EDITORIAL
El debate internacional sobre la materialidad
en temas de sostenibilidad: contextualización
y retos para Latinoamérica
La materialidad es el eje central bajo el cual gira la estrategia de
sostenibilidad empresarial (Jørgensen et al., 2022). De acuerdo con los
temas que las empresas consideran materiales, se desarrollan sus acciones
de sostenibilidad que, finalmente, acaban siendo revelados en los informes
de sostenibilidad. Actualmente, el mundo debate sobre el enfoque de
sostenibilidad que deben seguir las empresas. Por un lado, está el enfoque
propuesto por el International Sustainability Standards Board (ISSB) y por otro
lado está el de la Comisión Europea. Los estándares propuestos por el ISSB
promueven un enfoque de materialidad financiera y están alineados, a su vez,
con los propuestos por Financial Reporting Council (FRC), Taskforce of Climate-
related Financial Disclosures (TCFD), Climate Disclosure Standards Board (CDSB) y
Value Reporting Foundation (VRF).
De acuerdo con De Cristofaro y Gulluscio (2023), la materialidad financiera
gira en torno a la capacidad de creación de valor financiero de las empresas. En
este sentido, un asunto social, ambiental o de gobierno es material si implica un
riesgo o una oportunidad para la creación de valor empresarial. Debido a que
este enfoque se concentra principalmente en identificar los riesgos y oportuni-
dades, autores como Jørgensen et al. (2022) y Primec y Belak (2022) han señala-
do que estos estándares ponen en el centro los intereses de los inversionistas y
desconocen en gran medida a los demás grupos de interés.
Por su parte, la Comisión Europea introdujo en el año 2019 el concepto
de doble materialidad (European Commission, 2019). De acuerdo con los
European Sustainability Reporting Standards (ESRS) la doble materialidad tiene dos
componentes que deben ser evaluados por las organizaciones: la materialidad
financiera y la materialidad de impacto. En este contexto, el enfoque para
determinar los asuntos materiales propuestos por la Comisión Europea es
más exigente toda vez que requieren hacer la evaluación de los riesgos y
oportunidades que tienen las compañías en su proceso de creación de valor
—materialidad financiera—, y también exige que se identifiquen los principales
impactos a nivel ambiental y social que se generan con el desarrollo de las
actividades de cada empresa —materialidad de impacto—. La materialidad
de impacto se basa principalmente en los lineamientos que ha desarrollado el
Global Reporting Initiative (GRI), por lo que actualmente este organismo ha jugado
un rol activo en el desarrollo de los ESRS.
Así pues, lo que se busca con la aplicación de la doble materialidad es iden-
tificar los diferentes impactos externos que interfieren en la operación de las
compañías y los impactos internos que generan las empresas en su entorno. Por
tanto, la doble materialidad implica que las empresas tengan relacionamiento
con sus diferentes grupos de interés y no sólo se centren en los intereses de los
inversionistas.
Latinoamérica es un territorio rico en recursos naturales en donde la eco-
nomía de sus países está basada principalmente en la explotación de este tipo
de recursos. Igualmente, de acuerdo con Correa-Mejía (2022), los países lati-
noamericanos se caracterizan por tener instituciones débiles, control estatal
limitado, altos niveles de riesgo para el desarrollo de negocios, baja cultura de
gobierno corporativo, altos niveles de corrupción y elevados riesgos políticos.
En este sentido, el primer reto que existe en el contexto latinoamericano es no
desconocer los avances que han hecho las compañías —especialmente las coti-
zadas— en la aplicación de la materialidad social y ambiental —que se acerca al
concepto de materialidad de impacto— a través de los estándares del GRI. De
acuerdo con el informe realizado por KPMG (2023) el 77% de las compañías que
presentan informe de sostenibilidad hacen uso de los estándares del GRI, por
lo que actualmente hay una experiencia acumulada en la identificación de gru-
pos de interés, comunicación con estos grupos y en la determinación de temas
materiales. El segundo reto consiste en que las compañías incluyan en sus infor-
mes de sostenibilidad los riesgos y oportunidades —materialidad financiera—
con el fin de complementar la evaluación de la materialidad que actualmente se
hace y se vaya haciendo una transición hacia la aplicación de doble materialidad.
El tercer reto le compete a la academia, en la medida en que se requiere for-
mar a los profesionales de todas las áreas del conocimiento con una perspectiva
de sostenibilidad. De esta manera, los programas de contaduría pública tienen
el desafío de incluir en los programas de estudio temas relacionados con la
rendición de cuentas de información de sostenibilidad y su enfoque estratégico
a nivel organizacional. Desde este enfoque es necesario que los contadores so-
cialicen la importancia de la sostenibilidad en las empresas y aporten al cambio
de paradigma que este tema solo conlleva mayores costos y gastos y no aporta
para mejorar el desempeño empresarial.
Por último, el gran reto lo tienen los reguladores ya que en Latinoamérica
el reporte de información de sostenibilidad es, en gran medida, voluntario
y solo es posible evidenciarlo en las grandes empresas, que en su mayoría
cotizan en el mercado de valores. En este contexto, los reguladores tienen
el desafío de elaborar marcos normativos que obliguen no solo a las grandes
empresas sino también a las pequeñas y medianas empresas a que primero
rindan cuentas sobre sus impactos sociales, ambientales —materialidad de
impacto— y luego informen sobre sus riesgos y oportunidades —materialidad
financiera—. La regulación en temas de sostenibilidad se hace necesaria, ya
que la responsabilidad de la sostenibilidad no debe recaer exclusivamente en
las grandes compañías, sino que cada empresa debe ser responsable de los
impactos que genera en la sociedad y en el ambiente. Es hora de que los paí-
ses latinoamericanos tomen una postura firme con las compañías y les exijan
rendición de cuentas sobre los impactos que tienen a nivel social y ambiental,
y también sobre sus riesgos y oportunidades. El crecimiento económico no se
justifica si no se aseguran los recursos de las futuras generaciones.
Referencias bibliográficas
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Multilatinas’ Reporting Quality. Corporate Governance, 22(6), 1259-1274. https://doi.
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De Cristofaro, T., y Gulluscio, C. (2023). In Search of Double Materiality in Non-Financial
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Primec, A., y Belak, J. (2022). Sustainable CSR: Legal and Managerial Demands of the New
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Diego Andrés Correa-Mejía
Universidad de Antioquia
diegoa.correa@udea.edu.co