Sansei Yamao escribió más de 40 libros de poesía, ensayo, filosofía, crítica literaria y traducciones desde su remota cabaña estudio en las montañas de Issō, en la isla de Yakushima, a orillas de un pequeño río llamado Shirakogawa. Pese a su influencia como un poeta representativo del pensamiento animista y de la contracultura de los años sesenta (fue uno de los fundadores del grupo de artistas Buzoku 部族), se trata de un autor prácticamente desconocido para el público de Occidente.1 Entre su producción bibliográfica destaca el libro Animizumu to iu kibō 『アニミズムという希望』 (Una esperanza llamada animismo) (2000), en el cual sintetiza su propuesta de pensamiento animista, poético y ecológico, integrando perspectivas filosóficas de Asia y América indígena, con sus poemas escritos en Yakushima.2
La obra de Sansei Yamao forma parte de una corriente mayor del pensamiento japonés contemporáneo enfocada en el animismo. Esta corriente, que tiene entre algunos de sus exponentes al antropólogo Keiji Iwata (岩田慶治), Shoko Yoneyama (米山尚子) y Katsunori Okuno (奥野克巳), adopta el enfoque «animista» de cuño occidental para preguntarse por las particularidades de la perspectiva nativa japonesa que considera los diversos territorios en las islas como lugares poblados por seres espirituales llamados kami (神). Incluso, puede decirse que esta vena crítica forma parte de una indagación aún más profunda sobre los vínculos y tensiones de la cultura japonesa con la modernidad, a la vez que un intento de establecer un parentesco onto-epistémico con otras perspectivas del mundo similares.
En este artículo, es importante destacar la relevancia de esta corriente animista japonesa para los estudios interculturales, respondiendo a la siguiente pregunta de investigación: ¿cómo es la perspectiva teórica del animismo de Sansei Yamao? Responder a esta interrogante ayudará a comprender las singularidades epistémicas y diálogos interculturales de una de las voces representativas del animismo contemporáneo en el Japón. En este artículo, se muestra cómo para Sansei Yamao el animismo es una perspectiva moderna, ecológica y poética del mundo que puede dialogar con la tradición filosófica de Occidente, la del sur de Asia y las sabidurías de los pueblos indígenas americanos. Para abordar esta cuestión, esta investigación se apoya en un enfoque ecocrítico y en las sabidurías indígenas que cuestionan el marco onto-epistémico mecanicista de Occidente. El enfoque ecocrítico actual cuestiona, entre otras cosas, la división Occidental entre los conceptos de naturaleza y cultura. Por otra parte, las sabidurías indígenas argumentan que la existencia humana es parte de una red sagrada con el territorio y reconocen una pluralidad de mundos, entre ellos mundos suprasensibles y espirituales.3 Este enfoque doble permite esclarecer que el pensamiento animista de Yamao, que integra lo humano y lo natural en un mundo vivo habitado por seres espirituales llamados kami puede considerarse un ejemplo de pensamiento ecocrítico a la vez que de una sabiduría japonesa con una perspectiva indígena.
En cuanto a la metodología, esta investigación se basa en la metodología ecopoética que se desarrolló durante los estudios de doctorado del autor del artículo en Japón. Esta metodología incorpora la lectura bibliográfica, el trabajo de archivo y el análisis textual -métodos de estudio generalizados dentro del campo de los estudios literarios japoneses- con la práctica de campo etnográfica, por medio del testimonio y la traducción poética. Se ha optado por hacer una traducción libre de los poemas de Yamao con base en la sensibilidad propia de un poeta latinoamericano e indígena que vive en Japón y estudia la lengua japonesa. Esta metodología mixta que se propone cuestiona el presupuesto positivista de que investigar un texto literario es un ejercicio que ha de suprimir la voz sensible y sensitiva del investigador y omitir la atención hacia el entorno y hábitat que posibilita su encuentro con los textos.4 Esta propuesta de análisis busca explicitar la experiencia sensible y sensitiva de los pasos que llevan a encontrarse con los textos, con el fin de visibilizar cómo la literatura habita este mundo y es parte de la ecología circundante. Dicho esto, el artículo se desarrolla en cuatro momentos: el testimonio del primer encuentro con el pensamiento animista de Sansei Yamao, una breve biografía del autor, un resumen descriptivo y gráfico de Animizumu to iu kibō y la traducción de dos poemas. A ello, sigue una conclusión y reflexión final. Para la redacción de este artículo, se empleó el sistema de transliteración Hepburn modificado. Las palabras y nombres japoneses aparecen trasliterados en cursivas y seguidos de su escritura en caracteres japoneses. En cuanto a los nombres personales, se usa el orden convencional latinoamericano de nombre y apellido, manteniendo el orden convencional inverso para los nombres en caracteres japoneses.
Se hizo una visita a la cabaña estudio de Sansei Yamao llamada Gukakuan (愚角庵, La ermita de la tonta perspectiva), en las montañas de la isla de Yakushima en 2018. En ese momento, se sabía que se trataba de uno de los fundadores del grupo Buzoku (部族Las Tribus) junto con Nanao Sakaki (サカキナナオ) y Tetsuo Nagasawa (長沢哲夫) y ya se había publicado algún poema suyo traducido al inglés.5 En aquel momento, se intuía que la vida de Yamao, quien abandonó su vida como activista estudiantil en Tokio para retirarse a la sureña isla de Yakushima y convertirse en agricultor, estaba conectada con la sabiduría de los poetas-campesinos japoneses del siglo xx, como Kenji Miyazawa (宮沢賢治), Kiyoko Nagase (永瀬清子) y Masanobu Fukuoka (福岡正信). En esta breve, pero significativa estancia de una semana en Yakushima, en la que se visitaron los bosques nativos de árboles sugi (杉), se tuvo contacto con Akihiko y Haruko Yamao (山尾 明彦・晴子) y se despertó el interés por el pensamiento ecológico y poético de Yamao.6
En 2019, un par de años después de la visita a Gukakuan, hubo una pequeña exposición sobre Sansei Yamao celebrada en una cafetería en Tokio, en la que se expusieron más de 40 títulos publicados (todos ellos en japonés). En cuanto a los artículos sobre su obra, aunque su nombre figura de manera inevitable entre quienes han abordado el tema del animismo japonés contemporáneo y la literatura medioambiental japonesa (Thornber, 2012; Yoneyama, 2018; Yuki, 2017), hay pocos artículos académicos centrados en el autor (Nakagiri, 2004; Teranishi, 2015), algo que sorprende, dada la vasta bibliografía y las múltiples reediciones de sus libros. Sin embargo, la bibliografía académica puede ser un parámetro engañoso a la hora de medir la vigencia de un autor en el pensamiento contemporáneo. La filosofía y la poesía de Sansei Yamao se encuentran vivas, principalmente, en la memoria de los pobladores de Yakushima y entre artistas y gentes de diversas disciplinas, desde primatólogos a promotores de turismo. Su presencia como una voz poética y ambiental representativa de la isla se percibe particularmente en los eventos conmemorativos llevados a cabo por su familia, amigos y colegas de Yakushima. Incluso, existe un premio de poesía escolar en su memoria y alguna estela de piedra grabada con su poesía en la isla.
No cabe duda de que la filosofía y la poesía animista de Sansei Yamao se ha convertido en parte del patrimonio cultural contemporáneo de Yakushima, una isla que además es conocida por sus bosques milenarios que influyeron en las escenas de la famosa película La princesa Mononoke de Hayao Miyazaki (宮崎駿). Se hace mención de esto para recordar que el pensamiento poético puede ser incorporado mucho más rápido a la memoria colectiva de un pueblo que al discurso académico. Durante los últimos años se han escuchado testimonios de personas que conocieron a Yamao y es fácil entender la diseminación de su pensamiento poético entre la gente: el pueblo de Yakushima valora la filosofía animista de Sansei Yamao por su belleza poética, profundidad y congruencia con la vida rural de los pobladores. También, encuentran en ella una voz que respalda la preservación de los milenarios árboles sugi y los esfuerzos por conservar a Yakushima como un santuario ecológico.
Sansei Yamao nació en 1938 en el barrio de Kanda, en Tokio. Después de terminar la escuela secundaria, inspirado por la filosofía de Søren Kierkegaard, comenzó a estudiar filosofía en la Universidad de Waseda, una de las universidades japonesas con mayor prestigio dentro de las humanidades. Siendo estudiante, se convirtió en activista estudiantil y se unió a una facción anarquista que participaba en las diversas protestas estudiantiles de las décadas de 1950 y 1960. Yamao cuenta en sus memorias que, desilusionado por la desarticulación del movimiento estudiantil en los años sesenta y la cooptación de los líderes por parte de los partidos políticos, paulatinamente se fue alejando del movimiento. En aquella época, comenzó a pensar más en la importancia de una revolución cultural en las pequeñas comunidades.
En la década de 1960, Yamao conoció a Nanao Sakaki, Kenji Akiba «Nanda» (秋庭健二), Tetsuo Nagasawa «Naga» y otros jóvenes poetas «vagabundos» del área de Shinjuku, y pronto se convirtió en uno de los miembros fundadores de la llamada Academia de Vagabundos o Bamu Academii (バム・アカデミー a veces, escrito como 乞食学会) en 1965. Se trataba de un grupo de poetas y jóvenes artistas seguidores de Nanao Sakaki y los poetas estadounidenses de la llamada generación beat (Allen Ginsberg, Jack Kerouac y Gary Snyder), que solían frecuentar el café Fugetsudō (風月堂) en el área de Shinjuku. Siguiendo el ejemplo de Nanao Sakaki, estos jóvenes se reunían para traducir, leer, recitar poesía y caminar por la ciudad o a otras regiones de Japón a pie y sin dinero.7 En 1968, Sansei Yamao fue uno de los fundadores del grupo sucesor de la Academia de Vagabundos, el grupo Las Tribus o Buzoku (部族). Buzoku fue un grupo que tuvo una influencia importante entre los jóvenes que se reunían en Shinjuku, los autonombrados fūten (vagabundos) y entre los llamados hippies de los años sesenta y setenta, pues el grupo se organizó como un movimiento de pequeñas tribus con el fin de fundar comunas en diversos lugares de Japón y construir una sociedad alternativa. Yamao tuvo un papel activo en la gestión y organización de estas comunas, así como en la publicación del periódico del grupo, titulado Buzoku Shinbun. Como uno de los ideólogos del grupo, escribió diversos ensayos, como Buzoku no uta 『部族の歌』(La canción de Las Tribus) (1968), en los que reflexiona sobre los principios que guiaron a la fundación de estas comunas y la búsqueda de un estilo de vida alternativo a la sociedad de consumo.
La participación de Yamao dentro de Buzoku cambió cuando el grupo comenzó a disgregarse en la década de los setenta, pues en esta época la mayoría de sus miembros se asentaron en casas y emprendieron un estilo de vida familiar. En 1973, Yamao y su esposa a Junko (順子) emprendieron un viaje de peregrinación junto a sus hijos a la India y Nepal. La espiritualidad india, en particular la de los Upanishad y las poéticas enseñanzas del maestro tamil Ramana Maharshi sobre la búsqueda del verdadero yo, tuvieron un impacto duradero en su obra poética y filosófica. En 1977, Yamao y su familia se establecieron definitivamente en la sureña isla de Yakushima, en lo que eran los restos de un pueblo abandonado antes de la Segunda Guerra Mundial a lo largo de la orilla del río Shirakogawa (白川). Durante su vida en Yakushima, Yamao se dedicó escribir sobre la importancia espiritual y ecológica de la isla, el trabajo campesino, la creación poética y la fe budista y advaita vedanta. Junko murió algunos años después del traslado a Yakushima y en 1989 Yamao se volvió a casar, con Harumi (春美). En total, criaron a 9 hijos, algunos de ellos adoptados, razón por la cual la reflexión de la familia y el hogar también forma parte importante de su filosofía poética.
Para Yamao, la isla de Yakushima, famosa por sus impresionantes bosques nativos de árboles sugi (como el llamado Jōmon Sugi que se especula tiene 3000 años), fue el hogar para su práctica espiritual, inspiración poética y reflexión filosófica en conexión con el cosmos. Su filosofía poética está impregnada de las voces de la naturaleza de la isla, sus pobladores y los seres espirituales (kami). Podría decirse que la vida diaria en Yakushima moldeó la filosofía poética de Sansei Yamao y fue la raíz de su pensamiento y poesía animista.
Por su parte, Yamao se interesó por el animismo (como una perspectiva que reconoce o indaga la existencia de seres espirituales que residen en la naturaleza) con el propósito de forjar una perspectiva animista japonesa moderna y en diálogo con otras tradiciones. Se podría decir que, al igual que otros pensadores japoneses, adoptó el término animismo (que en Occidente se había acuñado para referir a supuestas formas de proto-religión basadas en la creencia de que seres espirituales obran en el mundo)8 para examinar a profundidad la noción japonesa de dios (la divinidad) y la relación histórica y comunitaria de los japoneses con la naturaleza y el mundo espiritual.
El pensamiento animista de Yamao se encuentra en diversos tipos de obras, pues como se mencionó, Yamao fue un escritor prolífico que exploró diferentes estilos y géneros, incluidos el diario, el testimonio, la poesía y el ensayo. Algunos de sus libros más representativos son los diarios de viaje Indo junrei nikki『インド巡礼日記』 (Diario de peregrinación de la India) (2012) y Neparu junrei nikki 『ネパール巡礼日記』 (Diario de peregrinación de Nepal) (2012); los poemarios Birōha bōshi no shita de『びろう葉帽子の下で』(Bajo el sombrero de hoja de palma) (1993), Mizu ga nagarete iru『水がながれている』(El agua está fluyendo) (2001) e Inori『祈り』(Oración) (2002); entre sus colecciones de ensayos se encuentran Semai michi 『狭い道』(1982), Seirōjin 『聖老人』 (El santo anciano) (1988) y Animizumu to iu kibō 『アニミズムという希望』(Una esperanza llamada Animismo) (2000); entre sus ensayos sobre la obra de otros poetas se encuentran No no michi『野の道』 (El camino del campo) (1983) sobre el poeta Kenji Miyazawa y Kami wo yonda Issa no haiku『カミを詠んだ一茶の俳句』 (Los haikus que Issa escribió a los kami) (2000) sobre el poeta de haiku Issa Kobayashi.
Como traductor, algunos de sus libros son Ramu Purasado. Kari sanka 『ラームプラサード―母神讃歌』 (Ramprasad: Himnos a Kali) (1982) una traducción hecha junto con Tetsuo Nagasawa de los poemas del poeta bhakti Ramprasad Sen; Ramana Maharishi no oshie『ラマナ・マハリシの教え』 (Las enseñanzas de Ramana Maharshi) (1993); y Koyote rōjin to tomo ni. Amerika indian no tabi monogatari『コヨーテ老人とともに―アメリカインディアンの旅物語』 (Junto con el Viejo Coyote: historias de los pueblos nativos norteamericanos) (2005), a partir de una selección de relatos recopilada por Jaime de Angulo.
Tras su muerte, se publicaron algunos libros que combinan sus poemas con escritos de su esposa Harumi, quien también fue ensayista. Estos libros son Mori no jikan umi no jikan 『森の時間 海の時間』(El tiempo del bosque, el tiempo del mar) (2009) y Yakushima dayori『屋久島だより』(Noticias de Yakushima) (2016).
El poeta japonés murió en 2001, en Yakushima. A diez años de su muerte, la comunidad de la isla llevó a cabo una serie de homenajes en su memoria. Actualmente, existe un premio anual de poesía para estudiantes de primaria y secundaria, llamado Premio Cinturón de Orión de Poesía Escolar (Orion Sansei Shō オリオン三星賞), creado en su honor. Su cabaña estudio es preservada como lugar de recuerdo y difusión de su vida y obra por familiares y amigos.
Los primero que llama la atención del libro Animizumu to iu kibō 『アニミズムという希望』(Una esperanza llamada animismo) es el empleo que hace Sansei Yamao de sus poemas para explicar ideas filosóficas. Su mensaje no se presenta a través de una argumentación de tipo académico o silogístico, sino como una especie de testimonio de vida y auto exégesis de su propia obra. Su lenguaje filosófico, además, incluye numerosas anécdotas y relatos de diversas tradiciones del mundo, por ejemplo, de los Upanishad o de los relatos de los nativos norteamericanos. Además, el libro constituye, por su carácter pedagógico, una excelente puerta de entrada a su pensamiento, pues todo el libro es la transcripción de un seminario que Yamao impartió en la Universidad de Ryukyus en Naha, Okinawa, del 12 al 16 de julio de 1999.9 En el epílogo del libro, Yamao expresa que su propósito era transmitir un mensaje de esperanza a todos los estudiantes universitarios de Japón y al público en general. El carácter oral y pedagógico del libro se hace patente en la forma en que el autor entrelaza la lectura de su poesía con reflexiones hechas en el momento y anécdotas de la vida cotidiana. La sensación al leer el libro es similar a la de escuchar a alguien contar historias alrededor del fuego. A continuación, se presenta un esbozo de algunas de las principales ideas y conceptos de la filosofía de Yamao.
Sansei Yamao define el animismo como la forma de pensar (kangaekata 考え方) en la que se reconoce que un espíritu o alma (animus) reside en todas las cosas de la naturaleza y en el ser humano. Para el autor, no se trata solamente de una visión religiosa, sino también de una forma de vida (seikatsukeitai 生活形態) y una visión del mundo arraigada en distintas culturas. También, incorpora a esta definición la noción de que el animismo es un tipo de sensibilidad (kanjusei 感受性), que se puede desarrollar por medio de las artes.
Después de introducir su concepción del animismo, Yamao explora la sensibilidad animista en Japón. Según el poeta, la sensibilidad animista japonesa se puede relacionar con la noción del kotodama (言霊, «
») y los orígenes del término uta (歌, «poesía» o «canción»). De acuerdo con el investigador de la escritura kanji Shizuka Shirokawa (白川静), la antigua palabra utaki o ataki designaba un tipo de invocación recitada para la cacería.10 Estas nociones del espíritu en la palabra se encuentran estrechamente relacionadas con el reconocimiento de la existencia del mundo espiritual de los kami que sustenta el pensamiento animista en Japón. El término kami es comúnmente traducido a las lenguas occidentales como «deidad» o «espíritu». Sin embargo, es un término con sentidos más amplios, pues en japonés el término se ha utilizado también en referencia al dios cristiano (Jehová). Retomando las ideas del antropólogo Keiji Iwata, Yamao distingue dos nociones de kami en la cultura japonesa. La primera noción corresponde a la noción de kami cuando se escribe con el carácter kanji (神) y equivale a la idea del «dios», único y supremo, tal como se entiende en las religiones monoteístas occidentales. La segunda, por su parte, corresponde a la que se escribe empleando el silabario katakana, se escribe (カミ) y se refiere a los seres espirituales o seirei (精霊), que habitan todas las cosas y cuya existencia brinda consuelo a la existencia humana. Estos kami (según la segunda noción del término) existen en todas las cosas y fenómenos del universo, incluyendo a los seres humanos, es decir, el llamado shinrabanshō (森羅万象). Tanto para Iwata como para Yamao, el animismo es un camino de indagación filosófica que permite realizar la verdad última de la vida al guiar al ser humano tanto en su relación con dios como con los «seres espirituales» que pueblan el mundo natural.11En cuanto a la relación entre las vidas humanas y los kami, Sansei Yamao retoma las palabras makoto y magokoro (まこと,真心, «sinceridad») y las vincula al concepto moderno de identidad (aidentiti アイデンティティ). De acuerdo con el autor, la visión japonesa de la sinceridad implica el reconocimiento de que la esencia de una persona no se encuentra encerrada o contenida en el individuo, pues éste necesita de la relación con los otros seres vivos para existir (kankeisei 関係性). En otras palabras, el makoto implica un reconocimiento de la necesidad de situarse en un mundo de relaciones con otros seres humanos, la naturaleza y el universo. Siguiendo el camino de su propio makoto, Yamao relata la historia de su encuentro con el árbol Jōmon Sugi, un sugi milenario de la especie Cryptomeria japonica, llamado también «Santo Anciano» (Seirōjin 聖老人). Yamao dice que, cierta noche, fue capaz de escuchar los mensajes del kami («ser espiritual») que reside en el árbol. Para Yamao, dicha experiencia le reveló también la existencia de un kami personal al interior de sí mismo, que puede comunicarse con el mundo de estos seres espirituales. Yamao cuenta que esta experiencia de reconocimiento de su propia sinceridad le reveló la concepción japonesa de la relacionalidad y la existencia de una comunicación entre los espíritus humanos y los demás seres espirituales.
Yamao también incorpora al final de su libro una manera de comprender el espíritu de los budas (Nyorai 如来) dentro de esta perspectiva animista. Para ello, retoma una visión reformista del budismo que promueve nuevas interpretaciones e incorpora nociones sincréticas ya presentes en el budismo japonés. Según Yamao, los budas que pueblan el mundo espiritual se pueden comprender también como kami presentes en la naturaleza. Por ejemplo, el llamado Buda Nichigatsutōmyō Nyorai (日月燈明如来) en cuyo nombre aparecen los kanjis del Sol y la Luna y que aparece nombrado en el influyente Sutra del loto personifica desde el punto de vista del poeta al kami del Sol y la Luna y los tiempos cíclicos de la naturaleza. Además, Yamao sugiere que la noción de naturaleza búdica (el principio de la iluminación presente en todos los seres humanos) puede comprenderse como un tipo de kami que alegra y conforta el corazón humano.
Para Yamao, la poesía es primeramente una práctica de relación contemplativa y reverencial hacia los seres que pueblan la Tierra y el universo. Este pensamiento se encuentra condensado en la frase tsuchi wa mugen no dōjo, shi wa soko ni seiza suru「土は無限の道場、詩はそこに正座する」 «la tierra es un dōjo infinito, allí la poesía es nuestra posición de seiza» (Yamao, 2000, p.32), en la cual se hace una analogía entre la posición de seiza (正座, «postura sentada sobre las rodillas») que adoptan los practicantes de las artes marciales dentro del espacio de entrenamiento llamado dōjo (道場). A esto, Yamao suma un entendimiento de que la poesía es una práctica del «vivir» (ikiru koto 生きること) y del «respirar» (iki wo suru koto 息をすること).
Como ya se mencionó, Yamao considera que el animismo japonés reconoce la existencia de un espíritu que reside en la palabra (kotodama). Además, el poeta afirma en su libro que es posible encontrar manifestaciones modernas de kotodama, por ejemplo, en el proverbio okinawense kūsa kanasa (小さ 愛さ, que literalmente significa «pequeñez y amor») y que connota la idea de que «la vida es un pequeño tesoro». Esta expresión la suelen usar las madres okinawenses en las canciones y oraciones que dirigen hacia sus bebés y forman parte de lo que Yamao llama las «palabras profundas», que han acompañado a la gente de Okinawa a través de los muchos episodios difíciles de su historia. Para Yamao, en este tipo de palabras reside un espíritu con el poder de cambiar la vida de una persona.
En cuanto a la relación con el medio ambiente, Yamao acuña el término «
» (seimeichikishūgi 生命地域主義) para referirse a una perspectiva o enfoque ecológico regionalista de las relaciones entre los seres humanos y los territorios. Yamao concuerda con la visión de Gary Snyder de que, al destruir los ecosistemas locales, los seres humanos se destruyen a sí mismos y que, por el contrario, al cuidar del medio ambiente, benefician directamente a sus comunidades. Dicha visión, dice Yamao, se puede encontrar en el pensamiento de diversos movimientos locales y comunitarios japoneses que trabajan por el cuidado y descontaminación de las riberas de los ríos. Según Yamao « » distingue en Japón tres grandes regiones: ríos (kawa川), montañas (yama 山) y el mar (umi 海). En cada una de estas regiones habitan los kami, de tal forma que, a través del cuidado y preservación del ambiente, las personas pueden también encontrar formas de reconectarse con el mundo de estos seres espirituales.De acuerdo con el autor, el enfoque regionalista y ecológico «
» se complementa con el sentido de pertenencia a una familia, una comunidad y la práctica de un estilo de vida sencillo. Yamao, además, afirma que la familia es la fuente primigenia del kami personal (que puede relacionarse con la naturaleza búdica), ya que el mundo de los kami está directamente relacionado con la gratitud, la felicidad, la bondad y la belleza que provienen de la familia. Según Yamao, un estilo de vida enfocado en la familia, la comunidad y el mundo espiritual permite encontrar un sentido de la felicidad en las pequeñas cosas. Este estilo de vida modesto que en la vida personal de Yamao se manifestaba a través del trabajo agrícola, la presencia del fogón casero y la contemplación de la naturaleza tendría el potencial de contrarrestar el sinsentido existencial de las sociedades modernas, sumidas en una falsa creencia en el desarrollo económico y científico ilimitado. Para Yamao, el problema global del medio ambiente provocado mayormente por las sociedades desarrolladas es, ante todo, un problema existencial del ser humano moderno. El retorno a la sencillez que propone el poeta descansa en la premisa de que el ser humano es un ser que busca y crea sentido a su vida, independientemente de las dificultades o condiciones adversas.Para Yamao, otro problema mayor dentro de las sociedades modernas (en Occidente) es la noción misma de comunicación interpersonal. El poeta japonés distingue dos modos de comunicación, uno a través de la discusión y otro a través de una silenciosa «comunicación de corazón a corazón» (ishindenshin 以心伝心). Si bien la comunicación a través de la discusión ha sido el modo de comunicación privilegiado en las culturas occidentales contemporáneas, la comunicación de corazón a corazón es un tipo de comunicación telepática y sutil, sin palabras, que es una parte central de distintas tradiciones orientales como el budismo zen. En ese sentido, Yamao señala que esta comunicación silenciosa a menudo es malinterpretada como «timidez» por las culturas occidentales cuando, en realidad, es tan sólo otro modo comunicativo, uno basado en la noción de que hay aspectos esenciales de las relaciones humanas que no se comunican a través de palabras. Yamao afirma que, debido a la influencia occidental, el sistema educativo japonés ha fomentado personalidades extrovertidas y castigado la timidez, ignorando los modos comunicativos de las culturas de Oriente y generando un complejo de «timidez» cultural entre los japoneses. A su juicio, la complementariedad entre los dos modos de comunicación debe conducir a un sistema de educación que privilegie la coexistencia de ambos.
En cuanto a la posibilidad de una filosofía ecológica centrada en el corazón, el hogar y el medio ambiente, Yamao piensa que los seres humanos son similares a las plantas, en tanto que «pertenecen al lugar que habitan», por lo que es fundamental que se sientan cómodos con el lugar en donde viven. Basándose en esto, el poeta dice que la indagación filosófica y espiritual ha de partir de una reflexión sobre el tipo de lugares en los que los seres humanos se sienten cómodos. De esta manera, se puede desarrollar una conciencia del lugar que se habita y emprender la búsqueda personal de una «morada última» (tsui no sumikaついの栖か). Para Yamao, la idea de una «morada última» (expresión tomada de un haiku de Issa Kobayashi) consiste en el sentimiento o estado espiritual de quien ha encontrado el lugar en el que puede morir tranquilamente.
Yamao también expone una visión del concepto de amor desde la perspectiva japonesa. Señala que la palabra okinawense para llamar al amor (kana 愛) puede traducirse como un «afecto alegre», pero que también abarca la tristeza (kanashisa 悲しさ), por lo cual, el amor implicaría tanto la alegría como la tristeza y tendría su propia armonía. Al reflexionar sobre su extenso poema «Número xxiv», de la serie Biroha bōshi no shita de (Bajo el sombrero de hoja de palma), Yamao introduce una segunda noción del amor. En dicho poema, se narra la ardua experiencia de quienes caminan por el bosque con el fin de visitar al sagrado Jōmon Sugi. Al respecto, el autor señala que el esfuerzo que realizan los caminantes como parte de su peregrinación es un reflejo del amor de las personas hacia este árbol sagrado. A su entender, el amor y el esfuerzo son reflejos el uno del otro.
Finalmente, Yamao expone otra concepción del amor, esta vez desde un enfoque intercultural. Para ello, recupera la idea romántica de Goethe de la «afinidad electiva» (shinwaryoku 親和力), término que proviene del título de la novela Die Wahlverwandtschaften (Afinidades electivas, 1809). Retomando la visión de Goethe del amor como un principio natural, o fuerza atractiva en la naturaleza por el que las cosas se relacionan entre sí, Yamao sugiere que el amor es la fuerza estructurante del universo. Por lo tanto, el amor sería una fuerza que no solo existe entre los seres humanos, sino también entre distintas especies y formas de la materia. En ese sentido, Yamao afirma que, al practicar conscientemente las afinidades electivas, las vidas pueden alcanzar una relacionalidad más completa y, por lo tanto, producir felicidad. Según Yamao, la concepción del amor como una afinidad electiva es más cercana a la noción japonesa del amor (ai 愛) que a la concepción occidental del amor como una expresión de los sentimientos pasionales. Yamao anota que desde la perspectiva de la cultura japonesa tradicional el amor implica un fuerte sentido de pertenecer a la misma clase, clan o grupo, de manera similar a como lo hacen los lazos de sangre dentro de una familia.
Para Yamao, existen dos tipos de tiempos: un tiempo progresivo y lineal (chokushin suru jikan直進する時間), propio de la civilización, y un tiempo cíclico (kaiki suru jikan 回帰する時間), propio de la naturaleza. Este último es el inherente a los ciclos del Sistema Solar, la fisiología humana y la familia. A diferencia del tiempo civilizatorio, el tiempo cíclico no puede concebirse como un tiempo de progreso y acumulación, sino como un tiempo apegado a los ciclos de la vida y de la muerte. En esa línea, Yamao argumenta que, a diferencia del tiempo lineal, este tiempo nos brinda una verdadera sensación de seguridad y hogar porque está incrustado en lo más profundo de nuestros sentimientos de estabilidad y sentido del orden del mundo.
Por otra parte, Yamao afirma que uno de los principales problemas modernos es que la relación con el tiempo lineal de la civilización nos ha alienado de nuestra relación con el tiempo cíclico de la naturaleza. Aunado a esto, el tiempo lineal y progresivo que guía la actividad civilizatoria global se basa en prejuicios eurocéntricos que tienden a considerar que otras civilizaciones y grupos humanos se encuentran estancados por buscar formas de vida en sintonía con el tiempo cíclico de la naturaleza. Desafiando esta visión sesgada del tiempo civilizatorio, Yamao propone que es necesario crear una nueva temporalidad civilizatoria que busque la armonía entre los dos tipos de temporalidad.
Finalmente, Yamao señala que las artes juegan un papel esencial en la configuración de nuestra relación con el tiempo cíclico, pues, en esencia, el mundo del arte, la literatura y la artesanía pertenecen a éste. Frente a esto, Yamao argumenta que, por ejemplo, la poesía haiku (俳句) y tanka (短歌) se han vuelto populares en la sociedad japonesa moderna porque cantan principalmente a los fenómenos de las estaciones naturales y son un sano recordatorio de una temporalidad a la que los seres humanos pueden sincronizarse. Al observar a los seres humanos, las plantas y los animales en su paso estacional nuestra mente y nuestro cuerpo entran en contacto con el tiempo de la naturaleza y, por tanto, hay sanación y alegría.
El siguiente diagrama resume de manera visual algunos de los conceptos claves de la filosofía animista de Sansei Yamao que se esbozaron anteriormente.
1. El mundo natural y fenoménico (shinrabanshō 森羅万象),
2. El tiempo cíclico de la naturaleza (kaiki suru jikan回帰する時間),
3. El tiempo lineal de la civilización (chokushin suru jikan 直進する時間),
4. El amor como fuerza de las afinidades electivas (shinwa ryoku親和力),
5. Montaña (yama 山),
6. Río (kawa 川),
7. Mar (umi 海),
8. Kami del Jōmon Sugi (Jōmon sugi no kami縄文杉のカミ),
9. La morada última (tsui no sumikaついの栖),
10. La comunidad (comyuniti コミュニティ),
11. El campo de cultivo (hatake 畑),
12. El espíritu en la palabra (kotodama言霊),
13. La familia (kazoku 家族),
14. El fogón (irori 囲炉裏),
15. El interior del individuo (mizukara no naka ni 自らの中に),
16. El proceso de realización existencial del propio ser. (Melchy, 2023)
A continuación, se presenta la traducción de dos poemas de Sansei Yamao. El primero de ellos, se encuentra enmarcado en su casa estudio en Yakushima. El segundo, es un poema representativo de su filosofía animista dirigido a sus hijos. Ambos poemas dan cuenta de una sensibilidad poética marcada por la contemplación de la naturaleza, la familia y el mundo espiritual.
Foto: Yaxkin Melchy (2018)
Cuando llegue el otoño, comeremos calabazas. Comeremos el dorado fruto de la calabaza envuelto con su piel verdinegra. Rugoso, alimento antiguo, embebiéndose plenamente del sol del verano sobre la tierra, cuando se haya convertido en su propio sol, comeremos la calabaza. Comeremos la dorada calabaza, ¡ah, cuando llegue el otoño comeremos calabazas!
Kabocha 「かぼちゃ」del libro Bajo el sombrero de palma (Birōha bōshi no shita de 『びろう葉帽子の下で』) (Yasōsha, 1993). Traducción inédita.
El atardecer cae en la montaña mis niños vean, ya la noche nos toca la espalda enciendan el fuego dejen al lado la ansiedad por sus juegos volvamos al corazón ancestral enciendan el fuego he puesto suficiente leña junto al baño alguna seca, otra todavía húmeda alguna gruesa, otra delgada escojan bien, hábilmente, enciendan el fuego No pasa nada si al principio sale algo de humo sean pacientes, que arda el fuego y cuando se vea bien de pronto, las llamas naranjas arderán intensamente como sus corazones ahora concentren su mirada en el fuego pues antes de que lo noten ya la noche los habrá envuelto por la espalda y justo ahora que los envuelve la noche es la hora asombrosa en la que el fuego comienza su historia de eternidad Esta historia no aparece en los libros que su madre les lee antes de dormir ni se parece a las fanfarronadas de su padre no es algo que podrán ver en la televisión esta historia la escucharán con sus propios ojos y oídos y corazones desnudos pues se trata de la historia maravillosa de ustedes mismos Enciendan el fuego con cuidado, con delicadeza para que arda con fuerza pero sin llegar a quemar demasiado con el corazón tranquilo, enciendan este fuego Nosotros los seres humanos fuimos animales que encendieron el fuego y si podemos aún encender nuestros fuegos seguiremos siendo humanos Enciendan el fuego enciendan el primitivo fuego nuestro así cuando crezcan y se aventuren en las vanidosas ciudades y no puedan distinguir las cosas superficiales de las importantes y pierdan de vista el valor de ustedes mismos aun entonces, sin falla, podrán recordar los días en que contemplaban las misteriosas llamas naranjas completamente envueltos por la noche El atardecer cae en la montaña mis niños vean, ya la noche nos toca la espalda ya han jugado suficiente por este día paren los juegos, comiencen a encender el fuego he dejado preparada suficiente leña en la cabaña enciendan el fuego hay leños secos, otros todavía húmedos algunos gruesos, otros delgados escójanlos bien, acomódenlos con habilidad enciendan el fuego y cuando arda con fuerza inclinen la oreja a la misteriosa historia de su propio pasado, presente y futuro aquella historia que comienza a escucharse desde el templo dorado al interior de las llamas naranjas
Hi wo takinasai「火を焚きなさい」del libro Bajo el sombrero de palma (Birōha bōshi no shita de 『びろう葉帽子の下で』) (Yasōsha, 1993). Traducción publicada originalmente en Mandalas: poesía japonesa de Shiki a nuestros días (2022).
Este breve recuento de las ideas principales del libro de Sansei Yamao Animizumu to iu kibō da muestra de la reflexión filosófica en torno al animismo hecha por los propios japoneses. Siguiendo las ideas de Keiji Iwata, Yamao retoma en su propuesta animista una visión etnográfica que, distanciándose de los sesgos eurocéntricos, distingue en la vida espiritual japonesa distintas concepciones de la divinidad que se expresan con el nombre de kami. Añade a esta visión su particular tesis de que la poesía puede ser un método válido de transmisión de sabiduría ecológica y un canal para el diálogo íntimo con el mundo del kami, entendido como un dios único, tanto como los seres espirituales que pueblan el mundo natural y fenoménico. Sus argumentos parten del testimonio de su propia indagación filosófica, poética y espiritual de los kami de la isla de Yakushima, así como de sus aprendizajes como campesino, padre de familia y miembro de una comunidad rural.
Aunque podría decirse que el animismo poético de Yamao está arraigado en lo íntimo y lo local, sus aspiraciones transpacíficas e interculturales son patentes en su diálogo con las visiones de los Upanishad, la filosofía advaita de Ramana Maharishi, la filosofía Occidental (Tales de Mileto, Nietzsche, Goethe) y la sabiduría de los pueblos nativos norteamericanos. Yamao indaga en estas visiones no para presentarse como una «autoridad», sino con el propósito de poner en diálogo dichas sabidurías con visiones espirituales y filosóficas del budismo zen japonés y el budismo de la tierra pura. Todo ello se encuentra guiado por una motivación única que es la de contribuir a un camino ecológicamente viable y espiritualmente pleno que pueda guiar a la sociedad japonesa. En ese sentido, Yamao consideraba que la sociedad japonesa moderna se encuentra en un «callejón sin salida» (tachiōjō 立往生), un sinsentido existencial, marcado por lo repetitivo y absurdo que, como en el mito de Sísifo, conduce la vida de las nuevas generaciones. Para Yamao, esta condición, compartida con otras sociedades «desarrolladas», es una evidencia de las falencias del mito moderno del desarrollo económico y científico ilimitado.
Por otra parte, el diagrama que se presenta en este artículo contribuye a visualizar algunos conceptos clave de la filosofía animista de Yamao. Podría decirse que estos conforman la base de su pensamiento filosófico, ecológico y poético. Estos muestran cómo Yamao veía en su filosofía una práctica para la vida, sabiduría transmitida por la propia isla de Yakushima y sus kami. Como se expuso anteriormente, el ideal filosófico, según el poeta, consiste en realizar la plenitud existencial del mundo y del propio ser, reconocer un lenguaje poético en la naturaleza y una fuerza amorosa que impregna todo lo existente en el universo, incluyendo el corazón humano.
Por último, resulta conveniente reflexionar brevemente sobre el papel que están jugando las visiones y propuestas animistas japonesas dentro de la cultura moderna globalizada y transnacional. Hoy en día y aunque no han sido suficientemente valoradas, las distintas propuestas artísticas japonesas inspiradas por el mundo de los kami se abren paso dentro de los medios de comunicación masiva. Muestra de ello, son las producciones de mangas y el anime japoneses de Studio Ghibli, por citar tan sólo un ejemplo muy conocido. Comprender el gran río de la reflexión animista que ocurre dentro de Japón y que nutre las lecturas y reflexiones de muchos de estos creadores, como el propio Hayao Miyazaki, quien se inspiró en los bosques de Yakushima para componer su película La princesa Mononoke, daría a entender que no se trata de ideas improvisadas, sino que heredan un conocimiento y una sabiduría filosófica que se ha ido desarrollando con el paso de las décadas. La indagación animista en Japón hecha por los propios japoneses no es algo reciente ni ha sido una labor exclusiva del mundo académico, pues en ella han participado también poetas, escritores y artistas con un fuerte sentido crítico hacia Occidente. Sin duda, uno de los grandes aportes de estas corrientes del pensamiento animista en general, es la que expresa Shoko Yoneyama en la introducción de su Animismo en el Japón contemporáneo: voces para el Antropoceno desde el Japón posterior a Fukushima, libro escrito tras el desastre nuclear en Fukushima. Yoneyama argumenta que el animismo japonés destaca por su singularidad de pertenecer a la vez a una concepción del mundo considerada «primitiva» por la cultura positivista de Occidente y a una sociedad «hiper desarrollada» admirada por su ciencia y tecnología (Yoneyama, 2018). Frente a esta afirmación, puede añadirse que, precisamente por ello es capaz de desmentir muchos de los presupuestos onto-epistémicos que el norte global pretende imponer a las culturas del sur tanto como a las culturas del este. Por eso, sumergirse en el animismo japonés a través del estudio, ya sea de las producciones de Studio Ghibli o de ejemplos como el animismo poético de Sansei Yamao, contribuiría a trazar nuevos canales de diálogo entre filosofías, poéticas y sabidurías ecológicas del sur y del este. Es decir, se comenzaría a nutrir un diálogo de reconocimientos y aprendizajes mutuos, en aras de un espíritu constructivo que sobrepase los complejos de dependencia e inferioridad epistémica heredados del colonialismo. En definitiva, en la mirada animista existe la semilla de un razonamiento poético que necesitan las sociedades modernas para salir del actual callejón sin salida ecológico.
Yamao, S. (山尾三省), Snyder, G. (ゲーリースナイダー), & Yamazato, K. (山里勝己). (1998). 聖なる地球のつどいかな: Great Earth Sangha ENT#091;Una reunión de la Tierra sagrada: Gran Sangha de la TierraENT#093;. Yama to keikokusha 山と渓谷社. https://ci.nii.ac.jp/ncid/BA37050382
Yamao, S. (山尾三省の詩) Poetry Works. (n.d.). Retrieved August 15, 2023, from http://happano.sub.jp/happano/pages/sansei_yamao/sansei_yamao_index.html
[1] 1. Este artículo retoma partes de la investigación de doctorado de su autor, titulada The Poetics of Relationship: Ecopoetic Designs from Japan and Mexico (La poética de la relación: diseños ecopoéticos de Japón y México), particularmente en el capítulo 7 «Island Wisdom: Sansei Yamao’s Poetic Ecological Philosophy». Sin embargo, en este artículo, se desarrolla una nueva pregunta de investigación para revelar otros aspectos de la filosofía animista de Sansei Yamao (Melchy, 2023).
[2] 2. Otro libro representativo de su vocación por un diálogo intercultural en torno al animismo, la poesía y la ecología es Seinaru chikyū no tsudoi kana: Great Earth Sangha 『聖なる地球のつどいかな :』 (Una reunión de la tierra sagrada: Gran Sangha de la Tierra), que recoge una larga conversación con el poeta y activista ambiental Gary Snyder.
[3] Tómense como ejemplo de esta crítica a Arne Naess, quien señala la existencia de un marco onto-epistémico, de cuño europeo, hostil a la naturaleza que se ha ido consolidando desde el Renacimiento (Naess, 1989, pp. 51-54) y a Bruno Latour, quien sostiene que la naturaleza y la cultura son dos extremos estilísticos de un mismo concepto de naturaleza/cultura, creado en Occidente para des-animar a ciertos seres naturales y sobre-animar a los seres humanos (Latour, 2017, epub 7/328). Dentro de los pensamientos indígenas modernos, el punto de vista descrito puede encontrarse en el libro Non onan shinan: los mundos medicinales y la sabiduría de una familia shipibo-konibo (2023) de Pedro Favaron y Chonon Bensho (Favaron & Bensho, 2023).
[4] 4. Lejos de tratarse de una rareza metodológica, dentro de los estudios ecocríticos, etnopoéticos y ecopoéticos es cada vez más frecuente la incorporación de metodologías alternativas que buscan superar la estrechez que imponen las concepciones positivistas sobre los estudios literarios y culturales. Entre estas estrategias, se encuentran los diarios de recorrido, como el que emplea el investigador australiano Brian Wattchow (Wattchow, 2012); en el campo de las etnopoéticas, se encuentran metodologías similares en la colección Adugo Biri, que coordina el investigador mexicano Enrique Flores (ADUGO BIRI, Etnopoéticas, s.f.); incluso, existe una rama metodológica llamada Poetic Inquiry, que desde hace un par de décadas promueve críticamente metodologías que incorporan la escritura poética y la traducción como una herramienta de la investigación en las humanidades (Owton, 2017).
[5] 5. Algunas de las traducciones de la poesía de Sansei Yamao al inglés comenzaron a circular en Internet alrededor de 2018. Entre ellas, están las traducciones de Alex Jones, Marek Lugowski, Ruth Foley y Kazue D. (山尾三省の詩 Sansei Yamao Poetry Works, s.f.). También, se imprimió en 2007 un chapbook, titulado Single Bliss, con traducciones de los poemas de Sansei por Scott Watson en la editorial Country Valley Press (Colección Empty Hands Broadside # 6). Estos valiosos proyectos son las primeras semillas de la traducción de su obra a lenguas occidentales.
[6] 6. La visita a su cabaña estudio fue 17 años después de la muerte de Yamao. La cabaña se encuentra preservada por sus familiares como un espacio de memoria. Se trata de un lugar conocido entre viajeros (principalmente japoneses) con intereses en la cultura y naturaleza de Yakushima. Gracias a las gestiones del periodista Masatake Hyōdō (兵頭昌岳) y del librero Kazuhiro Yamaji (山路和広), se logró tener contacto con Akihiko Yamao, hermano menor de Sansei, y su esposa Haruko, quienes con gran hospitalidad facilitaron el acceso al pequeño caserío donde se encuentra la cabaña, a orillas del río Shirakogawa.
[7] 7. Se ofrece una descripción más detallada de la Academia de Vagabundos y Las Tribus en el capítulo 5 de la tesis de doctorado del autor del artículo. Allí, también se expone cómo este grupo inspiró al movimiento hippie japonés. (Melchy, 2023, pp. 108-145).
[8] 8. El término animismo fue acuñado por antropólogos y etnólogos del siglo XIX para referirse a las creencias de los pueblos que, en su juicio, carecían de religiones. Esta visión sostenía que estos pueblos «primitivos» carecían de los principios morales propios de las religiones de las naciones avanzadas (Tylor, 1920).
[9] 9. La presentación de Yamao en esta Universidad fue posible gracias a la invitación del profesor Katsunori Yamazato (山里勝己), quien se ha especializado en la obra de Gary Snyder y el intercambio transpacífico de ideas.
[10] 10. Según la Enciclopedia del Sintoísmo, kotodama se refiere al poder espiritual (seiryoku 霊力) en las palabras o al entendimiento de que a través de la recitación de ciertas palabras este poder espiritual puede manifestarse. Se considera parte de las perspectivas características de la cultura japonesa que afirman la existencia de seres espirituales o bien el poder que poseen las palabras para mover los corazones y las mentes de las personas (Yonei, 1994, p. 384). Yamao basa su concepción del origen de la palabra uta en la investigación de Shizuka Shirokawa sobre la historia de los caracteres chinos (Yamao, 2000, pp. 17-18).
[11] 11. Esta perspectiva es la que se encuentra en la visión de los «animismos personales» (dokuji no animizumu ron 独自のアニミズム論) de Keiji Iwata. Sansei retoma de Iwata esta distinción entre kami (カミ) y kami (神) y la interpretación del significado original de kami como «presencias ocultas».