Reseña de libro: Traducción intercultural y boom de los 60. Pantaleón y las visitadoras, María Luisa Rodríguez Muñoz, Madrid, Editorial Sindéresis, 2019, 256 pp. ISBN: 978-84-16262-96-0

 

El aspecto de la interculturalidad en traducción sigue siendo un tema de reflexión en toda la comunidad científica, puesto que la cultura debe trasvasarse en cualquier ámbito de traducción y entre cualquier par de lenguas. Mucho se ha escrito al respecto, pero me atrevo a afirmar que no todo está dicho, ya que cada contexto podría implicar, en sí mismo, un único análisis traductológico.

La obra de María Luisa Rodríguez Muñoz, delimitada al campo de la traducción literaria y al par de lenguas español-inglés, es una perfecta oportunidad de aprendizaje para los lectores. La investigación que lleva a cabo la autora se centra en la traducción al inglés de la novela de Mario Vargas Llosa, Pantaleón y las visitadoras, traducida Captain Pantoja and the Special Service, y concretamente, en el factor intercultural inherente.

El propio Vargas Llosa expone, en el prólogo de la edición limitada de 2016, que la escribió en una apretada casita de Sarrià, en Barcelona, entre 1973 y 1974, y relata que:

La historia está basada en un hecho real -un “servicio de visitadoras” organizado por el Ejército peruano para desahogar las ansias sexuales de las guarniciones amazónicas-, que conocí de cerca en dos viajes a la Amazonía -en 1958 y 1962-, magnificado y distorsionado hasta convertirse en una farsa truculenta. Por increíble que parezca, pervertido como yo estaba por la teoría del compromiso en su versión sartreana, intenté al principio contar esta historia en serio. Descubrí que era imposible, que ella exigía la burla y la carcajada. Fue una experiencia liberadora, que me reveló -¡sólo entonces!- las posibilidades del juego y el humor en la literatura.

Ese testimonio ya hace suponer el reto que va a significar la traducción a otras lenguas y, en este caso, el del análisis de la obra original y su traducción al inglés.

Es bien sabido que no existe traducción sin trasvase de cultura, pero no en todas las circunstancias el nivel de realidad cultural que el traductor debe saber reescribir es el mismo. En el caso de la elección de Rodríguez Muñoz, de la novela Pantaleón y las visitadoras, la apuesta es aún mayor, si se tiene en cuenta que la historia se centra en un contexto muy local de idiolecto peruano muy específico, con unos juegos de palabras y un humor que no resulta fácil comunicar a lectores de otras lenguas. Y esa es la razón de ser de esta publicación, el profundo análisis de los retos traductológicos a distintos niveles en un tiempo y espacio determinados, para un destinatario cercano geográficamente, pero alejado culturalmente.

La introducción engarza los capítulos de la obra que sirven de base para cualquier receptor, conocedor o no, del contexto del boom de los años sesenta. Cada capítulo es una puerta abierta al siguiente, en un camino lógico que se inicia con la contextualización del boom literario y traductológico, avanza por la situación de la traducción de la literatura latinoamericana durante la Guerra Fría y desemboca en la presentación del autor objeto de estudio y la obra analizada, para llegar, por último, al capítulo de análisis traductológico.

El capítulo 1, “Un boom literario y traductológico”, presenta el boom de los años sesenta, movimiento literario que permitió el reconocimiento y la difusión de buen número de autores latinoamericanos fuera de sus fronteras y que se explica según tres teorías diferentes. Al mismo tiempo, desde Estados Unidos se promociona la traducción de esas obras, elemento esencial para la transmisión internacional de las obras maestras de esos literatos, aunque no todos, y entre ellos Vargas Llosa, gozarían del mismo reconocimiento en ese país.

En el capítulo 2, dedicado a “La traducción de la literatura latinoamericana durante la Guerra Fría”, la autora, en unas pocas páginas y con un concienzudo y claro recorrido documental, sitúa al lector en el contexto perfecto para entender, en un primer momento, qué influencia ha tenido el aspecto geopolítico en la literatura interamericana. Pasa, a continuación, a esbozar los cánones literarios de ese momento cultural y termina el capítulo deteniéndose en el canon traductológico según consideraciones de autores de prestigio y no siempre en una misma línea de pensamiento.

En ese sentido, la autora expone diversas teorías que han ido apareciendo y moviéndose en sentidos opuestos en cuanto a la forma más canónica de verter una traducción en otra lengua. Cabe extraer la cita de Ortega y Gasset cuando afirma que “el público agradece una traducción que llevando al extremo de lo inteligible las posibilidades de su lengua transparezcan en ella los modos de hablar propios al autor traducido” (1991, p. 135), frente a otras voces discordantes en la forma de entender el proceso y el producto de la traducción. Este capítulo dilucida las distintas teorías de la traducción expuestas por la autora.

El tercer capítulo, “Vargas Llosa: entre el compromiso político y literario”, es una joya de lectura para situar al novelista en ese momento literario del boom de los años sesenta y conocer el interior de su obra, aquí analizada, Pantaleón y las visitadoras. Tal y como expresa Rodríguez Muñoz, el realismo o neorrealismo del escritor supone un reto para el traductor, difícil de superar a la hora de transportar cultura, especialmente en un relato tan ligado a un trocito de tierra peruana. Además, la autora destaca la importancia de la traducción en el acceso a la obra de arte cuando existe una relación asimétrica de poder entre los contextos económicos y culturales origen y meta, como es el caso en la novela elegida.

Desde otro punto de vista, de la información extraída de la página oficial de Vargas Llosa, se muestra el elevado número de artículos que tratan de su obra, número que se reduce a solo un par de trabajos relacionados con la traducción; pero si nos ceñimos al título de la obra analizada, se afirma que solo una decena de estudios versan sobre ella.

En general, esta obra de Vargas Llosa ha tenido una menor repercusión que otras anteriores. En ella, y como el propio escritor citaba en su prólogo, destaca el tono de comedia y parodia que, unido a la carga cultural de partida, representa un verdadero esfuerzo de trasvase intercultural en la traducción. Por tanto, para emprender el proceso de análisis posterior bilingüe, María Luisa explicita con mucho detalle la estructura de la novela y la metodología de análisis seleccionada: nivel paradigmático y sintagmático, léxico y traducción.

Concluye este capítulo con la clasificación de los ocho retos traductológicos de la novela: realismo, oralidad, culturemas, variedad diafásica y peruanismos, fraseología, humor e ironía, erotismo y estilo de la grafía.

El último capítulo, “La traducción del neorrealismo en Pantaleón y las visitadoras”, supone el grueso de la investigación y una aportación ineludible para todo traductor, docente e investigador del ámbito de la traducción literaria, especialmente en la combinación español-inglés.

A partir de veinte textos dialógicos extraídos de la novela original y de la traducción al inglés americano, la autora analiza con detenimiento y de manera muy bien documentada los tres niveles que ya se apuntaban en el apartado metodológico del capítulo 3: paradigmático y sintagmático, léxico y traductológico. Cada texto original y traducido aparece en columnas enfrentadas, a partir de las cuales la autora lleva a cabo el análisis de la traducción en cada uno de esos niveles por separado. Esta presentación y división en la investigación permite mayor claridad para el lector y, por ende, mayor comprensión del análisis. En este capítulo, entendemos, desde los ejemplos ofrecidos, qué significan realmente los retos traductológicos presentados en el anterior.

En la dirección de traducción, desde el español vargasllosiano al inglés americano, de un texto tan peculiar, sin menoscabar la tarea de traducción realizada, se dilucidan las mejoras posibles en esta, como sería una “reescritura más fiel y extranjerizante” con objeto de conseguir un trasvase más acertado de la narrativa de Vargas Llosa, conclusión que va en concordancia con las reseñas de la época y que explican quizá una menor recepción final.

Todo lo anterior nos permite afirmar que el análisis traductológico realizado es un verdadero tesoro para aprender y tomar nota de cara a nuevas traducciones que comporten una carga intercultural fuerte. Recomendamos plenamente la lectura de este trabajo de investigación de María Luisa Rodríguez Muñoz, donde además del análisis, se ofrece un recordatorio actualizado de teoría de la traducción y de las técnicas de traducción.