CARACTERÍSTICAS DEL CONTRAATAQUE EN BALONCESTO DE FORMACIÓN
CARACTERÍSTICAS DO CONTRA-ATAQUE DE BASQUETEBOL EM CATEGORIAS DE FORMAÇÃO
CHARACTERISTICS OF FAST-BREAKS IN BASKETBALL TRAINING
Enrique Ortega Toro
Doctor en Educacion Física y Licenciado en Educación Física por la Universidad de Granada (España).
Profesor titular de la Facultad de ciencias del deporte e integrante del grupo de investigacion INGESPORT de la Universidad de Murcia (España).
eortega@um.es
Salvador Victoria
Master por la Universidad de Granada (Eespaña) y Profesional en Ciencias de la actividad física y el deporte por la Universidad de Murcia (España).
Integrante del grupo de investigacion INGESPORT de la Universidad de Murcia (España).
salva.victoria@gmail.com
Ortega, T., E.; & Victoria, S. (2015). Características del contraataque en baloncesto de formación. Educación Física y Deporte, 34 (2), Jul.-Dic. http://doi.org/10.17533/udea.efyd.v34n2a07
DOI: 10.17533/udea.efyd.v34n2a07
URL DOI: http://doi.org/10.17533/udea.efyd.v34n2a07
RESUMEN
El objetivo del presente estudio fue analizar las características del contraataque en baloncesto en categorías de formación desde el punto de vista de su inicio, desarrollo y finalización, para así poder aportar valores de referencia específicos que los entrenadores en etapas de formación puedan utilizar para el diseño de sus sesiones de entrenamiento, así como para el planteamiento táctico de sus partidos. Se analizaron una muestra total de 121 contraataques en categoría infantil masculino. Los resultados señalan que los equipos ganadores realizaban mayor número de contraataques (66.94% frente a 33.06%) y más eficaces que los equipos perdedores (54,78% frente a 46,30%). Los valores observados indican que los contraataques empiezan principalmente tras rebote defensivo y/o mediante interceptación o robo de balón. Se desarrollan principalmente con bote y pase, realizando el primer pase por encima de la línea de tiro libre. La mayoría de los contraataques finalizan en lanzamientos de dos puntos en carrera en situaciones de 1x0 o 1x1, obteniendo una eficacia total en torno al 50%.
PALABRAS CLAVE: metodología observacional, táctica, eficacia.
RESUMO
O objetivo deste estudo foi analisar as características do contra-ataque em categorias de formação de basquetebol do ponto de vista da sua iniciação, desenvolvimento e conclusão, a fim de tornar treinadores valores de referência específicos em estágios de formação pode ser usada para projetar de suas sessões de treinamento e abordagem tática para suas partidas. Foram analisadas uma amostra total de 121 contra-ataques do sexo masculino na categoria júnior. Os resultados indicam que as equipes vencedoras realizada como muitos contra-ataques (66,94% contra 33,06%) e mais eficazes do que as equipes perdedoras (54,78% vs. 46,30%). Os valores observados indicam que quebrar o jejum começa rebote defensivo e, principalmente, pela intercepção ou roubar. Desenvolver principalmente com dribles e passe, fazendo a primeira passagem acima da linha de lance livre. Também encontram utilização como uma única passagem e um ou dois jogadores envolvidos, a maioria deles terminando com lay-up em situações 1x0 ou 1x1, obtendo-se um rendimento global de cerca de 50%.
PALAVRAS CHAVE: observacional metodologia, táticas, eficácia.
ABSTRACT
The aim of this study was analyze the characteristics of the fast break in youth basketball from the point of view of their initiation, development and completion, in order to make specific reference values that coaches can use to design your training sessions, as well as for the game. A total samples of 121 male fast break in under-14 were analyzed. The results show that winning teams performed as many number of fast break (66.94% vs. 33.06%) and more effective than losing teams (54.78 % vs. 46.30 %). The observed values indicate that fast break starts mainly defensive rebound and by interception or steal. Develop primarily with dribbling and pass, making the first pass above the free throw line. Also find use as a single pass and one or two players involved, most of them ending with lay-up in 1x0 or 1x1 situations, obtaining an overall efficiency of around 50%.
KEY WORDS: observational methodology, tactics, efficacy.
INTRODUCCIÓN
En los últimos años, muchos autores de la enseñanza de la Educación Física y de los deportes están mostrando especial interés en sentar las bases de lo que sería un óptimo modelo, enfoque o método de enseñanza. De entre los diferentes deportes, son los colectivos o los de colaboración/oposición, según Castejón (2010), los que están creando mayor controversia. Desde la década de los ochenta se ha venido contrastando la repercusión de los dos enfoques metodológicos más utilizados en la enseñanza deportiva, por un lado, el enfoque tradicional, centrado en las progresiones de ejercicios, tanto de asimilación como de aplicación y, por otro, el enfoque activo, asociado a la pedagogía del descubrimiento y fundamentado en la propuesta de experiencias motrices lúdicas vinculadas al contexto real de juego (Hernández-Hernández, Ortega, Mayordomo, & Palao, 2016; Piñar & Cárdenas, 2009; Rubio-Castillo, & Gómez-Mármol, 2016; Sáenz-López, 2009; Vizcaino, Saénz-López, & Rebollo, 2012).
La búsqueda de la comprensión en el aprendizaje y la preocupación por facilitar aprendizajes significativos, ha propiciado la prevalencia de modelos alternativos de enseñanza en el deporte. Estas nuevas tendencias metodológicas, se concretan en una serie de modelos entre los que destacan el propósito de estimular las experiencias de práctica deportiva auténticas. En este sentido, cabe destacar el modelo de enseñanza compresiva (Cárdenas, 2006; Castejón 2010), el modelo Sport Education (Bulger, Mohr, Rairight &Townsend, 2007; Hastie & Curtner-Smith, 2006), el Teaching Games for Understanding (Thorpe & Bunker, 1989), o el modelo de pedagogía no lineal (Chow et al., 2006; Chow et al., 2011).
El modelo de enseñanza comprensiva aboga por el carácter reflexivo y deliberativo de una enseñanza desde la táctica, que hace que los jóvenes deportistas expongan que es lo que van comprendiendo y como aportan soluciones (Castejón, 2010; Ortín, Maestre, & García-de-Alcaraz, 2016). El modelo de Sport Education simula las características cotextuales predominantes del deporte y emplea una metodología centrada en el joven deportista. El tercer modelo que se postula hacia un aprendizaje cognitivo en las fases de iniciacion deportiva es el Teaching Games for Understanding que se centra en adaptar el juego al nivel de las posibilidades perceptivas y cognitivas de los participantes (Lisbona, Mingorance, Mendez & Valero, 2009). Finalmente el modelo de pedagogía no lineal, que tiene grandes influencias de la psicología ecológica y la teoría de los sistemas dinámicos, es un modelo en el que el aprendizaje es fruto de la autoorganización y donde la variabilidad de conductas son parte del proceso.
Todos estos modelos fomentan la comprensión de aquello que se está aprendiendo y su utilidad centrándose en el contexto de juego y en la comprensión de éste por parte del deportista. Estas propuestas de intervención se basan en la utilización de un método activo, en el que el alumno o alumna sea protagonista de su propio aprendizaje. Además, todos estos modelos fundamentan la enseñanza y el diseño de tareas de estos deportes en un entorno ecológico, poniendo especial énfasis en partir de situaciones de enseñanza próximas al juego real.
En esta línea, a finales de los noventa surge una nueva corriente de investigación denominada “Notational Analysis” (Hughes y Barlet, 2002), que adquiere una relevancia especial en el desarrollo de los deportes colectivos en general y del baloncesto en particular (García-Santos & Ibáñez, 2016; Gómez, Gómez, & Jiménez, 2013; Hughes & Franks, 2004; Marin, Estévez, Cárdenas & Piñar, 2013). El estudio de las acciones que se producen durante la competición, situación real de juego, es una de las líneas de investigación emergentes que colaboran en la consecución del rendimiento deportivo. Este conocimiento del deporte provee de información útil al entrenador para obtener patrones que permitan el diseño de tareas que se acerquen a la competición y adaptar la competición a las capacidades y necesidades formativas de los jugadores (Ortega, 2006; Ortega, Cárdenas, Sainz de Baranda & Palao, 2006a,b; Ortega, Piñar y Cárdenas, 1999;).
Las investigaciones sobre el juego en baloncesto se agrupan en dos grandes grupos bien diferenciados: investigaciones cuantitativas sobre el producto del juego e investigaciones cualitativas sobre el proceso del juego (Ibáñez, Lozano y Martínez, 2001). Los trabajos que analizan el producto del juego utilizan como variables para su estudio las estadísticas de la competición, con diversos objetivos, tales como: encontrar los indicadores que permiten identificar la eficacia de los equipos (e.g. Gomez, Ortega & Furley, 2015), conocer la influencia del efecto de jugar en casa (e.g. Pollard & Gómez, 2013), discriminar los estadísticos de juego que inciden en la victoria o derrota (e.g. Gómez, et al., 2010), descubrir los jugadores más determinantes en el resultado final del partido (Sampaio, Ibáñez, Gómez, Lorenzo & Ortega, 2008), etc.
Por otro lado otros trabajos analizan el proceso del juego, estudiando las acciones técnico-tácticas específicas. En este sentido, en baloncesto se aprecian diferentes estudios basados en acciones individuales que analizan el tiro a canasta (Ibañez, Garcia, Feu, Parejo & Cañadas, 2009), el pase (Courel, Suarez & Ortega, 2013; Manzano, Pacheco & Lorenzo, 2006), o rebote (Evangelos, & Nikolaos, 2004). Además de acciones individuales, se pueden encontrar estudios sobre medios técnico-tácticas colectivos, como los estudios que analizan el bloqueo directo (Vaquera, Cubillo, Garcia-Tormo & Morante, 2013), la defensa (Gómez, Lorenzo, Ibáñez, Ortega, Leite, & Sampaio, 2010) o el contraataque (Cárdenas, Piñar, Llorca-Miralles, Ortega y Courel, 2012; Monteiro, Tavares & Santos, 2013).
La mayoría de estudios se ha centrado en analizar las estadísticas de juego que permiten diferenciar el rendimiento entre ganadores y perdedores (Parejo, García, Antúnez & Ibáñez, 2013), analizando equipos profesionales, apreciándose menor cantidad de estudios en los que se analiza equipos en categorías de formación.
En este sentido y ante la ausencia de estudios se cree necesario una investigación de uno de los elementos que tanto los entrenadores como los expertos en investigación en baloncesto, señalan como más importantes para el adecuado proceso de aprendizaje en categorías de formación como es el caso del contraataque (Leite, Vicente, & Sampaio, 2009; Salado, Bazaco, Ortega & Gómez, 2011).
Por tanto, el objetivo de este estudio es analizar las características del contraataque en categorías de formación desde el punto de vista de su inicio, desarrollo y finalización, y así aportar valores de referencia específicos que los entrenadores de baloncesto en etapas de formación podrán utilizar para el diseño de sus sesiones de entrenamiento, así como para el planteamiento táctico de sus partidos.
MÉTODO
La muestra está compuesta por un total de 121 contraataques analizados en seis partidos de categoría infantil masculina del año 2013. Los jugadores tenían una media de edad de 13.5±0.4 años, con una media de años de entrenamiento de 3.6±1.1 años. Para poder analizar las grabaciones, se administró un consentimiento informado que fue firmado por los padres de los deportistas. El proyecto tiene el visto bueno del Comité de Ética de la Universidad de Murcia.
Se consideró contraataque a toda transición rápida entre fase defensiva y atacante que se producía a máxima velocidad y en la que se conseguía ventaja numérica, posicional o táctica (Cárdenas, et al., 2011).
A partir del instrumento de observación diseñado y validado por Ortega y Gómez (2009) se registraron los siguientes aspectos del juego.

Figura 1: Zonas utilizadas para el análisis del contraataque.
Para el control de la calidad del dato, se siguió la propuesta de entrenamiento de observadores elaborada por Losada y Manolov (2015). Previo entrenamiento de dos observadores se obtuvieron unos valores mínimos de fiabilidad inter e intra-observador de 0,98 (número de contraataques).
Para el análisis estadístico de los datos se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 21.0, en concreto el comando Crosstabs y la prueba Chi-cuadrado de Pearson y el coeficiente de Phi (Φ). Todos los análisis estadísticos se han realizado con un nivel de significación de p<.05.
RESULTADOS
De los seis partidos analizados se registraron 121 contraataques, de los cuales 82 fueron realizados por equipos ganadores y 39 por equipos perdedores. Los equipos ganadores obtuvieron eficacia (anotaron algún punto o recibieron falta personal) en el 54,9% del total de los contraataques realizados, frente al 43,6% de eficacia en los contraataques de los equipos perdedores, si bien no se aprecian relaciones estadísticamente significativas entre resultado final del partido y eficacia del contraataque (χ2 (1,N=121) = 1.348, p=.246, Φ=.106).
En la tabla 1 se aprecia el porcentaje de uso y de eficacia, de los equipos ganadores y perdedores en cada una de las variables relacionadas con el inicio del contraataque.
VARIABLE |
CATEGORÍA |
EQUIPOS GANADORES |
EQUIPOS PERDEDORES |
USO GLOBAL N=121 |
EFICACIA GLOBAL N=62 |
|||
USO |
EFICACIA |
USO |
EFICACIA |
|||||
N=82 |
N=45 |
N=39 |
N=17 |
|||||
Periodo de juego |
Primero |
23,48% |
51,85% |
29,63% |
31,25% |
25,44% |
44,19% |
|
Segundo |
27,83% |
56,25% |
18,52% |
50,00% |
24,85% |
54,76% |
||
Tercero |
23,48% |
51,85% |
24,07% |
53,85% |
23,67% |
52,50% |
||
Cuarto |
25,22% |
58,62% |
27,78% |
53,33% |
26,04% |
56,82% |
||
Zona de Inicio
|
Trasera derecha |
8,70% |
50,00% |
9,26% |
40,00% |
8,88% |
46,67% |
|
Trasera centro |
40,87% |
48,94% |
46,30% |
48,00% |
42,60% |
48,61% |
||
Trasera izquierda |
7,83% |
66,67% |
14,81% |
37,50% |
10,06% |
52,94% |
||
Intermedia trasera derecha |
4,35% |
60,00% |
5,56% |
66,67% |
4,73% |
62,50% |
||
Intermedia trasera central |
26,96% |
64,52% |
12,96% |
42,86% |
22,49% |
60,53% |
||
Intermedia trasera izquierda |
5,22% |
33,33% |
11,11% |
50,00% |
7,10% |
41,67% |
||
Modo de Inicio |
Robo de balón |
27,83% |
59,38% |
24,07% |
38,46% |
26,63% |
53,33% |
|
Interceptación |
27,83% |
56,25% |
33,33% |
50,00% |
29,59% |
54,00% |
||
Rebote |
41,74% |
54,17% |
42,59% |
47,83% |
42,01% |
52,11% |
||
Gesto técnico de inicio |
Pase |
28,70% |
42,42% |
20,37% |
36,36% |
26,04% |
40,91% |
|
Bote |
53,91% |
58,06% |
59,26% |
56,25% |
55,62% |
57,45% |
||
Bote+Pase |
17,39% |
65,00% |
20,37% |
27,27% |
18,34% |
51,61% |
||
Zona de recepción del primer pase
|
No se realiza pase |
54,78% |
57,14% |
59,26% |
56,25% |
56,21% |
56,84% |
|
Trasera derecha |
6,96% |
50,00% |
.0% |
.0% |
4,73% |
50,00% |
||
Trasera centro |
3,48% |
25,00% |
.0% |
.0% |
2,37% |
25,00% |
||
Trasera izquierda |
4,35% |
.0% |
7,41% |
25,00% |
5,33% |
11,11% |
||
Intermedia trasera derecha |
1,74% |
50,00% |
1,85% |
.0% |
1,78% |
33,33% |
||
Intermedia trasera central |
5,22% |
66,67% |
5,56% |
33,33% |
5,33% |
55,56% |
||
Intermedia trasera izquierda |
3,48% |
75,00% |
.0% |
.0% |
2,37% |
75,00% |
||
Intermedia delantera derecha |
2,61% |
66,67% |
1,85% |
.0% |
2,37% |
50,00% |
||
Intermedia delantera central |
10,43% |
41,67% |
16,67% |
44,44% |
12,43% |
42,86% |
||
Intermedia delantera izquierda |
5,22% |
100,00% |
5,56% |
33,33% |
5,33% |
77,78% |
||
Situación de juego del primer pase
|
1x0 |
6,09% |
71,43% |
11,11% |
50,00% |
7,69% |
61,54% |
|
1x1 |
7,83% |
33,33% |
5,56% |
33,33% |
7,10% |
33,33% |
||
2x0 |
.0% |
.0% |
1,85% |
100,00% |
0,59% |
100,00% |
||
2x1 |
9,57% |
81,82% |
9,26% |
.0% |
9,47% |
56,25% |
||
2x2 |
8,70% |
40,00% |
7,41% |
.0% |
8,28% |
28,57% |
||
Otros |
13,91% |
43,75% |
5,56% |
66,67% |
11,24% |
47,37% |
||
No existe |
53,91% |
56,45% |
59,26% |
56,25% |
55,62% |
56,38% |
||
Tabla 1.- Porcentaje de uso y de eficacia en las variables relacionadas con el INICIO del contraataque
Con respecto a la variable relacionada con el periodo de juego en el que tiene lugar el contraataque, se observa que no existen relaciones estadísticamente significativas en cuanto al uso en un periodo tanto en los equipos ganadores como los perdedores. En este sentido, si se comparan el porcentaje de eficacia de los contraataques realizados por los equipos ganadores y perdedores según el periodo, se aprecian datos ligeramente inferiores en la eficacia durante el primer periodo en los equipos perdedores.
En relación con la zona de inicio del contraataque que se realiza en la competición objeto de estudio, en la tabla 1 se aprecia que existe una mayor predisposición a iniciar el contraataque desde la zona trasera central, tanto en equipos ganadores como en perdedores, si bien no se apreciaron relaciones estadísticamente significativas (χ2 (7,N=121) = 8.621, p=.281, Φ=.267). Los equipos ganadores obtienen un porcentaje de eficacia bastante mayor que los perdedores cuando los contraataques se inician desde la zona 3 y 5, mientras que los perdedores obtienen mucha más eficacia cuando empiezan desde la zona 6.
Por otro lado en la tabla 1 se aprecia que el modo de comenzar los contraataques principalmente es a través de los rebotes defensivos, seguido de la interceptación, y muy de cerca por los robos de balón. Esta tendencia es semejante en equipos ganadores y perdedores, si bien se aprecia un ligero aumento en el uso de la interceptación por parte de los equipos perdedores (χ2 (4,N=121) = .976, p=.913, Φ=.090).
Respecto al gesto técnico utilizado para iniciar el contraataque se observa que sobresale el uso del bote respecto al resto de categorías, tanto en equipos ganadores como perdedores (χ2 (2,N=121) = 1.329, p=.515, Φ=.105). Tanto el pase como la combinación de bote y pase presentan porcentajes de uso similares en ambos equipos perdedores. En la tabla 1, se observa que la eficacia de bote y pase no presentan una diferencia importante, mientras que se advierte una desigualdad considerable en la eficacia del inicio del contraataque con la combinación de ambos. Se percibe que los equipos ganadores presentan una eficacia del 65%, mientras que los perdedores tienen un 27.77%.
Al analizar la zona de recepción del primer pase, en primer lugar cabe destacar que aproximadamente, en tres de cada cinco contraataques no se realizan primer pase de contraataque. Por otro lado se observa que el lugar donde se recibe el primer pase, mayoritariamente, es en la zona intermedia delantera central. Esta tendencia se aprecia tanto en los equipos ganadores como en los perdedores, si bien, los equipos ganadores disponen de un porcentaje de eficacia más elevado de contraataques que se inician en la zona intermedia izquierda y central (χ2 (11,N=121) = 9.558, p=.571, Φ=.281). En cuanto a la eficacia de los equipos perdedores, se aprecia que son más eficaces cuando reciben el primer pase en la zona intermedia central.
Al analizar la situación de juego se observa en la tabla 1 que no existen diferencias estadísticamente significativas en ninguna de las categorías (χ2 (6,N=121) = 6.590, p=.360, Φ=.233). Para los equipos perdedores la situación tras pase más empleada es el 1x0, mientras que en equipos ganadores se perciben otras situaciones con el porcentaje más alto. En lo que se refiere a eficacia, los equipos ganadores presentan en el 1x0 y en el 2x1 los mayores valores de eficacia. Por su parte los equipos perdedores obtiene la mayor eficacia en el 1x0 y en otras situaciones.
En la tabla 2 se aprecia el porcentaje de uso y de la eficacia, de los equipos ganadores y perdedores en cada una de las variables relacionadas con el desarrollo del contraataque.
VARIABLE |
CATEGORÍA |
EQUIPOS GANADORES |
EQUIPOS PERDEDORES |
USO GLOBAL N=121 |
EFICACIA GLOBAL N=62 |
|||
USO |
EFICACIA |
USO |
EFICACIA |
|||||
N=82 |
N=45 |
N=39 |
N=17 |
|||||
Número de jugadores que participan |
Uno |
29,57% |
61,76% |
37,04% |
70,00% |
31,95% |
64,81% |
|
Dos |
48,70% |
50,00% |
51,85% |
32,14% |
49,70% |
44,05% |
||
Tres |
20,87% |
58,33% |
11,11% |
33,33% |
17,75% |
53,33% |
||
Cuatro |
0,87% |
.0% |
.0% |
.0% |
0,59% |
0.0% |
||
Cinco |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
0.0% |
||
Modo de desarrollo |
Pase |
9,57% |
36,36% |
1,85% |
100,00% |
7,10% |
41,67% |
|
Bote |
44,35% |
58,82% |
55,56% |
53,33% |
47,93% |
56,79% |
||
Bote + Pase |
46,09% |
54,72% |
42,59% |
34,78% |
44,97% |
48,68% |
||
Número de pases |
Uno |
38,26% |
54,55% |
50,00% |
33,33% |
42,01% |
46,48% |
|
Dos |
26,09% |
50,00% |
14,81% |
50,00% |
22,49% |
50,00% |
||
Tres |
6,96% |
50,00% |
1,85% |
.0% |
5,33% |
44,44% |
||
Más de Tres |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
||
No existe pase |
28,70% |
60,61% |
33,33% |
66,67% |
30,18% |
62,75% |
||
Espacio de Transito del Balón |
Izquierda |
6,09% |
57,14% |
9,26% |
40,00% |
7,10% |
50,00% |
|
Centro |
37,39% |
58,14% |
31,48% |
58,82% |
35,50% |
58,33% |
||
Derecha |
9,57% |
54,55% |
11,11% |
66,67% |
10,06% |
58,82% |
||
Derecha y centro |
24,35% |
50,00% |
12,96% |
14,29% |
20,71% |
42,86% |
||
Izquierda y centro |
19,13% |
54,55% |
31,48% |
41,18% |
23,08% |
48,72% |
||
Derecha e izquierda |
3,48% |
50,00% |
3,70% |
50,00% |
3,55% |
50,00% |
||
Modalidad técnica del último pase |
Pase desde el Pecho |
32,17% |
59,46% |
40,74% |
45,45% |
34,91% |
54,24% |
|
Pase con dos manos con bote |
13,91% |
56,25% |
7,41% |
25,00% |
11,83% |
50,00% |
||
Pase de béisbol |
4,35% |
40,00% |
.0% |
.0% |
2,96% |
40,00% |
||
Pase por encima de la cabeza |
8,70% |
50,00% |
11,11% |
16,67% |
9,47% |
37,50% |
||
Otros pases |
11,30% |
30,77% |
1,85% |
100,00% |
8,28% |
35,71% |
||
No existe pase |
29,57% |
61,76% |
38,89% |
57,14% |
32,54% |
60,00% |
||
Lugar de origen del último pase |
Trasera derecha |
1,74% |
100,00% |
.0% |
.0% |
1,18% |
100,00% |
|
Trasera centro |
7,83% |
55,56% |
9,26% |
80,00% |
8,28% |
64,29% |
||
Trasera izquierda |
0,87% |
.0% |
3,70% |
50,00% |
1,78% |
33,33% |
||
Intermedia trasera derecha |
2,61% |
33,33% |
1,85% |
.0% |
2,37% |
25,00% |
||
Intermedia trasera central |
9,57% |
45,45% |
5,565 |
.0% |
8,28% |
35,71% |
||
Intermedia trasera izquierda |
3,48% |
.0% |
1,85% |
.0% |
2,96% |
.0% |
||
Intermedia delantera derecha |
3,48% |
50,00% |
5,56% |
.0% |
4,14% |
28,57% |
||
Intermedia delantera central |
11,30% |
69,23% |
12,96% |
28,57% |
11,83% |
55,00% |
||
Intermedia delantera izquierda |
5,22% |
50,00% |
7,41% |
25,00% |
5,92% |
40,00% |
||
Delantera derecha |
9,57% |
54,55% |
1,85% |
.0% |
7,10% |
50,00% |
||
Delantera Central |
10,43% |
41,67% |
7,41% |
75,00% |
9,47% |
50,00% |
||
Delantera Izquierda |
4,35% |
80,00% |
3,70% |
100,00% |
4,14% |
85,71% |
||
No existe primer pase |
29,57% |
61,76% |
38,89% |
57,14% |
32,54% |
60,00% |
||
Tabla 2. Porcentaje de Uso y de Eficacia en las variables relacionadas con el desarrollo del contraataque.
En cuanto al número de jugadores que intervienen en el contraataque, en la tabla 2 se aprecia que en mayor número son dos jugadores, seguido por un jugador. Esta tendencia se aprecia tanto para los equipos ganadores como los equipos perdedores (χ2 (2,N=121) = 1.810, p=.405, Φ=.122). A pesar de que los equipos perdedores utilizan mayor porcentaje de contraataques con dos jugadores, son los equipos ganadores los que obtienen mayor eficacia en el uso de este tipo de contraataques. Además los equipos perdedores tienen un mayor uso de contraataques con un jugador, presentando también mayor porcentaje de eficacia.
Respecto al modo de desarrollo del contraataque se encuentra que tanto ganadores como perdedores emplean con mayor frecuencia el bote o la combinación de bote y pase a la hora de llevar el contraataque (χ2 (2,N=121) = 2.537, p=.281, Φ=.122). La combinación de bote y pase presenta una eficacia ligeramente superior en los equipos ganadores que en los perdedores, mientras que en el uso del pase destaca la elevada eficacia de los equipos perdedores y la diferencia de esta respecto a los ganadores.
En relación con el número de pases que se dan en un contraataque los datos reflejan que en casi tres de cada cuatro contraataques se dan uno o dos pases. Al diferenciar los datos entre ganadores y perdedores, en la tabla 2 se aprecian diferencias a favor de los equipos perdedores en el uso de contraataques en los que se utiliza un pase, mientras que los equipos ganadores presentan un uso mayor de los contraataques con dos y tres pases. Estas diferencias no fueron estadísticamente significativas (χ2 (3,N=121) = 5.548, p=.136, Φ=.214). Los equipos ganadores tienen mayores porcentajes de eficacia en contraataques con un pase; sin embargo los equipos perdedores donde mayor eficacia tienen es en contraataques sin pases.
En la tabla 2 se puede observar que la zona central es la más utilizada a la hora desarrollar el contraataque (χ2 (5,N=121) = 7.647, p=.177, Φ=.251). En el caso de los equipos ganadores destaca el uso de la zona derecha y central. Por el contrario los equipos perdedores prefieren la zona izquierda y central. Entre los equipos ganadores se encuentran porcentajes de eficacia muy similares en todas las categorías. Por su parte los perdedores presentan su mayor eficacia en la zona derecha.
Al analizar la modalidad técnica del último pase, en la tabla 2 se aprecia que el pase previo a la finalización del contraataque más utilizado es el de pecho, seguido por el pase con dos manos con bote (χ2 (5,N=121) = 8.227, p=.144, Φ=.261). De igual forma se aprecia que los equipos ganadores tienen porcentajes superiores en todos los tipos de pases.
Con respecto al lugar desde donde se realiza el último pase de contraataque, en el mayor número de contraataques el origen del último pase es desde la zona intermedia delantera central. De igual modo cabe destacar que apenas llega a un 10% el resto de categorías analizadas. También debe señalarse que en uno de cada tres contraataques no existe último pase de contraataque. Todas estas tendencias se aprecian por igual cuando se analizan independientemente los equipos ganadores y perdedores (χ2 (12,N=121) = 9.694, p=.643, Φ=.283). Cabe destacar que los equipos ganadores tienen mayor eficacia en los contraataques donde el último pase sale de la zona delantera izquierda, mientras que los perdedores además de esa zona también destaca cuando el pase se realiza desde la zona trasera central.
Finalmente en la tabla 3 se aprecia el porcentaje de uso, y de la eficacia, de los equipos ganadores y perdedores en cada una de las variables relacionadas con la finalización del contraataque.
VARIABLE |
CATEGORÍA |
EQUIPOS GANADORES |
EQUIPOS PERDEDORES |
USO GLOBAL N=121 |
EFICACIA GLOBAL N=62 |
|||
USO |
EFICACIA |
USO |
EFICACIA |
|||||
N=82 |
N=45 |
N=39 |
N=17 |
|||||
Lugar de Finalización |
Próxima Izquierda |
27,83% |
62,50% |
20,37% |
54,55% |
25,44% |
60,47% |
|
Próxima Centro |
2,61% |
100,00% |
9,26% |
40,00% |
4,73% |
62,50% |
||
Próxima Derecha |
33,04% |
68,42% |
20,37% |
81,82% |
28,99% |
71,43% |
||
Cercana Izquierda |
8,70% |
20,00% |
7,41% |
50,00% |
8,28% |
28,57% |
||
Cercana Centro |
6,09% |
28,57% |
7,41% |
25,00% |
6,51% |
27,27% |
||
Cercana Derecha |
15,65% |
44,44% |
12,96% |
28,57% |
14,79% |
40,00% |
||
Intermedia Izquierda |
0,87% |
100,00% |
7,41% |
.0% |
2,96% |
20,00% |
||
Intermedia Centro |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
||
Intermedia Derecha |
2,61% |
33,33% |
5,56% |
66,67% |
3,55% |
50,00% |
||
Lejana Izquierda |
0,87% |
.0% |
5,56% |
33,33% |
2,37% |
25,00% |
||
Lejana Centro |
0,87% |
.0% |
3,70% |
.0% |
1,78% |
.0% |
||
Lejana Derecha |
0,87% |
.0% |
.0% |
.0% |
0,59% |
.0% |
||
Situación numérica |
1x0 |
33,91% |
74,36% |
18,52% |
90,00% |
28,99% |
77,55% |
|
1x1 |
40,00% |
43,48% |
44,44% |
45,83% |
41,42% |
44,29% |
||
2x0 |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
.0% |
||
2x1 |
6,09% |
85,71% |
14,81% |
37,50% |
8,88% |
60,00% |
||
2x2 |
7,83% |
11,11% |
1,85% |
.0% |
5,92% |
10,00% |
||
3x2 |
1,74% |
50,00% |
3,70% |
.0% |
2,37% |
25,00% |
||
1x2 |
8,70% |
50,00% |
9,26% |
20,00% |
8,88% |
40,00% |
||
2x3 |
1,74% |
50,00% |
3,70% |
.0% |
2,37% |
25,00% |
||
Otros |
.0% |
.0% |
3,70% |
50,00% |
1,18% |
50,00% |
||
Tipo de finalización |
Lanzamiento en carrera |
73,04% |
63,10% |
53,70% |
51,72% |
66,86% |
60,18% |
|
Lanzamiento en salto de 2 |
16,52% |
47,37% |
22,22% |
58,33% |
18,34% |
51,61% |
||
Lanzamiento en salto de 3 |
.0% |
.0% |
3,70% |
50,00% |
1,18% |
50,00% |
||
Pérdida |
8,70% |
.0% |
11,11% |
.0% |
9,47% |
.0% |
||
Ataque estático |
0,87% |
.0% |
5,56% |
.0% |
2,37% |
.0% |
||
Falta sin acción de tiro |
0,87% |
100,00% |
3,70% |
100,00% |
1,78% |
100,00% |
||
Número de puntos anotados |
Uno |
4,35% |
- |
3,70% |
- |
4,14% |
- |
|
Dos |
45,22% |
- |
27,78% |
- |
39,64% |
- |
||
Más de dos |
1,74% |
- |
1,85% |
- |
1,78% |
- |
||
Ninguno |
48,70% |
- |
66,67% |
- |
54,44% |
- |
||
Tabla 3.- Porcentaje de Uso y de Eficacia en las variables relacionadas con la finalización del contraataque
Al analizar la variable de lugar de finalización, se aprecian que las zonas próximas al aro son las más utilizadas tanto para los equipos ganadores como para los perdedores. Respecto a la eficacia, se encuentra ligada a la distancia en la que se finaliza de manera que las zonas próximas y cercanas presentan valores más altas frente a las zonas intermedia y lejana. Se apreciaron relaciones estadísticamente significativas entre eficacia y lugar de finalización en los equipos ganadores (χ2 (10,N=121) = 20.127, p=.028, Φ=.495).
Respecto a la situación numérica en la finalización del contraataque, se puede extraer la situación de 1x1 como la más utilizada con seguida del 1x0. El resto de categorías no superan el 10% de uso. Estas tendencias también se aprecian cuando se analiza de forma independiente a equipos ganadores y perdedores. Si se analiza la eficacia, se percibe que los equipos ganadores obtienen mayor eficacia en las situaciones de 1x0 y 2x1. Por su parte los equipos perdedores comparten la eficacia en el 1x0 pero se muestran poco eficaces en las situaciones de 2x1. Se apreciaron tendencias a las relaciones estadísticamente significativas entre eficacia y situación numérica en los equipos ganadores (χ2 (6,N=121) = 10.967, p=.089, Φ=.366).
Por otro lado, en la tabla 3 se observa que el mayor porcentaje de contraataques finalizan con lanzamientos en carrera, seguido por parada y lanzamiento de 2 puntos, violaciones o pérdidas. El resto de categorías presentan porcentajes de uso muy bajos. En concreto se apreciaron diferencias estadísticamente significativas entre los equipos ganadores y perdedores (χ2 (5,N=121) = 11.184, p=.048, Φ=.304), de manera que los equipos ganadores tienden a finalizar en mayor porcentaje en lanzamientos en carrera, mientras que los perdedores tienden a finalizar en lanzamiento tras parada. Se aprecian porcentajes de eficacia muy parecidos en todas las acciones finales, siendo ligeramente superior la eficacia de los lanzamientos en carrera de los equipos ganadores y en los perdedores la de los lanzamientos de 2 puntos, si bien se apreciaron relaciones estadísticamente significativas entre eficacia y tipo de finalización en los equipos ganadores (χ2 (4,N=121) = 12.822, p=.012, Φ=.395).
Finalmente, en la tabla 3 se observa que el 4,14% de los contraataques se anota un punto, en el 39,64% dos puntos, en el 1,78% tres puntos y en el 54,44% no se obtienen puntos. Estos valores son muy semejantes si se analizan los equipos ganadores y perdedores de manera independiente (χ2 (3,N=121) = 4.538, p=.209, Φ=.194). En cualquier caso, se aprecia que los equipos ganadores anotan puntos en el 51,30% de los contraataques, mientas que los perdedores en el 33,33%.
DISCUSIÓN
Los datos del presente estudio señalan que los equipos ganadores realizaron un mayor número de contraataques que los equipos perdedores. Estos datos confirman los encontrados en investigaciones precedentes, tanto en categorías senior (Cárdenas, et al., 2011), como en categorías inferiores (Ortega & Gómez, 2009). Este aspecto indica que los equipos ganadores independientemente de la categoría de juego suelen utilizar porcentajes mayores en contraataques, con respecto a los equipos perdedores, los cuales utilizan menor número de contraataques.
En este sentido, los equipos ganadores además de realizar mayor número de contraataques, también obtienen mayor eficacia, de manera que finalizan con éxito en el 54,78% de los casos, frente al 46,30% de los quipos perdedores, datos que se asemejan a los encontrados en otras categorías (Cárdenas et al. 2011; Tsamourtzis et al., 2005). En concreto, Ibáñez et al. (2003) registró un 64.2% para los ganadores frente a un 55.9% de los perdedores, Gómez, Lorenzo y Sampaio (2007) un 66,1% en hombres y 50,6% en mujeres y Refoyo, Romarís y Sampedro (2009) un 72,3% en hombres y 66,3% en mujeres, Cárdenas et al. (2011) registraron un 57% en ganadores frente a 45.6% de los equipos perdedores. Los resultados obtenidos muestran un cambio en la tendencia ascendente que mostraba el porcentaje de éxito en el contraataque en los últimos años, debido principalmente a que el nivel de juego en esa muestra era superior al del presente estudio.
Según los datos obtenidos en el presente estudio, el contraataque se inicia principalmente desde zonas cercanas al aro, concretamente en la zona trasera central y entre línea de tiros libres y la línea de centro. Siendo esta última, la zona de inicio que acaba con mayor eficacia junto con la zona intermedia trasera derecha al igual que apreció Ortega & Gómez (2009).
Por otro lado, al igual que en el estudio realizado por Ortega & Gómez., (2009) es la pista intermedia delantera la zona más utilizada para recibir el primer pase de contraataque, mientras que es la zona intermedia la que mayor porcentaje de eficacia final obtiene. Estos valores pueden deberse a que los contraataques más estructurados y los que habitualmente se trabajan en las sesiones de entrenamiento, inician el primer pase entre medio campo y tiro libre, por lo que cuando se empieza de esta forma, las situaciones están más trabajadas, y por lo tanto incrementa el dominio de la situación y la eficacia (Cárdenas et al., 2011).
En relación a la situación de juego, se observa que tanto los equipos ganadores como los perdedores tienden a realizar el primer pase de contraataque en situaciones de superioridad 1x0 ó 2x1 siguiendo la tendencia de otros estudios piloto que defiende el mayor uso de las situaciones 1x0 y 1x1 tanto por parte de ganadores como perdedores.
A la hora de analizar el modo de inicio destaca la importancia del rebote. Estos resultados refuerzan la importancia de los rebotes defensivos (Sampaio y Janeira, 2003), reflejado en categoría senior y en la categoría júnior a pesar de no presentar esas medidas antropométricas tan pesadas debido al juego rápido de contraataque que demandan a sus jugadores (Gerodimos, Manou, Kellis y Kellis, 2005). El otro modo de inicio preponderante del contraataque es la interceptación del balón. Los datos del presente estudio concuerdan con los de otros autores (Ortega & Gómez, 2009; Ortega & Palao 2007), si bien hay que señalar que en la mayoría de los estudios previos realizados no se ha diferenciado entre el balón recuperado por el acoso individual sobre el jugador con balón y la interceptación del balón durante la trayectoria del pase entre dos jugadores del equipo rival. El dato global, uniendo ambas categorías observadas en el presente trabajo caso refleja un 55,66% para los equipos ganadores y un 57,4% para los vencidos. Este valor es superior al 35.2% encontrado por Fotinakis et al. (2002), al 29.7% de Tsamortzis et al. (2005), al 34.5% de Mikes (1987) y muy similar al 45.7% que Filipovski (1998) encontró en competición europea, al 50,2% para hombres y 50,3% para mujeres de Refoyo, Romarís y Sampedro (2009). Todos estos datos afirman que principalmente el comienzo de los contraataques es tras rebote defensivo y tras robo de balón, dicho aspecto se puede relacionar con la importancia de las variables recuperaciones de balón en las categorías inferiores (Lidor y Arnon, 1997).
Con respecto al número de jugadores que participan en el contraataque, los datos del presente estudio señalan que casi en la mitad de los contraataques analizados participan dos jugadores, mientras que en la otra mitad o participan tres o uno, siendo estos datos completamente idénticos a los obtenidos por Ortega y Gómez (2009). De igual forma cabe destacar que los equipos ganadores tienen más porcentajes de contraataques en los que participan tres jugadores, mientras que tienen menos en los que participa un solo jugador o dos. Sin embargo tienen mayor eficacia cuando utilizan dos jugadores que los perdedores. Estos resultados se pueden relacionar con los de varios autores que destacan los mayores porcentajes de efectividad de los ataques cuando participaban menor número de jugadores (Manzano et al, 2006), disminuyendo el porcentaje de eficacia en los ataques según se aumenta en tiempo y número de jugadores participantes (Bazanov et al., 2006).
Estos valores están muy relacionados con el número de pases que se realizan en los contraataques. Se aprecia que en la mayoría de los contraataques se dan uno, dos o ningún pase. Al analizar dichos resultados con los de la literatura especializada, se observan valores similares, ya que los autores encuentran valores de 2 pases (Bazanov et al., (2006), 2.57 (Montero et al., 2001) y 2.67 pases (Manzano et al., 2004), dichos estudios se han realizado sobre muestras profesionales pero también se perciben datos prácticamente idénticos en categorías de formación (Ortega y Gómez., 2009).
Estos valores indican que los equipos perdedores tienden a realizar contraataques en el que finaliza el jugador que obtienen el control del balón (ningún pase), o el que recibe el primer pase de contraataque (un pase) en el 83,33% de las veces. Por el contrario, los equipos ganadores tienden a utilizar mayor número de pases en sus contraataques, los cuales están más elaborados. Cárdenas y Moreno (1995) encontraron que la media de pases efectuados en los contraataques efectivos era de 1.43; Gómez, Lorenzo y Sampaio (2007) hallaron 1,36 en baloncesto masculino y 1,01 en el femenino y, finalmente, Refoyo et al (2009) 1,03 pases en competición masculina de alto nivel y 1,22 en la femenina. Por encima de estos valores se encuentran los dos pases encontrados por Bazanov, Vohandu y Haljand (2006), los 2,57 de Montero, et al. (2001) y los 2.67 pases de Manzano, Pacheco y Lorenzo (2004). Estos datos apuntan la necesidad de construir situaciones de contraataque en las que se limite el uso del pase-recepción, evitando que se realicen más de dos por transición.
Por otro lado, no se observan diferencias entre ganadores y perdedores con respecto a las zonas de transición utilizadas. Sí se aprecia que en un 64,50% de contraataques el balón transita por las franjas laterales, lo que coincide globalmente con los datos obtenidos por Refoyo et al. (2009) (66,3%). Este dato es comprensible si se tiene en consideración que la amplitud del espacio funcional de juego incrementa la dificultad del juego defensivo, lo que mueve a los equipos a jugar en anchura.
En cuanto a la eficacia del contraataque, no se encuentran diferencias en equipos ganadores cuando se analizan las zonas de tránsito, lo que indica que estos equipos son capaces de realizar un contraataque eficaz desplazándose por cualquier parte del campo.
Los equipos perdedores poseen mayor eficacia cuando transitan por la zona derecha o central, esto puede deberse a la prevalencia de usar su mano dominante en estas zonas para realizar el bote.
En lo referido a la modalidad técnica del último pase, los datos del presente trabajo señalan que existe muy poca variabilidad, ya que en caso de producirse pase, prácticamente más de la mitad de los pases son desde el pecho. Uno de los estudios que analiza la modalidad del pase utilizado es el de Okazaki et al (2004), los cuales encuentran que el pase de pecho es el más utilizado.
Con respecto al lugar desde el que se realiza el último pase, los datos señalan una gran homogeneidad en todas las zonas rechazando así los datos obtenidos por Ortega y Gómez (2009), que defienden que conforme se aleja del propio cesto se realizan menos últimos pases, apreciándose escasos últimos pases en la pista delantera. Si bien es cierto, que el mayor porcentaje de uso tanto en equipos ganadores como perdedores se encuentra en aquellas acciones en las que no existe pase.
Estos datos, juntos a los señalados anteriormente, revelan un escaso desarrollo del contraataque, ya que en muchas de las ocasiones el primer jugador que participa en el contraataque es el último, o el primer pase de contraataque se convierte en el último, participando apenas uno o dos jugadores. Es decir, el contraataque se convierte en una acción individual, donde un jugador es capaz de ir de pista trasera a delantera para finalizar.
Con respecto a la zona del campo en la que se recibe el último pase, los datos del presente estudio señalan que los equipos ganadores tienden a recibirlo cerca del cesto, mientras que los perdedores tienden a recibirlo lejos. Por contra, sí que se aprecian semejanzas con respecto a la lateralidad, de manera que tanto los equipos ganadores como los perdedores tienden a recibir uno de cada tres últimos pases de contraataque en la derecha, otro en el centro y otro en la izquierda. Estos datos reafirma que los equipos ganadores tienen un contraataque más elaborado, en el que reciben el último pase cerca del cesto, por lo que tienen mayores probabilidades de finalizar con éxito, esto puede deberse a que los mejores equipos presentan una mejor percepción visual a la hora de realizar el contraataque encontrando mejores situaciones de tiro cerca de canasta (Ochiai, et al, 2004).
Al considerar las zonas en las que se concluyen estos ataques rápidos se llega a la conclusión que las zonas principalmente utilizadas se encuentran sobre todo cerca de la canasta, correspondiente en nuestro estudio a las zonas próximas (59,16%) y cercanas (29,58%).
Estos resultados están de acuerdo con el estudio de Refoyo et al. (2009) en el que el 75% de los ataques rápidos se terminaron dentro de la zona próxima al aro y Garefis et al. (2007) en la zona restringida de tres segundos (82%).
Con respecto a la manera que predomina en la finalización del contraataque, destaca los lanzamientos en carrera, con un 66,86% del total; resultados superiores al estudio de Ortega y Gómez (2009) con un 45,9%, al igual que en el estudio de Ortega y Palao (2007) donde hacen mención a los lanzamientos en carrera con un 44.88%. El uso más frecuente de la bandeja puede explicarse por el hecho de que a menudo los ataques rápidos resultaron en 1x1 y 1x0 situaciones que facilitan el uso de la bandeja.
Por su parte Okazaki et al (2004) encuentra que dicho lanzamiento además de ser el más utilizado, es el lanzamiento con mayores porcentajes de eficacia en el juego. Por lo tanto los porcentajes encontrados obligan a los entrenadores a diseñar tareas para su mejora.
Otra de las variables examinadas en el presente estudio fue la situación de finalización, en la que se observa que para ambos las situaciones más frecuente fueron el 1x1 seguido por el 1x0, similar a lo que ocurrió en el estudio de Tavares y Veleirinho (1999). Sin embargo, de acuerdo con otros estudios las situaciones más comunes implicaban mayor número de jugadores (Fotinakis et al., 2002 y Tsamourtzis et al., 2002; Ortega, Cárdenas, Sainz de De Baranda, Palao, 2006a).
Las diferencias entre este estudio y los estudios mencionados anteriormente puede estar relacionadas con el hecho de que en aquellos estudios los jugadores observados eran adultos, mientras que en el presente estudio y en el de Tavares y Veleirinho (1999) consistieron en jóvenes en categorías de formación, que todavía están desarrollando las habilidades técnicas del juego, por lo tanto, muestran una mayor atención en el dominio del balón, pudiendo prestar menor atención a otros aspectos determinantes.
En cualquier caso, todos estos datos reafirma la importancia del contraataque en el rendimiento colectivo de los equipos en competición, al igual que indican otros autores como Cárdenas y Moreno (1995), Bazanov (2007) y Refoyo et al. (2009).
Aplicaciones prácticas
Los valores observados en categorías de formación, indican la necesidad de diseñar tareas en los entrenamientos, en torno al concepto de variabilidad. Las tareas propuestas a los jugadores no deben plantearse siempre de la misma forma. La competición debe ser el indicador principal del grado de variabilidad a emplear en el diseño de tareas. Partiendo de los resultados más significativos se proponen las siguientes aplicaciones prácticas al entrenamiento.
Los datos indican que los contraataques empiezan principalmente tras rebote defensivo y/o mediante interceptación o robo de balón. Por lo tanto debemos fomentar en los entrenamientos, la salida en contraataque cada vez que se obtenga un rebote defensivo del mismo modo que se fomente la realización de este cada vez que se robe un balón.
Se desarrollan principalmente con bote y pase, realizando el primer pase por encima de la línea de tiro libre. Por lo que se debería introducir esta norma como principio imprescindible en el juego del equipo, tanto en los partidos, como sobre todo en los entrenamientos Ortega y Gómez (2009).
Además se encuentra como en caso de pase se utiliza un solo pase y participan uno o dos jugadores, por lo que se deberían diseñar tareas que permitan concienciar a los jugadores que el contraataque es un medio táctico colectivo. Y por último la mayoría de los contraataques finalizan en lanzamientos de dos puntos en carrera en situaciones de 1x0 o 1x1, y obtienen eficacia en torno al 50% de los casos.
En cualquier caso, los entrenadores deben ser conscientes de estos valores, de manera que deben exigirles en las sesiones de entrenamiento valores de eficacia en el contraataque por encima del 50%.
Limitaciones del estudio
El presente estudio, analizó los contraataques realizados en equipos participantes en una liga local. Este aspecto, implica que los datos obtenidos podrían ser representativos de dicho entorno y contexto deportivo, de manera que en otros entornos, localidades, niveles deportivos, etc., los valores podrían ser diferentes. Es necesario realizar estudios en los entornos en los que se oretenden extender los datos.
REFERENCIAS
Recepción 01-10-2015
Aprobación: 15-12-2015