre las cuentas empresariales y los retos globales diferente del que
planteaban Gray y Milne (2004). Nos referimos a que si los problemas ecológicos
son globales y podemos decir que en términos del Antropoceno todos estamos
en el mismo barco, hay diferentes formas de estar en este barco (Gómez-Villegas,
2021; Quinche-Martín y Cabrera-Narváez, 2020; Sarmiento y Larrinaga, 2021) y
diferentes formas de pensar el barco (Gómez-Villegas y Larrinaga, 2022).
178Evolución de la contabilidad social y medioambiental...
Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
Por un lado, algunas geografías y sus pueblos viven conflictos socio-ecoló-
gicos ligados al acceso a los recursos naturales que contradicen radicalmente
las perspectivas del capitalismo prístino o ESG, por lo que Quinche-Martín y
Cabrera-Narváez (2020) proponen una ecología política de la contabilidad social
que confronte la invisibilización de los conflictos ambientales que genera el
extractivismo. Los conflictos socio-ecológicos tienen múltiples manifestaciones,
incluyendo la deforestación, pérdida de biodiversidad, desigualdad estructural,
violencia contra las comunidades u ocupación del territorio (Gómez-Villegas,
2021), pero estas manifestaciones están ausentes de la contabilidad de empre-
sas que contrariamente gozan de reconocimiento por su responsabilidad social
en otras geografías (Déniz-Mayor et al., 2019).
Por otro lado, no se trata solo de que los informes de sostenibilidad omitan
las condiciones laborales de las maquilas, sino de que estos informes “vienen de
otro mundo y hablan otra lengua” (Sarmiento y Larrinaga, 2021, p. 87). En cierto
modo, de entre todas las formas posibles de dar y recibir cuentas por el resul-
tado social y ecológico de las actividades (Gómez-Villegas, 2021), las normas
internacionales y las grandes empresas han elegido una forma de hacerlo que
está en consonancia con una manera particular de pensar el mundo, con unas
teorías que quizás no sean pertinentes para examinar los retos socio-ecológicos
de todas las regiones del planeta (Sarmiento y Larrinaga, 2021), haciéndose ne-
cesario poner en tensión las diferentes formas de pensar la contabilidad social y
medioambiental (Gómez-Villegas, 2021; Gómez-Villegas y Larrinaga, 2022).
Los límites planetarios ofrecen una imagen certera del reto ecológico global,
inseparable de los retos sociales ligados a la justicia y a los derechos huma-
nos. La justicia intrageneracional es el elemento que integra la sostenibilidad,
y ya en Carrasco y Larrinaga (1996) advertíamos del peligro de que las medidas
de protección ambiental restringidas espacialmente expulsasen los problemas
socio-ecológicos a otras partes del planeta. Nuestro conocimiento de la conta-
bilidad en las cadenas de suministro o de la invisibilización de conflictos, por
ejemplo, ha aumentado notablemente. Sin embargo, los conflictos continúan y
la crisis humana y ecológica no parece disminuir.
V. Tiempo
El tiempo está presente en el desarrollo sostenible, pues este trata de pre-
servar la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.
El Antropoceno nos remite a una nueva época que da fin al Holoceno que ha
durado aproximadamente doce milenos, durante los que ha florecido la humani-
dad y que genera toda una serie de interrogantes sobre el futuro. La imposición
de esta perspectiva temporal a la contabilidad social y medioambiental ha oca-
sionado la crítica al modelo actual de contabilidad basada en la determinación
del beneficio a corto plazo y la propuesta de la necesidad de reconocer los efec-
179Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 81. M edellín, j ulio-diciembre de 2022
tos a largo plazo de las actividades empresariales (Carrasco y Larrinaga, 1996).
El tiempo nos remite al futuro y también al pasado. Pensemos primero en el
futuro y luego en el pasado.
El futuro. Las Naciones Unidas formularon en 2015 los objetivos y metas de
desarrollo sostenible, dentro de la agenda de desarrollo sostenible, que han de
alcanzarse en 2030. También han lanzado una campaña (cero neto) para que la
humanidad se acerque a unas emisiones nulas de gases de efecto invernadero
en 2050. Estas y otras iniciativas coinciden en el sentido de la exigencia de no
sobrepasar ciertos umbrales a partir de los cuales los científicos advierten que
la tierra podría enfrentar cambios no-lineales, potencialmente devastadores
para la humanidad (Bebbington y Unerman, 2018). Si en 1996 pedíamos que la
contabilidad reconociese la sostenibilidad a largo plazo, hoy nos encontramos
con la realidad de que hay elementos contables en estas y otras iniciativas de
largo recorrido relacionadas con la sostenibilidad (Bebbington y Unerman, 2018;
Carrión, 2022). El futuro de la contabilidad social y medioambiental se ha cons-
truido —así— alrededor de la oposición entre los intereses a corto plazo de
los negocios y los inversores, y una interpretación de la sostenibilidad que tiene
que ver más con el largo plazo (Schaltegger y Burritt, 2018). Así, los objetivos
de sostenibilidad se formulan siempre a 15 o, incluso, 30 años, mientras que los
beneficios de las empresas se anuncian no ya cada año, sino cada trimestre. La
sostenibilidad requiere de una visión a largo plazo; incluso los aspectos que ini-
cialmente pueden no parecer financieramente materiales, con el tiempo pueden
afectar al valor de la empresa 4 (Giner y Luque-Vílchez, 2022).
Es cierto que la sostenibilidad requiere una visión a largo plazo. Pero Tre-
gidga y Laine (2022) nos han hecho ver que la construcción de la contabilidad
social y medioambiental como una contabilidad a largo plazo contribuye a
restar importancia a la urgencia de los retos ecológicos. Volvemos a recuperar
la facultad constitutiva de la contabilidad de la que hemos hablado más arri-
ba: contabilidad y racionalidad se apoyan la una en la otra. La contabilidad a
largo plazo resta urgencia a su objeto de interés, confirmando el discurso de
que la sostenibilidad es importante, pero en el futuro distante, mientras que es
necesario priorizar las cuestiones económicas y financieras que demandan una
atención inmediata.
Es decir, dado que la contabilidad medioambiental es sobre algo a largo plazo y es
menos urgente, puede dejarse de lado como potencialmente imposible, demasiado
perjudicial socialmente, económicamente prohibitiva. O, al menos, en tiempos de cri-
sis económico-financiera se la puede marginar o considerar como una preocupación
secundaria.
(Tregidga y Laine, 2022, p. 6).
4 Véase la perspectiva ESG más arriba.
180Evolución de la contabilidad social y medioambiental...
Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
¿Pero no era urgente afrontar el cambio climático? ¿No era urgente pros-
cribir el trabajo infantil? La ciencia y los principios de los derechos humanos
dicen que sí lo son y advierten de que es necesario emprender acciones sus-
tanciales a corto plazo para evitar consecuencias catastróficas a largo plazo
(por ejemplo, IPCC, 2022). Tregidga y Laine (2022) reivindican una contabilidad
medioambiental del corto plazo que haga visible la necesidad de emprender
acciones urgentes (Bebbington y Larrinaga, 2014). Creemos que no tenemos
todavía una idea clara de qué puede hacer la investigación para construir la con-
tabilidad medioambiental del corto plazo, pero el estudio de las tensiones que
se producen entre el corto y el largo plazo pueden darnos alguna idea. Así, la
investigación que llevaron a cabo Bebbington, Schneider, et al. (2020) pone de
manifiesto cómo los mercados financieros están atribuyendo un valor económi-
co a reservas de petróleo y gas sin consideración de la incertidumbre existente
sobre la posibilidad de que esas reservas puedan llegar a ser explotadas, según
la ciencia, en un futuro libre de carbono y si se cumplen los objetivos de emisio-
nes. El corto plazo atribuye un valor que el largo plazo niega.
El pasado. Pensar el desarrollo sostenible también incluye una reflexión so-
bre el proceso que nos ha traído a este punto. Retomando lo dicho más arriba
para aportar un poco de perspectiva, podemos decir que ya no vivimos en el
Holoceno. El Antropoceno es un nuevo periodo geológico caracterizado por
la agencia del ser humano; la humanidad no solo está modificando la biosfera,
sino también la geosfera (Bebbington, Österblom, et al., 2020). Pues bien, el de-
bate sobre el punto de inicio del Antropoceno tiene implicaciones importantes
para pensar el papel de América Latina en el mundo. La demarcación de una
nueva época geológica se efectúa sobre el criterio científico de que exista un
hito significativo que deje una huella geológica global. Uno de los hitos que
los científicos consideraron fue el del intercambio colombino, que además de
colonización conllevó un intercambio e hibridación de ecosistemas, la pérdida
de casi toda la población americana y un aumento de la captura de CO2, identi-
ficable en registros históricos con una disminución de la concentración de CO2
en la atmósfera de 7-10 p.p.m., conocida como el orbis spike (Lewis y Maslin,
2015). También se ha propuesto la revolución industrial que inició la explotación
de fuentes energéticas no renovables, aunque finalmente el hito que inicia el
Antropoceno, según la versión predominante de los científicos, es la gran acele-
ración: alrededor de los años cincuenta del siglo XX se produce un incremento
exponencial de la población, del consumo de recursos y de la contaminación,
además de un pico de radioactividad por la proliferación de ensayos nucleares
(Bebbington, Österblom, et al., 2020).
Pese a todo, el hecho de que se haya propuesto que estos tres hitos —orbis
spike, revolución industrial y gran aceleración— están encadenados (Bebbing-
ton, Österblom, et al., 2020) resta importancia a la elección final y entronca con
181Contaduría U niversidad de A ntioquia – N o. 81. M edellín, j ulio-diciembre de 2022
el debate actual sobre la historia colonial de Latinoamérica. Se ha propuesto
que la colonización europea funda la era moderna y crea las condiciones de po-
sibilidad para el desarrollo del capitalismo a través de la explotación de sus re-
cursos (Quijano, 2000). De este modo, podemos decir que muchas de las teorías
que pueblan la contabilidad social y medioambiental están construidas sobre
principios modernistas y de la Ilustración basados en la separación entre el ser
humano y la naturaleza, en la emancipación de la humanidad de la necesidad
material. En su revisión de la perspectiva decolonial, Gómez-Villegas y Larrinaga
(2022) plantean la necesidad de un abordaje diferente en el que América Latina
desempeñe un papel protagonista. Una perspectiva ecológica requiere echar
una vista al pasado y observar el momento en el que se produjo la separación
entre el ser humano y la naturaleza. Podemos decir que en ese momento Amé-
rica Latina tuvo un papel protagonista, razón por la que sostenemos que esta
región del mundo debe tener un papel protagonista en la recuperación de una
perspectiva ecológica que permita pensar la contabilidad en el Antropoceno.
VI. Comentarios finales
Hemos reflexionado sobre el papel constitutivo de la contabilidad y el de-
sarrollo del proyecto de contabilidad social y medioambiental, tomando como
punto de partida las ideas que se lanzaban en el trabajo de Carrasco y Larrinaga
(1996). Asimismo, hemos hecho uso de la libertad que los editores del número
especial nos concedieron para abordar algunas de nuestras preocupaciones pre-
sentes, como la importancia creciente del enfoque ESG, en lugar de un enfoque
de sostenibilidad en la contabilidad social y medioambiental. También hemos
reflexionado sobre aspectos espaciales y temporales, tan importantes para la
sostenibilidad, que siempre nos remiten a América Latina.
Por lo que se refiere a las diferentes aproximaciones a la contabilidad social
y medioambiental, el enfoque ESG que preconizan instituciones como la IFRS
Foundation acarrea un grave perjuicio a objetivos sociales y medioambientales
que, si finalmente triunfan estos planteamientos, pueden quedar fuera de los
informes empresariales, con el argumento de que no son financieramente mate-
riales. En el momento presente parece que esta versión no triunfará en la Unión
Europea, pero nos preocupa el devenir de la normativa contable en los países
de América Latina y en particular de Colombia, si finalmente adopta, en algún
momento, este enfoque en su regulación.
Por lo que se refiere al espacio y al tiempo, nos hemos detenido a exponer
la importancia de considerar y visibilizar los impactos sociales y medioambien-
tales de las empresas durante toda su cadena de suministro. También hemos
explorado la urgencia de las acciones y la importancia de conocer la historia de
cómo hemos llegado hasta aquí. En todos estos aspectos, América Latina es y
ha sido protagonista. Nosotros defendemos que también debe desempeñar un
182Evolución de la contabilidad social y medioambiental...
Carrasco, F.; Correa, C. & Larrinaga, C.
papel protagonista en la generación de ideas que permitan desarrollar una con-
tabilidad del Antropoceno desde la consideración del binomio espacio-tiempo
y liberar a nuestra disciplina de las ataduras que han impedido una evolución
equiparable a la de otras disciplinas, en un momento en el que los retos que la
sociedad debe abordar para garantizar la sostenibilidad requieren de un esfuer-
zo colectivo desde todos los ámbitos del saber.
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