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L a perra
de P ilar Q uintana
Random House Mondadori, Bogotá,
2019, 112 p.
Andrea Bernal Lozada
Con esta novela Pilar Quintana nos lleva a explorar
diferentes emociones, navegando entre la alegría, el
amor, la tristeza y el enojo, tanto que nos incentiva
a esperar lo mejor para sus personajes. La perra nos
muestra la transición de una emoción a la otra y, con
palabras muy simples y contexto realista, entendemos
las razones del comportamiento de los personajes
principales, además de que podemos relacionar sus
acciones como una respuesta al ambiente hostil que
la selva pacífica ofrece.
Inicialmente, la novela nos sitúa en el contexto
del pacífico colombiano, donde la violencia y la su-
pervivencia son aspectos cotidianos de la región, e
introduce a Damaris y a Rogelio, una pareja afroco-
lombiana que, después de muchos años juntos y de
intentos fallidos por tener hijos, se han distanciado
y sumergido en la cotidianidad y en la rutina.
Damaris y Rogelio viven en un pueblo, cercano
al mar y a la selva de la región, en la casa del tío de
Damaris. La casa es de madera con techo laminado,
de un solo cuarto, cuidada por tres perros que fueron
llegando a la vida de esta pareja paulatinamente, por
preferencia de Rogelio. Es importante tener en cuenta
estas imágenes espaciales dentro de la historia no solo
por su simbolismo al abandono gubernamental en el
Estudios dE LitEratura CoLombiana 54, enero-junio 2024, ISNN 0123-4412, https://doi.org/10.17533/udea.elc.353879
Editores: Paula Andrea Marín Colorado,
Christian Benavides Martínez
Recibido: 13.02.2023
Aprobado: 20.12.2023
Publicado: 31.01.2024
Copyright: ©2024 Estudios de Literatura Colombiana.
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* Cómo citar esta reseña: Bernal Lozada,
A. (2024). Reseña del libro La perra de
Pilar Quintana. Estudios de Literatura
Colombiana 54, pp. 223-226.
DOI:
1
aberna18@asu.edu
Arizona State University, United States
https://doi.org/10.17533/udea.
elc.353879
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Andrea Bernal Lozada
Estudios dE LitEratura CoLombiana 54, enero-junio 2024, eISNN 2665-3273, https://doi.org/10.17533/udea.elc.353879
pacífico, sino también porque la casa, los perros e incluso su matrimonio con Rogelio
anuncian al lector la soledad y falta de posesiones de Damaris, quien desde muy joven
creció en la pobreza y sin familia.
La perra, llamada Chirli, el nombre que Damaris quería ponerle a la hija que nunca
tuvo, aparece en la historia como una cachorra con pocos días de nacida en el estadero
de doña Elodia. Damaris, al ver la camada de cachorros sin madre, decide adoptar la
única hembra de la camada, con la esperanza de que, tan indefensa y débil, sobreviva y
crezca. Es así como la perra es tratada tal y como una hija que llena el vacío en la vida
de Damaris, llevándola con ella en todo momento hasta que la perra crece.
Con esta historia, Pilar Quintana desarrolla temas que podríamos llamar canónicos,
por medio de sus personajes, como lo es la soledad, la vida marital y filial, el abandono
gubernamental, junto con otros problemas sociales propios del contexto del pacífico
colombiano. No obstante, La perra, por medio de los elementos naturales propios de
la región en la historia, establece relaciones entre el humano y elementos no humanos,
proveyendo simbolismos en estas figuras que llevan al análisis de otros temas presentes
en la novela, y permite una exploración desde los estudios animales, o posthumanos.
La historia es desarrollada mediante las figuras no humanas (los animales, la selva,
el mar y la perra) y no tanto por la figura de los personajes humanos. En este punto se
puede relacionar con las ideas de Jane Bennet en su artículo “The Agency of Assem-
blages”, quien establece que los agentes humanos no son los causantes de los eventos
y las consecuencias, sino que es una correlación entre todos los agentes, sin tener un
causante específico. Para Bennet los eventos suceden dado a un conjunto de agentes y
modos, que ella define como “ensamblajes”. La perra nos muestra cómo estos agentes
generan un ensamblaje, una relación en diferentes cuerpos, que lleva a la creación de
los sucesos que narra la historia. Esto lo hace cuando describe la selva del mar pacífico
colombiano, una selva desgarradora que mata y da vida, una selva que desaparece, una
selva más poderosa que la figura del humano en la novela. Así lo expresa la voz narrati-
va en este apartado dónde vemos a Damaris, la figura humana, siendo atacada por ese
monstruo que la absorbe y la transforma “Soñaba con ruidos y sombras, que estaba
despierta en su cama, que no podía moverse, que algo la atacaba, que era la selva que
se había metido en la cabaña y la estaba envolviendo, que la cubría de lama y le llenaba
los oídos con el ruido insoportable de los bichos hasta que ella se convertía en la selva,
en tronco, en musgo, en barro, todo al mismo tiempo” (p. 51).
225Estudios dE LitEratura CoLombiana 54, enero-junio 2024, ISNN 0123-4412, https://doi.org/10.17533/udea.elc.353879La perra de Pilar Quintana
Bajo el mismo concepto, el agua se observa como un cuerpo violento y fuerte que
arranca la vida de formas inesperadas, lo que le da al mar una agencia: “Ella sabía muy
bien que ese era el mismo animal malévolo que tragaba y escupía gente”(p. 99). La perra,
por otra parte, presenta el consuelo y la esperanza, el soporte emocional de Damaris:
“Cuando llegó a su casa Damaris se alegró de ver a la perra tanto como la perra de verla a
ella” (p. 46). Sin embargo, la perra también representa la incertidumbre “Gritó con voz
furiosa, neutra, dulce, suplicante sin ningún resultado hasta que todo se quedó en calma
y ya no se oyeron más los ladridos ni nada” (p. 50), la culpa y la traición “Damaris no
soportaba verla” (p. 75). Cada uno de estos aspectos se da en diferentes momentos de
la novela, permitiendo observar el desarrollo de la relación entre Damaris y estas figuras
no humanas, y la construcción de los ensamblajes. La autora juega con esta relación
entre las figuras humanas y no humanas, dando lugar a una dinámica de causa y efecto
entre estos cuerpos y entrelazando los diferentes temas de la historia con estos agentes.
Otro punto destacable de la historia recae en el énfasis en la relación entre la perra
y Damaris en la novela. La autora desenvuelve esta relación como una codependiente,
siendo la perra el principal agente en estas interacciones. Este efecto se puede explicar
con aquello que Sherryl Vint refiere al manifestar que los animales son afectados por
el humano, ya que el humano moldea al animal para suplir su necesidades. Es decir,
que el humano afecta el comportamiento del animal para que llene esas necesidades
que el humano tiene. Un ejemplo de esto es el rol de hija que suple la perra en la vida
de Damaris.
Finalmente, la novela nos lleva, por medio de transiciones en la historia y las in-
teracciones entre los diferentes agentes a un devenir animal, una transformación del
humano al animal, desde dos puntos: la insignificancia y la muerte. La insignificancia,
desde el moldear al animal para beneficio del hombre, como se ve en esta cita en la
que Damaris expresa sus deseos hacia la perra en algún punto de la novela: “Deseaba
que se fuera pronto, que no volviera, que la mordiera una equis y se muriera” (p. 73),
haciendo a la perra un objeto insignificante, domesticado y débil. La muerte, por otro
lado, se puede tomar desde un tipo de monstruosidad, tomando las palabras de Mabel
Moraña, cuya transformación matiza el límite entre la vida y la muerte, a la vez penetra
los parámetros de la subjetividad y las redes de la sociedad. La novela, según la idea de
Moraña, plantea un dilema ético en este devenir animal y así nos lleva a cuestionarnos
en nuestros principios morales: “Rogelio llegó del monte en ese momento con unos
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palos que necesitaban para reparar la cabaña y miró la escena con alarma !¿Vos queres
matar a ese animal?¡ dijo” (p. 70). A partir de lo que se lee, y al conocer los sucesos
que llevan a Damaris a este devenir animal, como lectores nos ubicamos en una postura
en la cual se defiende o se cuestiona a Damaris por sus acciones, discutiendo los pará-
metros de la subjetividad, en este límite entre la vida y la muerte que plantea Moraña.
Para concluir, la novela no solo alimenta la imaginación por medio de descripcio-
nes espaciales, con referencias al clima, al espacio y a la geografía. También enlazan y
desenvuelven relaciones y dinámicas de poder entre lo humano y lo no humano. Da-
maris, la perra, la selva y el mar desenvuelven estas dinámicas que germinan en todos
los agentes, generando eventos y consecuencias que construyen la historia. La novela
también otorga un análisis amplio en la relevancia y posición del humano, junto con su
necesidad de dependencia e insignificancia frente a otros entes vivientes. Es decir, la
novela no solo nos presenta temas sociales, que se pueden identificar y meditar sepa-
radamente, sino que le provee al lector visiones más profundas y críticas en aspectos
más allá de lo contemporáneo y lo moderno, es decir, una visión posthumana en la que
el hombre no es el centro.