ISSN (impreso) 0121–5167 / ISSN (en línea) 2462–8433

SECCIÓN TEMÁTICA

Populismo y democracia en México. Liderazgo, significante vacío e identificación popular^*

Populism and Democracy in Mexico. Leadership, Empty Signifier and Popular Identification

Silvia Fuentes Amaya¹ (México)

¹ Licenciada en Sociología. Magíster y doctora en Ciencias con Especialidad en Investigación. Docente–investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional y docente en la carrera de Sociología, Facultad de Estudios Superiores Aragón, Universidad Nacional Autónoma de México. Adscrita al Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I, México. Correo electrónico: sfuentes@upn.mx – Orcid 0000–0003–2111–160X – Google Scholar https://scholar.google.com/citations?hl=es&user=MHNuexgAAAAJ

Fecha de recepción: enero de 2025

Fecha de aprobación: agosto de 2025

Cómo citar este artículo: Fuentes Amaya, Silvia. (2025). Populismo y democracia en México. Liderazgo, significante vacío e identificación popular. Estudios Políticos (Universidad de Antioquia), 74. https://doi.org/10.17533/udea.espo.n74a12

Resumen

El proyecto democrático se mantiene como una alternativa deseable para atender las grandes problemáticas contemporáneas: pobreza, calentamiento global, migraciones, conflictos bélicos, entre otras. El populismo, tanto en el plano teórico como en el histórico–social, ha resurgido. En México, el triunfo en las elecciones presidenciales en 2018 y 2024 del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha sido concebido como la emergencia y desarrollo de un régimen populista con rasgos inéditos. En ese contexto, ¿de qué manera han operado Las Mañaneras como espacio de interpelación protagonizado por Andrés Manuel López Obrador hacia el desarrollo de modelos de identificación populista y de formación de cadenas equivalenciales? A partir de una perspectiva ontoepistémica hacia el antiesencialismo, sustentada en la lógica política planteada por Ernesto Laclau (2005), se desarrolla un análisis político–discursivo de Las Mañaneras desde un abordaje metodológico cualitativo. Se concluye que Las Mañaneras constituyeron un elemento central de la construcción discursiva–populista en México (2018–2024) del significante AMLO–4T, en tanto significante vacío, en el marco de una oscilación entre un liderazgo carismático–integrador/pragmático y carismático–dominante (Navarrete, 2023) de Andrés Manuel López Obrador.

Palabras clave: Comportamiento Político; Análisis de Discurso; Populismo; Liderazgo Carismático; Significante Vacío; México.

Abstract

The democratic project remains a desirable alternative for addressing major contemporary problems: poverty, global warming, migration, and armed conflicts, among others. Populism, both theoretically and historically, has resurfaced. In Mexico, the triumph of the National Regeneration Movement (MORENA) party in the 2018 and 2024 presidential elections has been conceived as the emergence and development of a populist regime with unprecedented features. In this context, how have “Las Mañaneras” (Morning Talks) operated as a space for interpellation led by Andrés Manuel López Obrador toward the development of populist identification models and the formation of equivalential chains? From an onto–epistemic perspective toward anti–essentialism, based on the political logic proposed by Ernesto Laclau (2005), I develop a political–discursive analysis of “Las Mañaneras” using a qualitative methodological approach. Conclusions: “Las Mañaneras” constituted a central element of the discursive–populist construction in Mexico (2018–2024) of the signifier AMLO/4T, as an empty signifier, within the framework of an oscillation between a charismatic–integrative/pragmatic and charismatic–dominant leadership (Navarrete, 2023) of Andrés Manuel López Obrador.

Keywords: Political Behavior; Discourse Analysis; Populism; Charismatic Leadership; Empty Signifier; Mexico.

Introducción

La idea de democracia sigue vigente en el mundo contemporáneo, incluida América Latina (Open Gov Latam, 2025, junio 11), como la vía especulativa y normativa privilegiada para atender la rezagada modernidad política (Wallerstein, 1995). Se trata de un significante polémico e imposible de actualizar. Como lo señala Jacques Rancière (2007): «La “sociedad democrática” no es nunca otra cosa que un trazado ilusorio destinado a sostener tal o cual principio de buen gobierno [...] lo que organiza a las sociedades es el juego de las oligarquías. Y no hay, estrictamente hablando, ningún gobierno democrático» (p. 76).

Y es justamente dicha imposibilidad la condición que movilizaría la constante lucha por construir sociedades democráticas. En ese contexto, el populismo ha devenido, tanto en el plano teórico como en el sociopolítico, una alternativa de construcción democrática. Ahora bien, la noción de populismo ha estado cargada históricamente de imprecisiones y ambigüedades que han supuesto un uso «anárquico» de esta (Aboy Carlés, 2001, 6–8 de septiembre), de tal manera que se ha «convertido en una suerte de categoría residual» (p. 9) que estaría asociada a procesos «desviados» o «patológicos» de estructuración política (Korstanje, 2013). Dicha condición suplanta su posible capacidad explicativa por la de conformarse como una especie de comodín para situar la «recurrencia del mal (la extrema derecha, el fascismo, el totalitarismo)» (Taguieff, 1996, p. 44 citado en Aboy Carlés, 2001, 6–8 de septiembre, p. 9).

Sin embargo, la suerte del populismo como propuesta analítica y como orientadora de la conformación de proyectos democráticos no ha sido agotada, por el contrario, la rehabilitación del populismo como analítica y como proyecto político ha tenido en La razón populista de Ernesto Laclau (2005) un abordaje sistemático y riguroso, cuyo impacto ha trascendido en el ámbito global, no sólo en el plano de la discusión teórica y política, sino en el acompañamiento de movimientos sociales en diversas latitudes —por ejemplo, Cristina Fernández en Argentina, Rafael Correa en Ecuador, Podemos en España—.

La denominada Escuela de Essex, constituida a partir de programa de posgrado Ideology and Discourse Analysis, fundado por Laclau en la Universidad de Essex, Inglaterra, ha constituido un importante semillero de académicos e intelectuales dentro de la perspectiva de análisis de discurso desarrollada por Laclau y dada a conocer formalmente en su libro Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia (Laclau y Mouffe, [1985] 2004) (Cuevas, 2015; Buenfil, 2019). De igual forma, se ha conformado la llamada vertiente de Estudios poslaclausianos que han realizado diversas intervenciones en los desarrollos teóricos producidos por Laclau (Magrini et al., 2021).

En México, con el triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la contienda electoral por la Presidencia de la República en 2018 se inauguró un nuevo capítulo del populismo en el territorio mexicano. El peso del liderazgo de AMLO ha llevado a plantear que «a partir de las necesidades del pueblo y sus demandas sociales Andrés Manuel López Obrador configura mediante su discurso político el populismo en México» (Flores y Amador, 2022, p. 47).

Aproximarse desde la teoría populista de Laclau a la figura de un líder de ese calibre convoca a enfocar la mirada en el denominado «giro psicosocial en la teoría social y política contemporánea» (Stavrakakis, 2015, p. 27), emprendido por el pensamiento laclausiano. Si se piensa el doble circuito —político–discursivo y psicosocial— que ha trazado dicha perspectiva, resulta sugerente concebir el proceso de identificación–desidentificación política como un foco de interés estratégico.

En ese orden de ideas, a partir de la teoría del populismo de Laclau (2005) y de la mirada del proceso identificatorio de Slavoj Žižek (1992), se plantea una primera aproximación interpretativa a la dinámica político–discursiva —y psicoafectiva—, emprendida por Andrés Manuel López Obrador, en tanto líder carismático, desplegada a partir de Las Mañaneras —conferencias matutinas de la Presidencia—, hacia la construcción de la «Cuarta Transformación» (4T). En esta mirada inicial, se realiza una aproximación al plano de la interpelación escenificada por el presidente AMLO en su convocatoria dirigida a la población mexicana para constituirse como pueblo, por lo que no se problematiza de forma sistemática los momentos de recepción de dicha convocatoria. Asimismo, se propone, a manera de supuesto analítico, la idea de que la nominación AMLO–4T operó como significante vacío, de tal suerte que orientó el desarrollo de lógicas equivalenciales que apuntaron hacia la construcción de un nuevo populus. Para ilustrar dicha hipótesis se contextualizan dos ámbitos emblemáticos de la política obradorista: el combate al huachicol —robo de hidrocarburos— al inicio de su mandato presidencial (2018–2019) y la reforma al poder judicial al término de su gestión (2024).

1. Coordenadas teórico–conceptuales y metodológicas: el populismo como lógica política

Laclau (2005) da forma a una teoría del populismo que lo rescata de una «posición marginal en el discurso de las ciencias sociales [para dejar de] ser el simple opuesto de formas políticas dignificadas con el estatus de una verdadera racionalidad» (p. 34). El abordaje teórico del populismo por parte de Laclau se remonta a 1978, con la publicación de Política e ideología en la teoría marxista, donde «propuso que, para entender el fenómeno [del populismo] debíamos enfocarnos estrictamente en la forma o, para usar su terminología, había que estudiar el populismo como un modo de articulación política» (Arditi, 2023, p. 94).

En continuidad con los desarrollos producidos en Hegemonía y estrategia socialista (Laclau y Mouffe, [1985] 2004), en la Razón populista Laclau (2005) mantiene la centralidad de la articulación hegemónica, el antagonismo, las lógicas diferencial y, sobre todo, equivalencial, así como las categorías de significante flotante y significante vacío —de forma más enfática este último— en la construcción del espacio sociodiscursivo como espacio políticodiscursivo, ahora en clave populista. Entre las modificaciones o innovaciones al cuerpo teórico desarrollado previamente en Laclau y Mouffe ([1985] 2004):

Se distinguen dos aspectos nodales [...] un diálogo explícito y cierto intento de [una mayor] integración de la teoría psicoanalítica de Lacan [sobresale la categoría de objeto a] en gran medida imbuido por el debate sostenido con el filósofo esloveno Slavoj Zizek [y los intercambios con Joan Copjec, además,] Laclau avanza también en la reflexión en torno al lugar del Líder y, centralmente, en la dimensión afectiva que constituye las identificaciones políticas, para ello retoma a Freud y su análisis en Psicología de las masas y análisis del Yo (Suárez, 2015, p. 71).

Al respecto, es importante señalar la complejidad presente en el propio proceso identificatorio, condición que a fines de la década de 1980 y principios de la década de 1990 detonó un interesante y fructífero debate entre Laclau y Žižek, el cual derivó en la consideración teórica de Laclau del carácter constitutivo de la idea de identificación asociada al sujeto de la falta:

La crítica de Žižek a Hegemonía y estrategia socialista lo llevó a transitar desde una comprensión de la subjetividad como posiciones de sujeto a una concepción lacaniana del sujeto de la falta, lo que a su vez facilitó un cambio de énfasis desde su concepto de «antagonismo» al de «dislocación» en Nuevas reflexiones acerca de la revolución de nuestro tiempo (Stavrakakis, 2015, p. 28).

En ese tenor, se hace productiva la distinción del autor esloveno para pensar la constitución de identificaciones populistas relativa a la consideración de dos momentos o dimensiones del proceso identificatorio: la identificación imaginaria y la identificación simbólica: «La identificación imaginaria es la identificación con la imagen en la que nos resultamos amables, con la imagen que representa “lo que nos gustaría ser” [yo Ideal], y la identificación simbólica es la identificación con el lugar desde el que nos observan, desde el que nos miramos de modo que nos resultamos amables, dignos de amor [Ideal del yo]» (Žižek, 1992, p. 147).

En coherencia con la tensión positividad–negatividad que atraviesa la lógica hegemónica–populista, es claro que la conceptualización del proceso identificatorio y sus diversos ángulos —identidad–identificación/desidentificación/identificación–identidad— ha considerado su carácter histórico, contingente, conflictivo, relativamente abierto, temporal y precario (Buenfil, 1994; Barros, 2020; Magrini et al., 2021; Howarth, 2008, Fuentes, 2020).

En ese orden de ideas, el desarrollo del populismo y de las identidades respectivas supone un proceso articulatorio hegemónico que enfatiza la lógica equivalencial en la producción de un efecto de totalización que será representado por determinados significantes vacíos, en tanto que asumen la representación de la imposibilidad de una universalización plena (Laclau, 2005, p. 95). Dicho proceso no es directo ni automático. Para Sebastián Barros (2009), en diálogo con la lógica del desacuerdo de Rancière, involucraría la conformación de las citadas demandas en demandas heterogéneas, condición que estaría asociada a la propia especificidad del populismo. Ahora bien, para Laclau la operación del significante vacío es estratégica y radical para la formación de un pueblo:

La identificación con un significante vacío es la condición sine qua non de la emergencia de un pueblo. Pero el significante vacío puede operar como un punto de identificación sólo porque representa una cadena equivalencial [...]. El significante vacío es algo más que la imagen de una totalidad preexistente: es lo que constituye esa totalidad, añadiendo así una nueva dimensión cualitativa (Laclau, 2005, p. 204).

En coherencia con sus desarrollos previos, el enfoque populista de Laclau mantiene una lógica de tensiones, donde la negatividad desempeña un papel protagónico a través de la vacuidad como detonante del surgimiento de un pueblo. Además, la dimensión afectiva es constitutiva del lazo social a través de las identificaciones que sostendrán a los grupos, articulados en el marco de un juego de equivalencias, en una identidad popular, anclada en el nombre del líder: «la lógica de la equivalencia conduce a la singularidad, y ésta a la identificación de la unidad del grupo con el nombre del líder׃ (Laclau, 2005, p. 130). En ese orden de ideas, el nombre del líder opera como significante vacío, el cual sostendría el juego identificatorio en dos planos: el primero, a través de la producción de un efecto de totalización–universalización que recorrería las equivalencias producidas en cierto contexto histórico, proveyendo una forma de presencia a la plenitud ausente; y el segundo, como anclaje político y afectivo de las identificaciones populares entre los sujetos–actores y con la palabra del líder.

2. Aproximación metodológica

En coherencia con el emplazamiento ontoepistémico y teórico–conceptual propuesto, el ejercicio analítico desarrollado se inscribe en un paradigma hermenéutico–interpretativo. Hay que señalar que habría una «relación compleja» de la teoría del discurso posmarxista con ese paradigma, al mismo tiempo, dicha relación es pertinente por la centralidad asignada a la generación de «nuevas interpretaciones» (Howarth, 2005, p. 46). En ese tenor, se adoptó un criterio metodológico cualitativo. Dicha aproximación supone enfatizar las «propias palabras de las personas, habladas o escritas [como] un modo de encarar el mundo empírico» (Taylor y Bogdan, 1987, p. 19), para producir indicios en torno a la operación de Las Mañaneras en la construcción de una lógica equivalencial a partir de la palabra del líder Andrés Manuel López Obrador.

La aproximación, por un lado, esquematiza el desarrollo de cadenas equivalenciales antagónicas en dos coyunturas específicas a partir de la contextualización de estas. Por otro lado, en consonancia con las identidades diferenciales en juego, se destaca el proceso de interpelación y rasgos de un posible modelo de identificación (Buenfil, 1994) —entendido también como un discurso particular, de tal suerte que constituye un sistema de significación de carácter contingente, temporal y precario (Fuentes, 2020)— presente en el discurso de AMLO. Se trata de aportar indicios para una interpretación inicial desde la lógica hegemónica–populista de las formas en que el liderazgo carismático del presidente mexicano ha constituido un proyecto populista, cuyo alcance es inédito en México, tanto por el ideario ideológico–político condensado en el proyecto denominado la Cuarta Transformación (4T) como por la cantidad de votos en la elección presidencial de 2018 en México:

Con el cómputo del 100 por ciento de las casillas [...] el Instituto Nacional Electoral (INE) detalla que del gran total de sufragios emitidos para [Andrés Manuel López Obrador] 25 millones 128 mil fueron vía Morena, tres millones 391 mil por el PT [Partido del Trabajo] y un millón 526 mil por el PES [Partido Encuentro Social]. El total de votos alcanzados por López Obrador casi duplica los 15 millones 896 sumados en el 2012 y dobla los 14 millones 756 obtenidos en el 2006 (Proceso, 2018, julio 5).

Si bien el análisis de discurso de Laclau representa desafíos epistemológicos y metodológicos significativos (Howarth, 2005; Retamozo, 2011; Fair, 2019) que trascienden en su teoría del populismo, existe una amplia literatura que presenta propuestas de abordaje sugerentes.¹

En la categorización aquí propuesta del andamiaje teórico se matizan sus alcances, en la medida en que no se aborda el plano de la recepción de la convocatoria presidencial a través de Las Mañaneras, sino que solamente hay una aproximación a la dimensión interpelatoria de estas, en concordancia con el proceso de «identificación imaginaria» —Yo ideal— (Žižek, 1992). De tal manera que las especulaciones se sostienen sobre el terreno ontológico y destacan el plano de las lógicas subyacentes, y sólo se recurre a contenidos específicos, en tanto ejemplificaciones del ámbito óntico. Asimismo, se retoman algunos elementos de la propuesta metodológica de Hernán Fair (2019) —a partir de Eliseo Verón (1987)— para el análisis de enunciados, con relación al «Primer nivel de análisis: las cadenas equivalenciales y las fronteras políticas»:

(a) el componente descriptivo: constata y describe la realidad fenoménica mediante verbos en presente del indicativo; (b) el componente didáctico: explica verdades con pretensiones universales [...]; (c) el componente prescriptivo: prescribe el deber ser en términos deontológicos o imperativos («Hay que», «Se debe»); (d) el componente programático: realiza promesas políticas y toma decisiones vinculantes (Fair, 2019, pp. 61–62).

Así, se desarrolló una breve muestra intencionada (Pérez, Lagos, Mardones y Sáez, 2017) de Las Mañaneras con la intención de situar algunos momentos clave en el proceso interpelatorio emprendido por AMLO, debido a la trascendencia política y económica de los procesos involucrados al inicio de su gobierno (2018–2019) —el combate al huachicol, asunto de seguridad nacional— y la reforma al poder judicial (2024) —combate a la corrupción en el poder judicial—. El corpus construido involucró una selección de fragmentos textuales de las transcripciones de algunas emisiones de Las Mañaneras producidas sobre los tópicos arriba señalados.

3. Resultados y discusión

3.1 México y la 4T: una nueva era populista

En las elecciones presidenciales del 2 de junio de 2024 en México, la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, integrada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Partido Verde (PV) y Partido del Trabajo (PT), Claudia Sheinbaum Pardo, obtuvo una avasallante mayoría de los votos en la elección presidencial, con un total de 35 924 519 votos (59,7%).

Con este triunfo presidencial, «MORENA se ha posicionado como la principal fuerza política de México [...] junto con sus aliados, el partido —fundado por Andrés Manuel López Obrador— pasó de controlar 5 estados en 2018 a gobernar 23 tras las elecciones de este 2024» (CNN Español, 2024, junio 3):

En la Cámara de Diputados, Morena se posiciona como la primera fuerza, con 236 diputaciones [...] el bloque de Morena, PVEM y PT suma 364 diputaciones, una cantidad que les permite modificar la Constitución de forma autónoma, sin requerir el respaldo de las bancadas opositoras. [...] El Senado presenta una configuración similar, con Morena liderando con 60 escaños (Hernández, 2024, septiembre 1).

La presidencia de Sheinbaum involucra la continuidad de la llamada Cuarta Transformación, inaugurada en el periodo presidencial de AMLO (2018–2024), de tal manera que desde el sexenio anterior y hasta 2025 se han concretado una serie de reformas, entre ellas, la estratégica y polémica reforma al poder judicial, aprobada unos días antes de concluir el mandato presidencial de AMLO, finalmente formalizada en julio de 2025:

¿Qué es la Cuarta Transformación (4T) y cuáles son sus bases? Sostiene el Presidente de México que el país ha tenido tres grandes transformaciones de la vida pública: la Independencia, la Reforma y la Revolución. Pretende que su Gobierno haga un cambio profundo que lleve a la Cuarta Transformación [...].

Consiste en que ahora:

Se respeta la Constitución.

Hay legalidad y democracia [...].

No se reprime al pueblo.

No se organizan fraudes electorales desde el poder federal.

El gobierno ya no representa a una minoría sino a todos los mexicanos de todas las clases, culturas y creencias.

Se gobierna con austeridad.

Se gobierna también con autoridad moral.

No se tolera la corrupción ni se permite la impunidad.

En la práctica no hay fueros ni privilegios.

Se atiende a todos, se respeta a todos, pero se le da preferencia a los pobres [...].

Se lucha por la paz y nos encaminamos a vivir en una República justa, igualitaria, libre, democrática, soberana y fraterna (Tiempo, 2020, diciembre 1).

La llegada al poder de AMLO implicó la cristalización de una larga trayectoria de lucha política y liderazgo:

El auge del liderazgo carismático de AMLO se desarrollaría en todo su esplendor como jefe de gobierno del Distrito Federal (2000–2005), en donde comenzó políticas sociales populistas con la introducción de la pensión a los adultos mayores, seguro de desempleo, becas a estudiantes [entre otros]. Entre 2006 y 2012 su liderazgo carismático entraría en un proceso de recomposición [en el marco de sendas derrotas como candidato a la presidencia de la república, además de la reconfiguración del PRD]. Desde septiembre de 2012 inició la etapa del Movimiento de Regeneración Nacional, A. C. [...]. En julio de 2014 el [Instituto Nacional Electoral le] otorgó su registro como partido político nacional (Navarrete, 2023, p. 358).

El despliegue de una serie de características y condiciones del periodo de AMLO lo posicionan en un lugar protagónico en la historia del populismo en México. Antes de AMLO, solamente se ha verificado la combinación entre un liderazgo de carácter populista, además de carismático, en la década de 1930, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río (1934–1940), «quien reunía cualidades carismáticas–populistas, las cuales incluyeron una fuerte política social, educativa y la expropiación petrolera como una muestra de nacionalismo» (Navarrete, 2023, p. 357).

Una de las condiciones sobresalientes del desarrollo del gobierno de AMLO es que, aunque militó inicialmente en el otrora hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó México durante 71 años, fue como miembro del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), del que fue fundador en 1989, que encabezó el gobierno del entonces Distrito Federal —ahora, Ciudad de México— de 2000 a 2005, cuando la hegemonía del PRI iniciaba un declive que para algunos arrancó desde las elecciones presidenciales de 1988 con la famosa «caída del sistema», el cual ensombreció el triunfo de Carlos Salinas de Gortari, cuestionado por el supuesto fraude electoral cometido contra el candidato de la izquierda Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

La pérdida de legitimidad del PRI también ha estado asociada a los supuestos fraudes cometidos contra AMLO en sendas contiendas electorales en 2006 y 2012. Amén de ese importante capítulo, en el régimen presidencial de AMLO (2018–2024) el PRI enfrentó una debacle que lo posicionó como un partido menor:

La hegemonía política del PRI colapsó en los cinco años del liderazgo de Alejandro Moreno. Además de haber perdido 80,3% de su militancia y 11 gubernaturas, entre ellas cinco bastiones, necesitó del PAN y el PRD para retener Coahuila y recuperar Durango. También cayó al cuarto lugar en la preferencia política nacional, tiene sólo 2,1% de las curules estatales y no ganó ni una por sí solo a nivel federal (Robles, 2024, junio 6).

Hoy en día, la reconfiguración del espectro partidista en México distingue tres fuerzas: Morena, con presencia hegemónica; el tradicional partido de derecha, Partido Acción Nacional (PAN); y en tercer lugar, con el desplazamiento del PRI en las urnas al cuarto lugar, el nuevo partido Movimiento Ciudadano (MC).

Finalmente, pero de manera central, como parte de los rasgos inéditos del ejercicio gubernamental de AMLO, se ubica la emisión de Las Mañaneras, estrategia político–discursiva de comunicación cotidiana que protagonizó el presidente de la República Mexicana, donde se sitúa, a manera de hipótesis, el núcleo de la elaboración simbólico–imaginaria de una identidad popular mexicana en la actualidad.

3.2 Las Mañaneras, espacio político discursivo privilegiado de operación del significante vacío AMLO–4T

Los índices de popularidad sostenidos a lo largo de la gestión presidencial de AMLO, amén de la definición diaria de la agenda nacional, una cantidad incomparable de grandes obras, así como la estabilidad económica y el desarrollo de programas sociales, han situado el liderazgo de AMLO en un capítulo aparte en la historia mexicana.

En promedio, su popularidad se mantuvo por arriba de 55%. Según la agencia Mitofsky (s. f.), «la aprobación promedio del presidente ha disminuido de 58,6% en noviembre de 2019 a 57,2% en noviembre de 2023». De acuerdo con Cecilia Barría (2024, mayo 29): «AMLO se acerca al fin de su mandato con una aprobación cercana al 60%». Entre las obras más relevantes se encuentran el aeropuerto internacional Felipe Ángeles; el Tren Maya; Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec; el Tren del Istmo; Refinería Dos Bocas; Tren Interurbano, obra trunca en el sexenio anterior y retomada por el actual; Presa Santa María en Sinaloa; y la compra y reactivación de Mexicana de Aviación, entre otros. «Durante su gobierno ha mantenido el equilibrio macroeconómico, una relativa sanidad de las cuentas fiscales y la inversión extranjera llegó a niveles récord» (Barría, 2024, mayo 29). Los programas sociales han sido protagónicos en este régimen, cubriendo sectores de la población como adultos mayores, jóvenes, madres solteras, estudiantes de distintos grados, entre otros.

Las interpretaciones al respecto oscilan, por una parte, entre considerar el obradorismo como una religión: «AMLO apareció como el mesías de un invento genial: la Cuarta Transformación [...]. López–Obrador es un sacerdote que cuida del rebaño, que puede otorgar el perdón y señalar a los infieles para castigarlos» (Murillo, 2022, febrero 20). Por otra parte, se le concibe como un «equilibrista»: «Durante los primeros años de su mandato de seis, AMLO caminó en la cuerda floja haciendo equilibrio entre las tendencias opuestas del populismo: la extensión de la inclusión democrática y el fortalecimiento del liderazgo a costa de las instituciones democráticas» (Beck e Iber, 2022, p. 69).

En paralelo, la capacidad estratégica de AMLO también supuso el desarrollo de un sistemático discurso que ha transitado entre la distinción de «nosotros» versus «ellos» en los momentos fundacionales de Morena (Aragón y Lucca, 2023), movimiento que puede pensarse como un rasgo característico del populismo: «La particularidad del populismo estaría dada [...] por constituir una de las formas de negociar esa tensión irresoluble entre la división y la homogeneización de la comunidad política» (Aboy Carlés, 2001, 6–8 de septiembre, p. 27).

En ese marco, Las Mañaneras han constituido desde la época en que AMLO accedió a la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal una estrategia política de primer orden: «Como plataforma mediática de alcance nacional, “las mañaneras” constituyen probablemente el escenario por excelencia de la comunicación institucional del gobierno de la 4T» (Romeu, 2022, p. 75). Además, Las Mañaneras operan como el escenario político discursivo donde se produce un proceso de interpelación dominante (Fair, 2019) liderado por AMLO, cuyo discurso opera, por una parte, como significante vacío —AMLO–4T, relación simbiótica que se ha mantenido desde la fundación de Morena (Aragón y Lucca, 2023)—, y por la otra, como fuente de amor y de autoridad (Freud, 1992). De tal suerte que el discurso de AMLO operaría sobredeterminando el conjunto de las demandas populares, por lo que su carácter tendencialmente vacío sostendría el vínculo equivalencial para proveer una forma de presencia a la totalidad ausente que apuntaría al surgimiento de un pueblo —por lo tanto, la emergencia de identificaciones populares— en el marco de una nueva era: la Cuarta Transformación.

Con el uso de las plataformas digitales (YouTube, Facebook, Twitter, Spotify) [...] la conferencia mañanera ha logrado no sólo evadir un posible cerco mediático, sino que ha modificado sustancialmente el ecosistema de la comunicación pública, al eliminar las barreras entre la información proporcionada por los grandes consorcios mediáticos a la suministrada por diarios digitales, periodistas con portales de noticias e incluso «youtubers» o los «influencers» que postean en alguna red social (Aceves, 2019, p. 440).

Al respecto, a continuación se esquematiza el proceso, en el marco de dos momentos sobresalientes en la convocatoria de AMLO hacia la formación de un nuevo populus.

3.2.1 El combate al huachicol

El robo de hidrocarburos ha constituido en México una práctica de larga data que se desarrolla a partir del decreto de expropiación petrolera emitido el 18 de marzo de 1938, durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas, también caracterizado como populista. A partir de ese entonces el hurto de hidrocarburos se fue constituyendo como una práctica cuasilegítima, llegando a constituir una forma de vida:

El robo «hormiga» que inició el personal de Pemex y sus contratistas [...] se convirtió en un problema de seguridad para el país [...] a la sustracción de sus productos se fueron vinculando personas que no percibían el huachicol como algo ilícito, sino como una suerte de «reparto justo», con el razonamiento de que los ductos y su producto también eran «de todos los mexicanos». Pemex fue usada durante muchos años como fuente personal de recursos económicos por autoridades de varios niveles: presidencial, alta burocracia y dirigencia sindical (Pérez, 2021, p. 95).

El presidente AMLO enfrentó dicha problemática estratégica al inicio de su gobierno. La relevancia que le otorgó también estuvo asociada a que él mismo provenía de un estado petrolero, Tabasco, con importantes yacimientos y donde desarrolló una destacada militancia y trayectoria política en defensa de los trabajadores petroleros, los indígenas e incluso de priistas excluidos del juego político local (Oropeza, 2023, p. 26.).

La importancia del problema del huachicol se expresó en los ámbitos económico, político y cultural:

Entre 1999 y 2018, este fenómeno creció exponencialmente [...] se abrió un déficit multimillonario en las finanzas de Pemex, el cual contrastaba con las ganancias de grupos criminales, con la desafortunada pérdida de vidas por la manipulación de ductos, o por su disputa [...], así como con los daños a las instalaciones estratégicas, la afectación medioambiental y el trastocamiento social de quienes participan o han participado en la dinámica del huachicoleo (Pérez, 2021, p. 95).

En ese contexto, el 27 de diciembre de 2018 fue dado a conocer el Plan Conjunto para combatir el robo de hidrocarburos en Petróleos Mexicanos (Pemex). Las pérdidas habrían llegado a «60 000 millones de pesos (mdp). [AMLO declaró] que su gobierno va en serio en contra de este problema [...] que por años ha tenido la complicidad de funcionarios de la dependencia [...] reiteró [...] va en serio a desmantelar la red de corrupción y en contra de los “huachicoleros de abajo y huachicoleros de arriba”» (Ortega, 2018, diciembre 27).

En ese orden de ideas, puede pensarse un trazado de fronteras antagónicas a partir del significante vacío AMLO–4T, que al tiempo que representaba la posibilidad de alcanzar una plenitud comunitaria —la 4T de la mano de su líder—, asimismo, suponía la ausencia e imposibilidad de esta con problemáticas como la del huachicol. Así, «el combate al huachicol», puesto en acto a través de la serie de medidas de vigilancia y control del programa institucional, así como de una ferviente convocatoria de AMLO a través de Las Mañaneras, puede concebirse como una forma de presentificación del citado significante vacío; al amparo del cual se distinguen dos cadenas equivalenciales, cuya articulación contingente involucra la posible movilidad de sus fronteras:

Combate al huachicol: trabajadores de Pemex honestos ≡ dueños honestos de gasolineras ≡ contratistas honestos ≡ funcionarios de Pemex honestos

Versus

Huachicol: trabajadores de Pemex corruptos ≡ dueños de gasolineras compradores de gasolina robada ≡ contratistas corruptos ≡ funcionarios corruptos de Pemex

Según la lógica hegemónico–populista planteada por Laclau (2005), el establecimiento de fronteras antagónicas es móvil: «Una situación en la cual sólo la categoría de significante vacío fuera relevante, con exclusión total del momento flotante, sería una situación en la cual habría una frontera completamente inmóvil, algo difícil de imaginar» (p. 167). Además, habría que agregar que la lógica equivalencial estaría lejos de suponer la preeminencia homogeneizante de las diferencias, sino que más bien supondría la tensión entre esta y la heterogeneidad interna a las identidades que se articulan (Magrini, 2020, p. 3).

Al respecto, en el cuadro 1 se categorizan y ejemplifican algunos indicios en torno a la construcción de un modelo de identificación populista que apuntaría hacia el desarrollo de la citada lógica equivalencial arriba esquematizada, a partir de atributos destacados por AMLO en Las Mañaneras; asimismo, para focalizar el papel de las enunciaciones citadas se ubican algunos de los componentes del discurso político (Verón, 1987 citado en Fair, 2019, pp. 61–62): componente descriptivo (CDe), componente didáctico (CDi), componente prescriptivo (CPre) y componente programático (CPro) (véase Aproximación metodológica).

Cuadro 1. Las Mañaneras, 2018 y 2019, primer y segundo años de gobierno.

Fuente: elaboración propia a partir de AMLO (2018, diciembre 27; 2019, enero 30; 2019, enero 9).

En el cuadro 1 el significante que representa al líder carismático, por una parte, condensa una trayectoria de lucha desde la izquierda que reivindica el «Por el bien de todos, primero los pobres»: AMLO; mientras que la 4T plantea un horizonte de plenitud ausente: «Se lucha por la paz y nos encaminamos a vivir en una República justa, igualitaria, libre, democrática, soberana y fraterna» (Tiempo, 2020, diciembre 1). En ese tenor, en el proceso interpelatorio que se verificó en Las Mañaneras, en el marco del combate al huachicol, sobresale el carácter prescriptivo (Verón, 1987 citado en Fair, 2019) del discurso de AMLO a través de las diversas convocatorias, el cual hace a los sujetos–actores implicados, planteando, sobre todo, un «deber ser» que destaca rasgos de un posible modelo de identificación, el cual permite establecer una frontera antagónica entre quienes estarían lesionando al pueblo y al proyecto de la 4T con el robo de hidrocarburos, y como contraparte, quienes se sumarían al combate contra el huachicol y, por ende, se reconocerían en el mandato de AMLO y con la comunidad por venir delineada en la 4T.

De esa forma, en la primera columna se sitúan las identidades diferenciales antagónicas que son excluidas del proyecto popular–democrático, mientras que en la segunda columna, del otro lado de la frontera antagónica, aparecen rasgos constitutivos de un modelo de identificación popular–democrático que representa el momento imaginario de la identificación —hacia un Yo ideal—, proceso que sostendría la construcción de cadenas equivalenciales, atravesadas por la contingencia y la heterogeneidad.

En otro momento habrá que abundar sobre en qué medida las articulaciones convocadas se consolidaron como populistas: «El populismo se caracterizaría por el conflicto que transforma lo no–contado en algo heterogéneo [...] un conflicto por la distribución de los lugares y la ocupación de los mismos dentro de esa institucionalidad» (Barros, 2009, p. 22).

3.2.2 La lucha contra el Poder Judicial corrupto

El segundo ámbito de conflicto que cobró gran relevancia fue el que se desarrolló entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial (Arista, 2023, febrero 15), el cual alcanzó un momento cúspide en el último año de la gestión obradorista:

El presidente Andrés Manuel López Obrador pasó de los ataques y las críticas a proponer una «sacudida» al Poder Judicial y, desde el pasado 5 de febrero de 2024, presentó una iniciativa con la que [...] busca reducir el número de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) [...] la reforma al Poder Judicial, plantea quitar pensiones, modificar sus sueldos, y elegirlos por voto popular y otras medidas que busca se apliquen a partir del 1 de septiembre de 2025 (Arista, 2024, junio 28).

Dicho escenario involucró una relación tendiente a construir el espacio político en clave amigo–enemigo y no a través de una posibilidad agonista en calidad de adversarios (Mouffe, 1999). El enfrentamiento cada vez más crudo entre el Ejecutivo y el Judicial tuvo como base por parte de este último el bloqueo sistemático a las iniciativas de AMLO para concretar las reformas consideradas en la 4T. Como contraparte, al cierre de su gestión presidencial, AMLO desarrolló un liderazgo «carismático–dominante» (Navarrete, 2023) que supuso la imposición de su agenda y la confrontación más intensa con los enemigos o adversarios de la 4T, en tanto voz hegemónica de esta:

Movilizan a los trabajadores del Poder Judicial [...] también a los despachos de abogados y de las asociaciones de abogados; todos los que [...] se benefician con la red de componendas y de complicidades que prevalece en el Poder Judicial, los que no quieren que se acabe con la corrupción y que haya una verdadera impartición de justicia [...] a los trabajadores del Poder Judicial se les van a respetar todos sus derechos, nadie va a salir afectado; a no ser que estén defendiendo a jueces que son sus familias [...] o que, aun siendo trabajadores del Poder Judicial, pues no vivan sólo de su salario, sino que vivan del influyentismo y de los moches, y que por eso no quiere que se limpie de corrupción el Poder Judicial (AMLO, 2024, septiembre 26).

En dichos escenarios se puede esquematizar la configuración del espacio político populista a través de la formación de cadenas equivalenciales como sigue:

Reforma al Poder Judicial: Jueces al servicio del pueblo ≡ trabajadores honestos del Poder Judicial ≡ magistrados al servicio del pueblo ≡ ministros servidores públicos

Versus

Poder Judicial corrupto: Jueces corruptos ≡ jueces nepotistas ≡ trabajadores cómplices de la corrupción ≡ abogados corruptos

Un análisis más fino que desborda las posibilidades de este trabajo supondría considerar tanto los distintos grados de heterogeneidad al interior de las citadas cadenas equivalenciales como el «momento hegemónico articulante» (Barros, 2018, p. 67 citado en Magrini, 2020, p. 6).

La reforma al Poder Judicial fue aprobada el 15 de septiembre de 2024, tan sólo quince días antes de concluir el mandato presidencial de AMLO, lo que constituyó un significativo triunfo político para despejar el camino jurídico de la Cuarta Transformación: «En el dictamen aprobado se establece un proceso de elección por voto popular para magistrada o magistrado de Circuito, jueza o juez de Distrito, así como ministra o ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en un proceso que se llevará a cabo con la actuación del Instituto Nacional Electoral» (Cámara de Diputados, 2024, septiembre 15).

En el cuadro 2 se presentan, a manera de esquema analítico, diversas enunciaciones de AMLO pensadas como parte del proceso interpelatorio llevado a cabo en Las Mañaneras que implicarían un juego de inclusión–exclusión y rasgos de un modelo de identificación populista en su momento imaginario (Žižek, 1992) hacia la construcción de cadenas equivalenciales, en el contexto de la lucha contra el Poder Judicial, catalogado como corrupto. En ese tenor, la citada lucha puede concebirse como una forma de actualización del significante vacío AMLO–4T, el cual, al tiempo que apunta hacia el logro de una plenitud comunitaria populista, también inscribe en ella lo que falta e impide su logro.

Cuadro 2. Las Mañaneras, 2024, sexto año de gobierno.

Fuente: elaboración propia a partir de AMLO (2024, junio 12).

En el cuadro 2 se ofrece una lectura a partir de las enunciaciones de AMLO, con relación al establecimiento de una frontera antagónica con el Poder Judicial corrupto. Si bien en este también estarían involucrados trabajadores, el énfasis está posicionado en los magistrados, ministros y jueces que representan y detentan un poder que desafió directamente al Ejecutivo, representado por AMLO:

En medio de la discusión por la reforma al Poder Judicial, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña Hernández, reveló cuál fue el momento en que su relación con el Poder Ejecutivo se fracturó [...]. Sostuvo que la división entre el Judicial y el Ejecutivo se presentó cuando el pleno del máximo tribunal del país resolvió que trasladar el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) era inconstitucional, toda vez que violaba el artículo 21 de la Constitución Política [...] Piña Hernández señaló que la reforma al Poder Judicial podría tratarse de una especie de venganza del líder del Ejecutivo, «si partimos de que no va a contribuir a nada» (Martínez, 2024, agosto 29).

Para el presidente AMLO, se trataría de anular a un enemigo del Pueblo, «que está podrido, que está dominado por la corrupción» y que, por ende, constituye un obstáculo para el alcance de la plenitud comunitaria y la formación de un nuevo populus.

Reflexiones finales

En este trabajo se ha desarrollado una aproximación analítica, sustentada en la teoría del populismo de Ernesto Laclau, a lo que se puede denominar como un renacimiento del populismo en México, con la llegada al poder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), bajo el prominente liderazgo de Andrés Manuel López Obrador con su arribo a la Presidencia de la República Mexicana en 2018.

A partir de una lectura sustentada en el funcionamiento de la lógica política desarrollada por Laclau, se propuso como línea heurística la idea de que la nominación AMLO–4T operó como significante vacío durante la gestión presidencial de López Obrador, condición que configuró el proceso interpelatorio desarrollado por este en Las Mañaneras, como espacio de demarcación de fronteras antagónicas y del establecimiento de rasgos de un modelo de identificación populista, en su momento imaginario, como Yo Ideal (Žižek, 1992).

En ese tenor, Las Mañaneras se constituyeron como un espacio estratégico hacia la construcción de una lógica equivalencial orientada a la emergencia de un nuevo populus, a través del proceso interpelatorio cotidiano que el líder carismático de la Cuarta Transformación (4T) desarrolló a través de un ejercicio político y afectivo constante, que se advierte en una de sus frases emblemáticas en torno al alto índice de aceptación que mantuvo a lo largo de su mandato, así como por la muestras de afecto que recibía cotidianamente: «Porque amor con amor se paga».

La mirada propuesta se estructuró básicamente en el plano de la forma, es decir, de las lógicas subyacentes en el enfoque populista de Laclau. En ese sentido, en este artículo hay un acento ontológico, el cual, sin embargo, se engarza con el plano óntico, bajo la forma de una contextualización de la emergencia de cadenas equivalenciales, esbozadas también a través de las enunciaciones de AMLO en el espacio de Las Mañaneras. En ese tenor, aunque este trabajo no trasciende al plano de la recepción y configuración puntual de lazos equivalenciales e identificaciones populistas, son relevantes las consideraciones vertidas en algunos estudios poslaclausianos, relativos a la especificidad del populismo (Aboy Carlés, 2001, 6–8 de septiembre; Barros, 2009), así como a la dimensión de heterogeneidad (Barros, 2009), tanto presente en la propia configuración de lazos equivalenciales como al interior de los procesos identificatorios de los sujetos–actores (Barros, 2020); además, el trabajo de Ana Lucía Magrini (2020; 2021) resulta muy sugerente por el balance que realiza de las citadas preocupaciones y su énfasis en el carácter contingente, móvil y conflictivo de las identificaciones políticas y populistas.

De esa forma, se desarrolló un acercamiento a dos ámbitos cruciales en la política obradorista que corresponden, por una parte, al inicio de su mandato presidencial: el combate al huachicol (2018–2019), con el predominio de un liderazgo carismático–integrador (Navarrete, 2023); y por la otra, a la fase final de este: la lucha contra el Poder Judicial corrupto (2024), cuando se produjo un liderazgo carismático, dominante (Navarrete, 2023). Así, se conciben ambos terrenos de lucha política como la puesta en acto del significante vacío, AMLO–4T, en la medida en que operaron como discursos en los que al tiempo que se inscribió un efecto de totalización en la búsqueda de una plenitud comunitaria anunciada por la 4T: «Nos encaminamos a vivir en una República, justa, igualitaria, libre, democrática, soberana y fraterna»; asimismo presentificaban la imposibilidad de esta, negándola, por una parte, al lesionar una fuente de riqueza estratégica para la nación y, por la otra, al existir un Poder Judicial corrupto que bloqueaba el alcance de la Justicia, desde la concepción de la 4T.

Notas

^* Artículo derivado de la Línea de Generación y Aplicación Innovadora de Conocimientos (LGAC), Identidades y políticas educativas: un enfoque político y psicosocial, inscrita al Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), México. Agradezco los cuidadosos y agudos comentarios de los evaluadores anónimos de este artículo, a partir de los cuales consideré necesario precisar los alcances del ejercicio analítico desarrollado.

¹ Entre ellos: Buenfil Burgos (1994; 1998), Errejón (2011), Glynos y Howarth (2007), Glynos et al. (2009), Howarth (2000; 2005), Howarth, Glynos y Griggs (2016), Howarth, Norval y Stravakakis (2000), Howarth y Torfing (2004) y Jorgensen y Philips (2010) (citados en Fair, 2019, p. 49).

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