Yesid Acevedo Garzón[1]
Héctor Ovidio Álvarez Valencia[2]
Daniela Bolívar Zapata[3]
Edwin Fabián González Correa[4]
Leidy Carent
López Aristizabal[5]
Sindy Melissa Metaute
Arango[6]
Yelitza Osorio Urrea[7]
La formación del Semillero de
Investigación en Pedagogía (SIP) y su proceso de constitución a través de
múltiples generaciones ha tenido lugar en los caminos que cada uno de sus
integrantes ha trazado y recorrido; su devenir está determinado por la
presencia de cada uno, y sus maneras específicas de habitarlo y de apropiar el
legado epistemológico, cultural y afectivo. Como Sartre afirmó, “el hombre no
es otra cosa que lo que él se hace” (2014, p.11-12), a partir de lo que otros
hicieron con él.
En este sentido, para reconocer la
trayectoria del SIP es necesario destacar sus raíces como punto de partida para
nuestra constitución en diversas líneas de sentido. Nuestro legado y la
posibilidad de llevarlo en el cuerpo se erigió a partir de esas raíces que representan
nuestros vínculos primarios o los lazos que nos conectan con nuestra historia y
con lo que ha sido heredado.
Las raíces como vínculo primario
La
constitución del semillero SIP ha estado antecedida por una invitación que
incentiva a los jóvenes actores a participar en este espacio de construcción de
saberes. En sus orígenes esta invitación nombrada como carta de formación
sirvió como medio de comunicación y materialización de la voz formativa del
“profe”. Este elemento convertido en ritual a lo largo del tiempo ha sufrido
variaciones de acuerdo con las nuevas dinámicas de comunicación mediadas por
las TIC, tal y como se puede evidenciar en este fragmento de una de las cartas
escritas por el profe: “La disposición a asistir a dos reuniones semanales es
vital, pues el grupo únicamente existe cuando se comunica y piensa… El pensar
nos lleva a valorar el goce que trae el examen cuidadoso de nuestro hacer
investigativo y formativo” (Echeverri, comunicación personal, 17 de marzo de 2011).
Al
habitar las cartas de formación como un proceso de inserción en la trayectoria
del SIP, se encuentran algunos aspectos que dan lugar a presentar todo lo que
ellas han significado en términos de introducción y despliegue, como vínculo de
construcción de la amistad intelectual que se ha gestado en la dinámica del
Grupo Historia de la Práctica Pedagógica en Colombia (En adelante, GHPP). En el
inicio del semillero, la carta fungió como la voz viva de tener al maestro allí
representado:
“El profe escribe a sus noveles maestras para motivar el ejercicio de reflexión
sobre los lugares del oficio y las esperanzas del ser maestro…” (Echeverri, comunicación
personal).
Este
proceso de incubación es motivación para la segunda cohorte y presenta matices
y alternativas para continuar significando el espacio de formación que son los
semilleros y que, convocados por un propósito, se vuelven motivo de otras
categorías filiales como son la invitación, el deseo y el hábito. Desde la
invitación realizada a la participación en el semillero se ha preguntado por el
maestro y por el saber, teniendo presentes los intereses de los actores que dan
vida al SIP, además, se tienen en cuenta tradiciones establecidas y heredadas
del GHPP, tales como investigar, conocer, reinventar, problematizar situaciones
y saberes, que permiten a los semilleristas una participación y permanencia
voluntaria, logrando una apropiación de memorias colectivas para forjar su
propio camino y su transitar por este espacio de formación.
Al
realizar la invitación para la apertura de nuevas cohortes, hablamos de un
relevo generacional que se va dando por avances en los semilleristas, tales
como terminación de los pregrados, continuación de estudios posgraduales,
ejercicio profesional en centros educativos, entre otros. Esto no significa que
haya una desvinculación del semillero, sino que representa una renovación y una
oportunidad para encontrarse con otros, para pensar y repensar el acontecer con
las nuevas generaciones de maestros y, de esta manera, formular proyectos de
investigación que den cuenta de la reinvención de espacios de formación, de la
emergencia de nuevas problemáticas, del devenir de sus participantes; un acto
político que muestra la intelectualidad y la resistencia del maestro.
En
cierta medida, el Semillero de Investigación en Pedagogía ha desarrollado a
través de sus miembros diferentes modos de residir y motivarse por el estar. Es
un privilegio participar de las discusiones en torno a diversos temas que
transitan la formación de maestros, la lectura de una historia digna de
apropiar y la construcción de vínculos que oxigenan los lazos de amistad. Así
mismo, en el deseo de ser miembro activo del SIP se constata una forma
insondable de sentir los avatares del saber que predica el maestro en torno a
su forma de negociación con la cultura. Además, transitar el camino de
constitución del semillero como espacio formativo y de construcción de
amistades significa, en primera medida, una aprobación del grupo que es el que decide
cuál es la intención de las nuevas cohortes, teniendo en cuenta que en un
primer momento el objetivo es que los nuevos integrantes generen vínculos de
solidaridad y cooperación para que, en un segundo momento, se realicen trabajos
de investigación y profundización en la obra del grupo.
De
esta manera, han transcurrido varias cohortes del semillero SIP que han llevado
a cuestas logros y frustraciones entre sus integrantes y guías. También se han
fortalecido relaciones de amistad no solo en el campo intelectual sino para la
vida, ya que no todos los integrantes han continuado con la formación y
dinámicas del GHPP; algunos se han vinculado directamente mientras que otros
han establecido diferentes caminos alejados de la tradición pedagógica
estudiada en el semillero.
En
la experiencia de la trayectoria del SIP existe un lugar determinante que se
delimita en un sinnúmero de experiencias que suelen acontecer definidas sobre
algunas dimensiones y, en palabras de Larrosa (2006), es contar eso que nos pasa porque la
experiencia, en primer lugar, sería una relación con algo que no soy yo, pues representa una condición de
alteridad, de exterioridad que nos muestra líneas posibles; en segundo lugar,
la experiencia nos acontece como “una relación en la que algo tiene
lugar en mí” (Larrosa, 2006, p.93), que nos
sorprende, que nos pone en un lugar privilegiado de la reflexión y la
sensibilidad constituyendo un fenómeno de transformación. Finalmente, esa misma
experiencia es una relación en la que “algo pasa de mí al otro y algo
del otro a mí” (Larrosa, 2006, p.93) en el plano de las afecciones, de las construcciones que caminan por la
subjetividad y construyen el vínculo que, aún hoy, nos permite continuar sin limitar una
amistad que construye cualquier pretexto para encontrarse y para mantener
presente esa necesidad de ampliar y estrechar cualquier posibilidad para
mantenerse vivo en la experiencia.
En
la construcción de ese proceso experiencial está presente la constitución de
múltiples objetos que en sí mismos han sido un pretexto para presenciar el
acontecer de la formación y la creación de lazos de amistad y búsqueda de
múltiples objetivos, entre ellos, lecturas asociadas a la historia de la
pedagogía, a los problemas de la escuela, a los avatares de la profesión del
maestro y a la tradición misma en la constitución de su saber. Así mismo, se ha
contado con diferentes instrumentos que potencian discusiones y construcción en
la relación con los mentores y pares. Prueba de ello son las lecturas grupales,
el compartir, los proyectos conjuntos, los eventos académicos, las salidas
pedagógicas y los concretos como la “carta de formación” con la intención de
sostener el vínculo con los más osados maestros que arriesgan cualquier
distinción para diluir sus condiciones estatutarias y compartir, de igual a
igual, la experiencia de la amistad.
En este sentido, reconocemos que
nuestra experiencia de formación al interior del SIP está sujeta, indudablemente,
a las raíces que nos han permitido sentir el arraigo a un espacio de cultivo
intelectual, académico y afectivo; a la transformación permanente de lo que
somos a través de la formación. Aunque son múltiples los vínculos que le dieron
vida al SIP, queremos
destacar las líneas bajo las cuales se construyeron nuevos horizontes de
sentido desde los cuales pensar la pedagogía, la formación de maestros y la
investigación pedagógica.
Primer momento: El encuentro con lo
pedagógico
El
SIP inició su proceso de constitución 1999 cuando un grupo de profesores
decidió continuar con la formación en otros escenarios que, si bien no eran
institucionalizados, tenían como punto de partida el proceso de
reestructuración de las Escuelas Normales y el trabajo realizado al interior
del Grupo Historia de la Práctica Pedagógica en Colombia. Fue así como se
emprendió un proceso de formación en el cual el encuentro con lo pedagógico fue
la primera raíz para gestar nuevos caminos y cosechar frutos.
En
esa época, la Escuela Normal Superior de Copacabana se convirtió en el
epicentro del cultivo académico y de la aproximación a nuevos autores, saberes
y experiencias pedagógicas y formativas. En este ámbito confluyeron diversidad
de voces y miradas con las cuales se logró tejer nuevos senderos: profesores de
la Universidad de Antioquia y estudiantes de la Escuela Normal conformaron un
grupo de estudio liderado por el profesor Jesús Alberto Echeverri, para
dialogar, discutir y construir en torno a la educación y la pedagogía. Las
lecturas y discusiones a las que incitaba el profesor Echeverri llevaron a que
este encuentro con lo pedagógico desbordara los márgenes de la escuela y la
academia; cada encuentro se volvía una provocación y búsqueda incesante de
respuestas, pero principalmente de preguntas para deconstruir lo aprendido.
Poco
a poco, los encuentros coexistieron con otros escenarios e hicieron parte de
las reuniones del GHPP, lo que dio lugar a nuevas formas de asumir la
formación. De este modo, en el marco del proyecto ACIFORMA, los profesores del
grupo decidieron vincular a las estudiantes de la Escuela Normal de Copacabana
como auxiliares de investigación. Este proceso indudablemente marcó la
trayectoria de las integrantes y su participación, ya no sólo como pupilas,
estudiantes de la escuela, o pares al interior del grupo de estudio; aquí se
gestó la posibilidad de efectuar conjuntamente un trabajo investigativo desde
el diálogo horizontal entre maestros y estudiantes. Esta primera experiencia
investigativa fue constitutiva del espacio que, posteriormente, se formalizó a
través del semillero de investigación. Gracias a la primera convocatoria de
semilleros propuesta por la Facultad de Educación en el año 2000, se efectuó el
tránsito de la Escuela Normal a la Facultad de Educación, lo que permitió
encontrarse con la pedagogía a la luz de la investigación y de otros ámbitos
institucionales
Así,
la primera cohorte -constituida por jóvenes maestras normalistas, luego
estudiantes de la Facultad de Educación y, con el pasar de los años, maestras de maestros-
adquirió sus hábitos académicos e investigativos en el marco de experiencias
fundamentales para su devenir, como la participación en el proyecto ACIFORMA;
el proyecto -BADHICEI- “Bases para el Avance de la Historia Comparada de la
Educación en Iberoamérica (2000); los encuentros de semilleros en Cali (2002) y,
posteriormente, en Tunja (2003), convocados por la Red de Semilleros (RedSIN); la coordinación de la Red por parte de la
profesora Ana María Cadavid, y la dirección a cargo de la profesora Rosa María
Bolívar del Nodo Antioquia de la Red Colombiana de Semilleros de Investigación
-RedCOLSI- (2004).
En
este proceso de inscripción en un horizonte investigativo cobraron relevancia
las discusiones del grupo, pero fue vital la acogida y el acompañamiento
permanente del profesor Jesús Alberto Echeverri para su despliegue. Con él,
lograron apropiarse de la tradición del GHPP, adquirir los elementos y
herramientas necesarias para promover nuevas búsquedas y lugares desde los
cuales pensar el campo de la pedagogía, entender la escritura como parte de un
proceso de formación permanente y construir lo que el profesor Echeverri ha denominado
la amistad intelectual.
Estos
elementos, las cartas de formación -o la escritura en diversidad de formatos- y
los vínculos afectivos, entendidos en términos de amistad intelectual, se
erigieron como rutas o caminos que trazaron el devenir del Semillero.
Segundo momento.
Del relevo generacional o la acogida permanente
(...)
Sin testamento o, para sortear la metáfora, sin tradición- que selecciona y
denomina, que transmite y preserva, que indican dónde están los tesoros y cuál
es su valor-, parece que no existe una continuidad voluntaria en el tiempo y,
por tanto, hablando en términos humanos, ni pasado ni futuro: solo el cambio
eterno de mundo y del ciclo biológico de las criaturas que en él viven.
Hannah
Arendt
Todo
legado es ante todo un acto de donación, un proceso en el que el otro se hace
partícipe de una tradición, de una herencia, pero, ante todo, de un horizonte
de sentido. Lluís Duch (2009) alude a la transmisión en términos de aquella donación
que el individuo contextualiza y dispone en función de su propia situación en
el mundo. La trayectoria del SIP nos remite al legado, a la tradición heredada
fruto de lo que el GHPP ha construido y ha donado a sus miembros a lo largo de
sus años de consolidación: el semillero y el seminario son estrategias en las
que la preservación de este horizonte ha marcado indudablemente su devenir pues,
a través de esto, el SIP se ha concebido en espacio de relevo generacional y
escenario de permanente acogida.
Preservar,
legar y acoger son parte de esa dinámica que ha posibilitado la reconfiguración
permanente del espacio, la reintegración de nuevos miembros, los ires y venires de otros tantos,
la búsqueda de nuevos caminos y apuestas que a partir del diálogo con esta
tradición han dado lugar a nuevas formas de asumir la escuela, el maestro y la
investigación. Fruto de esa elección por la acogida permanente es la creación
de nuevas cohortes, en las que ya son otros sujetos los que se incorporan en el
flujo de esta tradición concreta para hacer del mundo su mundo.
Después
de los recorridos que la primera cohorte había trazado, se gestaron nuevos escenarios
para continuar construyendo otros caminos. Así, en el 2005 se abrió la
convocatoria para una nueva cohorte del semillero. Esta nueva cohorte estuvo
orientada a fortalecer las búsquedas de sus nuevos integrantes, sus intereses y
apuestas investigativas. Los encuentros se desarrollaban alrededor de la
apropiación de las discusiones y textos claves del GHPP y se vinculaban con el
seminario de formación, liderado por el profesor Jesús Alberto Echeverri. Este
es otro espacio alternativo en el que los miembros del grupo socializan los
proyectos de investigación y las tesis efectuadas en el marco de la formación
posgraduada, donde se establecen encuentros con integrantes de otros grupos de
investigación o con académicos del campo.
El
semillero y el seminario comparten esa particularidad, la de constituirse y
edificarse en función de la construcción plural y abierta entre sus miembros y
otros intelectuales; como bien lo ha expresado el profesor Miguel Ángel
Martínez, a propósito de su experiencia de formación en esta cohorte, un
elemento fundamental del semillero y el seminario “(...) es la apertura de
crear espacios plurales, abiertos para los miembros del semillero, del grupo y
de personas externas que no tenían una relación directa con el grupo (...) compartir
con los portadores de esa experiencia para los nuevos heredar esa tradición sin
distinciones o jerarquizaciones”. (M. Martínez, comunicación personal, 20 de
julio de 2020).
La
relación fundamentada en la horizontalidad y en la acogida permanente
posibilitó que los nuevos integrantes participaran de los proyectos que, por
ese entonces, se llevaron a cabo; así como de la gestación de nuevas propuestas
investigativas en donde el rol de investigador principal y co-investigador
eran asumidos por las primeras semilleristas y, en ese entonces, la nueva
generación de profesoras integrantes del GHPP.
En el año 2005, se destacan dos procesos
importantes: el proyecto desarrollado con los Institutos de Pedagogía de la
Universidad Pedagógica Nacional (UPN), coordinado por las profesoras Isabel
Cristina Calderón y Diana Alejandra Aguilar; y la publicación del boletín Magistrorum et scholarium,
liderado por los integrantes de las primeras cohortes del semillero. En esta
publicación periódica se consolidaron muchas de las investigaciones,
reflexiones y discusiones que hasta el momento se habían desarrollado en los
diferentes espacios del grupo (semillero, seminario y el grupo); materializa la
horizontalidad, la construcción colectiva de todos los integrantes, y visibiliza
la voz de cada uno, independiente de su nivel de formación.
En
el año 2007, los procesos se afianzan, los integrantes tienen la posibilidad de
contar con un lugar para seguir avanzando en las búsquedas individuales y
colectivas. Se asignó, en la Sede de Investigación Universitaria (SIU), un
nuevo espacio para los encuentros. Allí, los integrantes de la primera cohorte,
que empezaron a fungir como profesores y profesoras de la Facultad de
Educación, instalaron sus oficinas y decidieron efectuar las reuniones
semanales con los nuevos miembros del SIP.
La quinta cohorte enfocada en la
formación de maestros investigadores se crea tres años después. Con esta
apuesta, la línea de trabajo que ciertamente había marcado la ruta de semillero
se redefine a la luz de este nuevo propósito donde se fortalecen los vínculos
con la escuela y el lugar del maestro en la producción de saber
pedagógico.
Bajo la dirección del profesor Juan
Pablo Suárez y la profesora Lina María Quintana, quienes retoman la noción del
Campo Aplicado de la Pedagogía, se genera una nueva forma de habitar el
espacio, de construir investigaciones que llevaran a una comprensión diferente
de la escuela, la pedagogía y el maestro, y a la generación de otro tipo de
proyectos investigativos. Los nuevos integrantes, esta vez animados por la
necesidad de entender los caminos que habrían de recorrer posteriormente como
maestros de escuela, y, concretamente, los puntos de fuga, las tácticas de
resistencia y las formas específicas construidas por los docentes para crear,
subvertir el orden establecido, y sustraerse de las determinaciones y
condicionamientos, promovieron una investigación dirigida a visibilizar el
papel activo del maestro y a propiciar una mirada crítica frente aquellos
aspectos que configuran la práctica pedagógica.
El resultado de esto fue el proyecto
Experiencias de innovación educativa que
reinventan lo cotidiano en la práctica pedagógica: estudio de 6 casos ganadores
de los premios Medellín la más educada, financiado por la convocatoria del
Comité para el Desarrollo de la Investigación (CODI) para pequeños proyectos en
el año 2011 (Aguirre et al.,
2014). Con esta propuesta se logró exponer, en artículos y encuentros para la socialización
de experiencias investigativas, las maneras subrepticias y sutiles con las
cuales los profesores deciden reinventarse y, a través de esto, resistir y
tensionar las lógicas estatales.
Se destaca la participación como
ponentes y talleristas en el XV encuentro nacional y XII encuentro internacional
realizado en el año 2012 en la ciudad de Bucaramanga por la RedCOLSI,
y el XII encuentro regional de Semilleros de investigación llevado a cabo en el
2013. En estos escenarios se compartió el proceso investigativo y se gestó un
nuevo reconocimiento de la escuela y de sus problemáticas a través de un
diálogo con la experiencia escolar, las vicisitudes del maestro, los encuentros
y desencuentros que tienen lugar en las instituciones educativas colombianas.
Por tanto, la posibilidad de
continuar ligados a la Red del Semillero trasciende los asuntos burocráticos o
el marco de los formalismos, y se asume como el camino para continuar
nutriendo, desde la conversación y el reconocimiento de otras estrategias de formación,
lo que en el SIP se va construyendo de forma paulatina. RedSIN
y RedCOLSIN se asumieron como senderos por los cuales
transitar para encontrarse con otras visiones del mundo.
A partir de este momento, las
cuestiones que atravesaron a las futuras cohortes estaban direccionadas a
proponer nuevos vínculos con la formación magisterial, otras relaciones entre
la pedagogía, la sociedad, la escuela, y, por supuesto, otras formas de cultivo
intelectual y afectivo desde los cuales nutrir los senderos ya recorridos.
Tercer momento: la pluralidad de la pedagogía y lo que
somos y nos convoca
Este tercer momento tiene la
intención de conocer las experiencias de las cohortes más recientes para reconocer
la tradición que tiene continuidad y que, a la vez, se renueva a través de la
estrategia del semillero de investigación.
En el 2012, el grupo creó la sexta
cohorte del SIP, orientada por la profesora Rosa María Bolívar, quien se formó
en una de las primeras cohortes del semillero. En esta ocasión, los
participantes eran maestros en formación de las distintas licenciaturas de la
Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia y de la Escuela Normal de
Copacabana. La intención de esta cohorte era formar maestros que pensaran su
formación y la educación a partir de la investigación pedagógica. En particular,
el espacio fue diseñado para operar de manera itinerante.
La cohorte se fue nutriendo de las
preguntas sobre la formación y de las discusiones pedagógicas. Poco a poco se
consolidó una amistad intelectual mediada por las lecturas, las conversaciones,
la comida y, sobre todo, por el reconocimiento del otro; la apertura del
espacio y el carácter acogedor permitió que otros maestros y maestras se
vincularan al proceso. Fruto de la riqueza de este espacio y de las preguntas
colectivas y particulares, los participantes diseñaron el proyecto La ciudad de Medellín como escenario
educativo para la configuración de un dispositivo para la formación de maestros
(Acevedo et al., 2014), en el
que sus experiencias eran el objeto de reflexión. Este proyecto y sus
resultados se divulgaron en el Encuentro interno de semilleros de investigación
de la Universidad de Antioquia, en el Encuentro departamental Nodo Antioquia en
el Politécnico Jaime Izasa Cadavid y en el Encuentro nacional de semilleros de
investigación RedCOLSI. Esto permitió conocer
diferentes experiencias y propuestas de investigación de estudiantes de
pregrado del país que ampliaron la mirada acerca de la formación como semilleristas
de los participantes y aumentaron la motivación y el interés por seguir
investigando.
Las preguntas que tenían sobre la
escuela los condujeron a apropiar las discusiones del grupo en torno al tema,
poniéndolas en diálogo con discusiones de otras tradiciones pedagógicas, y,
finalmente, esas preguntas orientaron el trabajo a pensar en una estrategia
para tratar de entender mejor las herramientas diseñadas por el grupo. Para
ello, se estudió en las clases sobre Michel Foucault y Deleuze y, como
resultado, el semillero diseñó y realizó un diplomado titulado Herramientas Foucaultianas
para la investigación en educación.
En la actualidad, los participantes
de la sexta cohorte siguen motivados por el vínculo que se mantiene intacto,
quienes sí han cambiado son los miembros que, en su mayoría, son maestros en
ejercicio tanto en espacios escolares como no escolares. En esta nueva etapa en
la que los encuentros y preguntas giran en torno a la escuela y los espacios
educativos que habitan a diario, se concretaron dos nuevos proyectos de
investigación La resistencia escolar
frente a una escuela domesticada: Otra forma de ser escuela (Arias et al., 2017) y Cátedra de la paz:
encuentros y desencuentros con lo normativo (Bolívar et al., 2018); ambos
proyectos son financiados a través de la convocatoria CODI para pequeños
proyectos de investigación. Con ellos se logró la participación en el Encuentro de Semilleros de
Investigación de la Universidad de Antioquia y en el encuentro departamental
Nodo Antioquia, realizado ese año en la Universidad de Antioquia, lo que
permitió dar a conocer diferentes aportes y experiencias de las voces de diez
Instituciones, tanto de Medellín como de San Carlos, en la aplicación del
decreto 1038 del 2015 sobre la Cátedra de la paz y conocer proyectos que
compartían una afinidad temática.
Así mismo, la formación de los
participantes del SIP se ha apoyado en la participación de otros espacios como
cursos o seminarios sobre temas de investigación, en este caso el Seminario
Latinoamericano de Investigación La producción de conocimiento en la
Universidad: metodologías y políticas de investigación. Este fue un
espacio para conocer y aprender sobre diferentes estrategias de investigación
que se han implementado a nivel latinoamericano y conocer las experiencias de
diferentes investigadores en áreas de las ciencias sociales y humanas que
permitieron ilustrar posibles aplicaciones en el ejercicio de investigación en
el semillero.
De igual manera, otros espacios de
formación también se han ido tejiendo a través de los lazos entre los docentes
y los estudiantes que se encuentran en el semillero, por medio del apoyo de monitorías que establecen vínculos profundos para aprender
en el ejercicio de la docencia y que, más que un apoyo, se convierten en un
ejercicio profundo del saber. Además, los participantes de las diferentes
cohortes, especialmente de la sexta, han tenido la posibilidad de vincularse
como Jóvenes Investigadores en los proyectos que el grupo ha liderado, por
ejemplo, el proyecto Archivo Pedagógico
del Siglo XIX en Línea (ARPE). Todas estas experiencias enriquecen la
formación en investigación de todos los actores ya que posicionan a los
estudiantes como pares de los investigadores más experimentados.
En el 2017, el grupo creó la séptima
cohorte del semillero, liderado por la profesora Melisa Giraldo. La nueva
convocatoria, aunque fue abierta, estaba diseñada especialmente para los
estudiantes del nuevo pregrado en Pedagogía de la Facultad de Educación, además,
la intención formativa estaba más orientada a una reflexión pedagógica de
fenómenos educativos más diversos. Las preguntas estaban especialmente
motivadas por comprender la acción educativa en espacios como el museo, los
parques educativos, la ciudad, entre otros.
Del trabajo que han venido
desarrollando los integrantes de esta cohorte se destacan los proyectos que han
sido financiados a través de las convocatorias para pequeños proyectos de
investigación: Mapas del recuerdo en
perspectiva de la pedagogía de la memoria: una apuesta para pensar las
representaciones sociales en dos escuelas rurales del municipio de Campamento-
Antioquia (Gómez et al., 2019), Imaginarios sociales sobre la figura del
maestro en Colombia (1985-1994) (Agudelo y Ramírez, 2019) y ¿Pedagogía en Espacios Museísticos? Caracterización de las Prácticas
Educativas del Museo Casa de la Memoria de Medellín (Agudelo et al.,
2019). En estos proyectos se ven reflejadas las temáticas cercanas al propósito
inicial de la cohorte y a los intereses de sus integrantes.
La última cohorte del semillero se
creó en el 2020. Es la octava cohorte y tiene como propósito formar maestros e
investigadores capaces de pensar los nuevos fenómenos pedagógicos, partiendo de
las prácticas y discursos educativos que están emergiendo en la denominada
“nueva normalidad”. Este espacio, igual que los espacios de las anteriores
cohortes es orientado por maestros formados con anterioridad en el SIP y está
conformado por estudiantes de los diferentes pregrados de la Facultad de
Educación.
Hasta este punto, hemos realizado un
recorrido intencionado por diferentes aspectos de la formación y consolidación
de este gran proyecto intelectual nombrado por sus miembros como Semillero de
Investigación en Pedagogía y podemos responder a la pregunta: ¿Qué es el SIP?
El Semillero de Investigación en Pedagogía es un espacio de formación en el que
confluyen intereses y búsquedas intelectuales, políticas personales y
colectivas de varias generaciones de maestros e intelectuales que han aprendido
sobre el habitus investigador del GHPP, y que han
pensado la pedagogía a partir de las herramientas y la tradición intelectual
heredada; nuestro lugar de encuentro es la multiplicidad de posibilidades que
nos ofrece el pensar la pedagogía.
El SIP es un espacio en el cual el
relevo generacional tiene gran valor. Por ello, todos los miembros se ocupan de
formar las nuevas generaciones del grupo, ya que no es gratuito que quienes
fueron cultivados se conviertan luego en cultivadores. Acoger y cuidar la
amistad intelectual de los nuevos miembros del GHPP es de suma importancia para
todos y así, los espacios de formación y acción colectiva permiten la participación activa de los semilleristas y de todas las
generaciones del grupo (fundadores, seminario y semillero).
Somos un semillero que cree
fielmente en el trabajo colectivo, en el encuentro con el otro y en que sus
experiencias, sensaciones, preguntas e ideas son vitales, lo cual se extiende
al reconocimiento de las formas diversas de existencia de la producción del
grupo y de sus prácticas formativas. Además, el semillero siempre ha
participado activamente y en varias ocasiones ha liderado y ha sido un aliado
de la Red de Semilleros de Investigación de la Universidad de Antioquia, desde
su creación. En las cohortes más actuales se destacan el estudiante Fabián
González, quien fue coordinador de la Red y ha liderado otros procesos, y la
estudiante Yelitza Osorio, quien ocupó el cargo de Vicecoordinadora. Esta
conexión con la RedSIN, además de permitir a los
participantes potenciar sus capacidades de liderazgo, le ofrece al semillero la
oportunidad de tener espacios para la divulgación de sus proyectos y
experiencias, participación en procesos de formación en investigación y cultura
científica.
La participación
activa le ha permitido al SIP reconocer en los semilleros de
investigación un gran potencial y una diversidad que lo fortalece y fortalece
la capacidad en investigación de la universidad. Con el propósito de reconocer
y visibilizar el potencial de la estrategia, la profesora Rosa María Bolívar,
investigadora del GHPP, en coautoría con Carent López
y Paula González, participantes del SIP, y Jeison Cardona, quien coordinó la RedSIN, desarrollaron una investigación cuyos resultados
principales fueron sistematizados en el texto Trayectoria e Impacto de la estrategia Semilleros de Investigación de
la Universidad de Antioquia (2015). Con un propósito similar, se han
desarrollado los campamentos de semilleros de investigación estrategia de la
Red y la Vicerrectoría de investigación de la Universidad de Antioquia, donde miembros
del SIP han participado liderando, compartiendo o produciendo a través de su
experiencia. Como resultado de este trabajo, se destaca la publicación del
libro Semilleros de investigación: rutas
y experiencias de la Universidad de Antioquia (González et al., 2019) del
cual, miembros del SIP son coautores con otros estudiantes y profesores
vinculados a los semilleros en la UdeA. En esta publicación se recogen las
reflexiones en torno a la experiencia de los autores en los semilleros de
investigación y el reconocimiento de la historia de la estrategia en la
universidad.
Referencias
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experiencias de la Universidad de Antioquia. Editorial Aula de Humanidades.
Larrosa,
J. (2006). Sobre la experiencia. Aloma:
revista de psicología, 19, pp. 87-112.
Sartre,
J. (2014). El existencialismo es un humanismo. México: Grupo Editorial
Tomo S.A.
[1] Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Matemáticas,
Universidad de Antioquia.
[2] Licenciado en Educación
Básica con énfasis en Ciencias Sociales, Universidad de Antioquia. Correo electrónico: hwalvarez@yahoo.es
[3] Licenciada en Educación Básica con énfasis en Ciencias Naturales,
Universidad de Antioquia y Normalista Superior de Copacabana. Correo
electrónico: daniela.bolivar1@udea.edu.co
[4] Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Humanidades y
Lengua Castellana, Universidad de Antioquia. Correo electrónico: efabian.gonzalez@udea.edu.co
[5] Magíster en Educación, Universidad de Antioquia y Licenciada
en Filosofía. Correo electrónico: leidy.lopez@udea.edu.co
[6] Filóloga Hispanista, Universidad de Antioquia y Normalista
Superior de Copacabana. Correo electrónico: sindy.metaute@udea.edu.co
[7] Licenciada en Pedagogía Infantil, Universidad de Antioquia. Correo
electrónico: yelitza.osorio@udea.edu.co