ISSN 2011-799X
Artículo recibido: 29/06/2020
Artículo aceptado: 25/11/2020Traducción, revistas y traductología latino-
americana: Una conversación entre Patricia
Willson y María Constanza Guzmán
María Constanza Guzmán
MGuzman@glendon.yorku.ca
Escuela de Traducción y Departamento de Estudios Hispánicos, York University,
Toronto, Canadá
Patricia Willson es traductora literaria, profesora e investigadora. Nacida en Argentina, obtuvo
un doctorado en Letras por la Universidad de Buenos Aires, donde fue docente de literatura
argentina; se desempeñó como profesora de traducción literaria y de teoría de la traducción en
el Instituto Superior de Lenguas Vivas «Juan R. Fernández», donde dirigió, entre 2004 y 2010,
el Seminario Permanente de Estudios de Traducción. También fue profesora-investigadora en el
Colegio de México y actualmente es profesora en la Universidad de Lieja. Willson es autora del
libro La constelación del Sur. Traductores y traducciones en la literatura argentina del siglo xx (Siglo xxi,
2004; 2a ed. 2017), el cual fue ganador del premio argentino de ensayo del Fondo Nacional de las
Artes. Su investigación se ha centrado en la historia de la traducción en Argentina en los siglos
xix y xx, su contexto social y político, y el papel de la traducción en la historia intelectual y lite-
raria; el libro Página impar. Textos sobre la traducción en Argentina: conceptos, historia, figuras recoge
algunos de sus ensayos. Ha traducido al español obras de Mary Shelley, Gustave Flaubert, Jack
London, Mark Twain, Rudyard Kipling, H. P. Lovecraft y Henri Bauchau, y textos filosóficos
y teóricos de varios autores, entre ellos Roland Barthès, Paul Ricœur, Jean-Paul Sartre, Richard
Rorty, y Slavoj Žižek.
Conversa para Mutatis Mutandis con María Constanza Guzmán, profesora de la Escuela de Tra-
ducción y el Departamento de Estudios Hispánicos en York University (Toronto, Canadá), traduc-
tora e investigadora, cuyos intereses de investigación se centran en la traductología, la literatura
comparada y los estudios latinoamericanos. Guzmán obtuvo un doctorado en literatura compa-
rada y traductología de State University of New York, una maestría en traducción de Kent State
University y una licenciatura en filología e idiomas de la Universidad Nacional de Colombia; es
autora de los libros Gregory Rabassa’s Latin American Literature: A Translator’s Visible Legacy (Buc-
knell UP, 2011) y Mapping Spaces of Translation in Latin American Print Culture (Routledge, 2020).
MCG: Este número de Mutatis Mutandis trata el tema de “Traducción y prensa en América La-
tina y el Caribe”. En tu investigación sobre la traducción en Argentina has trabajado este tema
durante años. Hace poco publicaste Página impar. Textos sobre la traducción en Argentina: conceptos,
historia, figuras. ¿Podrías comentar la importancia de estudiar aspectos de traducción y prensa en
Argentina y en América Latina? ¿Qué temas y qué cuestiones metodológicas y epistemológicas
te parecen importantes a este respecto? ¿Qué opinas de investigaciones existentes y qué otras
áreas te parece que valdría la pena explorar?
Traducción, revistas y traductología latinoamericana: una conversación entre
Patricia Willson y María Constanza Guzmán267Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 14, N.°1, 2021, enero-junio,pp.266-271
PW: En un encuentro sobre revistas culturales
a principios de los noventa, Beatriz Sarlo, en-
tonces directora de Punto de Vista, afirmó que
las revistas se hacen “para intervenir en la co-
yuntura”. En Buenos Aires 1920-1930. Una moder-
nidad periférica, Sarlo señala que, en las décadas
que ella estudia, si bien había un pujante sector
del libro, “los debates estaban en las revistas”.
Esas dos afirmaciones (por parte de alguien
que ha publicado tantos libros, muchos de ellos
varias veces reeditados) siempre estuvieron
presentes cuando me propuse pensar la ins-
cripción de la traducción en las publicaciones
periódicas, sean diarios o revistas. La vocación
polémica e intervencionista que les asignamos
a las revistas ¿se extiende a las traducciones
publicadas en ellas? ¿Intervienen las traduc-
ciones en el mismo sentido que las agendas o
programas explícitos de algunas revistas? (No
hay que olvidar que la instrumentalización y
la aclimatación de textos provenientes de tra-
diciones foráneas tienen un límite, nunca son
totales: siempre hay una parte irreductible de
extranjeridad). De ahí que sea tan importan-
te reconstruir los debates estético-ideológicos
que tensan un campo literario, o un campo
cultural, en el momento de producción y di-
fusión de las versiones que nos proponen las
publicaciones periódicas. De lo contrario, el
análisis de traducciones gira en el vacío. En
América Latina y en Argentina hay toda una
tradición de reflexión heterónoma sobre la li-
teratura y sobre la traducción literaria, es de-
cir, no texto-céntrica. En cuanto a tu última
pregunta, hay varias investigaciones que me
interesan, porque se detienen en momentos
de la historia argentina y latinoamericana que
me interpelan especialmente: el período de la
emancipación de España, la llamada Genera-
ción del Ochenta en la Argentina, el momento
de los “populismos clásicos” en las décadas del
40 y del 50, las dictaduras. Soy consciente de
que estoy utilizando periodizaciones que pro-
vienen de la historiografía. Si bien no postulo
una autonomía del campo de las traducciones,
sí le atribuyo cierta especificidad que vale la
pena indagar en busca, quizá, de periodiza-
ciones de más larga duración, o simplemente
diversas de las que nos proponen los historia-
dores. En cuanto a las áreas que valdría la pena
explorar, creo que, aun asumiendo la dificultad
que entraña la exploración del presente, los tra-
ductólogos tenemos en la configuración actual
del capitalismo neoliberal una materia viva
donde indagar. La globalización no hubiera
sido posible sin la traducción; esta ha contri-
buido masivamente a la consolidación de las
troikas y a la internalización de la idea de que
no hay alternativas al mundo en que vivimos.
No estoy hablando aquí de la traducción como
herramienta analítica para entender el mun-
do globalizado, no: estoy hablando del papel
que le cabe a la traducción en la circulación de
las ideas dominantes. Las otras traducciones,
las que difunden perspectivas emancipadoras,
son menos audibles y por eso mismo sería in-
teresante ver cuáles son los mecanismos que
despliegan sus autores y sus difusores para
acrecentar la “audibilidad”.
MCG: En tu libro La constelación del sur. Tra-
ductores y traducciones en la literatura argentina del
Siglo xx te concentraste en tres variables: una
época (las décadas de los cuarenta y cincuen-
ta), una revista cultural (Sur) y tres traductores
(Victoria Ocampo, José Bianco y Jorge Luis
Borges). ¿Por qué esa época? ¿Por qué una
revista y por qué esa revista? Más allá de las
traducciones propiamente dichas te han inte-
resado las figuras de traductoras y traductores
como actores culturales. ¿Por qué este interés
en quienes traducen?
PW: Llegué a la traductología por dos caminos
diferentes: el de la práctica de la traducción y el
de la literatura argentina del siglo xx. Esa doble
filiación me “impuso” determinadas preguntas,
que quise contestar a través de mi investigación
doctoral. En primer lugar, apenas se intenta
situar la propia práctica traductora en una tradi-
ción, aparecen las figuras tutelares. En Argentina,
cuando empecé a traducir, José Bianco era esa
figura tutelar. A principios de la década del no-
venta, varios textos sostenían el discurso de las
“insuperables traducciones” de Bianco y, a la
vez, el de la “secreta tradición de traductores
Maria Constanza Guzmán268Traducción y prensa en América Latina y el Caribe: pasado, presente y futuro
argentinos”. Eso es lo que me propuse revisar.
Bianco fue el secretario de redacción más cons-
picuo de la revista Sur; su directora y propietaria,
Victoria Ocampo, fue una notoria promotora de
la traducción en la Argentina. Si mi experiencia
como traductora me impulsaba a comparar los
originales con sus traducciones, descubriendo
decisiones traductoras con las que muchas ve-
ces disentía, mi trabajo en la cátedra de literatu-
ra argentina me llevaba a pensar los soportes y
los contextos, además de los debates estéticos e
ideológicos con los que esas traducciones dialo-
gaban en la literatura argentina. Dicho de otro
modo, los “problemas de la traducción”, como
ideologema, están investidos de manera dife-
rente si se ensamblan en la experiencia de una
traductora (en el fondo, es la perspectiva de
¿cómo habría traducido yo, si hubiera estado
en el lugar de la traductora o del traductor?, y,
más generalmente, de ¿cómo hay que traducir?)
o de una estudiosa de la literatura argentina. La
revista Sur, y también la editorial a la que dio
origen, se me presentaba como el objeto por
excelencia para pensar una periodización de
la traducción en Argentina, por la mención sin
excepciones del traductor, por la traducción de
textos contemporáneos, por la discursividad en
torno a la traducción que la revista había publi-
cado en sus páginas. Y tengo que destacar en
este sentido, y para responder a tu última pre-
gunta, las ideas de Jaime Rest publicadas en el
número de Sur dedicado a “Los problemas de
la traducción”: no hay grandes literaturas que
no hayan tenido grandes traductores o traduc-
toras. Sin embargo, hay muchas maneras de
interesarse por quienes traducen. Una, dife-
rente de la que desplegué en La constelación, es
la que propone Alejandrina Falcón en Traduc-
tores del exilio (2018, Iberoamericana Editorial
Vervuert), libro que rescata la memoria de tra-
ductores argentinos en el exilio español y pone
en relación sus prácticas traductoras con otras
prácticas de escritura no tan prestigiosas como
los cuentos de Borges y de Bianco, o los ensa-
yos y epistolarios de Victoria Ocampo.
MCG: Tanto en La constelación del sur como en
otras publicaciones, buena parte de tu trabajo
se ha centrado tanto en las revistas como en la
industria editorial. Estos dos han sido aspectos
relativamente poco estudiados en traductología,
a la vez que la traducción no ha sido tampoco
tema central en los estudios sobre publicaciones
periódicas y sobre la industria editorial; tuve la
oportunidad de constatarlo en la investigación
que realicé para Mapping Spaces of Translation in
Latin American Print Culture, en el que le sigo la
pista a la práctica traductora de dos proyectos
editoriales y de algunas revistas latinoamerica-
nas. En tu opinión, ¿qué le aporta la observa-
ción y el análisis de diversos objetos y prácticas
de cultura impresa, más allá de el libro, al estu-
dio de la traducción?
PW: Creo que estudiar la traducción en la cul-
tura impresa ancla doblemente la práctica, de
ahí que sea imprescindible tu aporte al tema.
Por un lado, esta perspectiva nos permite sacar
la traducción del estado sublimado de “texto”
y la sitúa dentro de lo que algunos llaman la
“enunciación editorial”. Este concepto, que no
se limita al libro, sino que abarca también lo
visual y los registros sonoros, ha tenido difu-
sión entre los especialistas en mediación cultu-
ral, aunque todavía no ha sido suficientemente
puesto a prueba para comprender la práctica
traductora. En su investigación sobre la retra-
ducción del boom latinoamericano en Francia,
Clémence Belleflamme demuestra que no es
posible pensar las retraducciones únicamente
como textos, pues se cae en la trampa de suscri-
bir la retranslation hypothesis y pensar que cada
vez se retraduce mejor, cayendo en anacronis-
mos. Por otro lado, también permite estudiar
experiencias concretas de lectura de traduccio-
nes. Como sabés, hay toda una corriente ac-
tual (que deberíamos filiar con los trabajos de
Roger Chartier sobre la lectura) que apunta a
reconstruir instancias materiales de recepción
por parte de lectores comunes, “lectores lamb-
da”, como se dice en francés. Cuando estudié
la traducción en Caras y caretas a principios del
siglo xx, postulé —siguiendo a Michel de Cer-
teau— que la práctica de la lectura (tanto de
traducciones como de escrituras directas) es un
paraíso perdido: a diferencia de la escritura, no
Traducción, revistas y traductología latinoamericana: una conversación entre
Patricia Willson y María Constanza Guzmán269Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 14, N.°1, 2021, enero-junio,pp.266-271
conserva sus conocimientos, “uno se olvida y la
olvida”. Sin embargo, si pensamos en trabajos
como los de Robert Darnton o Carlo Ginzburg,
vemos que no es imposible reconstruir esas con-
diciones materiales de recepción, y para ello
el horizonte no es el texto, sino el objeto que
es su soporte. El magazine, a diferencia de los
diarios-sábana, podía leerse en el transporte pú-
blico, y fue un formato que contribuyó a la revo-
lución en la lectura de principios del siglo xx de
la que habla Eduardo Romano.
MCG: Además de generar posibilidades de in-
vestigación interesantes, incorporar la industria
editorial al estudio de la traducción genera es-
pacios de acción, interacción y sociabilidad más
allá de la academia; desde las editoriales mismas
hasta librerías, ferias, foros y centros culturales,
espacios de promoción de lectura, etc. ¿Qué po-
sibilidades crees que existen de vincular la in-
vestigación y docencia de la traducción a estos
ámbitos más públicos? ¿Qué proyectos comunes
podríamos generar en colaboración con otros es-
pacios de gestión cultural?
PW: Creo que esta pregunta encadena con la
precedente. Las librerías, las ferias, los foros
y los centros culturales permiten un contacto
a diversas escalas con los lectores concretos.
Una forma sin duda practicable es la presen-
tación de traducciones. No hace falta que el
autor de la “escritura directa” esté vivo ni que
esté presente en el lugar: basta con que esté el
traductor o la traductora. Tampoco haría fal-
ta una lectura bilingüe, que suele ser la forma
canónica de presentar traducciones. En la ac-
tualidad hay una relación entre la traducción
y los espacios de gestión cultural estatal, como
el apoyo a las extraducciones. En Argentina,
en el programa Sur de extraducción, hay un
grupo de expertos en literatura argentina, en
traducción y en edición y cultura impresa que
asesora al gobierno en esta materia.
MCG: Has sido traductora tanto de textos lite-
rarios como de textos filosóficos y humanísticos.
Es bien sabido que, mientras que la literatura
ha ocupado un lugar central en la historia de la
traducción y la traductología, las ciencias socia-
les y humanas han estado menos presentes. Sin
embargo, la traducción de filosofía, por ejem-
plo, está íntimamente ligada a la reflexión sobre
la traducción misma y sobre el lenguaje (cosa que
se puede observar en prólogos y otros paratextos
de traducciones de filosofía). Específicamente
para el estudio de estas prácticas, y más allá de
la “sociología de la traducción”, “historia de la
traducción”, y otras perspectivas que abordan la
traducción desde estas disciplinas, ¿qué iniciati-
vas y tipos de investigación propondrías para el
estudio de la traducción de textos de ciencias
sociales y humanas?
PW: Personalmente, no creo que haya que cam-
biar de mirada según el género textual, o según
la disciplina o área del saber cubiertas por el tex-
to traducido. En este sentido, creo que el punto
de partida es pensar en las condiciones, en una
sociedad, en un momento determinado, para el
ejercicio de la función traslativa en general. No
se trata de un determinismo mecánico: la traduc-
ción de ciencias sociales y humanas tiene especi-
ficidades, sí, pero es posible interpretarlas a la luz
de esas condiciones preliminares. No invalido
las lecturas más normativas sobre la traducción
en ciencias sociales, las polémicas sobre la tra-
ducción o retraducción de un concepto. Justa-
mente, los paratextos que acompañan a estas
traducciones son el lugar donde los debates sue-
len explicitarse.
MCG: En una entrevista con Griselda Mársico
(del Seminario Permanente de Estudios de Tra-
ducción en Buenos Aires) en la que hablaste de
“El lugar de la traductología en las humanida-
des”, estableces un paralelo entre el surgimiento
de la traductología y el de otros campos de estu-
dio y, citando a Stuart Hall con respecto a los es-
tudios culturales, vinculas la praxis académica
con militancias y movimientos sociales, es decir,
con la praxis política. El vínculo entre traduc-
ción y militancia lo vi claro en mi investigación
de traducción y cultura impresa en los sesenta,
durante lo que Claudia Gilman llamó los años
“entre la pluma y el fusil”. ¿Te parece que se
puede hacer una reflexión en este sentido con
Maria Constanza Guzmán270Traducción y prensa en América Latina y el Caribe: pasado, presente y futuro
respecto a la traducción y su estudio? ¿Hacia
qué ángulos y con respecto a qué interrogantes
de investigación podríamos dirigir tal reflexión
desde una perspectiva histórico-crítica?
PW: Esta pregunta (o al menos la respuesta que
daré a esta pregunta) está en relación directa con
tu primer comentario en esta conversación. Hay
una coincidencia que, creo, debería ser interro-
gada: la traductología se desarrolla como disci-
plina autónoma en el ámbito académico a partir
de mediados de la década del setenta. Coincide,
pues, con la emergencia de un nuevo período en
el desarrollo del capitalismo: su configuración
neoliberal. No estoy estableciendo relaciones
causales, sino observando una concomitancia:
la traductología, en su inscripción universitaria,
es una disciplina post-fordista, y está anclada
por completo en un período que los economistas
suelen llamar neoliberalismo o capitalismo de
dominante financiera. Estamos, lo demuestran
varios trabajos recientes, ante una “nueva razón
del mundo”, en la que predominan el consumo,
la competencia generalizada y la flexibilidad
del mundo del trabajo. Si bien en América La-
tina hay especificidades notorias, creo que hay
elementos suficientes para pensar que la nueva
razón del mundo está también ahí presente, al
menos en las zonas urbanas, en los lugares donde
se produce mayoritariamente la cultura impresa.
Es en este aire de los tiempos donde surge y
se consolida la traductología. Al comienzo, los
traductólogos estaban en los márgenes de los
departamentos de lingüística o de literatura, y
tenían una agenda de defensa y fortalecimien-
to de la disciplina. A medida que se van con-
solidando en este plano, sus programas se van
especializando y diversificando, los trabajos
son cada vez más específicos y más acotados,
como si estuviera operando una división del
trabajo. Aparecen los estudios de interpreta-
ción, los estudios de adaptación. En cuanto a
la relación entre traducción y militancia, efec-
tivamente el lazo existe y se está estudiando
para desenmascarar y combatir al adversario
racista, patriarcal, imperialista. Otras áreas
son las relacionadas con las nuevas tecnologías
y las plataformas interactivas, donde la noción
de “compartir” no es ni homogénea ni demo-
crática. En algunos departamentos de traduc-
ción advierto, por ejemplo, una naturalización
(en el sentido de una adopción acrítica) del uso
de la tecnología aplicada a la traducción.
MCG: Recuerdo que hace más de diez años
conversábamos sobre la necesidad de una aso-
ciación que convocara a investigadores en tra-
ducción de América Latina. Desde allí hasta
hoy ha habido bastante movimiento, se fundó
la ReLaETI, se han llevado a cabo coloquios
internacionales (como los de ReLaETI en Za-
catecas y en Córdoba, este año en Temuco) y
han surgido revistas y otras publicaciones espe-
cializadas. ¿Podrías comentar algunas ventajas
y posibilidades que surgen de estos procesos?
¿Consideras que podemos hablar hoy de una
traductología latinoamericana? ¿Qué podemos
hacer para que el trabajo de autoras y autores
que publican en español y otras lenguas ten-
ga más presencia internacional en el contexto
contemporáneo en el que predomina el inglés?
¿Qué áreas y temas de investigación te gustaría
sugerir para proyectos futuros? ¿Qué posibilida-
des crees que existen de colaboraciones interins-
titucionales (curriculares, académicas, etc.)?
PW: ¡Recuerdo muy bien aquella conversación
nuestra! Fue en 2008, en Toronto. A partir de
entonces, se multiplicaron las formaciones de
posgrado en traducción en el subcontinente,
los coloquios internacionales. Hay ediciones en
colaboración de números especiales de revistas,
proyectos internacionales, intercambio de inves-
tigadores y de estudiantes. Entretanto, se formó
y consolidó ReLaETI. Nunca la traductología
convocó tanto interés en la región y, en ese sen-
tido, podemos hablar de una traductología la-
tinoamericana. La decolonización del discurso
traductológico del subcontinente, que planteás
en tus trabajos, es una parte inescindible del
proyecto, una parte fundamental. Sin embargo,
cuando miro hacia atrás y veo, por ejemplo, la
construcción del saber sobre la literatura ar-
gentina a fines del siglo xx, veo cuán fecundos
han sido los trabajos de Raymond Williams,
de Marshall Berman o de Pierre Bourdieu, en
Traducción, revistas y traductología latinoamericana: una conversación entre
Patricia Willson y María Constanza Guzmán271Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 14, N.°1, 2021, enero-junio,pp.266-271
Cómo citar este artículo: Guzmán, M. C. (2021). Traducción, revistas y traductología latinoa-
mericana: Una conversación entre Patricia Willson y María Constanza Guzmán. Mutatis Mutan-
dis, Revista Latinoamericana de Traducción, 14(1), 266-271.
traducciones primero fragmentarias, publicadas
justamente en revistas argentinas. No veo por
qué la traductología latinoamericana debería
prescindir de oficio de conceptos elaborados en
otras fronteras. Tampoco creo que la única for-
ma de investigar sea la colectiva e interinstitu-
cional, como tampoco creo que la única forma
de hacer una tesis de doctorado sea en cotutela.
Así como no estoy de acuerdo con que se legi-
time una sola manera de enseñar, o de ser inte-
lectual, tampoco estoy de acuerdo con que sea
legítimo un solo modo de investigar.
MCG: En el prefacio que escribiste para la se-
gunda edición de La constelación del sur, mencio-
nas la importancia actual de la traducción, como
práctica y como área y concepto de estudio. ¿De
qué manera se han relacionado la práctica, la
investigación y la docencia en traducción en tu
carrera y cómo caracterizarías esta relación hoy,
entrado el siglo veintiuno? ¿Podrías mencionar
algunos de tus trabajos recientes y proyectos de
traducción o investigación que estas conside-
rando o te gustaría emprender?
PW: En la Universidad de Lieja participo en
la formación de traductores científicos y téc-
nicos; en la Universidad de Buenos Aires soy
profesora en el posgrado de especialización en
traducción literaria de la Facultad de Filoso-
fía y Letras. Esta doble filiación universitaria
me impone toda una serie de obligaciones que
me alejan de la práctica. Sin embargo, hay un
proyecto de traducción que quisiera reanudar,
porque me apasiona el tema, porque está en un
estado avanzado y, sobre todo, porque se inte-
rrumpió trágicamente en 2017. No diré más: es-
toy en tratativas con la editorial. En cuanto a la
investigación, en estos momentos me encuentro
en la fase preparatoria de un proyecto que, de
concretarse, me alejará de la zona traductológi-
ca que he frecuentado hasta el presente.