ISSN 2011-799X
Artículo recibido: 18/07/2022
Artículo aceptado: 03/01/2023
doi: 10.17533/udea.mut.v16n1a05Traducir la violencia. La “ley de la mayoría”
en la traducción al francés de Las malas,
de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza,
de Gabriela Cabezón Cámara
Melina Balcázar
mbalcazar@colmex.mx
El Colegio de México, Ciudad de México, México
Resumen
En este artículo analizo la traducción al francés de las novelas Las malas, de Camila Sosa Villada, y
La virgen cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara. Ambos textos emprenden una crítica de la violencia
contra los sujetos travesti, mediante la representación de la violencia extrema y la resignificación de
un lenguaje estigmatizante. El objetivo de la presente reflexión es interrogar los fenómenos de invisibili-
zación de la violencia en las traducciones al francés de dichas novelas. ¿Qué ocurre cuando el traductor
decide atenuar e incluso eliminar la violencia del lenguaje? ¿Se trata acaso de someter el texto y las
sexualidades a las que da voz a lo que Gayatri Spivak llama “la ley de la mayoría”? O bien, ¿dicho
borramiento de la violencia se debe a cuestiones culturales y editoriales o a una iniciativa propia de
los traductores? En el texto estudio las implicaciones políticas de tales decisiones, respecto no solo
a la representación de las sexualidades disidentes, sino también a la manera en que una lengua he-
gemónica como el francés acepta o no la expresión de una lengua periférica, en este caso, el español
argentino, que voluntariamente se sitúa en los márgenes.
Palabras clave: La virgen cabeza (Gabriela Cabezón Cámara), Las malas (Camila Sosa Villada), muje-
res trans, traducción literaria, travesti, violencia del lenguaje.
Translating Violence. The “Rule of the Majority” in Translating Camila Sosa
Villada’s Las malas and Gabriela Cabezón Cámara’s La virgen cabeza
into French
Abstract
This article analyzes the translation of Camila Sosa Villada’s Las malas and Gabriela Cabezón
Cámara’s La virgen cabeza into French. Both novels take on a critique of violence on transvestite
individuals, by enacting extreme violence and resignifying stigmatizing language. The aim of the
present reflection is to inquire into the phenomena of invisibilizing violence in the translation of
those novels into French. What happens when the translator decides to ease, even to dismiss, violent
language? May it be about submitting the text and sexualities voiced by the novel to what Gayatri Spi-
vak calls “the rule of majority”? Or, does the erasure of violence obey either to cultural and editorial
Melina Balcázar74Re-sentir lo queer/cuir en la traducción iberoamericana
considerations or to the translators’ own initiative? In this article, I examine the political implications
of those decisions, not only concerning the enacting of dissident sexualities, but also to the way a
hegemonic language, like French, welcomes or dismisses the expression of a peripheral language, in
this case, Argentinean Spanish, which willingly stands on the margins.
Keywords: La virgen cabeza (Gabriela Cabezón Cámara), Las malas (Camila Sosa Villada), trans wom-
en, literary translation, transvesti, violent language
La traduction de la violence. La “loi de la majorité” dans la traduction
au français de Les vilaines, de Camila Sosa Villada, et Pleines de grâce,
de Gabriela Cabezón Cámara
Résumé
À partir de la traduction française des romans Les vilaines, de Camila Sosa Villada, et Pleines de grâce,
de Gabriela Cabezón Cámara, on s’interrogera sur l’invisibilisation de la violence contre des sujets
travestis. Se situant volontairement dans les marges par le choix d’une langue populaire et argotique,
caractéristique des milieux évoqués, ces romans font une critique de la violence et choisissent la
représentation de ses formes extrêmes pour les faire signifier autrement. C’est une manière pour ces
autrices de penser la violence, d’en rendre compte dans l’espace public et de remettre en question les
discours qui cherchent à la minimiser voire l’effacer. Mais qu’arrive-t-il quand les traducteurs optent
pour atténuer voire éliminer cette violence du langage ? S’agit-il d’une manière de soumettre – incon-
sciemment – le texte traduit à ce que Gayatri Spivak appelait « la loi de la majorité » ? Que faire de ces
corps qui résistent, incarnés par cette langue périphérique, l’espagnol des bas-fonds argentins ? Que
faire de ce débordement du sens que ces romans mettent en scène ? Comment une langue hégémo-
nique comme le français les accepte ou les rejette ?
Mots-clef : Pleines de grâce (Gabriela Cabezón Cámara), Les vilaines (Camila Sosa Villada), trans,
traduction littéraire, travesti, violence dans la langue
Traducir la violencia. La “ley de la mayoría” en la traducción al francés de Las malas,
de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara75Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°1, 2023, enero-junio,pp.73-87
Introducción
“Una travesti es algo muy difícil de explicar,
todo el mundo lo dice, es muy difícil de expli-
car a los padres y muy difícil de explicar a los
niños qué es una travesti” (Sosa Villada, 2019,
p. 169). Así expresa Camila Sosa Villada el
esfuerzo de traducción que implica hacerse
comprender por una sociedad que le es hostil,
como pone de manifiesto su novela amplia-
mente autobiográfica Las malas.
En ella, muestra la realidad de las travestis
en un país como Argentina, donde, pese a los
avances en materia legal para su reconocimien-
to, su expectativa de vida continúa siendo de
35 años aproximadamente.1 La mayoría mue-
ren víctimas de una violencia extrema: balea-
das, apuñaladas, quemadas, a machetazos, a
pedradas. No obstante, es imposible estimar
con exactitud el número de homicidios, pues,
incluso en su muerte, se les niega esa identidad
tan duramente conquistada.2
Los ataques homofóbicos y transfóbicos for-
man parte de su día a día. Y el peligro y la pre-
cariedad son aún mayores en una región de
provincia como en la que creció la autora: la
1 A falta de estadísticas oficiales, diversas fuentes
establecen su expectativa de vida con base en
la investigación de organizaciones como la Co-
misión Interamericana de Derechos Humanos,
en colaboración con la Organización de Esta-
dos Americanos, la Asociación de Lucha por la
Identidad Travesti y Transexual y la Asociación
de Travestis Transexuales y Transgéneros de la
Argentina. La organización Centro de Imple-
mentación de Políticas Públicas para la Equidad
y el Crecimiento (2020) proporciona datos sobre
Argentina, en particular Buenos Aires.
2 El Observatorio de Personas Trans Asesinadas,
proyecto de investigación en curso, de metodo-
logía comparativa cualitativa-cuantitativa, ini-
ciado por la red de apoyo Transgender Europe
(originada en 2005), proporciona la cifra de 115
asesinatos en Argentina entre 2008 y septiembre
de 2022 (en Brasil, contabiliza 1741, y en México,
649, países con las cifras más altas en el mundo).
Véase Transgender Europe (s. f.).
Córdoba rural de su infancia, en el centro de
Argentina, teatro de una violencia familiar y
social de agresiones, humillaciones e incluso
violaciones.
Dentro de ese entorno, la mujer en él surge
“por pura necesidad”, resultado del rechazo
visceral del niño que era de parecerse al padre
alcohólico que lo golpeaba y terminará por
abandonarlos, a él y a su madre:
[…] el miedo era el padre. Es posible que ahí
se geste el llanto de las travestis: en el terror
mutuo entre el padre y la travesti cachorra.
La herida se abre al mundo y las travestis
lloramos. […] Aquel animal feroz, mi fan-
tasma, mi pesadilla: era demasiado horrible
todo para querer ser un hombre. Yo no podía
ser un hombre en ese mundo (Sosa Villada,
2019, p. 60).
A los quince años, Cristian se convertirá en
Camila y realizará su primer acto de indepen-
dencia, su primera rebelión, al vestirse “como
una puta” (Sosa Villada, 2019, p. 66) y al afir-
mar su “pasión por las braguetas” (p. 55).
Camila Sosa Villada escoge los márgenes de
una lengua popular, argótica, característica
del medio que evoca, y decide representar sin
filtros las vejaciones que durante largo tiem-
po sufrió para darles una significación nueva.
De ese modo, se adueña de esa violencia ori-
ginal, inscrita en su cuerpo desde la infancia
—“Todo es espejo: busco la violencia, la pro-
voco, estoy sumergida en ella como un baño
bautismal” (Sosa Villada, 2019, p. 61)—, como
una manera de pensarla, de darle una visibili-
dad en el espacio público y de cuestionar los
discursos oficiales que intentan minimizarla e
incluso negarla. Pues, según ella, la literatura
puede ejercer una acción política y hacer justi-
cia al nombrar. “Travesti” llega a su escritura
para dar forma a su cuerpo, alterar la identidad
que le han asignado, para reinventarse.
Sin embargo, ¿qué ocurre cuando los traduc-
tores atenúan la violencia del lenguaje? ¿Qué
pasa entonces con esos cuerpos que resisten
Melina Balcázar76Re-sentir lo queer/cuir en la traducción iberoamericana
y hacen de su vulnerabilidad una fuerza? ¿De
qué manera una lengua hegemónica como el
francés3 acepta o rechaza una lengua periféri-
ca, el español de los suburbios argentinos, que
los encarna?
Para comprender mejor lo que está en juego
al traducir la violencia verbal, me concentro
aquí en las decisiones tomadas para trasponer
en francés “travesti” en Las malas. La traduc-
ción de la novela de Gabriela Cabezón Cá-
mara, La virgen cabeza, me permite ofrecer un
contrapunto significativo. Al enfrentarse con la
misma palabra —utilizada en un contexto de
marginación similar—, los traductores toman
decisiones opuestas y revelan así un problema
ético y político mayor: ¿cómo hacer accesible,
sin domesticarla o asimilarla, una obra que
cuenta con una presencia mínima en el campo
literario de llegada? Con Maria Tymoczko po-
demos plantearlo en estos términos: “¿Cómo
debe una traductora traducir una obra cuyos
personajes, trama, género y alusiones litera-
rias, solo para nombrar algunos parámetros del
sistema literario, no son familiares ni ‘legibles’
para el público meta?” (1995, p. 17).
1. La loca periférica
En Las malas, como lo hemos señalado al ini-
cio, una forma de traducción está ya presente
con la búsqueda de la narradora de una expre-
sión inteligible para los demás de ese cuerpo
que maquillaje, ropa y prótesis transforman,
dentro de una lengua que no tiene sino pala-
bras despectivas para llamarla. Así, cuerpo y
lengua están hechos con medios precarios, con
lo poco disponible a mano:
A pesar de que yo detesto la palabra auto-
didacta siempre fui de ingeniármelas sola en
todo, incluso en el arte del travestismo. Intuiti-
vamente supe, por ejemplo, que lo mejor que
podía hacer para simular que tenía pechos
era cortarle pedazos al colchón donde dor-
mía. […] Tuve que hacer una mujer con las
manos, tuve que hacer una travesti con mis
3 Véase, al respecto, Sapiro (2008).
manos, aunque no sabía cómo se hacía (Sosa
Villada, citada en Francisco, 2021).
A lo largo de su relato, la protagonista cons-
truye una lengua propia, cruda, que incorpo-
ra afirmativamente el insulto homofóbico y
transfóbico, sin por ello renunciar a desplegar,
explorar, toda su violencia, pues se trata de un
testimonio de la brutalidad de la que ha sido
víctima y de la manera en que la percibe la
sociedad. Sin embargo, esa lengua precaria,
mezcla de fantasía y abyección, le ofrece la po-
sibilidad de renacer:
El lenguaje es mío. Es mi derecho, me corres-
ponde una parte de él. Vino a mí, yo no lo
busqué, por lo tanto, es mío. Me lo heredó mi
madre, lo despilfarró mi padre. Voy a destruir-
lo, a enfermarlo, a confundirlo, a incomodarlo,
voy a despedazarlo y a hacerlo renacer tantas
veces como sean necesarias, un renacimien-
to por cada cosa bien hecha en este mundo
(Sosa Villada, 2019, pp. 172-173).
“Camila” es entonces una construcción, “he-
cha de pequeños delitos. Primero a la madre,
a las tías y primas” (Sosa Villada, 2019, p. 68).
Al igual que las otras travestis del Parque Sar-
miento, donde se prostituye y con quienes for-
ma una comunidad, lucha contra el hombre
que, a pesar de sus múltiples esfuerzos, persiste
en ella: la barba que le crece sin cesar, sus enor-
mes pies, pero sobre todo el “cuchillo” (p. 93)
entre las piernas que oculta hasta lastimarse.
La recepción de Las malas dentro del espacio
hispanohablante ha sido entusiasta, tanto por
la crítica como por los lectores, como lo mues-
tran su éxito en las listas de ventas, argentinas
en particular, y los premios recibidos.4 Sus
numerosas traducciones confirman el gran
4 Por Las malas, Camila Sosa Villada recibió el pre-
mio Sor Juana Inés de la Cruz, otorgado por la
Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en
2020. A mediados del año pasado, la novela fi-
guraba aún entre los diez libros de ficción más
vendidos en Argentina. Véase Publishers Weekly en
Español (2021, p. 59).
Traducir la violencia. La “ley de la mayoría” en la traducción al francés de Las malas,
de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara77Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°1, 2023, enero-junio,pp.73-87
interés que despierta el libro.5 Para la autora,
cada traducción le ofrece la posibilidad de des-
cubrir cómo interactúa el universo de su relato
con el de otras realidades culturales. Aunque
su mayor preocupación respecto a su traslado
a otros idiomas, especialmente los que des-
conoce, es que “se hable en masculino de las
travestis”, pues sería una forma de prolongar
la violencia que sufren. Otra inquietud es “la
reivindicación de travesti”, la importancia de
designarse de tal modo, ya que con esa palabra
las insultaban en las calles: “Esto lo decimos
con orgullo, somos travestis” y agrega: “en Eu-
ropa las travestis no estamos representadas por
ningún término” (Sosa Villada, en #FilbaOn-
line2020, 2020). Toda traducción es así una
manera de leer Las malas desde un contexto a
veces en extremo ajeno.
En su traducción, titulada Les vilaines, la es-
critora y traductora Laura Alcoba6 decidió no
utilizar la palabra “travesti”, pese a su existen-
cia y uso en francés. Como lo apunta, desde el
inicio percibió que algo importante estaba en
juego con esa palabra. Tras haber consultado
personas cercanas a la comunidad de lesbianas,
gays, bisexuales, transexuales, queer (lgbtq +),
amigos franceses suyos, militantes, se dio
cuenta de lo ofensivo que podría resultar su
utilización, al estar connotada negativamente
en ese medio.
Otro problema que identificó fue la imposibi-
lidad de mantener en francés el conflicto entre
el uso de la palabra en femenino y en mascu-
lino: en el relato en español, “las travestis” se
usa cuando la narradora se nombra a sí misma
5 Ha sido traducida a las siguientes lenguas: croa-
ta, francés, noruego, alemán, inglés, portugués e
italiano.
6 Catedrática de la Universidad Paris-Nanterre. Ha
sido editora (éditions du Seuil), responsable de la
sección dedicada a la traducción de textos en es-
pañol. Autora en francés de las novelas Manèges,
Jardin blanc, Le Bleu des abeilles, Par la fôret, entre
otras (la totalidad publicada en Gallimard). Tra-
ductora al francés de Iván Thays, Selva Almada,
Yuri Herrera y Fernanda Melchor.
y a los miembros de la comunidad del Parque
Sarmiento, y “los travestis”, cuando se tra-
ta de un uso estigmatizante exterior a dicha
comunidad.
Reflexionando con las personas consultadas,
encontró la solución de trans. Aunque esta
decisión le planteó en francés el problema de
la supresión de la marca del femenino, funda-
mental en la construcción de los personajes,
que en singular podía conservar (la trans, une
trans), mas no en plural (les trans, des trans) (Al-
coba, en Festival VoVf, 2021, y Alcoba, comu-
nicación personal, vía correo electrónico, el 17
de julio de 2022).
Para distinguir la manera en que las travestis
se designaban de la utilizada por los demás —
la policía, los medios, la gente del barrio, los
clientes—, Laura Alcoba optó por travesti para
restituir la única ocasión en que la narradora
usa la palabra en masculino, “los travestis, el
travesti”, una situación sumamente dolorosa:
[…] ces misérables donnent le nom masculin
de la victime. Ils disent “les travestis”, “le tra-
vesti”, tout ça fait partie de leur condamna-
tion. Le but est de nous faire payer jusqu’au
dernier gramme de vie de notre corps. Ils ne
veulent pas qu’une seule d’entre nous sur-
vive. Une trans a été assassinée à coups de
pierres. Une autre a été brûlée vive, comme
une sorcière : on l’a aspergée d’essence et on
y a mis le feu, au bord de la route. Il y a de
plus en plus de disparitions. Il y a un monstre
dehors, un monstre qui s’alimente de trans
(p. 198).7
7 “Cada vez que los diarios anuncian un nuevo cri-
men, los muy miserables dan el nombre de varón
de la víctima. Dicen ‘los travestis’, ‘el travesti’,
todo es parte de la condena. El propósito es ha-
cernos pagar hasta el último gramo de vida en
nuestro cuerpo. No quieren que sobreviva ningu-
na de nosotras. A una la asesinaron a piedrazos.
A otra la quemaron viva, como a una bruja: la
rociaron con nafta y la prendieron fuego, al cos-
tado de la ruta. Hay cada vez más desapariciones.
Hay un monstruo ahí afuera, un monstruo que se
alimenta de travestis” (p. 214).
Melina Balcázar78Re-sentir lo queer/cuir en la traducción iberoamericana
Este pasaje en especial lo discutió con la auto-
ra, quien estuvo de acuerdo con su propuesta
de traducir “travesti” por trans en la totalidad
del libro en francés, salvo en ese pasaje (Alco-
ba, comunicación personal, 2022). En efecto,
para Laura Alcoba, la comunicación con los
autores representa una parte determinante de
su proceso de traducción. Antes de aceptar un
nuevo proyecto, se asegura de que le será posi-
ble consultarlos para resolver dudas, culturales
principalmente, como hizo anteriormente con
el escritor mexicano Yuri Herrera, y someter-
les las propuestas que comportan decisiones
de traducción importantes (Alcoba, en Festival
VoVf, 2021). Por su parte, a la editorial fran-
cesa Métailié le pareció importante apoyar la
decisión de su traductora.8
Como lo señala Alcoba, el dar cuenta en fran-
cés de un léxico insultante representa una real
dificultad. A ello se suma la de “encontrar una
voz”, una singularidad que se expresa para ella
en el ritmo, el registro elegido (o sus variacio-
nes) y en las “imágenes” o figuras retóricas
empleadas (Alcoba, comunicación personal,
2022). Buscó así apegarse lo más posible al
registro coloquial de Las malas. Por ejemplo,
para traducir “putos”, insulto que suele usar-
se para referirse a ellas, adopta el sinónimo
coloquial travelo, que puede tener una conno-
tación peyorativa según el contexto, en un pa-
saje determinante de la novela:
Personne ne nomme les trans, nous sommes
les seules à le faire. Tous les autres ignorent
nos noms, ils nous désignent toujours de
la même manière : travelos [putos]. Nous
sommes la manivelle [los manivela], les gros
paquets [los sobabultos], les suceurs de bite
[los chupavergas], les culottes au parfum de
8 Conversación en París con el editor, junio de 2021.
Métailié es una editorial francesa independiente,
fundada en 1979 y dirigida por Anne-Marie Mé-
tailié. Especializada inicialmente en literatura en
español y portugués, cuenta en su catálogo con
autores como Selva Almada, Horacio Castellanos
Moya, Rosa Montero, Leonardo Padura, Sergio
Ramírez, Evelio Rosero, Luis Sepúlveda.
couilles [los bombacha con olor a huevo], les
travelingues [travesaños], les ladyboys [los
trabucos, los calefones], les Osvaldo, tout au
plus [los Osvaldo cuando mucho], les Raúl,
d’autres fois [los Raúles cuandos menos], les
sidaïques [los sidosos], les malades [los enfer-
mos], voilà ce que nous sommes (Sosa Villa-
da, 2021, p. 71).9
Efectivamente, Las malas se apropia de la am-
plia variedad de insultos de la que dispone el es-
pañol contra los sujetos travestis u homosexuales
masculinos: “trava”, “marica”, “maricón”, “ma-
riconcito”, “mariquita”, “mariconear”, “marico-
nez”. No obstante, en Les vilaines, tal diversidad
se traspone mediante el empleo de dos térmi-
nos, pédé (palabra injuriosa utilizada más
comúnmente en francés), cuando los demás
las designan, y pédale (del francés popular que
posee un carácter injurioso más marcado),
cuando la narradora habla de sí misma o bien
las travestis entre ellas. Pédé también traduce la
mayoría de los usos de “puto”, excepto cuando
se le prefiere la variante pédale, probablemente
para acentuar la actitud amenazante y despre-
ciativa de los clientes:
Angie a pris la chose calmement, elle a dit de
sa voix la plus douce que bien sûr, mes lapins,
vous allez nous payer car nous ne vous avons
rien caché, mais eux, ils ont dit que nous les
9 “A las travestis no nos nombra nadie, salvo noso-
tras. El resto de la gente ignora nuestros nombres,
usa el mismo para todas: putos. Somos los mani-
ja, los sobabultos, los chupavergas, los bombacha
con olor a huevo, los travesaños, los trabucos, los
calefones, los Osvaldo cuando mucho, los Raú-
les cuando menos, los sidosos, los enfermos, eso
somos. El olvido de mi nombre por parte de La
Tía Encarna era una muestra más de esa amne-
sia general a los nombres propios de las travestis,
aunque ella lo adjudicara a los golpes recibidos
en la cabeza. Yo le repetía una y otra vez, Camila,
Camila, y ella sonreía y decía que era un nombre
muy bonito, muy de mujer, aunque yo sabía lo
que significaba mi nombre: la que ofrece sacrifi-
cios” (p. 79).
Traducir la violencia. La “ley de la mayoría” en la traducción al francés de Las malas,
de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara79Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°1, 2023, enero-junio,pp.73-87
avions roulés, que nous n’avions pas précisé
que nous étions des pédales (p. 139).10
Para sustantivos como “mariconear” y “ma-
riconez”, recurre a formulaciones que em-
plean el término argótico vulgar e insultante
tantouze:11
J’ai préféré perdre ma virginité, si tant est
qu’il s’agisse d’une perte, plutôt que d’affron-
ter la colère paternelle s’il avait appris que
son fils sortait pour jouer à la tantouze [mari-
conear], habillé en fille (p. 64).12
Mais moi, avec mes airs de tantouze [con mi
mariconez], je n’arrive pas à me faire un seul
ami (p. 88).13
Pese a sus esfuerzos por restituir lo ofensivo del
lenguaje utilizado en español, llama la aten-
ción que Laura Alcoba recurra a homo, apóco-
pe frecuente en el francés contemporáneo de
homosexuel,14 para traducir “maricón”. A partir
de su proyecto de traducción, una explicación
posible para esa decisión sería una cuestión de
ritmo que, como lo subraya, es primordial en su
10 “Angie se lo tomó con calma, dijo con su voz
más dulce que obvio, mis amores, que nos iban a
pagar porque nosotras no les habíamos ocultado
nada, pero ellos dijeron que los habíamos embau-
cado porque no aclaramos que éramos putos”
(p. 150).
11 Tantouze (también ortografiado tantouse) es un de-
rivado del término de argot tante, que designa a
un homosexual pasivo. Este sustantivo es califica-
do de argótico, vulgar e injurioso en el Trésor de la
langue française. También se emplea para referirse
a la homosexualidad pasiva. Véase Centre Natio-
nal de Ressources Textuelles et Lexicales (cnrtl)
(2012c).
12 “Preferí perder la virginidad, si es que supone una
pérdida, a enfrentar la rabia paterna al enterarse de
que su hijo salía a mariconear vestida de mujer”
(pp. 71-72).
13 “Pero yo, con mi mariconez a cuestas, no puedo
hacer un solo amigo” (p. 97).
14 Utilizado comúnmente en oposición a hétéro, apó-
cope de hétérosexuel, como adjetivo y sustantivo.
Véase el artículo sobre el uso de -o como apóco-
pe, en cnrtl (2012a).
labor. Según comenta, las repeticiones en francés
pueden resultar molestas a la lectura (Alcoba, co-
municación personal, 2022). No obstante, surge
la pregunta si no sería más bien cierta corrección
en el estilo —incluso un apego a las normas del
“escribir bien”— lo que se impone aquí y la lleva
a buscar sinónimos para evitar repetir.
Es importante destacar que, en español, la auto-
ra nunca utiliza palabras de ese tipo, pues des-
de la perspectiva de los personajes, pertenecen
al vocabulario de los homosexuales que tienen
una vida socialmente normalizada. De ahí que
“gay” se utilice solo en dos ocasiones, para de-
signar los bares que dicho grupo frecuenta.
Resulta significativo, además, que sea justo cuan-
do la narradora se refiere a su infancia o cuando
relata la historia de un joven homosexual que
la palabra se introduce, como para suavizar la
dureza de lo enunciado en español:
L’enfant homo [niño maricón] reste dans un
coin pour regarder sa mère qui lit des maga-
zines tandis qu’elle fume. Une femme si jeune
(p. 55).
[…] il a demandé de toutes les manières pos-
sibles à son fils homo [su hijo maricón] de ne
pas être la future trans, la grande pute (p. 67).
Je portais ce T-shirt avec un short très mou-
lant qui me venait de mon enfance récente et
qui s’accordait bien au désir d’exhibition de
l’enfant homo [niño puto], du trans précoce,
de l’adolescent fougueux que j’étais (p. 116).
[…] un homo [maricón] de 16 ans qui profi-
tait des nuits de maraude d’Angie pour se faire
chevaucher entre les arbres du Parc (p. 134).
Tal atenuación de la violencia lingüística tam-
bién se efectúa cuando la traductora introduce
prostituée en el pasaje donde la protagonista se
refiere a su grupo como “las putas travestis”
(p. 70). O cuando traspone la forma peyorativa
“trava” mediante trans.
Dichas decisiones, así como la traducción de
“travesti” por trans, tienden a invisibilizar la
Melina Balcázar80Re-sentir lo queer/cuir en la traducción iberoamericana
violencia verbal, esencial en la construcción
del relato, lo cual motiva tal vez la defensa con-
tinua de la autora del uso de “travesti”:
[…] cuando nos dicen a las travestis: mujeres
trans, están lavando años de mugre, años de
crímenes, años de semen, de insultos, de san-
gre, de violencia. Nosotras también en algún
momento quisimos quitárnoslo de encima.
El insulto a nosotras nos hizo saber quiénes
éramos (Sosa Villada, citada en Francisco,
2021).
Existe ciertamente una prerrogativa para utili-
zar un lenguaje que, empleado por miembros
externos a la comunidad, sería un insulto o
resultaría ofensivo. Al no pertenecer a dicha
comunidad, probablemente Laura Alcoba no
sintió que tenía el derecho de utilizarlo. Y para
que la novela pudiera tener una buena recep-
ción, consideró necesario adaptarlo al contexto
de llegada, atenuando los aspectos que podrían
resultar problemáticos debido a su brutalidad
y así volver accesible una historia tan distante
desde el punto de vista cultural. A menos de
que dichas decisiones respondan a políticas,
más o menos explícitas, en el medio editorial
francés, para facilitar la circulación del texto
entre el público meta.
Un efecto colateral involuntario de tales deci-
siones es que someten a los personajes de Las
malas al paradigma de una identidad queer re-
definida por ciertos militantes lgbtq +, a fin de
liberarla de la imagen negativa de la “loca”,
entre hombre afeminado y mujer fallida, ima-
gen que, sin embargo, es fundamental para la
escritora.
En efecto, Camila Sosa Villada reivindica el es-
cribir desde una posición marginal y periférica,
desde la estigmatización que busca transfor-
mar en poesía. Por ello, la protagonista nunca
se presenta como “una transexual”, pues, en
su medio “provinciano”, una palabra así se
percibiría como demasiado sofisticada. Si elige
mostrarse como “una travesti” es para situarse
desde una perspectiva argentina, si no es que
latinoamericana. Así lo afirma en su nota para
la traducción en inglés, Bad Girls, donde expli-
ca su apego:
We found the word travesti underneath layers
of first-world theory, piles and piles of books
on medicine, psychiatry, and psychology, un-
derneath poetics that never came close to our
mysteries. Theirs was a form of assimilation
that sought to establish different levels of
commitment to the travesti experience. […]
It was like listening to someone who knew
nothing about us gossip about our lives. But
we knew that a better word lay intact un-
derneath all the screed. […] We removed
the upper layers of theory and what was left
were the insults, covered very nicely in good
manners and prudish, white politesse. Far
below, where the secret rivers of the world
flow, appeared a word that stank of death,
shit, semen, prostitution, the night, the cold,
bribery, blood and jail, of misery and neglect.
A word sharp as a knife, grime-encrusted and
wounding. A word that spoke not just of the
creatures we were and are but also of our
poverty, of the acts that made us legendary,
of the courage with which we headed out to
live among families and communities. We
didn’t want to look like women, we didn’t
want to hide our struggles in any way, we
didn’t feel trapped in the wrong bodies, we
didn’t know what we were doing. But in the
street, they christened us with that old, bur-
ied word, highlighting our beauty, which was
like a home. ¡Travesti! they cried, and it was
enough to conjure an image, the rejection of
a whole society wedded to a form of identi-
fication. To them, calling us travestis was a
way of insulting us. But we weren’t strangers.
We were already here, the same as you, and
had been for a very long time. The abundance
of these lands belonged to us too (Sosa Villa-
da, 2022).
Así, el traductor al inglés, Kit Maude,15 conser-
vó la palabra en español poniéndola en cursi-
vas: “Yo había puesto ‘tranvestite’, y lo odiaba,
15 Traductor del español al inglés. Radica en Buenos
Aires desde 2009. Ha traducido obras de Jorge
Luis Borges, Lolita Copacabana, Ariel Magnus y
Armonía Sommers. Es también crítico literario
Traducir la violencia. La “ley de la mayoría” en la traducción al francés de Las malas,
de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara81Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°1, 2023, enero-junio,pp.73-87
y la editora me sugirió que dejáramos ‘travesti’
así, en español. Eso es ser traductor: encontrar
soluciones y tomar elecciones” (citado en Vi-
dret, 2021).
Las malas se inscribe de este modo en la ne-
cesaria resignificación de la palabra “travesti”
dentro del contexto latinoamericano, como lo
han defendido militantes travestis, entre las
que se encuentra Lohana Berkins, a quien por
cierto se refiere Sosa Villada en varias de sus
entrevistas:
En la década de 1990, cuando las travestis
comenzamos a alzar nuestra voz en público
y a organizarnos, decidimos que una de las
primeras cuestiones en las que teníamos que
concentrar nuestros esfuerzos colectivos era
en resignificar el término “travesti”, que has-
ta el momento tenía connotaciones negativas
para las y los otros y para nosotras mismas.
El término “travesti” ha sido y sigue siendo
utilizado como sinónimo de sidosa, ladrona,
escandalosa, infectada, marginal. Nosotras
decidimos darle nuevos sentidos a la pala-
bra travesti y vincularla con la lucha, la re-
sistencia, la dignidad y la felicidad (Berkins,
2006).
Así, las traducciones de la novela de Camila
Sosa Villada evidencian la tensión entre len-
guas hegemónicas y lenguas periféricas, en-
tre el Norte y el Sur, entre teoría del primer
mundo, el saber institucional y la experiencia
travesti. Se trata de un “término muy latinoa-
mericano”, agrega la autora en una conversa-
ción con su traductora al alemán, que resurge
con el activismo de figuras como la chilena
Claudia Rodríguez, las argentinas Marlene
Wayar y la misma Lohana Berkins. Es un tes-
timonio en sí de la manera en que, unidas, las
travestis “hacen historia” (Sosa Villada, en
#FilbaOnline2020, 2020).
En el contexto latinoamericano, “travesti”
remite entonces a un imaginario de glamur
para diferentes medios (Times Literary Supplement,
Revista Ñ, Otra Parte).
barato, encarnado por las vedettes travestis del
teatro de revista y, luego, de la televisión ar-
gentina, como la pionera Cris Miró, citada de
hecho en la novela (Sosa Villada, 2019, p. 43).
Pero, ante todo, travesti alude a esa femini-
dad improvisada, hecha con poco, de segunda
mano, característica de la “loca periférica” (Ri-
chard, 2018, p. 133) que se designa como “tor-
tillera o “marica”, pero nunca como “queer”
ni “transexual”.
La teórica cultural Nelly Richard destaca la
especificidad de las travestis latinoamerica-
nas que se presentan como una deformación,
una copia barata, no solo de cierta idea de la
feminidad sino, principalmente, como un des-
centramiento, una toma de postura desde la
periferia:
Leído en clave latinoamericana, me resultaba
especialmente provocativo el modo en que
C[arlos] Leppe, J[uan] Dávila y Las Yeguas
del Apocalipsis, al reacentuar la metáfora del
travesti desde el sur, evidenciaban las trampas
y engaños de una relación de dominio me-
trópolis-periferia que concibe el centro como
modelo (el original) colocando a América
Latina en el lugar —subalterno— de la re-
producción y la imitación que dictan la con-
dición inferior en la copia. […] La insidiosa
metáfora travesti construida desde el sur […]
se entrometía perversamente en esta ya des-
gastada controversia latinoamericana entre
lo propio (lo genuino) y lo ajeno (lo presta-
do) apostando a la hibridez de los parches de
identidad que desbaratan la relación jerár-
quica entre la autoría-autoridad del original
(europea, masculina) y la deformación de la
copia (periférica, femenina) asignándole a
esta última la capacidad alteradora de sub-
vertir la autoridad cultural (Richard, 2018,
pp. 126-127).
La intención palpable de apropiarse de modo
afirmativo, desde el Sur, los prejuicios, los
estereotipos e incluso el insulto homofóbico
resulta en parte silenciada en Les vilaines. En
ese sentido, la teórica y traductora Tiphaine
Samoyault, en su ensayo Traduction et violence,
nos recuerda que la naturaleza transformadora
Melina Balcázar82Re-sentir lo queer/cuir en la traducción iberoamericana
de la traducción es también en potencia “de-
formante” y, en cierta medida, “maltratante”
(Samoyault, 2022). En otros términos, para
evitar ejercer una violencia contra un cuerpo
que se encarna en la lengua como en Las malas,
quizás hubiera sido necesario no alejarse de él:
“comme nous le montre toute réflexion sur la
traduction, on fait moins violence au texte de
l’autre en restant au plus près de ce qu’il dit.”
(Samoyault, 2020, p. 190) O, dicho de otra ma-
nera, en la confrontación centro/periferia que
reactiva la traducción hacia una lengua hege-
mónica, la tarea del traductor, de la traductora,
sería “velar por el otro”, aun en casos extre-
mos, cuando ese otro nos es hostil.16 Quizá sea
la única manera de dar a leer eso que tenemos
en común, nuestra vulnerabilidad, la capaci-
dad —fuerza y debilidad al mismo tiempo—
de experimentar dolor.17
2. Travesti, pese a todo
La traducción de La virgen cabeza, de Gabriela
Cabezón Cámara, nos ofrece otro posiciona-
miento ante tal especificidad latinoamericana.
La novela también pone en escena a “una tra-
vestí”, Cleopatra, quien, tras la aparición de la
Virgen en una comisaría, donde la golpearon
16 En Politiques de l’inimitié, el intelectual camerunés
Achille Mbembe lo plantea en los siguientes tér-
minos: “Pourquoi, envers et contre tout, dois-je
malgré tout veiller sur autrui, au plus près de sa
vie si, en retour, il n’a de visée que ma perte? Si,
en définitive, l’humanité n’existe que pour autant
qu’elle est au monde et est du monde, comment
fonder une relation avec les autres basée sur la
reconnaissance réciproque de nos communes
vulnérabilité et finitude ? ” (2016, p. 9).
17 El pensamiento de la filósofa Judith Butler señala
la importancia del reconocimiento de la vulnera-
bilidad, propia a todo lo vivo, como la base de
una nueva política, sin violencia, del vivir juntos.
Reconocer la vulnerabilidad del otro significa re-
conocer que su vida vale la pena ser vivida y me-
rece ser llorada. Butler encuentra en la desigual
distribución de lo que nombra la “llorabilidad”
una de las causas de la violencia contemporánea
(Cfr. Butler, 2020, pp. 40-41).
y violaron, abandona la prostitución y funda
una comunidad autónoma en su villa de Bue-
nos Aires, El Poso.
Al ritmo de la cumbia, cuyas letras acompañan
la narración vertiginosa, prostitutas, traficantes
y ladrones organizan sus vidas alrededor del
culto de la Virgen. A través de su sacerdotisa
travesti, la Virgen les indica cómo transformar
la villa para, por fin, adueñársela en lugar de
sufrirla, y les indica la manera de protegerla de
la policía y de los proyectos inmobiliarios que
amenazan con destruirla.
El Poso se vuelve entonces un bastión de re-
sistencia, una alegre barricada. Sus habitantes
crean nuevas maneras de vivir juntos, hechas
de hibridación identitaria y de ruptura con
toda forma de explotación y dominación, des-
critas a dos voces con gran humor y empatía
por la pareja atípica que forma Cleopatra y la
periodista Qüity:
La Virgen hablaba como una española me-
dieval y el día empezaba con la primera cum-
bia. Cada uno articulaba lo que quería decir
en sintaxis propia y así armamos una lengua
cumbianchera que fue contando las histo-
rias de todos, escuché de amor y de balas, de
mexicaneadas y de sexo, cumbia feliz, cum-
bia triste y cumbia rabiosa todo el día (Cabe-
zón Cámara, 2009).
La virgen cabeza se caracteriza por su amplia va-
riedad de registros, que van del refinamiento
casi barroco del Siglo de Oro a la vulgaridad
más explícita. Para su traductor, Guillaume
Contré,18 el desafío consistió en no “aplanar el
estilo” y conservar tal diversidad estética, así
como en mantener sus largas frases, evitando
18 Traductor del español e inglés. Ha traducido, en-
tre otros, a Max Aub, Angélica Gorodischer, Juan
Luis Martínez, Juan L. Ortiz y Antonio Soler. Es-
cribe en español y en francés. Autor de Sensatez
(Pre-Textos, 2019), que autotradujo al francés
con el título Discernement (Éditions Louise Bottu,
2018) y Palacio mental (Pre-Textos, 2022). Es tam-
bién crítico literario, colabora en la revista Matri-
cule des anges desde 2014.
Traducir la violencia. La “ley de la mayoría” en la traducción al francés de Las malas,
de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara83Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°1, 2023, enero-junio,pp.73-87
cortarlas como aconsejan ciertos usos editoria-
les que privilegian la brevedad, supuestamente
más accesible. Así, se concentró en los contras-
tes, para apegarse lo más posible al imaginario
kitsch y excesivo del universo de Gabriela Ca-
bezón Cámara (en Festival VoVf, 2021).
En ese sentido, resulta significativo que deci-
diera traducir “travestí” como une travestie, des
travesties, haciendo evidente el género femeni-
no mediante la añadidura de -e, que, en este
caso, es facultativa en francés. Como lo señala,
nunca se planteó no utilizar la palabra, pues,
desde su perspectiva, es fundamental “serle lo
más fiel posible al original dentro de las posi-
bilidades que ofrece el francés”. Y dado que
“travesti” forma parte de esas posibilidades, no
vio razón de evitarla (Contré, comunicación
personal, vía correo electrónico, 16 y 22 de ju-
nio de 2022):
Et une travestie qui organisait une villa grâce
à sa communication avec la mère céleste,
une enfant de Lourdes suceuse de bites, une
sainte pute avec verge, ça ne pouvait que les
intéresser (Cabezón Cámara, 2009, p. 36).19
Les cheveux rassemblés en chignon comme
Evita, porte-étendard des humbles, marchant
par petits bonds comme la reine de la télé
blonde comme les deux, la « sainte travestie »,
entourée d’une cour de minets [chongos], de
putes, d’apprentis voleurs et autres travesties,
prêchait en embrassant la statue de la Vierge
qu’un maçon reconnaissant lui avait faite dans
le terrain vague de la villa. Marie présidait
les réunions en regardant de haut « comme
si elle se prenait une teub dans le fion [una
poronga por el culo] », décrivait Jessica, la
nièce de Cleo, qui remerciait évidemment le
ciel chaque fois qu’elle vivait cette expérience
(Cabezón Cámara, 2021, p. 39).20
19 “Y una travestí que organiza una villa gracias a su
comunicación con la madre celestial, una niña de
Lourdes chupapijas, una santa puta y con verga
les tenía que interesar”.
20 “Con el pelo recogido como la abanderada de los
humildes, caminando a los saltitos como la reina
de la tv y rubia como las dos, la ‘travesti santa’,
De manera sistemática feminiza así los sustan-
tivos y adjetivos que se refieren a ellas (une en-
fant de Lourdes, la “sainte travestie”).
Estos pasajes muestran, además, que las deci-
siones retoman la crudeza de una lengua que
mantiene una estrecha relación, sin ser paró-
dica ni despreciativa, con la cultura popular.
Para hacerlo evidente en francés, por ejemplo,
en la segunda cita, elige para “culo” la palabra
argótica fion (que hace referencia al ano). Re-
curre también al verlan, argot creado median-
te la inversión de sílabas de palabras, con teub
(bite), o chelou (louche), cuando habla de un les-
bianisme chelou (lesbianismo bizarro).
La apropiación afirmativa de la injuria homo-
fóbica sigue presente a lo largo de la novela,
gracias a la voluntad de traducir la violencia de
expresiones como “puto del orto”, mediante
putain de fiote, término registrado como vulgar
e injurioso.21 O bien, “puto”, que traduce por
pédé o tantouse.
Guillaume Contré dice haber encontrado en
obras como la del argentino Copi —quien es-
cribía en español y en francés el mundo de las
“locas”— un modelo para conservar la riqueza
verbal de la novela (en Festival VoVf, 2021).
Hallamos otro ejemplo de esto con la pala-
bra “chongo”, hombre físicamente atractivo22
rodeada por una corte de chongos, putas, nenes
y otras travestis, predicaba abrazada a la estatua
de la Virgen que un albañil agradecido le había
hecho en el potrero de la villa. Medio cabezona,
narigona, un poco raquítica, con una cruz en la
diestra y un corazón en la siniestra, María pre-
sidía las reuniones mirando para arriba ‘como si
se estuviera comiendo una poronga por el culo’,
describía Jéssica, la sobrina de Cleo, que eviden-
temente agradecía al cielo cada vez que tenía esa
experiencia”.
21 También ortografiado fiotte. Véase el Dictionnaire
Le Robert (s. f).
22 La definición que Camila Sosa Villada dio a su
traductora alemana, Svenja Becker, permite en-
tender mejor sus implicaciones: “La palabra que
Melina Balcázar84Re-sentir lo queer/cuir en la traducción iberoamericana
(también utilizada en Las malas, donde se tra-
duce sistemáticamente como mec), y que, se-
gún el contexto, se traspone aquí mediante
minet (Cabezón Cámara, 2021, pp. 26, 39, 62),
étalon (p. 27) o mec (p. 65).
Al igual que en Las malas, las cuestiones de gé-
nero se relacionan en La virgen cabeza con las
de raza y clase, que se abordan para denun-
ciarlas, cuestionarlas y resignificarlas en am-
bas novelas. Los personajes utilizan palabras
peyorativas como “negro” (para referirse a una
persona de piel muy oscura, sin ser de piel ne-
gra o afrodescendiente) o “chorro” (para alu-
dir a una clase social baja) cuando comunican
entre ellos:
Tes préjugés s’amenuisent de jour en jour ; tu
t’es d’abord tapé une racaille dans mon genre
[te cogiste a un negro] et te voilà maintenant
embarquée dans un lesbianisme chelou : tu
veux te faire une racaille travestie [negra tra-
vestí]. Et ne crois pas que, parce qu’elle est
travestie [travestí], tu pourras la ramollir un
peu : ma tante avec ses airs de grande dame,
va te planter un tronc. Avant d’être fameuse
à cause de la Vierge, elle l’était pour son pu-
tain d’anaconda [por la anaconda que tiene]
(Cabezón Cámara, 2021, p. 149).23
En este extracto, se eligió traducir una de las
dimensiones de negro en Argentina (aunque esa
más me causó problemas en alemán era ‘chongo’.
Hay hombres de ciertas categorías: clientes, ami-
gos, chongos. Los chongos son los más deseados.
¿Qué tipo de hombre es un chongo o se merece
el título de chongo? Se lo pregunté a Camila va-
rias veces para averiguarlo realmente o para te-
nerlo en claro. Me respondió que un chongo es
un macho bien macho, el cliché de hombre viril,
y claro: heterosexual” (Becker, en Vidret, 2021).
23 “Estás cada vez menos prejuiciosa, primero te
cogiste a un negro como yo y ahora te agarró un
lesbianismo bizarro: te querés garchar a una ne-
gra travestí. Y no te creas que por travestí le vas
a poder bajar la caña: mi tía, tan señorita como la
ves, te va a dar con un tronco. Antes de ser famo-
sa por la Virgen, ya era famosa por la anaconda
que tiene”.
percepción se extiende al resto de Latinoamé-
rica): el habitante de una villa tiene por fuer-
za la piel oscura y es un delincuente. Según la
circunstancia, de la palabra se traducirá ya sea
su dimensión social, pauvre (Cabezón Cámara,
2021, p. 46), pouilleux (p. 115), o racial mori-
caud24 (pp. 110, 153). Esto contrasta de modo
singular con las decisiones de Laura Alcoba,
quien parece intentar atenuar la violencia de
esos usos populares, al proponer para “gron-
chas” la explicitación “les personnes ayant des
goûts plus simples” (Sosa Villada, 2021, p. 74).
La buena recepción en Francia de las traduc-
ciones de las novelas de Gabriela Cabezón
Cámara25 incita a cuestionarse acerca de las
precauciones tomadas para evitar el uso de tra-
vesti en francés. ¿Se trata en el fondo de una
manera de someter —inconscientemente—26
24 La decisión de Contré de traducir “negro” por
un término poco usual, percibido incluso como
antiguo, es reveladora de su manera de traducir.
Moricaud reactiva sentidos latentes en la lengua
francesa, lo cual se apega a la forma de proce-
der con el español de Gabriela Cabezón Cáma-
ra. El diccionario cnrtl (2012b) da las siguientes
definiciones:
“I. − Adj. et subst., fam.
A. − Emploi adj. Qui a un teint très brun, comme
celui des Maures. Synon. basané, noiraud. […].
B. − Emploi subst.
1. Personne au teint très brun, basané. […].
2. Péj. Homme ou femme de couleur. Synon.
mulâtre, nègre, noir […]”.
Esto tal vez explica que no haya elegido basané,
palabra más usual, pero demasiado vinculada en
el francés metropolitano a las personas de origen
árabe o consideradas como tales.
25 La traducción de su obra comenzó con La virgen
cabeza, seguida de Las aventuras de China Iron. En
2022 se publicó, en un mismo volumen, Balada
de la Negra Rubia y Le viste la cara a Dios. Todas
han sido publicadas por la editorial independiente
L’ogre y traducidas por Guillaume Contré. Fue
finalista del prestigioso premio Médicis, en la ca-
tegoría “Literatura extranjera”, en 2021.
26 Como lo señala Lawrence Venuti (2013), el in-
consciente de la traductora o del traductor puede
operar en sus elecciones y mostrar cómo, tras el
Traducir la violencia. La “ley de la mayoría” en la traducción al francés de Las malas,
de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara85Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°1, 2023, enero-junio,pp.73-87
la traducción de esa violencia verbal conside-
rada como ajena, y por ello incomprensible, a
lo que Gayatri Spivak denomina “la ley de la
mayoría”, que en este caso correspondería a la
del más fuerte, la de quien tiene control sobre
el lenguaje (Spivak, 2000, p. 414)?
Para que el “extranjero del tercer mundo” pue-
da hablar en una lengua hegemónica como el
francés parecería que es aún necesario hacer
accesible una lengua —y el imaginario que
vehicula— y adaptarlo para no herir sensibili-
dades. O bien, ¿se trata de plegar el texto a esa
lengua global dominante que tiende a borrar
toda singularidad local, percibida como un obs-
táculo para la circulación de los textos (Sapiro,
2008, p. 29)? De cierto modo, al evitar una len-
gua ofensiva, pese a su utilización en español, la
traducción al francés pliega el texto de Camila
Sosa Villada a una identidad global y hegemó-
nica, que relega “los dolores del cuerpo local”,
como lo llama Diamela Eltit (2011, p. 28), en
aras de una mejor recepción.
Pero ¿cómo hacer inteligible ese dolor local?
Tal vez mediante una traducción que trabaje
para crear una lengua —o una encrucijada de
lenguas— que nos recuerde que el dolor del
otro, por diferente que sea a “nosotros”, no
nos es ajeno. Una lengua que nos devuelva a
nuestra común vulnerabilidad:
Debemos tener paciencia con lo que es enig-
mático, permitir que nos desamarre lentamen-
te de nuestras certezas. La traducción nos trae
nuevas conexiones, y con ellas también amar-
gura. […] La poeta brasileña Cecília Meireles
escribió una vez que “el dolor es como una
lengua extranjera”; de hecho, el verso comple-
to traducido del portugués dice así: “siento el
mundo llorar como en una lengua extranjera”:
proyecto de traducción, otros factores —sociales,
políticos, personales— intervienen: “As this study
suggests, more attention needs to be given to the
idea that the unconscious, a universal category in
psychoanalytic theory, might operate somehow
in the translator’s choices and be visible in the trans-
lated text, available for reconstruction” (p. 33).
ese dolor está ahí, inaccesible y, sin embargo,
el “yo” lo siente (Butler, 2020, p. 125).
La interrogación es cuanto más necesaria al
constatar que ambas autoras colocan al centro
de su proyecto figurativo el cuerpo, su materia-
lidad. Lejos de ser solo un resto biológico que la
construcción cultural impide disolver, el cuerpo
se vuelve en sus obras el lugar de una política y
una ética de la relación. Y nos invitan a superar
nuestra concepción del cuerpo —no solo del lla-
mado minoritario— e incluso de la sexualidad
misma, mediante un trabajo de “resignificación”
de la violencia verbal que con Paul B. Preciado
podríamos denominar una “traducción sexual”:
Es posible aprender e inventar otras sexualida-
des, otros regímenes de producción de deseo y
placer. Pensando la sexualidad como lenguaje
y estética, este manifiesto llama a superar el
formalismo sexual, el funcionalismo repro-
ductivo y el imperio de la visión binaria. La
contrasexualidad es un intento de volvernos
extraños a nuestra propia sexualidad, de des-
naturalizar nuestro propio monolingüismo
sexual, y de perdernos e inventarnos en la tra-
ducción sexual (Preciado, 2011, pp. 28-29).
La traducción de Las malas ilustra la dificultad de
traducir la violencia verbal, en particular cuan-
do implica la sexualidad de grupos minoritarios,
pues factores externos intervienen en el modo en
que la traducción imagina y modeliza al lector
destinatario. Sin embargo, la traducción literaria
puede desempeñar un papel en la creación de
identidades colectivas (Sapiro, 2008, p. 35), lo
cual resulta difícil realizar excluyendo el lengua-
je del otro. Dentro de una economía de la vio-
lencia, como lo apunta Jacques Derrida (1967),
habría entonces que buscar la mínima violencia
para evitar la peor de todas, la del silencio.
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de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza, de Gabriela Cabezón Cámara87Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°1, 2023, enero-junio,pp.73-87
Cómo citar este artículo: Balcázar, M. (2023). Traducir la violencia. La “ley de la mayoría”
en la traducción al francés de Las malas, de Camila Sosa Villada, y La virgen cabeza, de Gabriela
Cabezón Cámara. Mutatis Mutandis, Revista Latinoamericana de Traducción, 16(1), 73-87. https://
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