Sentidos posibles de la práctica pedagógica en la Seccional Suroeste: una experiencia posible entre la literatura infantil y la formación de maestros de la Licenciatura en Humanidades, Lengua Castellana

 

Luis Gabriel Mejía Ángel[1]

Andrés Felipe Restrepo Acevedo[2]

 

Resumen

Este artículo surge del proceso de práctica pedagógica que se llevó a cabo en la Licenciatura en Humanidades, Lengua Castellana, en la Seccional Suroeste (ciclo 2018-2-2019-2), donde un grupo de estudiantes solicitaron puntualmente la apertura del espacio para abordar temas relacionados con la literatura infantil. Luego de año y medio de experiencias, discusiones y relaciones al ser asesor de un grupo de estudiantes que deseaban más que optar a un título, el artículo constituye una reflexión que deriva en la pregunta sobre el lugar que ocupaba la literatura infantil en los procesos de formación desde la escuela. Luego de pasar por el espacio de formación, uno de los maestros en formación comparte también aquello que queda instalado en su subjetividad.

 

Palabras clave: formación de maestros en literatura, literatura infantil y escuela, práctica pedagógica.

 

Abstract

This article arises from a pedagogical practice process developed in the bachelor’s degree in Humanities, Spanish Language, at Southwest Section (cycle 2018-2 2019-2), when a student group asked for a space to study issues related to children's literature. After a year and a half of experiences, discussions, and relationships where I was the mentor of a student group who wanted more than to get a degree, this article constitutes a reflection on the question about the place that children's literature had in school training processes. After going through the training space, one of the teachers in training also shares the ideas installed in his subjectivity.

 

Keywords: Teacher Training in Literature, Children's Literature and School, Pedagogical Practice.

 

“Cada día que pasa es más necesaria la creación de un discurso crítico, único para la literatura infantil, en el que la comunidad universitaria debería tener mucho que decir, y en el que no debería cuestionarse que la Literatura Infantil es Literatura”

Pedro Cerrillo

Iniciar el recorrido desde la incertidumbre

En el año 2018 inició una travesía que, en ocasiones, generaba una angustia profunda, tanto para un asesor, como para los estudiantes expectantes en la definición de su línea de interés, desde la cual se orientarían los procesos finales de la práctica pedagógica[3] en su proceso de formación profesional. Este sentimiento inicial se traduce en lo desconocido que puede ocurrir en las personas a quienes acompañarás como asesor y también en la responsabilidad de dar línea a los que tienen como proyecto de vida ser maestros de lenguaje y literatura. Sin embargo, esta ansiedad no solo se encuentra instalada en los asesores, también se aloja en los estudiantes, debido a las múltiples preguntas sobre lo que implica devenir maestro, en temas que son más específicos y si sería lo conveniente para un futuro laboral, en consonancia con los intereses en el proyecto de vida de cada cual.

 

La literatura Infantil: sentidos y relaciones con la práctica pedagógica

La propuesta “Repensar el lugar de la Literatura Infantil y Juvenil (En adelante, LIJ) en la formación de maestros de lengua y literatura” tiene lugar en el contexto del Suroeste antioqueño, específicamente en la seccional de la Universidad de Antioquia, ubicada en el municipio de Andes. Una práctica que abre la mirada sobre los planteamientos de la literatura infantil como lo indica Cervera (1989), respecto a los diferentes debates sobre la complejidad que ha revestido la definición de la LIJ, en este sentido, es como “todas las producciones que tienen como vehículo la palabra con un toque artístico o creativo y como receptor al niño” (Cervera, 1989, p.157). En su artículo titulado “En torno a la Literatura Infantil”, este autor aclara dos puntos controversiales. En primer lugar, el rechazo sobre la existencia de la LIJ como literatura que pierde actualidad y vigencia, porque está sustentada en la idea de la falta de calidad y condiciones literarias y, en segundo lugar, aquellos que asumen que todo es literatura y niegan la necesidad de hacer clasificaciones, desconociendo que existen producciones que también están destinadas al niño y sirven a sus necesidades desde supuestos psicopedagógicos, requieren entender que se haga una denominación específica a esta “parcela”, al igual que la aceptación y el reconocimiento de la existencia de la literatura negra, o la novela policíaca.

En consecuencia, una de las ideas que ha planteado Cervera y que ha sido replicada por otros autores, tal como se evidencia en la propuesta sobre la noción de “literatura ganada”, hace alusión a “todas aquellas producciones que no nacieron para los niños, pero que, andando el tiempo, el niño se las apropió o ganó o se le destinaron, previa adaptación o no” (Cervera, 1989, p. 158). Esta concepción, en armonía con el proceso histórico que la literatura infantil ha evidenciado no solo desde la teoría literaria, sino en la formación literaria de estudiantes escolarizados, en la educación primaria y secundaria colombiana, además de la formación de maestros de lengua y literatura, permitió ampliar el espectro semántico sobre lo que implica los estudios literarios en LIJ y su componente pedagógico y didáctico, los cuales, a su vez, permiten la emergencia de la categoría de formación de lectores literarios, la cual se desarrollará a continuación.

El concepto de formación literaria acude a la realización de la lectura literaria con los niños y jóvenes. A partir de dicha lectura, el acto de reflexión se focaliza en el modo de entender el mundo desde la literatura, además de pensar nuestra relación con la realidad, potenciando una vertiente de lectura muy fuerte en los últimos tiempos, como lo es la lectura literaria, consolidándose como una de las líneas sensibles y posibles para abordar la obra con una perspectiva estética, sociocultural y política por parte del lector.

La lectura literaria también se entiende como el elemento esencial del proceso creativo en la comprensión formal y en la interrogación de los textos. Al respecto, Cerrillo (2007), exponente en la formación de lectores literarios afirma que:

 

La lectura literaria posibilita la construcción de un mundo imaginario propio, dando respuesta así a la necesidad de imaginar de las personas, que es una necesidad básica en las primeras edades, porque en la infancia aún no se tiene la experiencia vivida que tienen los adultos. (Sitio virtual)

 

Además, es importante tener en cuenta que los planteamientos anteriores entran en tensión con los diferentes paradigmas en estudios literarios tradicionales[4] y se encuentran encaminados en el proceso lector desde la promoción de lectura y espacios de formación, donde la LIJ cumple un papel estético y sociocultural.

 

Situar la práctica en el contexto: la LIJ en Jardín a través de la voz de un maestro[5]

A partir de los planteamientos anteriores, entre otros, surge el trabajo de grado titulado “Resignificar la formación de lectores literarios en secundaria, una apuesta a partir de la enseñanza de la literatura infantil y juvenil” (Restrepo, A., & Restrepo, L; 2020). Este trabajo se desarrolló en las prácticas pedagógica I y II, en la Institución Educativa San Antonio del municipio de Jardín, ubicado en el suroeste del departamento de Antioquia- Colombia. En este espacio se apostó a una resignificación del canon curricular literario que orienta la formación de lectores para el grado décimo, receptor y creador de nuevas concepciones para acoger la obra literaria infantil y juvenil. Lo anterior se enmarca en la formación desde la lectura literaria, donde se logró evidenciar que la literatura infantil y juvenil ha sido excluida del currículo en secundaria. Esto permitió, a través de ella, plantear una resignificación que la tuviera en cuenta en los procesos de formación literaria, donde no se desvió la atención de la obra estética para atender a asuntos cognitivistas de algunas áreas específicas, sino que se resaltaron sus valores pedagógicos en la mediación de una educación integral; tuvo en cuenta a los sujetos implicados en ella, sus intereses y su contexto real. Finalmente, este trabajo posibilitó la relación dialógica entre distintos referentes teóricos, la experiencia de la lectura literaria y la configuración y creación de posibilidades estéticas y artísticas, como el libro álbum, partiendo de su contexto y generando conocimiento sobre lo que no llega de un afuera editorial y que parte del reconocimiento cultural de un contexto jardineño retratado por la misma comunidad educativa.

A continuación, ilustraremos este proceso con algunas fotografías de los productos finales realizados por los estudiantes.

Figura 1. Compilado de algunos trabajos (Libros álbum), 2019.

Figura 2. “Jardín el pueblo más hermoso de Antioquia”. Libro álbum elaborado por: Samuel Montoya y Emmanuel Herrera, del grado 8-4 de la Institución Educativa San Antonio (2019).

 

Figura 3. “Doña socorro (empanadas)”. Libro ilustrado elaborado por: Isabela Agudelo, Ana Isabel Álvarez, Sara Álzate, Esteban López, del grado 8-4 de la Institución Educativa San Antonio (2019).

Figura 4. “Rojo”. Libro álbum elaborado por: Luis Felipe Padilla, Salomé Taborda, Antony Quintero del grado 10-3 de la Institución Educativa San Antonio (2019).

 

Se resalta lo que implicó la construcción de estos textos por parte de los estudiantes. Al traer a colación en estos ejercicios gran parte de los distintivos que engloban la identidad de su territorio, no solo se detienen en describir las realidades y factores que atraviesan su cotidianidad, sino que toman el papel de investigadores y van más a fondo para vincular en sus creaciones toda la pluralidad presente en su contexto social y cultural. En esta entrega de producciones jardineñas se resaltan valores de la cultura antioqueña y del municipio de Jardín, abarcando aspectos desde la gastronomía del territorio, hasta la fauna y la flora del mismo; se retratan costumbres, lugares, oficios y personajes icónicos que, si bien hacen parte de lo habitual en las realidades del colectivo, permiten un acercamiento desde una perspectiva que contempla las apreciaciones de los jóvenes lectores y creadores de nuevas narrativas.

El acto de la creación, entonces, representó todo un reto en la materia de Lengua Castellana; pensar lo literario no desde lo que se lee únicamente, sino desde lo que se dice por medio de las imágenes y las palabras y cómo, a su vez, la literatura infantil cobra otro sentido para estos estudiantes, pues pasa de ser una literatura “para los niños de preescolar y primaria” a ser parte de su cotidianidad en la construcción colectiva de relatos.

El trabajo en mención es el reflejo de pensar y discutir sobre la experiencia en la práctica como un acontecimiento constante, un lugar donde indudablemente los pliegues discursivos de nuestro objeto de estudio son “tocados”, moldeados y trasformados por sujetos que tienen otras maneras de relacionarse con la LIJ, (los adolescentes) y, claro, al tiempo nos ocurrió como asesor y en su momento como estudiante de la práctica. Ahora, al plantear la práctica pedagógica como eje de reflexión en el contexto de la literatura infantil, es necesario traer como punto de referencia a Lorente (2012), ya que propone un modelo de conocimiento basado en la práctica, el cual busca minimizar las clases magistrales y darle paso a un espíritu investigativo y crítico frente al abordaje de la literatura por parte de los estudiantes, en este caso en conjunto con el practicante y el asesor. Ahora bien, lo anterior no es posible tomando una postura pasiva y netamente receptiva, no solamente es “ayudarles a aprender a leer, a interpretar una época y una estética” en la formación literaria, ya que esto sería limitar(se) y condicionar(se), a reproducir los modelos de enseñanza literaria tradicional,  donde las relaciones de producción de saberes están supeditadas a factores mercantiles, como sucede muchas veces con la industria editorial de la LIJ, que no dan cabida a la renovación de los discursos, como voces de invocación que atestiguan desde las prácticas la formación de la enseñanza de la LIJ.

Desde esta perspectiva, resulta fundamental tener como punto de diálogo el lugar que ocupa la literatura en las prácticas de enseñanza y aprendizaje en el aula. Es preciso partir de una visión más articuladora entre los saberes específicos del lenguaje y la recepción estética de la obra de arte literaria; tensionar la mirada fragmentaria y permitir la construcción de puentes de sentido frente a lo que se pretende desarrollar entre los practicantes, docentes y estudiantes. Así, es necesario repensar la evaluación desde una perspectiva que permita la construcción colectiva desde el juego y la apropiación de los saberes desde la movilización de estos en lo cotidiano, con un enfoque a partir de lo social y lo cultural.

Reflexionar sobre la práctica desde la enseñanza de la literatura infantil implica pensar en las posibilidades de significar el mundo por medio de las letras y las imágenes. Permite, además, comprender las dinámicas identitarias que se desprenden del contexto jardinense y que resaltan la cultura, la tradición oral y aquellos aspectos que hacen que la creatividad y la estética se conjuguen en la construcción de nuevos textos literarios por parte de los estudiantes de los grados noveno y décimo. En este sentido, como lo plantea Larrosa (2003): “La experiencia de la lectura, si es un acontecimiento, no puede ser causada, no puede ser anticipada como un efecto a partir de sus causas, lo único que puede hacerse es cuidar que se den en determinadas condiciones de posibilidad” (p.40), donde se renuevan las lecturas, las escrituras y las experiencias de los sujetos, permitiendo un nivel de afectación, de manera positiva, en la formación de nuevos lectores literarios que reconocen la LIJ desde nuevas formas de leer, vivir y comprender el mundo.

 

Consideraciones finales: ampliar los sentidos de la práctica alrededor de la enseñanza de la literatura infantil

En este punto, la práctica pedagógica en el Suroeste antioqueño permitió ampliar los sentidos investigativos y reflexivos sobre la formación literaria, tanto en estudiantes de la educación primaria, básica y media, como en la formación de maestros de lengua y literatura; así mismo, generar las condiciones para seguir indagando por su lugar en la configuración de subjetividades e identidades de los lectores literarios.

Finalmente, la práctica docente que gire en torno a una propuesta donde primen las literaturas infantil y juvenil contemporáneas, donde los estudiantes disfruten de este tipo de libros profundamente, exploren en ellos y los desmenucen, podría abrir las puertas de la riqueza literaria clásica. En ella se exalta el valor del conocimiento y la palabra, la historia y el análisis de los acontecimientos, los ideales de hombre que se pretendía formar, las grandes batallas de la humanidad y un sinnúmero de temáticas, fortaleciendo, desde la brecha del pasado con el presente, la educación de generaciones a las que apremia ayudar a preservar la lectura. Abrir caminos investigativos y pedagógicos, a partir de propuestas literarias con la LIJ, resulta en un compromiso constante donde la reflexión, la experiencia y la creación son motivos que encaminan nuestro compromiso con el saber, la educación y el mismo campo de conocimiento.

 

 

 

Referencias bibliográficas

Cerrillo Torremocha, P. C. (2007). Los nuevos lectores: la formación del lector literario. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Disponible en : http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/los-nuevos-lectores-la-formacin-del-lector-literario-0/html/013fed66-82b2-11df-acc7-002185ce6064_4.html#:~:text=Mart%C3%ADn%20Garzo%20se%20ha%20referido%20al%20lector%20como%3A&text=Leer%2C%20una%20vez%20adquiridos%20los,una%20actividad%20individual%20y%20voluntaria.

Cervera, J. (1989). En torno a la literatura infantil. Cauce(12), 157-168. https://cvc.cervantes.es/literatura/cauce/pdf/cauce12/cauce_12_007.pdf

Larrosa, J. (2003). La clase de literatura. En La experiencia de la lectura estudios sobre literatura y formación. México: Fondo de Cultura Económica.

Lorente, P. (septiembre de 2012). Análisis crítico de la formación del profesorado de lengua castellana y literatura para la docencia en el siglo XXI. Revista Didáctica, Innovación y Multimedia(23). http://dimglobal.net/revistaDIM23/revistanew.htm

Restrepo, A., & Restrepo, L. (2020). Resignificar la formación de lectores literarios en secundaria, una apuesta a partir de la enseñanza de la literatura infantil y juvenil. (Tesis de pregrado). Universidad de Antioquia.



[1] Docente de cátedra de la Facultad de Educación, asesor de práctica de la Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana, en la línea de Enseñanza de la Literatura. Estudiante del Doctorado en Educación en la línea de Didáctica Universitaria (DIDES). Correo: lgabriel.mejia@udea.edu.co

[2] Licenciado en Humanidades, Lengua Castellana, egresado de la Seccional Suroeste. Correo: andres.restrepo38@udea.edu.co

[3] En la versión 3 de la Licenciatura en Humanidades, Lengua Castellana, los estudiantes de octavo semestre presentan sus temas de interés a trabajar en sus prácticas finales y, en la mayoría de las ocasiones, los asesores presentan una propuesta formativa en coherencia con dicho interés. Posteriormente, se les presenta la propuesta y ellos deciden adherirse o no.

[4] Nos referimos a los estructuralistas y formalistas rusos.

[5] Referimos puntualmente la experiencia de la práctica del autor Andrés Felipe Restrepo.