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La araña Ananse, ancestro presente en el cuento «Betsabelina Ananse Docordó» de Amalia Lú Posso Figueroa

 

Resumen:

El presente artículo presenta un análisis al cuento «Betsabelina Ananse Docordó» de la escritora chocoana Amalia Lucía Posso Figueroa, que aparece en el libro Mido mi cuarta y me paro en ella. En este trabajo, se analiza la figura ancestral de Ananse como una presencia conectada con la mujer, dando continuidad a la africanía en ideas, espíritu, creencias, nacimiento y saber, a modo de perpetuar la resistencia y la existencia de los aportes de los africanos por el mundo.

Abstract:

This paper presents an analysis of «Betsabelina Ananse Docordó», by Amalia Lucía Posso Figueroa, that appears on Mido mi cuarta y me paro en ella. In this work, the ancestral figure of Ananse is analyzed as a connection with women, by giving continuity to the africanía (African presence]) in terms of ideas, spirit, beliefs, birth, and knowledge. It is also seen as one way to perpetuate the resistance and the contributions of the African people to the world.


Creo que siento miedo: me da miedo dejar que los personajes que he creado en esos cuentos ya no sean solo míos, sino que sean también de los otros (Velia Vidal, 2022, p. 35).

1. Introducción

La literatura colombiana contiene parte de nuestra presencia diversa. La riqueza de nuestras letras ofrece múltiples propuestas que dan cuenta de culturas mezcladas, dialogantes, sorprendentes y diferentes. Entre estos escritos, tenemos grandes aportes de propuestas estéticas de autores y autoras del Pacífico que por fortuna están siendo visibilizados. Y qué gran espacio deben alcanzar estas obras y autores para beneficio del saber nacional. Debemos reconocer, leer y disfrutar los aportes de nuestros escritores y escritoras indígenas y afros, voces tan valiosas muchas veces desconocidas. Esta es una de las inquietudes que motivaron la escritura de este artículo, además del impacto que ha generado su propuesta escritural, emparentada con cuentos africanos resignificados con la negritud colombiana. Sin duda, formas de tradición cuentística en nuevos contextos. Tales herencias reflejan lenguajes particulares, mundos y cosmovisiones asombrosas por conocer. El Chocó de esta literatura se mezcla con lo africano, lo colombiano, lo femenino, lo erótico, lo corporal y lo espiritual de manera muy particular. Así pues, para evidenciarlo, se señalará la figura ancestral de la araña Ananse que se presenta en una de las narraciones de la escritora Amalia Lucía Posso Figueroa en el cuento «Betsabelina Ananse Docordó», del libro Mido mi cuarta y me paro en ella, publicado en 2022).

Amalia Lucía Posso Figueroa es una escritora oriunda de Quibdó, nacida en 1947. Su obra se caracteriza por presentar a la mujer como eje central al lado del territorio y el saber ancestral, exaltado a través del lenguaje particular de la comunidad del Pacífico. Sus narraciones llevan un ritmo especial conectado a la tradición oral que se percibe al leer las historias de principio a fin. De ahí que sus cuentos incluyen canto, poesía, prosa y glosas paseadas en medio de situaciones jocosas, eróticas y osadas para subvertir los roles femeninos tradicionales. Su trabajo está siendo visibilizado en diferentes escenarios como el Festival Iberoamericano de Teatro, la Feria Internacional del Libro de Bogotá, la 1.a Feria del Libro de Pacífico Colombiano, la Ciudad Teatro y Abrapalabra, la 6.a Feria del Libro y la Lectura en Zacatecas (México), entre otros. Su obra también se ha dado a conocer en conversatorios, simposios, festivales de cuentos -como el de Akuentajui-, documentales -como el de Cimarrones Letras Negras-, encuentros virtuales, entre otros. Por otro lado, la escritora ha presentado sus relatos en países como Colombia, España, Brasil, Estados Unidos, México, Francia, entre otros. Según información del Centro Virtual Isaacs (2017), sus obras publicadas hasta el momento son Vean vé, mis nanas negras (2001), Delfa García y Jesusita Blandón (2007), Betsabelina Ananse Docordó (2012) y Mido mi cuarta y me paro en ella (2022). Algunos de sus cuentos han sido trasladados a otros idiomas, como el caso de Delfa García y Jesusita Blandón, traducidos al portugués y Betsabelina Ananse Docordó, traducido al francés.

Por otra parte, Velia Vidal, en el prólogo de Mido mi cuarta y me paro en ella (2022), describe la escritura de Posso Figueroa como una evocación que proviene del escuchar a otros, vivir, recordar y experimentar en una tierra que se ama de manera incondicional. Una escritura que se construye desde el lenguaje cotidiano mezclado con el español formal de manera extraordinaria:

El Quibdó de Amalialú es único. Está hecho de chirimías tradicionales, tiene la cadencia del Atrato, la sensualidad de un baile de pellejo, muchos de los enigmas de la selva y la intensidad del sol del mediodía. Como en la fantasía, Amalialú juega con el tiempo y el espacio, y especialmente toma el lenguaje y lo mueve a su antojo (Vidal, como se citó en Posso, 2022, p. 16).

En concreto, el cuento «Betsabelina Ananse Docordó» pertenece a una compilación de cuentos de Posso Figueroa bajo el título Mido mi cuarta y me paro en ella (2022), que contiene personajes de mujeres con poderes corporales y espirituales que las hacen especiales para influir en los demás, principalmente en su comunidad. En estos relatos, el cuerpo femenino es una expansión de goce y conocimiento que ayuda al otro a aprender no solo del placer, sino también de ciencia, religiosidad, arte, historia, entre otros asuntos. El cuento de Betsabelina, particularmente, desarrolla un nacimiento o «nascencia», como lo nombra la escritora, muy ligado al territorio, a lo biodiverso y a la historia ancestral. Por ello, se presentan elementos propios del contexto del territorio, como El Gilgal, el río Atrato y la ombligada con las partes de la araña. En esta narración, el mundo femenino, los misterios de los antepasados y la cosmovisión se amalgaman para continuar las enseñanzas de la resistencia y del intelecto afrocolombiano.

Todo inicia con Tomasa Docordó, quién conoce a Dioselino Bailón, un hombre embaucador y coqueto, con quien bajo el calor del barro y el aguacero va a concebir a la mismísima ahijada de Ananse. Desde el primer momento, la araña será custodia de la preparación, crecimiento y nacimiento de Betsabelina para resurgir a través de esta mujer capaz de caminar sobre las aguas con los poderes otorgados. Personajes míticos como Ananse todavía son contados en voces de narradoras como Posso Figueroa para dar cuenta de sus lazos con lo africano y así continuar con la tarea de perpetuar el legado de las voces de cuentistasausentes, por medio de personajes que viajaron con la diáspora y continúan presentes por Colombia, América y el Caribe. Así, en el cuento «Betsabelina Ananse Docordó», Ananse también convida a los lectores a conocer la fortaleza de la mujer afrodescendiente para mostrarla poderosa, histórica y trascendente, estableciendo un vínculo de complicidad con las féminas al heredarles su sabiduría, su picardía y su legado.

2. Nacimiento de la mujer ombligada con Ananse, continuidad de la africanía en el mundo

La araña Ananse, llamada también como Anancy, Anansé o Nancy, representa un lazo con la ancestralidad africana. En este caso, con la resignificación de la historia del personaje que representa el triunfo de la astucia y el ingenio asociado con la mujer como heredera de la sagacidad y la facultad para traspasar los límites frente a los retos que se presentan en el diario vivir. Cabe señalar que la historia de Ananse tiene varias versiones. Puede aparecer como un dios,como un semidios, como un héroe cultural e incluso como un personaje negativo, esto es, que tiene elementos duales. Puede ser masculino o femenino y se puede transformar en arácnido, en humano o en un híbrido entre ambos conservando las características que la identifican, como la mirada, la astucia, el habla, la pillería, entre otros. Por lo general, a este ser se le atribuyen capacidades para el engaño, la picardía y la inteligencia en la búsqueda por lograr sus objetivos. A la vez, es un personaje transgresor que confronta sin temor a otros seres considerados superiores, alcanzando siempre lo que se propone en aras de mejorar su propio bienestar y ayudar a los demás, pues también es una araña dadivosa y solidaria. Con sus cometidos sorprende a los contrarios que la subestiman venciéndoles con el intelecto y la palabra.

Para Pochet (2012), «la fuerza de la araña Anancy está en la palabra» (p. 190), por lo que ser contada y recordada es su mayor poder. Ananse se materializa a través de historias que cuentistas como Posso Figueroa invocan para dar voz a su pasado ancestral, de modo que este personaje continúa existiendo en la voz del narrador y en la memoria colectiva de diferentes comunidades y generaciones. Pochet (2012)) establece, además, una conexión entre las naciones con presencia de estas historias, pues los cuentos de la araña Ananse «identifican un legado común africano en donde prevalece la tradición oral» (p. 190). Ananse es una figura de tierras africanas y del Caribe, una construcción importante que muestra la relevancia de seres históricos no canónicos, también presentes en la literatura colombiana. Al respecto, Duncan (2015), explica el despliegue de este personaje en varios lugares del mundo:

En América el personaje evolucionó, adaptando su nombre al idioma local. Anansi es conocido en el Gran Caribe como Hermano Araña, Breda Nansi, Anancy, Ananse, Anance, Ananci, Anansy, Aunt Nancy, «Ti Malice» o simplemente «Nansi» y su presencia es fuerte sobre todo en las tradiciones del Caribe insular y del Caribe Continental centroamericano, pero también en el pacífico colombiano (p. 70).

Las historias de la araña fortalecen la mirada universal de la africanía con variaciones y particularidades que multiplican las enseñanzas, la resistencia y la supervivencia de las tradiciones y las culturas. También existen cuentos de Ananse en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en Ecuador y en Costa Rica, así como en la tradición oral y escrita de muchas culturas alrededor del mundo.

Cuando Ananse es erigido como un dios, le llaman «el dios de los cuentos», remoquete otorgado gracias a sus hazañas frente al dios del cielo Nyame, generador y dueño de las historias. Una vez Ananse se dio cuenta de que el mundo no tenía acceso a las historias, solicitó un trato. Entonces, el dios del cielo le pide cumplir cuatro desafíos que consisten en traer a su presencia a la pitón Onini, al leopardo Osebo, a las avispas Mboro y al hada Mmoatia. Luego de que Anansecumple astutamente con los retos, Nyame le concede ser el dios de todos los cuentos.

En otros relatos, Ananse es conocido como hijo del dios del cielo y de Asase Ya, la diosa de la tierra, de ahí su condición de deidad. Por otro lado, en la mayoría de sus historias tiene vínculos con los dioses y hombres poderosos, manteniendo una comunicación tanto con ellos como con las personas. En ese sentido, Duncan (2015), explica la concepción divina de la araña de la siguiente manera:

Anansi es un personaje que en sus orígenes alcanza ropaje de divinidad. En efecto, la deidad de la cultura akan estaba compuesta por el dios Nyame, dios único expresado en tres personas: Odomankoma que es Dios infinito, Kuaku Anansi, el que teje el universo y Asase Ya, la expresión femenina de Dios, la que da formato a la tierra. Aunque hay varias versiones de esta tradición oral, en algunos de los cuales Anansi habitaba la tierra y visitó el cielo, lo cierto es que todos coinciden en que se apropia de los cuentos, sea o no con el permiso de Nyame y se los trae para la tierra para esparcirlo entre los humanos (p. 68).

La divinidad de Ananse se relaciona con el dominio de las historias, su interacción con dioses y humanos, y como vínculo entre el mundo espiritual y el mundo terrenal. A su vez, como poseedora de las historias, Ananse tiene un rol de suma importancia, dado el papel de los cuentistas en las comunidades africanas, pues son los encargados de transmitir la memoria colectiva, el conocimiento y facultad para criticar a los hombres poderosos. Frente a esto, Duncan (2015) advierte que la función de Ananse en la tierra «es contar los grandes mitos de la creación y las relaciones sociales, dando siempre una enseñanza a manera de moraleja» (p. 68). En la actualidad, la presencia del personaje mítico continúa significando enseñanzas de resistencia y consolidación de la africanía por el mundo. Frente a esto, Pochet (2007) la relaciona con la divinidad: «en relación con la veracidad y la creación de los mitos, Anancy sigue viva y está asociada con lo sagrado, también por su carácter de demiurgo. Es creador y destructor, potestades de un ser supremo» (p. 16). La araña resulta, así, una entidad poderosa cercana a lo sagrado y a lo espiritual.

Existe una clase de unión entrañable entre Ananse y la mujer afrocolombiana que Posso Figueroa describe a través del cuento «Betsabelina Ananse Docordó». Al emparentarlas, Ananse se convierte en un ancestro que se hace presente para participar en el nacimiento y quedarse a lo largo de la vida de su descendiente. Fragmentos como el siguiente dan cuenta de ello: «Betsabelina Ananse Docordó nació ombligada y no de cualesquiera manera. La ombligaron con Ananse: con las patas, los pelos, la barriga y la cabeza de Ananse» (Posso, 2022, p. 35). Esto muestra cómo la autora establece desde el inicio el lazo con el pasado africano. Por esta razón, presenta a Betsabelina atada con Ananse a través de la ombligada desde antes de nacer. A la vez, convida a los lectores a conocer esta costumbre que forma parte de una cosmovisión afro que se mantiene viva. Según Vanin (1993), todos y todas se conectan, los ancestros, las plantas, los animales y los lugares son espíritus vivos de redes conectadas que se enseñan y se ayudan entre sí para sanar, para crecer, para vivir, para influir. «Del mundo de arriba bajan los santos en figura de hombres a trabajar en éste, y del de abajo surgen los príncipes y animales encantados para convertirse en hombres» (p. 170). En este caso, puede entenderse como «convertirse en mujeres». Luego, el autor también advierte:

En la selva húmeda frente al mar se dio una cultura maravillosa, cerrada en sí misma, de grandes tradiciones, llena de simbolismos, en la que los mundos diferentes se complementan y se rigen: el mundo ahistórico y el mundo histórico, la realidad y su mojiganga o representación, la sombra y el cuerpo, la vida, el nacimiento y la muerte (Vanín, 1993, p. 168).

En algunas comunidades afrocolombianas, la ombligada -también presente en comunidades indígenas- hace parte del nacimiento, ya que es una forma de entregar un don o fortaleza a los recién nacidos. Se realiza con elementos del entorno para sembrarse corporal y espiritualmente a la tierra donde nacen -aun cuando la dejen, siempre estarán conectados-. Y, de esta manera tener cualidades excepcionales, una especie de poderes que les servirán para la vida y la comunidad.

La araña llegó inmóvil al ombligo, como tocada por las hojas de dormidera. Al ver que no se movía lo interpretaron como una señal, como un regalo, y entonces rasparon sobre una tabla nueva de balso las patas con sus pelos, la barriga con sus entrañas y la cabeza con los sueños de Ananse. Al polvo que resultó de la raspadura lo revolvieron con achiote no diluido en agua, mejor en aguardiente, y lo untaron con movimientos rítmicos sobre la cicatriz que dejó el ombligo al despedirse de la piel de Betsabelina Ananse Docordó (Posso, 2022, p. 35).

Cuentistas como Posso Figueroa enlazan las historias del Chocó con personajes de los antepasados que viven también en el presente, ya que la africanidad « es un sentimiento filosófico, religioso y poético que se nutre en la historia de la semilla humana nacida en África» (Zapata, 2020, p. 95). Al respecto, Pochet (2007) explica:

La araña Anancy es de origen akán, grupo étnico del África occidental ubicado al sur de Ghana, y en las partes contiguas a Togo y Costa de Marfil. Los akán se subdividen en fanti y ashanti (grupo étnico específico de donde Anancy procede) además de los denkyira, brong, nzima, akyem, sefwi, akwamu y wasa en Ghana, y los baule y anyi en la Costa de Marfil (p. 1).

El cuento de Betsabelina contiene creencias, enseñanzas y mitos de tierras y comunidades diversas que dan continuidad al linaje heroico. Para Duncan (2015), la búsqueda de otras formas de Anansi para manifestarse «es entendida como una filosofía de sobrevivencia y a la vez, una visión afro-céntrica del mundo» (p. 74). Según el autor, este personaje de los cuentos africanos, al lado de otros, explican los grandes mitos del pueblo y facilitan la crítica social presente en los cuentos latinoamericanos, donde obtienen un rol «trasmisor de la ideología de sobrevivencia» (p. 70). Existen incluso otros personajes africanos en los trabajos de Posso Figueroa y otros escritores colombianos, como Tío Tigre y Tío Conejo, que aparecen en el cuento «Delfa García y Jesusita Blandón» de Vean vé, mis nanas negras (2011), así como en Fábulas de Tamalameque (2019) de Manuel Zapata Olivella o en Cuentos de la tía Anancy (2020) de Ignacio Barrera Kelly.

Así pues, en la literatura que se nutre de varias culturas y memorias colectivas surgen producciones como el cuento de «Betsabelina Ananse Docordó» con relatos plenos de elementos adaptados de la tradición, es decir, que contienen, como explica Rama (2008), «una herencia renovada, pero que todavía puede identificarse con su pasado» (p. 35). En relación con esto, la misma Posso Figueroa explica el nexo con el ser de Ananse cuando dice:

La mamá de Tomasa llamaba Alegantrina Docordó y sabía muchas historias de negros, de los negros que habían venido de lejos y que contaban que eran emparentados con unos pueblos que dizque llamaban fanti-ashanti; eso a Tomasa le sonaba rarísimo, pero Alegrantina, su mamá suya de ella, decía que eso era la telaraña de Ananse, que se tejía por encima del mar y unía a los negros desde tan lejísimos como esas tierras que llamaban África, hasta llegar al Chocó, que a ella alguien le había dicho que quedaba dizque en un pedazo grande de tierra que se llamaba América (Posso, 2022, p. 39).

De igual manera, con este relato, la cuentista también resalta las generaciones, el recorrido de África hacia América estableciéndolo desde el legado intelectual como lo más importante. Al respecto, Kalulambi (2013) resalta que

los africanos que trasplantaron en este continente y sus descendientes no trajeron solamente las manos para trabajar en las plantaciones, trajeron también memorias, saberes, sabidurías, muchas cosas que reacondicionaron este momento y en este caso hay una trayectoria distinta de África (Centro Virtual Isaacs, 2013, 11m37s).

Estas palabras son de gran relevancia, ya que Posso Figueroa se concentra en proponer la astucia de Ananse como patrimonio de Betsabelina y de los afrodescendientes. Además, la escritora también une a la heroína con las mujeres a través de Alegrantina, Tomasa y Betsabelina. Ellas representan la madre tierra, la madre África con sus hijos e hijas por todo el mundo.

Ananse permanece viva sobre las redes que tejen los afrodescendientes a través del tiempo. Abarcan lo universal y lo profundo con sus lazos para hacerse visibles: «y empezó a crecer la barriga y empezó a expandirse la tela de la araña, la tela de la, ahora, comadre araña» (Posso, 2022, p. 38). Luego: «Ananse sabía que sacaba de sus entrañas la red que unía y une a todos los negros que llegaron remando de muy lejos, de África; como oyó decir Tomasa a su mamá suya de ella […]» (p. 39). Aquí Posso Figueroa muestra esos lazos de manera explícita como una relación gigante de amor, de nacimiento, de supervivencia y cobijo. Por eso, los antepasados africanos de Ananse en este relato vienen a perpetuarse remando, haciendo un recorrido por las aguas en un viaje de saberes, de pensamientos, de intelecto desde tierras preciadas y a través del tiempo. En ese sentido, Pochet (2007) lo propone como una forma de permanencia triunfante, «rememorada y actualizada» a través de las enseñanzas que dejan ver un linaje africano en lo latinoamericano.

Las características del mito, origen y permanencia, convalidan y respaldan la presencia de las huellas de africanía marcadas por el esparcimiento de la diáspora. El mito de Anancy en América es una reinterpretación de la memoria africana, y una manifestación de prácticas culturales ancestrales. Como mito, lleva implícita la idea de permanencia y reiteración (p. 40).

Por su parte, Zapata Olivella (2020), dice que «la africanidad es la memoria ancestral» (p. 95), una memoria que mantiene unidos los lazos entre los afrodescendientes en las diferentes naciones que habitan. Por eso, Ananse resulta ser una especie de perpetuación en el territorio del Chocó y por ello ayuda en complicidad a Tomasa, la mamá de Betsabelina, mientras teje su red durante los nueve meses. Y hace todo esto para renacer y entregar su poder especial corporal-intelectual-espiritual a la recién nacida y así tenga por siempre su picardía e inteligencia:

Y allí, antes de que el río Atrato se derramara en el mar, mientras paría, Tomasa voltió los ojos, vio a Ananse parada sobre el agua y le pareció otra vez que Ananse le sonreía, es más, tuvo la absoluta certeza de que Ananse se carcajeaba y aplaudía estrepitosamente con todas sus patas (Posso, 2022, p. 41).

Este fragmento celebra la continuidad de la africanía por el mundo. La victoria de ser, nacer, vivir. Seguido a esto, se resaltan las características de Ananse como trickster o «una araña que hace travesuras» que, en este caso, celebra, sonríe, interactúa, da impulso a su comadre, sabe lo que acontecerá, por lo que festeja con regocijo los logros del avenir, el triunfo en la existencia. Como afirma Pochet (2012), la araña tiene potestad para «externar sus deseos, por presagiar eventos, aunque sólo él o ella conozca las consecuencias de su artimaña» (p. 190). Ciertamente, Anase es anunciadora del futuro. Aunque no habla en esta historia, se hace entender con sus acciones y mirada: «Y entonces no le quedó ninguna duda de que Ananse le estaba anunciando que el negro Bailón le había llenado la barriga de vida borboritante» (Posso, 2022, p. 38). Betsabelina es el truco de Ananse, su continuidad, su multiplicación, su transferencia de poder, su descendencia, su consolidación para hacerse presente una y otra vez. En este punto, Posso Figueroa manifiesta que Betsabelina es «autosuficiente y embaucadora» (p. 42), por lo que posee las características de Ananse. Gracias a esto, la araña renace en el espacio chocoano, se alimenta del río Atrato y luego seguirá su curso llevando la corriente de los cuentos por otros lugares. De acuerdo con Pochet (2007):

En la narración oral africana los animales son utilizados como personajes y existe la creencia en la reencarnación de los espíritus, que se posesionan de animales o de hombres. También se cree en la metamorfosis o capacidad del animal para adoptar forma humana y viceversa (p. 27).

Por otro lado, nótese la relevancia del elemento agua en el nacimiento. Esto también alude a una conexión con las creencias de los antepasados en cuanto a las maduraciones y recorridos de los seres para existir en el territorio y en la vida. De acuerdo con Pochet (2007):

Para los akán, el ser humano se enmarca en el ámbito de lo universal porque es el reproductor de la humanidad. Sin embargo, no todas las personas pueden llegar a transformarse en humanos completos. Los recién nacidos, por ejemplo, no pertenecen a esa esfera sino hasta que obtienen sus primeros dientes. Antes de la dentición, se ubican en el más allá, pues son considerados agua y materia floja. Para que una persona acceda a la humanidad tiene que pasar por etapas de maduración (p. 4).

En esta línea, Arocha (1999), explica la relación con el agua en los poderes de Ananse que se heredan a los niños y niñas:

Como puede caminar por encima y por debajo del agua, llegó a las selvas del Pacífico, y por un hilo que fue sacado de su barriga, bajó por el manglar a los esteros. Niños y niñas aprenden a imitarla con la complicidad de sus papás, que les ayudan poniéndoles polvos de araña en la herida que deja el ombligo al desprenderse (p. 13).

Esta misma costumbre es concebida de esta manera por la escritora chocoana: «[…] empezó a mirar el mundo con unos ojos negros de destellos rojos; nunca nadó, pues caminaba sobre el agua […]» (Posso, 2022, p. 42). Aquí Ananse es una tejedora de significados y uniones entre pueblos y culturas, que continúan con resistencia y convivencia por los continentes que sembró la diáspora africana. El nacimiento de Betsabelina es, a su vez, la travesía en el nuevo hogar. Por esta razón, se presentan al lector los elementos importantes de la naturaleza afrocolombiana como un todo, un cobijo y un desafío. Es el arraigo de los ombligados en su nuevo terruño:

Betsabelina nació en El Gilgal, un poblado pequeñisimo enclavado entre el Atrato y el mar Caribe, en el golfo de Urabá. Su mamá suya de ella la parió en las aguas de una quebrada, aguas que traía el río Atrato caudalosamente de sur a norte, aguas bravías que parecían venían en dirección contraria. Venían llegando preñadas de aguaceros para nutrirse con el mar (Posso, 2022, p. 35).

En este otro fragmento:

Oteó las plantas que flotan en el agua, como la oreja de mula y la lechuga, y oteando más arriba vio los árboles cativales que se elevaban tan alto que parecía besar las nubes. Empezó a comer cosas distintas: caimito, plátano sandé, palma mil pesos, pez sierra, sabaleta, bagre blanco, dentón y moncholo. Se enculebró con la mapaná, la boa verrugosa y huyó de la talla equis, que pasaron a visitarla. Oyó el canto del colibrí cola de oro, el torminejo y la torcaza piquicorta. Bailó con la danta, el manatí, el bichichí y el mono rojo (Posso, 2022, p. 40).

Existe una exaltación de la riqueza natural del medio, se describe como en una postal a los animales propios de la región. Todos estos participan en la preparación para el nacimiento. Los alimentos, la tierra, el agua, la naturaleza y Ananse hacen parte de la fortaleza de vida de las personas. Luego, hay una transferencia de energía vital a través de los alimentos y los animales: «se ponía la cotona y tomaba agua de panela con limón y comía plátano sancochado que había dejado listos desde por la mañanitica» (Posso, 2022, p. 38). Estas creencias resultan importantes para las comunidades afrocolombianas y comportan otra parte del legado en las creencias filosóficas africanas. Esto se puede asociar a filosofías que tienen esta forma de entendimiento acerca de la vida. De la Torre (2015), por ejemplo, describe la filosofía bantú como aquella que basa su idiosincrasia en la idea de la fuerza vital o Muntu. Esta forma de pensar se relaciona con significados que experimenta Tomasa antes, durante y después del nacimiento de Betsabelina, pues con los alimentos y la riqueza del entorno su hija nace fortalecida. Asimismo, De la Torre (2015) explica el Muntu como fuerza vital con todos conectados alrededor:

El destino delmuntuviviente de toda persona está intrínsecamente unido y de por vida a Dios pero también es una relación que incluye a los amigos, los parientes de este ser e incluidos su descendencia, de ahí el término Ubuntu de la lengua Xhosa que dice: «Yo soy porque nosotros somos». Se produce una relación ontológica similar, al delmuntude un individuo con Dios, en los bienes del individuo, su patrimonio, su tierra, incluyendo toda la producción de esta y todo lo que crezca en ella. Se entendería con esto que la fuerza vital, de cualquier ser, está conectada con el Todo o Ser Supremo y a la vez con todos (s.p.).

Así pues, el nacimiento de Betsabelina Ananse Docordó no es cualquier nacimiento, es uno circulante, de movimiento, atravesado por agua, selva, deidad y continuidad. Una nueva vida que germina siendo heredera del saber, la historia y los espíritus para seguir resistiendo en el mundo y seguir visibilizándose como mujer afrodescendiente viviendo en una de las regiones más bellas y biodiversas en el mundo. Posso Figueroa cierra el cuento dejando claro estas uniones de hermandad, de familia, de generaciones, de enseñanzas que dan riqueza a los afrocolombianos. Puede proponerse que Ananse entrega varias riquezas: riqueza filosófica, riqueza cuentística y una riqueza intelectual con un legado para seguir contando:

Ella, Betsabelina Ananse Docordó, llegó a las selvas del Chocó y a las aguas del Caribe por un hilo que fue saliendo de la barriga de Tomasa, su mamá; bajó por el manglar a los esteros y sacó de sus entrañas la red que une a todos los negros de África con los negros, sus negros de América (Posso, 2022, p. 42).

Betsabelina Ananse Docordó es el lazo con la memoria, el tejido universal de la negrura, el cordón entre naciones y culturas. De acuerdo con Ette (2019), «las literaturas del mundo son polilógicas» (p. 66), ya que «las formas de producción, de recepción y de distribución de la literatura a escala planetaria no se alimentan sólo de una fuente» (p. 66). Esto es evidenciable en cuentos como el de Posso Figueroa, que resignifican a los personajes africanos y al rol femenino en el trazo histórico de África en América Latina. Por lo tanto, en el Pacífico colombiano y en el Caribe hay una constante renovación de personajes e historias que trascienden las fronteras y el tiempo. Con ello, la autora chocoana hace una visibilización de tradiciones, enseñanzas y valores afrocolombianos para el mundo.

El ser mitológico de Ananse ha sido mostrado en el relato «Betsabelina Ananse Docordó» como aliado de las mujeres afrodescendientes, como entidad renovada en la vida de aquella mujer que ha sido ombligada con el cuerpo, el intelecto, los sueños y el legado de la araña, amarrada con el hilo de las redes que teje constantemente sobre la cotidianidad y la fantasía, lo espiritual y material, lo cercano y lejano, el pasado y el presente, las personas, los animales y la naturaleza, transgrede el tiempo y los lugares. Por eso, Posso Figueroa enfatiza en la solidaridad y la amistad, el lado más positivo de Ananse, mientras remarca los lazos fuertes de ancestralidad y parentesco con el padrinaje con «su comadre araña». Betsabelina Ananse Docordó es, por tanto, el desafío, la treta, el engaño contra la negación de la historia, contra la marginación, contra las problemáticas diarias y la unión de las comunidades de África con América.

3. Conclusiones

Betsabelina Ananse Docordó ombligada con Ananse es un planteamiento de resistencia. Con su historia, la araña continúa compartiendo el saber ancestral, donde la astucia puede más que la exclusión y la negación. Este personaje representa la fortaleza de la inteligencia y el conocimiento de la vida de manera diferente. Ananse continúa, así, transformándose y multiplicándose dentro de nuevos territorios.

Los relatos de Posso Figueroa envuelven en sí parte del misterio de la griotte. La escritora es como una griotte que da continuidad a las voces colectivas, a la memoria de la africanía. Evidentemente, de manera renovada, viva y alegre. A través de su voz, la autora abarca nuevas generaciones para que sigan conociendo los orígenes y la valiosa cultura con huellas de africanía en nuestro continente. A la vez, ha resignificado el rol de las mujeres al ponerlas como personajes principales y aliadas de deidades que reciben de la misma Ananse el don de la palabra, siendo poseedoras del espíritu de la araña para dar continuidad a la memoria colectiva a través de las historias.

El cuento «Betsabelina Ananse Docordó» permite hacer una descolonización cultural de los héroes y heroínas canónicos, invitando a centrar la mirada en los héroes y heroínas que forman parte del contexto africano. Pues, como culturas heterogéneas es necesario conocer y reconocer en el país varios significados y escuchar otras voces. Tales riquezas aportan mucho a las letras nacionales.

El cuento, sin duda, hace parte de las historias que presentan al personaje heroico en cuanto propone elementos característicos comunes a los escritos donde aparece como en África, América y el Caribe, como explica Pochet (2012; 2007) desde la inclusión de su nombre en el título, la integración de los atributos de la araña como trickster, como un animal humanizado que interactúa con las personas, una pícara con brillantez e ingenio para resolver los problemas, con capacidad de adelantarse a los acontecimientos y con facultad para la trasmutación al morir para ombligarse y renacer en los poderes de la nueva vida del ser femenino. Ananse es una pariente directa, una reencarnación, funciona como matrona, como madrina, como ancestro, como fortaleza.

Finalmente, es necesario centrar también la mirada en escritoras y cuentistas como Posso Figueroa que despliegan propuestas estéticas novedosas, que se centran en elementos locales del Chocó con sus características de lenguaje, cosmovisión y producción intelectual. Esto indica que ya es el momento de dejar de ver la literatura afrocolombiana como «solo oralidad». por los múltiples saberes y posibilidades que comporta su producción para aprender e investigar. Esto, en palabras de Zapata Olivella (2020):

Para nosotros, escritores del Tercer Mundo, el concepto de literatura no puede ser generado, guiado e impuesto desde las metrópolis colonizadoras; nos resistimos a continuar siendo «subculturas», solo aprovechables por la alta tecnología para elaborar estampados y difundirlos al por mayor en los mercados del mundo (p .43).

La producción intelectual con huellas de africanía en Colombia resulta una potencia, por lo que descubrirlas y mostrarlas serán siempre posibilidad para ver la negrura como algo bello, cercano, histórico, maravilloso y poderoso.

Referencias bibliográficas

1 

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