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IATREIA. Vol. 37 Núm. 2. (2024). DOI 10.17533/udea.iatreia.237
REPORTE DE CASO
Resolución no quirúrgica de fístula de líquido
cefalorraquídeo ocasionada por hisopado nasal
para diagnóstico de COVID-19. Reporte de un caso
Aderito De Sousa F1 , María José Zamora S2 , Liwven E. Quintana P3 ,
Gabriela N. Salazar D4
1 Otorrinolaringólogo. Jefe, Unidad de Cirugía Endoscópica de Nariz, Senos Paranasales y Base de Cráneo, Instituto
Médico La Floresta; Doctor en Ciencias Médicas, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela.
2 Otorrinolaringólogo. Unidad de Cirugía Endoscópica de Nariz, Senos Paranasales y Base de Cráneo, Instituto Mé-
dico La Floresta, Caracas, Venezuela.
3 Neurocirujano. Coordinador docente del postgrado de Neurocirugía del Hospital Central De Las FFAA. “Dr. Carlos
Arvelo”, Caracas, Venezuela.
4 Residente I del postgrado de Neurocirugía del Hospital Central De Las FFAA. “Dr. Carlos Arvelo”, Caracas,
Venezuela.
INFORMACIÓN ARTÍCULO
Palabras clave
Líquido Cefalorraquídeo;
Prueba de Anticuerpos para COVID19;
Rinorrea
Recibido: noviembre 6 de 2022
Aceptado: julio 24 de 2023
Correspondencia:
Aderito De Sousa F;
aderitodesousa@gmail.com
Cómo citar: Sousa ADF, Zamora MJ, Quin-
tana LEP, Salazar GND. Resolución no qui-
rúrgica de fístula de líquido cefalorraquídeo
ocasionada por hisopado nasal para diag-
nóstico de COVID-19 Reporte de un caso.
Iatreia [Internet]. 2024 Abr-Jun;37(2):243-249.
https://doi.org/10.17533/udea.iatreia.237
Copyright: © 2024
Universidad de Antioquia.
RESUMEN
Las pruebas de hisopado nasal se han utilizado ampliamente para diagnos-
ticar y prevenir la propagación de la infección por coronavirus pandémico
(COVID-19). A pesar de haber sido considerada una prueba segura y bien
tolerada, se han reportado algunas complicaciones serias en su ejecución.
Se informa el caso de un paciente de 36 años que presentó una rinorrea
acuosa continua de fosa nasal derecha cinco días después de un hisopado
nasal para COVID-19. Se estableció la sospecha diagnóstica de fístula de
líquido cefalorraquideo (LCR) a las 6 semanas del inicio de la rinorrea, inter-
pretada inicialmente como rinitis alérgica. Los hallazgos rinoendoscópicos
y radiológicos no fueron concluyentes para identificar un defecto fistuloso
en la base del cráneo, pero la determinación de β-2 transferrina en el fluido
nasal confirmaron la presencia de LCR. Después del tratamiento médico,
la rinorrea de LCR disminuyó progresivamente hasta ceder, sin recurrencia
durante 1 año de seguimiento.
Las pruebas de hisopado nasal para COVID-19, aunque han sido considera-
das seguras, no están exentas de riesgos. En el caso reportado se demostró
una de lesión intracraneal grave, que, a pesar de haber sido diagnosticada
tardíamente, se pudo controlar con el manejo médico implementado.
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CASE REPORT
Non-Surgical Resolution of Cerebrospinal Fluid
Fistula Caused by Nasal Swab for COVID-19
Diagnosis. A Case Report
Aderito De Sousa F1 , María José Zamora S2 , Liwven E. Quintana P3 ,
Gabriela N. Salazar D4
1 Otolaryngologist. Head, Unit of Endoscopic Surgery of the Nose, Paranasal Sinuses, and Skull Base, La Floresta
Medical Institute; Doctor in Medical Sciences, Central University of Venezuela, Caracas, Venezuela.
2 Otolaryngologist. Unit of Endoscopic Surgery of the Nose, Paranasal Sinuses, and Skull Base, La Floresta Medical
Institute, Caracas, Venezuela.
3 Neurosurgeon. Coordinator for the Neurosurgery Postgraduate Program at the Central Hospital of the Armed
Forces "Dr. Carlos Arvelo", Caracas, Venezuela.
4 Neurosurgery Resident at the Central Hospital of the Armed Forces "Dr. Carlos Arvelo", Caracas, Venezuela.
ARTICLE INFORMATION
Keywords
COVID-19 Serological Testing,
Cerebrospinal Fluid,
Rhinorrhea
Received: November 6, 2022
Accepted: July 24, 2023
Correspondence:
Aderito De Sousa F;
aderitodesousa@gmail.com
How to cite: Sousa ADF, Zamora MJ, Quinta-
na LEP, Salazar GND. Non-Surgical Resolution
of Cerebrospinal Fluid Fistula Caused by Nasal
Swab for COVID-19 Diagnosis. A Case Report.
Iatreia [Internet]. 2024 Apr-Jun;37(2):243-249.
https://doi.org/10.17533/udea.iatreia.237
Copyright: © 2024
Universidad de Antioquia.
ABSTRACT
Nasal swab tests have been extensively utilized for the diagnosis and
prevention of the spread of pandemic coronavirus infection (COVID-19).
Although deemed a safe and well-tolerated procedure, serious compli-
cations have been reported in its administration. This paper presents the
case of a 36-year-old patient who experienced continuous watery rhino-
rrhea from the right nostril five days following a COVID-19 nasal swab. A
diagnostic suspicion of cerebrospinal fluid (CSF) fistula was established six
weeks after the onset of rhinorrhea, which was initially misinterpreted as
allergic rhinitis. Rhinoendoscopic and radiological findings failed to conclu-
sively identify a fistulous defect at the skull base, but the detection of β-2
transferrin in the nasal fluid confirmed the presence of CSF. Following medi-
cal treatment, the CSF rhinorrhea progressively decreased until resolution,
with no recurrence over a one-year follow-up period. Nasal swab tests for
COVID-19, while considered safe, are not without risks. The reported case
demonstrated a severe intracranial injury that, despite late diagnosis, was
manageable with the implemented medical treatment.
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INTRODUCCIÓN
La rinorrea del líquido cefalorraquídeo (LCR) es una afección potencialmente mortal y es una rara
manifestación de gravedad. La mayoría de los casos se han relacionado con traumatismos craneo-
faciales y complicaciones de la cirugía de nariz, senos paranasales y base del cráneo. Sin embargo,
excepcionalmente se ha informado de una rinorrea por una fistula de LCR después de una prueba
de hisopado para COVID-19.
Desde el principio de la pandemia hasta comienzos de febrero de 2022 se realizaron numerosas
pruebas de hisopado nasal para el despistaje de esta infección en todo el mundo, a pesar de que
la seguridad y el reporte de complicaciones, la mayor parte de las veces, ha sido ignorada y escasa-
mente reportadas en la literatura (1-5).
En este informe presentamos un caso de una fístula de líquido cefalorraquídeo ocasionada por
un test de hisopado nasal para COVID-19, que fue inicialmente interpretado por varios otorrinolarin-
gólogos como una rinitis alérgica, diagnosticada acertadamente 6 semanas después de la aparición
de sus síntomas iniciales y cuyo manejo médico derivó en resolución no quirúrgica.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Un paciente masculino de 36 años que consulto con rinorrea acuosa y continua a través de la fosa
nasal derecha de 6 semanas de evolución que, durante el decúbito dorsal, ocasionaba sensación de
ahogo (Figura 1). El paciente no refirió cefaleas, fiebre ni otros síntomas y había sido evaluado pre-
viamente por tres otorrinolaringólogos, quienes coincidieron con el diagnóstico de rinitis alérgica
e indicaron tratamientos que no mejoraron la rinorrea. En un interrogatorio exhaustivo, el paciente
indicó que 5 días de la aparición de la rinorrea, le habían practicado un test por hisopado para CO-
VID-19 a través de la fosa nasal derecha. Para el momento de la consulta se constató un goteo nasal
acuoso significativo y continuo, que confirmó la sospecha de una rinolicuorrea.
Figura 1: imagen de goteo de fluido transparente y continuo través de la fosa nasal derecha
Fuente: elaboración propia
El estudio endoscópico de las cavidades nasales y la tomografía computarizada de senos
paranasales (TC) no revelaron signos de disrupción de las paredes óseas de la base craneal, ni
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neumoencéfalo, ni velamiento por encharcamiento en las cavidades sinusales adyacentes a la base
del cráneo (Figura 1). En este estudio solo se observaron imágenes de opacificación parcial de los
senos maxilares sugestivos de sinusitis crónica. Tomográficamente, se pudo además identificar la
presencia de un techo etmoidal con surcos olfatorios profundos (Keros III), que pusieron en eviden-
cia una lámina cribosa de aspecto frágil sin aparente dehiscencia o interrupción de sus márgenes
por fractura. La resonancia magnética nuclear con contraste (RMN) en todas las secuencias pon-
deradas reveló un parénquima neural normal, sin señales de hipointensidad (ponderada en T1 y
potenciada en T2) e hiperintensidad (ponderada en T2 y potenciada en T1), con un discreto realce
paquimeníngeo de aspecto regular en la porción anterior del surco olfatorio, sin la presencia de
meningoencefalocele, ni de señales que enfaticen la presencia de líquido en las cavidades sinusales
adyacentes (etmoidales y esfenoidal) (Figura 2). Se recogieron muestras del fluido nasal derecho
para determinación de β-2 transferrina, que confirmaron la presencia de LCR.
Figura 2: (A) imagen de TAC coronal de los senos paranasales en la que se aprecia un techo etmoidal con surcos
olfatorios profundos y una lámina cribosa extensa, de aspecto frágil, sin áreas de irregularidades ni interrup-
ción de sus márgenes. No se observaron signos de opacificación por retención de secreciones en las celdillas
etmoidales ni la presencia de neumoencéfalo. RMN coronal con contraste que revelaron un parénquima ce-
rebral. Imagen de RMN (B, C y D), en las secuencias ponderadas en T2 (B) y potenciada en T1 (C), en las que se
observó un discreto realce paquimeníngeo de aspecto liso y regular en la porción anterior del surco olfatorio,
sin la presencia de meningoencefalocele, ni de señales que enfaticen la presencia de líquido en las cavidades
sinusales adyacentes a la base del cráneo (etmoidales y esfenoidal). En la proyección sagital en secuencia pon-
derada en T2 (D) se apreció en la porción anterior de la base cerebral un paquimeníngeo regular sin herniación
de las meninges, tejido encefálico ni presencia de líquido en las cavidades sinusales adyacentes a la base del
cráneo, ni la presencia de líquido en las cavidades etmoidales
Fuente: elaboración propia
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De Sousa F et al.
El paciente fue hospitalizado y se iniciaron medidas de manejo médico conservador: reposo ab-
soluto en cama, elevación de la cabeza en 35º, Acetazolamida 250 mg cada 12 h, antibioticoterapia
profiláctica -Vancomicina 1 g IV cada 12 h + Ceftriaxona 500 mg IV cada 12 h, medidas para evitar
actividades de esfuerzo (estornudos, pujar, etc.) y derivación temporal de LCR con drenaje lumbar,
con las cuales presentó evolución favorable desde el segundo día, así como una disminución signi-
ficativa del goteo nasal, que desapareció al sexto día. El drenaje lumbar se mantuvo por 10 días y el
paciente fue egresado y controlado ambulatoriamente. Durante un período de seguimiento de 12
meses no se observaron recurrencias de la rinorrea.
DISCUSIÓN
Como consecuencia de la aparición de la epidemia de infección por COVID-19, el origen postrau-
mático accidental de una rinolicuorrea unilateral debido a la realización del test de hisopado nasal
para para muestreo de antígenos, o PCR para el diagnóstico epidemiológico masivo de esta infec-
ción, ha sido reportado por diferentes autores (1-5).
Algunos reportes (3,6-8) consideran que su incidencia puede haber sido mayor que la reporta-
da, debido a que gran parte de estas pruebas han sido realizadas por personal que desconocía sus
riesgos y que las causas de muchos de los casos con meningitis durante la pandemia de COVID-19
posiblemente no alcanzaron a ser determinadas con precisión.
Este tipo de complicaciones han sido informadas con mayor frecuencia en pacientes que pre-
sentan variaciones anatómicas inadvertidas de la base del cráneo (techos etmoidales con láminas
cribosas frágiles), así como también en individuos con antecedentes de traumatismo craneal pre-
vios con defectos de la base del cráneo e hipertensión intracraneal idiopática no diagnosticados
(1-9). Keros en 1962 (9) estableció una clasificación del techo etmoidal a través de estudios de TC, en
la que destacó 3 tipos de variaciones anatómicas de acuerdo con la profundidad del surco olfatorio
y la longitud de la lámina cribosa para evaluar la vulnerabilidad de la región más frágil de la fosa
craneal anterior. De acuerdo con esta clasificación, mientras más profundo es el surco olfatorio, las
láminas cribosas con mayor longitud son más endebles a los traumatismos craneofaciales cerrados
o quirúrgicos. En los pacientes con historia de obstrucción nasal significativa, los tests de hisopado
pueden ser igualmente riesgosos, ya que el hisopo puede desplazarse hacia sitios críticos, como el
techo de la cavidad nasal (3,4).
A pesar de que las fistulas de LCR pueden ser identificadas por una TC y RMN, ambos estudios
pueden no ser concluyentes con su diagnóstico, por lo que se no se debe descartar su sospecha.
En estos casos, la determinación de la β-2 transferrina en el fluido nasal es un marcador altamente
confiable para confirmar las fístulas de LCR, ya que esta proteína es exclusiva del LCR, perilinfa y
humor acuoso y, además, es una prueba de laboratorio que posee una sensibilidad del 84% y una
especificidad del 100% (11,12).
La cisternotomografía radioisotópica está prescrita cuando se quiere precisar la ubicación del
origen anatómico del defecto fistuloso y es necesaria en los casos de fistulas de LCR intermitentes,
pequeñas, dudosas o inactivas. No obstante, la prescripción formal está sujeta a su alto costo, a la
capacitación del neuro-radiólogo intervencionista y a los riesgos de complicaciones debido a la
inyección de contraste intratecal (10-12).
El tratamiento de una rinolicuorrea postraumática debe ser inicialmente conservador y con-
templa la hospitalización con reposo absoluto en cama, elevación de la cabeza, en 35º, el uso de in-
hibidores de la anhidrasa carbónica (Acetazolamida) para disminuir la presión intracraneal, antibio-
ticoterapia profiláctica, medidas para evitar esfuerzos (estornudos, estreñimiento) y drenaje lumbar
temporal. El riesgo de meningitis por fistulas de LCR postraumáticas es del 30,6% y el tratamiento
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oportuno de esta circunstancia puede promover un proceso de formación de tejido de granulación
en el defecto fistuloso en la base del cráneo, lo que puede favorecer el cierre espontáneo de la fís-
tula (9). El tratamiento quirúrgico esta formalmente sugerido cuando el manejo médico falla y con-
templa el cierre del defecto fistuloso con cirugía endoscópica endonasal de la base del cráneo. La
mayor parte de las fistulas de LCR poshisopado informadas en la literatura fueron resueltas quirúr-
gicamente (1-2,7,12-15). El caso descrito en este reporte se controló satisfactoriamente con el trata-
miento médico, sin la aparición de recurrencias y complicaciones durante un año de seguimiento.
ASPECTOS ÉTICOS
Se obtuvo el consentimiento informado por escrito del paciente para la publicación de este reporte
de caso y de las imágenes que lo acompañan.
CONFLICTO DE INTERESES
Ninguno por declarar.
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