ISSN 2011-799X
Artículo recibido: 06/02/2023
Artículo aceptado: 16/06/2023
doi: 10.17533/udea.mut.v16n2a05Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación
de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre
de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)1
Marta Ortega Sáez
marta_ortega@ub.edu
https://orcid.org/0000-0002-6873-6714
Universitat de Barcelona, España.
Resumen
Este artículo tiene como punto de partida la otredad en el personaje de Bertha Antoinetta Mason,
que aparece en la novela Jane Eyre, de Charlotte Brontë (1847). Conocida como Bertha Mason, la
esposa jamaicana criolla de Mr Rochester, vive durante años encerrada en el ático de Thornfield,
debido al que se denomina en la novela su “trastorno mental”, uno de los elementos que contribuyen
a construir dicha otredad. Además de este condicionante, en el contexto victoriano, la alteridad de
Bertha Mason viene determinada por otros dos factores que asimismo le proporcionan una situación
de inferioridad, subordinación y opresión: 1) su condición como mujer y 2) su mestizaje. En este
estudio se analiza el tratamiento de esta otredad en la primera traducción de Jane Eyre publicada en
el franquismo en España, llevada a cabo por Juan G. de Luaces en 1943. Por otra parte, se examina
si ha existido (auto)censura en esta versión un siglo después de la publicación del texto inglés, en un
contexto de involución hacia modelos ideológicos decimonónicos. Con este propósito se estudia, en
primer lugar, el expediente de censura de la traducción; después, se indaga en los agentes involucra-
dos en esta versión y se tienen en cuenta los criterios de censura de la época enumerados por Abellán;
también se analizan los contextos de partida y llegada y, finalmente, se lleva a cabo un análisis micro-
textual para determinar los cambios encontrados en la traducción al español.
Palabras clave: autocensura, franquismo, Jane Eyre (novela) de Charlotte Brontë, mujeres en la lite-
ratura, traducción literaria
Female, Creole and “Mad”. Self-Censorship and Domestication of Bertha
Mason in Franco’s Spain. Analysis of the Translation of Jane Eyre by Juan G.
de Luaces (Iberia, 1943)
Abstract
The starting point in this article is the otherness of Bertha Antoinetta Mason, a character in the novel
Jane Eyre by Charlotte Brontë (1847). Also known as Bertha Mason, the Jamaican Creole wife of Mr
Rochester, lives for years locked up in the attic at Thornfield, due to what is called in the novel her
1 Este trabajo se ha desarrollado en el seno del grupo de investigación consolidado trace (Traducción y
Censura) (Código de grupo 432) y reconocido como tal por la Universidad de León desde 2017.
Marta Ortega Sáez338Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
“mental disorder”, one of the elements that contribute to such otherness. In addition to this determi-
ning factor, in the Victorian context, Bertha Mason’s otherness is determined by two other elements
that also provide her with a situation of inferiority, subordination and oppression: (1) her status as
a woman and (2) her mixed origins. This study will analyze the treatment of this otherness in the
first translation of Jane Eyre published in Spain during the Franco period, carried out by Juan G. de
Luaces (Iberia, 1943). On the other hand, this article examines if there has been (self-)censorship in
this version a century after the publication of the English novel, in a context of involution towards
nineteenth-century ideological models. For this purpose, firstly, the censorship file of the translation
is studied; then, the agents involved in this version are investigated and the censorship criteria of the
time, listed by Abellán, are taken into account; the contexts of departure and arrival are also analysed
and, finally, a microtextual analysis is carried out to determine the changes found in the translation
into Spanish.
Keywords: self-censorship, Francoism, Charlotte Brontë’s Jane Eyre (novel), women in literature, lit-
erary translation
Femme, créole et “folle”. Autocensure et domestication de Bertha Mason
dans l’Espagne franquiste. Analyse de la traduction de Jane Eyre de Juan G.
de Luaces (Iberia, 1943)
Résumé
Cet article départ de l’altérité du personnage de Bertha Antoinetta Mason qui apparaît dans le roman
Jane Eyre de Charlotte Brontë (1847). Connue sous le nom de Bertha Mason, l’épouse créole jamaï-
caine de M. Rochester, vit, pendant des années, dans un grenier de Thornfield, en raison de ce qui
dans le roman est nommé son « trouble mental » et qui contribue à la construction de cette altérité.
Outre cet élément conditionnant, dans le contexte victorien, l’altérité de Bertha Mason est déterminée
par deux autres facteurs qui lui confèrent également une situation d’infériorité, de subordination et
d’oppression : (1) sa condition de femme et (2) son métissage. Cette étude analysera le traitement de
cette altérité dans la première traduction de Jane Eyre publiée sous le régime franquiste en Espagne
et réalisée par Juan G. de Luaces (Iberia, 1943). D’autre part, on examinera s’il y a eu (auto)censure
dans cette version un siècle après la publication du texte anglais, dans un contexte d’involution vers
des modèles idéologiques du dix-neuvième siècle. Pour ce faire, on étudie tout d’abord la censure de
la traduction, puis les agents impliqués dans cette version et les critères de censure de l’époque énumé-
rés par Abellán; on analyse également les contextes de départ et d’arrivée et, enfin, on procède à une
analyse microtextuelle pour déterminer les changements constatés dans la traduction en l’espagnol.
Mots-clés : autocensure, Franquisme, Jane Eyre (roman) de Charlotte Brontë, femmes dans la littéra-
ture, traduction littéraire
Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)339Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°2, 2023, julio-diciembre,pp.337-356
Introducción. El victorianismo
y el primer franquismo en España,
dos contextos muy próximos, salvando
las distancias
Jane Eyre, la novela más popular de Charlotte
Brontë, fue publicada en el Reino Unido du-
rante la época victoriana, en 1847. Dadas las
dificultades que las mujeres experimentaban en
ser reconocidas como autoras, Charlotte, igual
que sus hermanas Emily y Anne, empleó un
seudónimo, Currer Bell, para publicar su obra.
La novela narra la historia de Jane Eyre, una
huérfana que experimenta una serie de vicisitu-
des a lo largo de su desarrollo vital. Nos interesa
particularmente su relación con Mr. Rochester,
el dueño de la mansión Thornfield, donde Jane
trabaja como institutriz, y que está casado con
Bertha Mason, una mujer criolla de Jamaica,
una colonia originalmente española que pasó a
manos de los ingleses en 1655.
Jane Eyre, la protagonista de la célebre nove-
la, descubre la existencia de Bertha Antoinetta
Mason, comúnmente conocida como Bertha
Mason, el día en que iba a tener lugar su boda
con Rochester, que acontece en el último tercio
del texto, en el capítulo 26. La esposa de Roches-
ter, considerada por muchos autores el alter ego de
Jane Eyre (Azim, 1993; Gilbert y Gubar, 1979;
Rich, 1995), vive durante años encerrada en el
desván de Thornfield, debido al que se denomi-
na en la novela su “trastorno mental”,2 uno de los
factores que contribuyen a construir su otredad.
Además de este condicionante, en el contexto
victoriano británico, la alteridad de Bertha Ma-
son viene determinada por otros dos elementos
de su identidad que, asimismo, le proporcio-
nan una situación de inferioridad, subordina-
ción y opresión: 1) su condición como mujer
2 Se entrecomillan todas las referencias a esta su-
puesta condición mental alterada de Bertha
Mason, siguiendo la interpretación de Foucault
(1988) de la “locura” como un constructo históri-
co y cultural que se ha ido redefiniendo a lo largo
de los siglos.
y 2) su mestizaje. En resumen, Bertha Mason
es un personaje triplemente marginado por
ser mujer, por ser mestiza y por estar “loca”,
y se convierte en una voz narrativa silenciada,
construida por los demás personajes y princi-
palmente por su marido, quienes literalmente
la marginan en el desván de la mansión. En
palabras de Nygren,
[…] a través de una lectura desde la doble
perspectiva del feminismo postcolonial y los
estudios de discapacidad, Bertha se convierte
en un sujeto femenino discapacitado que es
una víctima de la hegemonía patriarcal, colo-
nial y capacitista (2016, p. 117).3
El corpus de este estudio consiste en la traduc-
ción de Jane Eyre llevada a cabo por Juan G. de
Luaces y comercializada por la editorial Iberia
en 1943.4 Si bien es cierto que durante la dicta-
dura franquista se publicaron alrededor de se-
tenta ediciones de Jane Eyre, la elección de esta
versión en particular tiene que ver con que se
trata de la primera traducción de la novela pu-
blicada en España durante este período y que
es, además, la que ha tenido una más amplia
circulación hasta la actualidad y, por tanto,
con una mayor repercusión y trascendencia.
Respecto al contexto meta, cabe recordar
que una vez derrocada la Segunda República
(1931-1939) —un periodo de progresos y mo-
dernización en múltiples campos de la vida
3 “[b]y reading through a twofold lens of postco-
lonial feminism and disability studies, Bertha be-
comes a disabled female subject who is a casualty
of patriarchal, colonialist, and ableist hegemony”.
A partir de ahora se proporciona mi traducción al
español de las citas en inglés.
4 Previamente hubo un intento de comercializar
una traducción en Barcelona por parte de la edi-
torial Castalia, pero no llegó a publicarse (aga /
idd (03) 050 Caja 21/07006 Expediente 5-921).
Es de aclarar que la sigla aga corresponde a Ar-
chivo General la Administración mientras que
idd se refiere a Instrumento de Descripción Do-
cumental. Se usan de forma habitual para referir-
se a los expedientes de censura del franquismo.
Marta Ortega Sáez340Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
política, económica y sociocultural españo-
la—, la dictadura de Francisco Franco supuso
una regresión a modelos decimonónicos (Do-
mingo, 2004, p. 16). Entre ellos se incluyen las
políticas de género, que implicaron la pérdida
de derechos por parte de la mujer (Domingo,
2007; Nash, 2013); la primacía de la raza blan-
ca, encargada de una misión “universal im-
perial y evangelizadora” (Arce Pinedo, 2008,
p. 29); y la patologización —y la subsiguiente
psiquiatrización— de determinadas conductas
disidentes según los preceptos establecidos por
el nuevo régimen dictatorial (Campos y Nove-
lla, 2017). Además, en una primera etapa, el
régimen franquista impuso una férrea censura
previa sobre los productos culturales e infor-
mativos (literatura, cine, teatro, prensa, radio,
etc.) que iban a circular por el país (Abellán,
1980,5 1987; Cisquella et al., 2002; Neuschäfer,
1994) y que conviviría con el ejercicio de la au-
tocensura (Abellán, 1982), que se practicaba
de manera habitual.
Tomando como punto de partida la historio-
grafía feminista de la traducción y partien-
do de un enfoque que propone el estudio de
“historias subalternas e invisibilizadas por
los discursos dominantes” (Godayol, 2022,
p. 9, mi traducción), este artículo se centra en
Bertha Mason, un personaje históricamente
marginado.
El primer objetivo de este estudio es analizar
qué ocurrió con este personaje en la traducción
de Luaces, publicada por Iberia en 1943 (Bron-
të, 1943). Se toman en cuenta los tres aspectos
que componen la alteridad de Bertha Mason en
la Inglaterra victoriana y que asimismo podían
resultar sensibles en el contexto del primer fran-
quismo, esto es, su representación de un modelo
femenino poco convencional, su origen criollo
y, además, su asociación a la “locura”.
5 Recientemente se ha publicado un volumen colec-
tivo en el que se celebra la obra pionera de Abellán
respecto al estudio de la censura en España duran-
te el franquismo (Gallén y Sopena, 2022).
El segundo objetivo es observar si ha existido
autocensura en el texto. En primer lugar, se
parte de la idea de que hay una significativa
distancia entre el modelo femenino representa-
do por Bertha Mason y el estereotipo ideal en
materia de género promovido por el régimen
franquista. El segundo punto de partida es el
conocimiento de la práctica traductológica de
Juan G. de Luaces así como la del editor.
El método empleado para llevar a cabo este es-
tudio consiste en: 1) explorar el expediente de
censura de Jane Eyre (Brontë, 1943); 2) estudiar
la figura del traductor a nivel biográfico y en
relación a su proceder traductológico y su cola-
boración con la editorial Iberia (para dilucidar
el posible ejercicio de la autocensura); 3) exa-
minar los criterios relacionados con la censura
enumerados por Abellán; 4) analizar los con-
textos de partida y de llegada en los que se ins-
cribe la otredad del personaje, y 5) llevar a cabo
un estudio comparativo microtextual entre el
texto de origen y la traducción, para detallar
los cambios acaecidos en la traducción espa-
ñola. Este análisis se ha organizado en torno
a las tres categorías de la identidad de Bertha
Mason que conforman su otredad, menciona-
das con anterioridad.
1. Traducción y autocensura en Jane Eyre
de Juan G. de Luaces
En el periodo en que se enmarca la publicación
de la traducción de Luaces (Brontë, 1943), en
España existía un sistema de censura previa
que supervisaba tanto los textos escritos por
autores nacionales como también las traduc-
ciones antes de su publicación.6 El Archivo
General de la Administración (Alcalá de He-
nares, Madrid) alberga los expedientes de cen-
sura que se conservan, donde se encuentra el
veredicto emitido por la Sección de Ediciones
6 La regresión que supuso el franquismo también se
ve reflejada en la imposición de la censura previa
que había sido abolida cuando finalizó la Inquisi-
ción en 1834 (Riba y Sanmartí, 2021, p. 373).
Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)341Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°2, 2023, julio-diciembre,pp.337-356
de la Delegación Nacional de Propaganda res-
pecto a la novela. En el informe de la traducción
de Jane Eyre, se valora como “buena” la dimen-
sión literaria del texto, se afirma que carece de
matices políticos, y se describe como “una bue-
na novela en la que se narra la vida de una mu-
chacha huérfana, sus sufrimientos y sus luchas
por conseguir un medio de vida decoroso”. Fi-
nalmente, se concluye que “[e]s completamente
moral pero como obra inglesa, toda su acción se
desenvuelve dentro de la religión protestante”.
El texto fue autorizado tal y como se presentó
a inspección, el 13 de octubre de 1942, con una
tirada de 3000 ejemplares, una cantidad de co-
pias habitual en el momento (aga/idd (03) 050
Caja 21/07000 Expediente 5-797).
Teniendo en cuenta que el censor que evaluó
la traducción del texto de Charlotte Brontë no
sugirió ningún cambio, se deduce que las múl-
tiples modificaciones que se encuentran en la
versión española fueron previas a la solicitud
de autorización, seguramente llevadas a cabo
por el traductor o aconsejadas por el editor. Se
trataría de un ejemplo de autocensura, entendi-
da por Abellán como
[…] las medidas previsoras que un escritor
adopta con el propósito de eludir la eventual
reacción adversa o la repulsa que su texto pue-
da provocar en todos o algunos de los grupos o
cuerpos del Estado capaces o facultados para
imponerle supresiones o modificaciones con
su consentimiento o sin él (1982, p. 171).
En línea con la idea de la autocensura, en su
estudio de los expedientes de censura de litera-
tura en español, Larraz observó un elevado ín-
dice de esta praxis por los autores nacionales,
que tendría su correspondencia en el caso de
los textos traducidos (2014).
Para corroborar esta hipótesis sobre la auto-
censura, resulta de interés conocer el contexto
personal y la trayectoria profesional del agente
encargado de esta versión, así como observar
una posible intervención editorial.
Juan G[onzález-Blanco]. de Luaces (1906-
1963) fue uno de los máximos exponentes en
el campo de la traducción en las dos primeras
décadas de la posguerra española. Fue un pe-
riodista, escritor y director de periódicos y re-
vistas, reconvertido en traductor tras el fin de
la guerra civil española, debido principalmen-
te a su simpatía por la causa republicana y la
dificultad de continuar desarrollando su faceta
como autor (Ortega Sáez, 2009). En pocas pa-
labras, después de la guerra civil, vivía de la
traducción para mantener a su familia, por lo
que le interesaba ser lo más eficiente posible.
Muestra de ello es que entre 1942 y 1968 se pu-
blicaron 242 traducciones llevadas a cabo por
él, entre las que destacan 185 títulos de textos
originalmente escritos en lengua inglesa. Este
prolífico traductor colaboró con los principales
editores del panorama literario barcelonés del
momento. Así, sus versiones fueron publicadas
en los sellos dirigidos por José Janés (Editorial
José Janés, Lauro, lara, Ediciones de la Gace-
la), José Manuel Lara (Planeta), Francisco F.
Mateu (Mateu) y Joaquín Gil (Iberia), entre
otros (Ortega Sáez, 2022).
Por lo que respecta a la práctica traductológica
de Luaces, existen varias evidencias de autocen-
sura en algunas versiones que llevó a cabo. En
primer lugar, la propia hija del traductor, Con-
suelo González Castresana, reconoció esta pra-
xis de su padre:
A veces lo consultaba con el editor y entre los
dos llegaban a un acuerdo. […] Sí es cierto que
mi padre tenía mucho cuidado con cosas con-
cretas. No se podía hacer ninguna alusión a la
homosexualidad, por ejemplo, aunque era un
tema muy difícil de camuflar. Nada de alusiones
sexuales. Los matrimonios tenían que ser matri-
monios eternos (en Cornejo, 2013, p. 32).
Estas afirmaciones referentes a este ejercicio
autocensor quedan demostradas con la consul-
ta de los expedientes de censura. Varios casos
revelan que la censura previa a la solicitud de
autorización vino sugerida desde la editorial,
como en el caso de La joven romántica, de W.
Marta Ortega Sáez342Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
S. Maugham ( lara, 1948), y en Sangaree, de
Frank Slaughter (Planeta, 1952), entre otros
(Ortega Sáez, 2022).
Por otra parte, Luaces reconoció abiertamen-
te, en varios peritextos (Genette, 1997) en sus
traducciones llevadas a cabo para la editorial
Iberia, que él mismo había autocensurado el
texto original. Habla de ello, por ejemplo, en
los prólogos de La Pompadour. Favorita real, del
escritor italiano Mario Buggelli (Iberia, 1942),
y de los Cuentos de Canterbury, de Geoffrey
Chaucer (Iberia, 1946) (Ortega Sáez, 2022).
Esta editorial —fundada por Joaquim Gil Gui-
ñón y dirigida desde 1936 por su cuñado Ga-
briel Paricio Fonts, ya que Gil había emigrado
a Argentina en misión comercial para no re-
gresar a España— fue la encargada de publi-
car la versión de Jane Eyre de Luaces. Aun así,
en la versión objeto de este estudio, Gil consta
como editor. De este editor catalán se sabe que
castellanizó su nombre a Joaquín Gil, como
otros (Hurtley, 1992), tras la imposición de la
dictadura franquista.7 Este hecho ya apunta a
su voluntad de evitar conflictos y pasar desa-
percibido ante el régimen para poder seguir lle-
vando a cabo su actividad profesional, dada la
represión ejercida sobre la cultura catalana en la
época (Gallofré, 1991). De igual manera, estos
prólogos en los que se declara la autocensura,
firmados por Luaces e incluidos en volúmenes
publicados por Iberia, parecen repetir un modus
operandi que refleja la voluntad de avenirse a los
requisitos impuestos por el aparato censor fran-
quista, llevando a cabo una autocensura antes
de presentar el texto para su revisión.
Esta autocensura podía producirse cuando los
textos que iban a ser sometidos a inspección
contenían alguno o algunos de los cuatro cri-
terios que tenían en consideración los agentes
de la Sección de Ediciones de la Delegación
Nacional de Propaganda:
7 Para información sobre la editorial, véase
Giralt-Miracle (1989).
1. Moral sexual entendida como prohibición
de la libertad de expresión que implicara, de
alguna manera, un atentado al pudor y a
las buenas costumbres en todo lo relaciona-
do con el sexto mandamiento y, en estrecha
unión con dicha moral, abstención de refe-
rencias al aborto, homosexualidad y divorcio.
2. Opiniones políticas [contrarias al régimen].
3. Uso de lenguaje considerado indecoroso, pro-
vocativo e impropio de los buenos modales
por los que se ha de regir la conducta de las
personas que se autodefinen como decentes.
4. Por último, la religión como institución y jerar-
quía, depositaria de todos los valores divinos y
humanos e inspiradora de la conducta huma-
na arquetípica (Abellán, 1980, pp. 88-89).
En el siguiente apartado exploramos si el per-
sonaje de Bertha Mason está asociado a algu-
no de estos criterios y de qué manera se trató el
personaje en la traslación al español.
1.1. La domesticación de la otredad
de Bertha Mason en Jane Eyre
Antes de proceder al análisis microtextual,
conviene detenerse en la nota introductoria de
Luaces, donde se enfatiza el estatus de la auto-
ra británica y el mérito literario de la novela:
Charlotte Brontë puede ser considerada
como una de las mejores escritoras inglesas de
todos los tiempos. Su fibra literaria y su capa-
cidad de narradora solo en ocasiones excep-
cionales han sido igualadas. Y “Jane Eyre”
es, sin duda, la mejor, más emocionante, más
lograda, de todas sus novelas. […] Y contada
con un brío literario y una riqueza de descrip-
ción tales como muy pocas veces se hallan
en las novelas modernas. […] El intenso dra-
matismo de la obra se sostiene sin desmayos
a lo largo de todo su desarrollo, alcanzando
momentos de culminación que hacen de esta
obra un libro vibrante y tenso, a ratos an-
gustioso en fuerza de emocional (en Brontë,
1943, p. 5).
Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)343Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°2, 2023, julio-diciembre,pp.337-356
A excepción de una breve mención al “interna-
do femenino inglés” donde la protagonista vive
durante seis años, en la nota de Luaces prácti-
camente se omite toda referencia a la trama de
la novela, que contiene ciertos aspectos que po-
drían tildarse de cuestionables bajo los prismas
ideológicos del franquismo (modelos familiares,
religión, subversión de roles, etcétera) (Ortega
Sáez, 2013). Dicho énfasis en la excepcionali-
dad de los aspectos formales de la novela y en la
canonización del texto y de la autora podría tra-
tarse de una estrategia para lograr el beneplácito
del aparato censor. Esta táctica editorial se suma
a la de declarar abiertamente la autocensura en
el texto, previamente mencionada en el apartado
anterior. Ambas tenían un objetivo común: lo-
grar la autorización para la publicación del texto.
Por otra parte, en lo que se refiere a Bertha Ma-
son, el personaje objeto de este análisis, tan solo
se detecta al final de la nota una posible men-
ción, donde se acentúa la enigmática aura que
la rodea: “Y el misterio corona el conjunto con
su toque estremecedor que sugiere ideas nuevas
y despierta sentimientos recónditos” (Brontë,
1943, p. 5).
Como se observa a continuación, el análi-
sis comparativo entre la versión de Char-
lotte Brontë (2006) y la traducción de Luaces
(Brontë, 1943) ha evidenciado una significati-
va transformación en el personaje de Bertha
Mason, que conduce a su “domesticación”. Si
bien la presencia de Bertha es escasa en la no-
vela y se desarrolla principalmente en los capí-
tulos centrales que tienen lugar en Thornfield
y brevemente al final del texto, cuando se narra
su muerte,8 es destacable que en la traducción
8 Bertha Mason aparece en la sección dedicada a la
estancia de Jane en Thornfield (capítulos 11 al 27)
y en el final de la novela (capítulo 36), cuando se
revela que prendió fuego a Thornfield y falleció en
el incendio. En todos los casos, su presencia queda
limitada a las risas que se escuchan en el ático de la
mansión y a tres apariciones: su intento de prender
fuego a la alcoba de Rochester, la noche anterior a
la boda de Jane cuando rasga su velo de novia, y el
haya tantos pasajes en los que se han produ-
cido modificaciones.9 Estas afectan a tres ni-
veles de su identidad: su subversiva definición
como mujer lejos del celebrado estereotipo del
“ángel del hogar”, su origen criollo y lo que en
el texto se denomina su “locura”.10 En ambos
contextos históricos, estos tres factores consti-
tuyen la alteridad de Bertha y la sitúan en el
vértice inferior a nivel de políticas de géneros,
etnia y capacidad. Por ello, el análisis micro-
textual va precedido de una breve contextua-
lización de los períodos en los que se inscribe
tanto el texto original como la traducción. Por
su parte, en el examen comparativo se obser-
van las técnicas de traducción empleadas por
Luaces, atendiendo a estos tres factores de la
identidad de Bertha Mason.
1.1.1. El modelo femenino: una mujer
muy poco angelical
En primer lugar, Bertha es una mujer, casada
con Mr. Rochester, víctima del sistema hete-
ropatriarcal de la Inglaterra decimonónica y,
particularmente, bajo la institución del matri-
monio victoriano. Ahora bien, lejos de acomo-
darse al arquetipo femenino del siglo xix del
angel in the house (Patmore, 1866), como esposa
y madre, perpetuadora del sistema, Rochester
se encarga de enfatizar los defectos que había
detectado en su esposa y que la alejaban de
dicho modelo ideal de feminidad, situándo-
la en realidad en la categoría de “monstruo”
día de la boda, cuando Rochester revela la existen-
cia de su esposa encerrada en el desván. En todos
los casos, su voz es silenciada, pues son otros per-
sonajes quienes hablan por ella.
9 Se han detectado veinticinco pasajes en los que
se ha producido al menos una modificación res-
pecto al texto inglés, aunque, por lo general, suele
haber una combinación de múltiples cambios en
un mismo pasaje (Ortega Sáez, 2013).
10 Como se observa en este estudio, las tres cate-
gorías analizadas se encuentran estrechamente
interrelacionadas, por lo que los ejemplos selec-
cionados para el comentario podrían tratarse en
más de un apartado.
Marta Ortega Sáez344Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
(capítulo 27). Destacan, entre estos defectos,
su carácter desmedido, excesivo y descontro-
lado (“her violent and unreasonable temper”)
(Brontë, 2006, p. 353), lejos de la sumisión es-
perada (“her absurd, contradictory, exacting
orders”) (p. 353) y probablemente empeorado
por el abuso del alcohol (“Her mother, the Creo-
le, was both a madwoman and a drunkard! […]
Bertha, like a dutiful child, copied her parent in
both points”) (p. 337). Por otra parte, Rochester
subraya su deseo sexual y su falta de castidad
(“a wife at once intemperate and unchaste”)
(p. 353), dramatizando esta dimensión que re-
primen otros personajes femeninos de la novela
(Gilbert, 1998, p. 360) y, por extensión, las mu-
jeres victorianas “de bien”. Showalter resume
que Bertha Mason es “la encarnación de la car-
ne, de la sexualidad femenina en su forma más
irremediablemente bestial y aterradora” (2009,
p. 98).11 Y, de acuerdo con Armstrong,
[…] la novela victoriana nunca le proporcio-
na al deseo femenino una forma completa-
mente humana, enfatizando que tal deseo,
una vez se le ha permitido acceder al cuerpo
de la mujer, distorsiona el cuerpo de tal mane-
ra que no se puede ubicar en las categorías de
la cultura de la clase media. Bertha Mason, la
primera mujer “loca, mala y bruta”, en Jane
Eyre, es quizás el ejemplo más memorable de
tal desfiguración (2009, p. 111).12
Estos rasgos que problematizan los roles de gé-
nero de la sociedad patriarcal victoriana y ame-
nazan su perduración también se consideraban
subversivos según el discurso franquista. Tras
la Segunda República española (1931-1939) y
11 “the incarnation of the flesh, of female sexuality in
its most irredeemably bestial and terrifying form”.
12 “the Victorian novel never gives female desire a
fully human form, in this way driving home the
point that such desire, once it is allowed to take
charge of a woman’s body, distorts that body so
that it cannot be placed within the categories of
middle-class culture. Mr. Rochester’s ‘mad, bad
and embruted’ first wife, Bertha Mason, in Jane
Eyre, is perhaps the most memorable example of
such disfiguration”.
con la imposición de la dictadura de Franco, las
mujeres experimentaron una significativa invo-
lución a modelos decimonónicos que les afectó
incluso en materia legal (Ruiz Franco, 2007),
quienes vieron cómo se alcanzaba su práctica-
mente completa “discapacidad jurídica” (Mora-
ga García, 2008, p. 235). Sus derechos se vieron
mermados (se anuló el sufragio universal, se
prohibieron el divorcio y los matrimonios civi-
les, las mujeres tuvieron que abandonar deter-
minadas profesiones, entre otros) y quedaron
relegadas nuevamente a la esfera privada, ensal-
zando el matrimonio y especialmente la misión
de tener hijos (Ranz Alonso, 2019). En esta mis-
ma línea, Egido León recoge que
En el imaginario del Nuevo Estado la mujer
no podía traspasar el umbral del hogar. Su lu-
gar en la sociedad estaba dentro de los muros
de su casa, como madre y esposa. Todo lo que
sobrepasara ese marco no solo era transgresor
sino condenable y punible (2018, p. 15).
Con el objetivo de adoctrinar y socializar a la
mujer, se contó con el apoyo de la Sección Fe-
menina de la Falange (de fet y de las jons) 13 y
de la Iglesia. La Sección Femenina, encabeza-
da por Pilar Primo de Rivera, hermana de José
Antonio Primo de Rivera, y la Iglesia, a través
de la vertiente femenina de Acción Católica,
se encargaron de promover este discurso de ca-
rácter represivo (Domingo, 2007, p. 75), con
“el objetivo de encuadrar y socializar a la po-
blación femenina en unos ideales de feminidad
acordes con la ideología nacionalcatólica del
franquismo” (Blasco Herranz, 2005, p. 55).
Cabe recordar que España se convirtió en un
Estado confesional, donde la religión católica
tenía protección oficial, dando lugar al deno-
minado “nacionalcatolicismo”, que preten-
día difundir los valores del régimen a nivel de
doctrina religiosa y moralidad, entre otros (Di
Febo, 2003). Las medidas empleadas en cues-
tión de género estaban “[i]mpregnadas por las
13 Siglas de Falange Española de las Juntas de Ofen-
siva Nacional Sindicalista.
Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)345Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°2, 2023, julio-diciembre,pp.337-356
concepciones de género del nacionalcatolicis-
mo, se fundamentaban en una ideología que
exaltaba la virilidad y la masculinidad, fortale-
cía la familia tradicional y católica, y ensalza-
ba un prototipo de mujer homogéneo” (p. 57).
En este contexto, las decisiones traductológi-
cas empleadas por Luaces referentes a Bertha
Mason, principalmente omisiones, conducen
a la creación de un personaje menos disrup-
tivo y ligeramente más acorde con el modelo
femenino deseado por los estratos oficiales del
régimen en el momento. En primer lugar, se
observan omisiones en las palabras de Roches-
ter referentes a descripciones de su esposa, que
claramente la posicionaban en el texto inglés
lejos del ideal de esposa y encargada del man-
tenimiento de la institución de la familia y, por
ende, de la paz en el hogar (véase Ejemplo 1).
Ejemplo 1:
[to:] Jane, I will not trouble you with abomi-
nable details: some strong words shall express
what I have to say. I lived with that woman ups-
tairs four years, and before that time she had tried
me indeed: her character ripened and developed
with frightful rapidity; her vices sprang up fast and
rank: they were so strong, only cruelty could check
them, and I would not use cruelty. What a pig-
my intellect she had, and what giant propensities!
How fearful were the curses those propensities en-
tailed on me! Bertha Mason, the true daughter
of an infamous mother, dragged me through
all the hideous and degrading agonies which
must attend a man bound to a wife at once in-
temperate and unchaste (p. 353).14
[tm:] No quiero disgustarte con detalles odio-
sos, Jane; vale más resumir. Viví con esa mujer
más de cuatro años y en tal lapso su perverso carác-
ter y sus malas inclinaciones se desarrollaron con
14 En los ejemplos del análisis comparativo del tex-
to inglés y la traducción al castellano, la cursiva
marca los cambios llevados a cabo y el subrayado
indica las supresiones. Para la paginación, téngase
en cuenta que se ha usado la edición de la traduc-
ción publicada en 2011 por Espasa Calpe. to se
refiere al texto origen y tm al texto meta.
increíble rapidez. Bertha Mason, digna hija de
una madre degenerada, me hizo sufrir todas
las torturas, todas las agonías que cabía es-
perar de su temperamento inmoderado y vicioso
(pp. 327-328).
Ejemplo 2:
[to:] [...] and my ears were filled with the
curses the maniac still shrieked out; wherein she
momentarily mingled my name with such a
tone of demon-hate, with such language! – no
professed harlot ever had a fouler vocabulary than
she [...] (p. 355),
[tm:] […] En mis oídos sonaban los gritos de la
perturbada. Súbitamente la oí pronunciar mi
nombre con demoniaco acento de odio y per-
cibí su abominable lenguaje (p. 329).
En el Ejemplo 1, en la traducción al español se
observa la extensa omisión de
her vices sprang up fast and rank: they were
so strong, only cruelty could check them, and
I would not use cruelty. What a pigmy inte-
llect she had, and what giant propensities!
How fearful were the curses those propensi-
ties entailed on me!
Esta omisión reduce, en la versión española,
el énfasis en los vicios de Bertha, así como en
los insultos que llegaban a resultar “giant” y
“fearful” para Rochester y que generaban una
inversión en cuestión de roles de género, con
lo que se podría llegar a poner en cuestión la
masculinidad del marido.
Por otra parte, en la reformulación de “a wife
at once intemperate and unchaste” como “su
temperamento inmoderado y vicioso”, la pérdi-
da del término “wife” no parece fortuita. Podría
deberse a una voluntad del traductor de desaso-
ciar el concepto de esposa de tales características
tan ajenas al rol promovido por el régimen. En
esta misma línea, Luaces ha omitido, en el Ejem-
plo 2, la comparación entre el lenguaje empleado
por Bertha y el de una “harlot”, que la situarían
en la categoría opuesta al ángel del hogar.
Marta Ortega Sáez346Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
En línea con esta idea, en el Ejemplo 3, la desa-
parición de la descripción de Thornfield y de la
mansión de Rochester y el seno familiar como
un lugar maldito, poseído, equiparado al mis-
mo infierno y habitado por un auténtico de-
monio (Bertha) no es de extrañar. Asimismo,
en el Ejemplo 4 se suprime la imposibilidad de
lograr un hogar “quiet or settled”, debido nue-
vamente al carácter de Bertha Mason, que en
la traducción también pierde la dimensión vio-
lenta (“her violent and unreasonable temper”).
Ejemplo 3:
[to:] Oh, Adèle will go to school – I have set-
tled that already; nor do I mean to torment
you with the hideous associations and recol-
lections of Thornfield Hall – this accursed place
– this tent of Achan – this insolent vault, offering
the ghastliness of living death to the light of the
open sky – this narrow stone hell, with its one real
fiend, worse than a legion of such as we imagine.
I was wrong ever to bring you to Thornfield Hall,
knowing as I did how it was haunted (p. 346).
[tm:] Adèle irá a un colegio. No deseo atormen-
tarte reteniéndote en Thornfield Hall (p. 322).
Ejemplo 4 (moral sexual, religión):
[to:] [...] when I perceived that I should never have
a quiet or settled household, because no servant
would bear the continued outbreaks of her vio-
lent and unreasonable temper, [...] (p. 353).
[tm:] […] Ningún criado paraba en la casa,
porque no podían soportar los arrebatos de
mal carácter de mi mujer, sus abusos ni sus
órdenes absurdas y contradictorias (p. 327).
El siguiente grupo de ejemplos omiten el recha-
zo que Rochester siente por su esposa y la diso-
lución de la institución del matrimonio que él
propone. En los ejemplos 5 y 6 se obviaron “even
of what I most hate” y “to the last I repudiated
the contamination of her crimes”, que recogían
el total repudio que Rochester experimentaba
hacia su mujer y sus actos, tildados de “crimes”
en el texto inglés. En el Ejemplo 7, se suprimió
el pasaje en el que Rochester va un paso más
allá y afirma: “I am not married. You shall be
Mrs. Rochester”, negando la existencia de su
matrimonio con Bertha Mason, una declara-
ción que infringiría las leyes que prohibían el
divorcio en España. De igual manera, se omitie-
ron las referencias a la voluntad de Rochester de
abandonar a Bertha para emprender una nueva
vida con Jane (Ejemplo 8).
Ejemplo 5:
[to:] [...] but to each villain his own vice; and
mine is not a tendency to indirect assassina-
tion, even of what I most hate (p. 346).
[tm:] […] Pero por perversas que sean mis in-
clinaciones, la de acometer un asesinato indi-
recto no figura entre ellas (p. 322).
Ejemplo 6:
[to:] Jane, I approached the verge of despair; a
remnant of self-respect was all that intervened
between me and the gulf. In the eyes of the
world, I was doubtless covered with grimy dis-
honour; but I resolved to be clean in my own
sight – and to the last I repudiated the contamination
of her crimes, and wrenched myself from con-
nection with her mental defects. [...] (p. 354).
[tm:] Me hallaba al borde de la desespera-
ción. A los ojos del mundo yo estaba eviden-
temente cubierto de deshonor, pero resolví
absolverme ante mí mismo rompiendo todo
lazo con ella (p. 328).
Ejemplo 7:
[to:] […] As to the new existence, it is all
right: you shall yet be my wife: I am not mar-
ried. You shall be Mrs. Rochester – both virtually
and nominally. [...]. (p. 350).
[tm:] […] Iremos a sitios donde no nos co-
nozcan y serás, de hecho y ante el mundo, mi
mujer. (p. 325).
Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)347Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°2, 2023, julio-diciembre,pp.337-356
Ejemplo 8:
[to:] Jane, you shall not stay here, nor will I.
[…] But I’ll shut up Thornfield Hall: I’ll nail up
the front door and board the lower windows: I’ll
give Mrs. Poole two hundred a year to live
here with my wife, as you term that fearful
hag (p. 347).
[tm:] No deseo atormentarte reteniéndote
en Thornfield Hall. […] Pago doscientas li-
bras al año a Grace Poole para que custodie
a esa bruja infernal que tú llamas mi mujer
(p. 322).
1.1.2. El origen criollo como amenaza
El segundo aspecto que define la otredad de
Bertha Mason es su origen criollo. Rochester la
define como “Creole” en el capítulo 27 (Bron-
të, 2006, p. 358). Aparte de esta información,
sabemos que su padre, el señor Jonas Mason,
había sido un mercader inglés blanco afincado
en Jamaica, y su madre, Antoinetta, también
era de origen criollo. Según Thomas,
Antes de 1850 había cuatro significados del
término “criollo” en circulación en Gran Breta-
ña: personas blancas de ascendencia española
naturalizadas por nacimiento en la América es-
pañola; personas de ascendencia no indíge-
na naturalizadas por nacimiento en el Caribe;
personas no indígenas “de diferentes colores”
(blanco o “negro”) nacidas en la América espa-
ñola; y personas blancas de ascendencia euro-
pea naturalizadas por nacimiento en el Caribe
(1999, p. 2).15
Aunque este término parece caracterizarse por
la indeterminación, el texto sí apunta a la infe-
rioridad de Bertha cuando Rochester afirma:
15 “Before 1850 four meanings of Creole were in
circulation in Britain: white people of Spanish
descent naturalized by birth in Spanish America;
people of non-aboriginal descent naturalized by
birth in the West Indies; non-aboriginal people
‘of different colours’ (white or ‘negro’) born
in Spanish America (Johnson and Walker); and
white people of European descent naturalized by
birth in the West Indies”.
“Her family wished to secure me because I
was of a good race” (Brontë, 2006, p. 352). En
el contexto colonial de mediados del siglo xix,
donde dominaban hegemónicamente los blan-
cos, Bertha, originaria del contexto colonial,
se veía marginalizada y sometida a la supuesta
superioridad de los británicos que representaba
Rochester. Según Watson, “los británicos toda-
vía se veían a sí mismos como ‘dueños huma-
nos’ de la ‘gente negra’” (2001, p. 451).16 En
este sentido, resulta interesante el argumento
de Atherton, quien asegura que
[…] incluso siendo una criolla blanca, Ber-
tha habría seguido siendo considerada “ex-
tranjera”. En los siglos xviii y xix, muchos
escritores europeos en el Caribe asociaban
a los criollos con la población caribeña na-
tiva, como un modo de distanciarlos de los
europeos “civilizados”. Este era el caso par-
ticular de las mujeres criollas, que a menudo
se describían como obcecadas, decadentes y
deshonestas – la esencia de la descripción que
Rochester proporciona de Bertha (2014).17
Una vez en Inglaterra, su encierro físico en el
ático de Thornfield simboliza la subordinación
a la que se ve sometida por su condición de
sujeto colonizado. En esta jerarquía étnica,
Bertha Mason simboliza el “Otro no humano”
(Spivak, 1985, p. 254),18 dotado de una serie
de estereotipos degradantes, característicos
del discurso imperialista (Fanon, 1952; Said,
1978, 1993). Según apunta Armstrong, “ha-
ciéndola descender en el árbol evolutivo, Bron-
të también le proporciona a la antagonista de
16 “the British still saw themselves as ‘humane mas-
ters’ over all ‘dark peoples’”.
17 “[…] even as a white Creole, Bertha would have
been seen as ‘alien’. In the 18th and 19th centuries,
many European writers in the West Indies sought
to associate Creoles with the native Caribbean
population, as a way of distancing them from ‘ci-
vilised’ Europeans. This was particularly the case
for Creole women, who were often depicted as
self-willed, decadent and untrustworthy – the very
essence of Rochester’s description of Bertha”.
18 “not-yet-human Other”.
Marta Ortega Sáez348Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
Jane las marcas de lo que Darwin denominó las
razas ‘inferiores’ y Mayhew consideró típicas de
las ‘clases delincuentes’” (2009, p. 112).19 Así,
en sus descripciones, Bertha es objeto de la ani-
malización y la bestialización (hasta el punto
de referirse a ella como “it” en múltiples oca-
siones); se le atribuyen rasgos vampíricos y de-
moníacos; se destaca su falta de moralidad y se
enfatiza su promiscuidad sexual. A Bertha se le
atribuye el tipo de sexualidad lujuriosa con la que
se caracterizaba a las razas diferentes de la blan-
ca: “Bertha, como miembro de la clase alta,
pero exótica, y la ‘otra’ en términos raciales,
representa una conjunción amenazante entre
la alta educación y la depravación sexual atri-
buida a las clases sociales inferiores y las razas
extranjeras” (Shuttleworth, 1996, p. 167).20
Para comprender el tratamiento de la diferen-
cia étnica en el contexto franquista, es necesario
ahondar en el recién fundado nacionalcatolicis-
mo, pues ejerció una significativa influencia en
la difusión de los principios del régimen a nivel
patriótico (Di Febo, 2003). La doctrina nacion-
alcatólica promovió
[…] una ideología de aluvión, de un gran es-
quematismo simbólico, abigarrada, simplista, a
veces contradictoria, claramente maniquea y de
una tosquedad verdaderamente aplastante, en
la que pueden descubrirse especialmente ope-
rantes componentes de mentalidades típicas de
orden, tradicionales, ensoñaciones fascistoides
y contenidos y recursos ocultos de santificación
del statu quo […], ingredientes que, junto con
un exacerbado y xenófobo nacionalismo […]
formaban un conjunto ideológico orgánico es-
tructurado en torno a la interpelación religiosa
católica en su versión más ultra (Sopeña Mon-
salve, 2005, pp. 18-19).
19 “[i]n pushing her back down the evolutionary tree,
Brontë also gives Jane’s antagonist the markings of
what Darwin called the ‘lower’ races and Mayhew
considered typical of the ‘criminal classes’”.
20 “Bertha, as an upper-class, but exotic, racial ‘oth-
er’ represents a threatening conjunction between
high breeding, and the sexual depravity attributed
to the lower classes and alien races”.
El concepto de raza hispana trascendía los as-
pectos biológicos y se centraba en la dimen-
sión moral y espiritual, fundamentalmente
católicas, que debían compartir los españoles.
En este sentido, el régimen se propuso, por
una parte, “mejorar la raza española extirpan-
do del cuerpo social a los enemigos políticos
del país y a evitar la difusión de sus ideas por
medio de la moralización de las costumbres y
la segregación” (Campos, 2016, p. 134), den-
tro del país. El punto de partida fue la propia
guerra civil española, entendida por el bando
nacional como una “cruzada cristiana” (tam-
bién denominada “cruzada nacional de libera-
ción”), cuyo “propósito [era] liberar a España
de la amenaza del comunismo y de otros pe-
ligros afines, a los que las crónicas franquis-
tas, con un estilo conspirativo, amalgamaban
como súcubos afines (anarquismo, liberalismo,
separatismo, laicismo, masonería, ateísmo, los
judíos, etc.)” (Bozza, 2016, p. 115).
Por otra parte, se aspiraba a trascender las
fronteras y llevar a cabo una misión “univer-
sal imperial y evangelizadora” (Arce Pinedo,
2008, p. 29), que se asemejaba nuevamente a
los modelos coloniales del siglo anterior. Por
supuesto, esto contribuyó en la representación
orientalista de los pueblos que necesitaban ser
cristianizados por la denominada raza hispana
(Alonso Breto y Ortega Sáez, 2009), conside-
rando a los habitantes de los pueblos indíge-
nas seres primitivos e ignorantes, de categoría
inferior, con repugnantes costumbres (Álvarez
Chillida, 2017).21
El análisis de la traducción publicada por Ibe-
ria refleja nuevamente en esta ocasión una
tendencia a dulcificar la apariencia y el com-
portamiento de Bertha Mason. El traductor
somete al personaje a una domesticación que
21 Álvarez Chillida se refiere a las opiniones vertidas
por el inspector Heriberto Ramón Álvarez sobre
los indígenas de la colonia española de Guinea,
pero son un reflejo de las creencias de los adeptos
del régimen franquista.
Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)349Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°2, 2023, julio-diciembre,pp.337-356
la reinscriben ligeramente en el paradigma fe-
menino promovido por el franquismo.
En el primer grupo de ejemplos (9-11) se ob-
serva una atenuación de la animalización y el
primitivismo asociados al personaje. Bertha
es humanizada y adquiere una nueva docili-
dad que la aproxima al modelo femenino de
la época. Esto se ha logrado con la omisión de
la identificación con “a carrion-seeking bird of
prey” (Ejemplo 9), con “beast” (Ejemplo 10) y
también se ha eliminado “to bite their flesh from
their bones” (Ejemplo 11), que aproximaba a Ber-
tha Mason a un animal hambriento en el texto in-
glés, con lo que desaparece parte de la brutalidad
que se le otorgaba originalmente a la esposa de
Rochester. También es interesante cómo en este
ejemplo se ha transformado “burn people in their
beds at night” en “incendia camas”, obviando la
intencionalidad de Bertha de agredir a Rochester
en el capítulo 15 y se ha omitido el apuñalamiento
a su hermano Richard Mason en el capítulo 20.
Ejemplo 9:
[to:] What creature was it, that, masked in an
ordinary woman’s face and shape, uttered the
voice, now of a mocking demon, and anon of a
carrion-seeking bird of prey? (p. 243).
[tm:]¿Qué clase de ser era aquél? (p. 235).
Ejemplo 10:
[to:] What it was, whether beast or human be-
ing, one could not, at first sight, tell: [...].
(p. 338).
[tm:] No era fácil, a primera vista, percibir si
se trataba de un ser humano o no, [...]. (p. 315).
Ejemplo 11:
[to:] “[...] and she shall have her son, the keeper
at Grimsby Retreat, to bear her company and
be at hand to give her aid in the paroxysms,
when my wife is prompted by her familiar to
burn people in their beds at night, to stab them, to
bite their flesh from their bones, and so on (p. 346).
[tm:] […] Y dentro de poco, su hijo, que es
celador en el asilo de Grimsby, vendrá a ayu-
darle en su tarea de vigilar a mi mujer cuando
sufre esos paroxismos en cuyo curso incendia
camas, muerde y... (p. 322).
De forma similar, la degradación que experi-
menta Bertha en el texto original se ve suaviza-
da en la versión en español. Del Ejemplo 10 ya
se había omitido “What it was”, eliminando
esta cosificación. Por su parte, el Ejemplo 12
ilustra claramente la insistencia en la novela
inglesa de rebajar al personaje a una condición
de inferioridad, refiriéndose a ella como “the
shape” y en dos ocasiones como “it”, mientras
que Luaces le reasigna su identidad de mujer
(“la mujer”, “descríbemela”). También la duda
de Jane respecto a qué o quién había visto que-
da disipada en este fragmento de la traducción
cuando directamente afirma: “Me pareció alta
y corpulenta”. También en el Ejemplo 13 se
pierde la cosificación del personaje con la omi-
sión de “the thing”. Vemos en todos los casos
una humanización del personaje, que se apro-
xima algo más a la ideología patriarcal domi-
nante en cuestiones de género.
Ejemplo 12:
[to:] No, sir, I solemnly assure you to the
contrary. The shape standing before me had
never crossed my eyes within the precincts of
Thornfield Hall before; the height, the con-
tour were new to me.
—Describe it, Jane.
—It seemed, sir, a woman, tall and large, with
thick and dark hair hanging long down her
back [...] (p. 326).
[tm:] No; le juro que no. La mujer que yo tenía
ante mí no ha cruzado jamás sus miradas con
las mías desde que vivo en Thornfield. Todo
en su aspecto era nuevo para mí.
—Descríbemela, Jane.
Me pareció alta y corpulenta, con una negra
cabellera cayéndole sobre la espalda (p. 305).
Marta Ortega Sáez350Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
Ejemplo 13:
[to:] When I think of the thing which flew at
my throat this morning, hanging its black and
scarlet visage over the nest of my dove, my blood
curdles (p. 357).
[tm:] Cuando pienso en cómo saltó sobre mí
esta mañana y me acuerdo de que estuvo en tu ha-
bitación, se me hiela la sangre (p. 331).
Por último, se han agrupado varios casos en los
que se elimina la demonización, otra de las re-
presentaciones estereotipadas de Bertha Mason
como sujeto colonial. Por una parte, algunos de
los pasajes recogidos anteriormente también tie-
nen cabida en esta categoría. Por ejemplo, Luaces
ha omitido “real fiend” (Ejemplo 3) y “mocking
demon” (Ejemplo 9). Además, en el Ejemplo 14,
“anything malignant” también ha desaparecido.
En las tres ocasiones, las omisiones contribuyen
nuevamente a la feminización del personaje que
pretende ser reincorporado al modelo de domes-
ticidad destinado al género femenino.
Ejemplo 14:
[to:] “Thank God!” he exclaimed, “that if
anything malignant did come near you last night,
it was only the veil that was harmed. Oh, to
think what might have happened!” (p. 328).
[tm:] ¡Gracias a Dios que ese velo ha sido lo
único que ha sufrido daño! ¡Oh, cuando pien-
so en lo que pudo haber sucedido! (p. 307).
1.1.3. La “locura” de Bertha Mason
El tercer elemento que constituye la alteridad
de Bertha proviene de las limitaciones intelec-
tuales que le atribuyen en el texto, principalmen-
te Rochester, el encargado de narrar a Bertha,
con un discurso que proyecta la ideología de la
sociedad victoriana. El dueño de Thornfield afir-
ma que “Bertha Mason is mad; and she came of
a mad family; idiots and maniacs through three
generations!” (Brontë, 2006, p. 337) y la descri-
be como una “mad-woman” (p. 337) y “lunatic”
(p. 357). En este sentido, Bertha Mason originó
el popular mito de “the madwoman in the attic”,
desarrollado por Sandra Gilbert y Susan Gubar
en la obra capital del enfoque feminista en la lite-
ratura victoriana escrita por mujeres, The Mad-
woman in the Attic. The Woman Writer and the
19th century Imagination (1979).
Según apunta su esposo, además de la heren-
cia genética, acrecentada por sus malos hábitos
(“Her mother, the Creole, was both a madwo-
man and a drunkard! […] Bertha, like a dutiful
child, copied her parent in both points”) (Brontë,
2006, p. 337), dos de los factores descritos hasta
ahora —su sexualidad y sus orígenes criollos—
parecen ser determinantes en la construcción
de la condición mental de Bertha Mason.
Por una parte, se encuentra la adscripción de
Bertha como sujeto colonial con una identidad
étnica que ha sido interpretada por algunos au-
tores como fuente de su “locura” (Bewell, 1996;
Bolton, 2009). Según Azim, en su figura conver-
gen “[b]rutalidad, locura y sexualidad” (1993,
p. 178),22 tres características que, como se ha
podido observar, se encuentran intrínsecamente
relacionadas entre ellas. En esta línea, ya se ha
visto cómo, basándose en la animalización y la
demonización de las personas de raza no blanca
típicas del momento (Wistrich, 1999), Bertha se
ve reducida a “it”, esto es, cosificada, en varias
ocasiones en el texto. Asimismo, su mente se ve
rebajada a la irracionalidad de una “wild beast”
(Brontë, 2006, p. 243) y “wild animal” (p. 338),
con un “pigmy intellect” (p. 353).
Por otra parte, como recuerda Showalter, el
discurso médico victoriano vinculaba la sexua-
lidad femenina acentuada con la demencia:23
22 “[s]avagery, madness and sexuality”.
23 Se refiere, por ejemplo, al discurso médico del
popular doctor William Acton, quien negaba el
deseo femenino al afirmar con contundencia que
“there can be no doubt that sexual feeling in the
female is in the majority of cases in abeyance” (en
Showalter, 2009, p. 99).
Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)351Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°2, 2023, julio-diciembre,pp.337-356
“el apetito sexual se consideraba uno de los
síntomas principales de la demencia moral de
las mujeres”24 y se definía como algo “anormal
o patológico”25 (2009, p. 98). Esta condición
mental de Bertha, en principio manifestada en
su convivencia con Rochester en Jamaica, solo
pudo verse acentuada tras su traslado a Inglate-
rra, convirtiéndose en una “bestia encerrada”
tras diez años de reclusión (Showalter, 2009,
p. 100).26 Este personaje, subversivo a tantos
niveles en el contexto victoriano, es silencia-
do y ocultado al resto de la sociedad, pues
Rochester la confina en el ático de Thornfield
durante diez años: “since the medical men had
pronounced her mad, she had, of course, been
shut up” (Brontë, 2006, p. 354). Y a partir de
este diagnóstico, ya no había marcha atrás.
Como apunta Appignanesi,
[…] for the individual named insane, it was
sanity that became all but impossible to pro-
ve. The law might want to protect the indi-
vidual’s liberty and civil rights — lost when
he or she was declared insane and unable to
manage estate and finances. Alternatively the
law might want insanity named, attested to,
and the person committed, since it had a duty
to protect society from danger (2008, p. 86).
Por lo que se refiere al franquismo, nos interesa
detenernos en la construcción de ciertos diag-
nósticos mentales. Se trata particularmente de
la patologización de determinadas actitudes o
ideologías contrarias a los preceptos estableci-
dos por el régimen, con el fin de legitimar y
perpetuar el “Nuevo Estado”, partiendo de la
denominada “higiene mental”. De acuerdo
con Campos y Novella, “[l]a higiene mental fue
identificada con el catolicismo, la revolución
nacionalsindicalista y la moral como garan-
tes de la estabilidad política y el orden social”
(2017, p. 74). La represión que se ejerció desde
la psiquiatría pretendía defender nuevamente,
24 “sexual apetite was considered one of the chief
symptoms of moral insanity in women”.
25 “abnormal or pathological”.
26 “caged beast”.
aunque en esta ocasión desde esta justificación
médica, la supuesta “Raza hispánica/hispa-
na” de la que se ha hablado anteriormente.
Por otra parte, este concepto de higiene mental
se vinculó a la disidencia política, pero tam-
bién a otros aspectos como la sexualidad fe-
menina. En primer lugar, “[l]a patologización
de la disidencia política y su neutralización
fue una de las líneas maestras de la psiquiatría
franquista en sus inicios” (Campos y Novella,
2017, p. 74). Así lo recoge González Duro en
relación con la aversión del régimen hacia el
marxismo:
Cuando la guerra estuvo próxima a su final,
hubo que preparar ideológicamente el terre-
no para la gran represión regeneradora que se
iba a iniciar en la inmediata posguerra. Y de
ello se encargaron unos cuantos psiquiatras,27
henchidos de fervor patriótico, demostrando
“científicamente” que los “marxistas” eran
inferiores mentales, morales y espirituales,
psicópatas antisociales que propendían a la
subversión del “orden natural” de las cosas y,
por ende, al marxismo. El propio marxismo
era una enfermedad que debía ser “tratada”
preventivamente y con toda la energía por los
médicos (2008, p. 10).28
En segunda instancia, las mujeres sufrieron un
doble estigma, pues además de la ya comen-
tada patologización de la ideología disiden-
te que podían compartir con sus congéneres
masculinos, se psiquiatrizó su sexualidad y
los comportamientos alejados de la normati-
vidad asignada a su género.29 Según recogen
27 Los psiquiatras más influyentes del primer fran-
quismo fueron Antonio Vallejo Nágera, Ramón
Sarró y Juan José López Ibor (Nota de la autora).
28 Véase también el trabajo de González de Pablo
(2016).
29 Esta patologización también repercutió sobre
otros colectivos marginados: desde la psiquiatría se
contribuyó “a justificar el control y represión de
la población marginal durante el primer franquis-
mo, pues determinaron la aplicación por la policía
franquista de instrumentos legales previos, como
la famosa Ley de Vagos y Maleantes” (González
Marta Ortega Sáez352Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
Conseglieri y Baquero en su estudio sobre los
testimonios y las historias clínicas de las mu-
jeres del Manicomio de Leganés desde el final
de la guerra civil hasta 1952, en los certifica-
dos médicos que justificaban los ingresos se
insistía especialmente en “[l]a importancia de
explicitar componentes sexuales o referencias
a la erotización de las pacientes para reforzar
el diagnóstico psiquiátrico” (2021). En esta
misma línea, Martin Zapirain también se ha
hecho eco del silenciamiento que sufrió una
mujer belga encerrada durante nueve meses en
un centro psiquiátrico de Guipúzcoa, simple-
mente por no ajustarse a los modelos de femi-
nidad dominantes en la sociedad franquista.
Se trataba de una mujer divorciada y casada
en segundas nupcias en España que viajaba
sola, sin sus hijos, que además había tenido
relaciones extramatrimoniales, las cuales fue-
ron consideradas síntomas de su “enfermedad
mental” por los médicos (2019, p. 98).30
A continuación se recogen cuatro ejemplos
(ejemplos 15 a 18) en los que se examina el tra-
tamiento de la “locura” de Bertha Mason por
parte de Luaces.
Ejemplo 15:
[to:] The maniac bellowed: she parted her shaggy
locks from her visage, and gazed wildly at her visi-
tors (p. 338).
[tm:] La loca avanzó, separó de su rostro el
cabello que lo cubría y miró con fiereza a sus
visitantes (p. 315).
de Pablo, 2016, p. 55). Entre otros, la homosexua-
lidad se penalizó a través de esta legislación. Véase
también Campos (2016) y Díaz (2019).
30 Recientemente, la ficción literaria se ha hecho eco
de la psiquiatrización femenina en el franquismo.
Almudena Grandes trató esta cuestión en su no-
vela La madre de Frankenstein, publicada en 2020.
Es la quinta obra dentro del proyecto narrativo
“Episodios de una guerra interminable”, que
transcurren en diferentes momentos de la pos-
guerra española.
Ejemplo 16:
[to:] At last he mastered her arms; Grace Poole
gave him a cord, and he pinioned them behind her:
with more rope, which was at hand, he bound her
to a chair. The operation was performed amidst
the fiercest yells and the most convulsive plunges
(p. 339).
[tm:] Al fin logró tomarla por los brazos.
Grace Poole le tendió una cuerda y Rochester
ató a la espalda las muñecas de la loca, lo que
realizó a despecho de las sacudidas y empe-
llones que ella daba (p. 316).
Ejemplo 17:
[to:] […] and my ears were filled with the curses
the maniac still shrieked out (p. 355).
[tm:] En mis oídos sonaban los gritos de la
perturbada (p. 329).
Ejemplo 18:
[to:] I had some trouble in finding an attendant
for her, as it was necessary to select one on whose
fidelity dependence could be placed; for her ravings
would inevitably betray my secret: besides, she had
lucid intervals of days – sometimes weeks – which
she filled up with abuse of me (p. 356).
[tm:] Me fue difícil encontrar quien la aten-
diese, asegurándome a la vez de su silencio,
porque la loca tiene intervalos de lucidez, que
dedica a difamarme (p. 330).
Resulta interesante observar cómo en este gru-
po de ejemplos se mantiene la tendencia general
a domesticar a Bertha, al tiempo que se enfatiza
su “locura”. Por una parte, se alivia su anima-
lización en el Ejemplo 15, cuando sus “shaggy
locks” se convierten en “el cabello”, una ima-
gen dulcificada del aspecto de Bertha que poco
tiene que ver con las greñas enmarañadas del
texto inglés. También su carácter desmedido
expresado a través del verbo “bellowed” (que la
aproxima a los bramidos o rugidos de un ani-
mal) en este mismo ejemplo y los “fiercest yells”
Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y domesticación de Bertha Mason en la España franquista.
Análisis de la traducción de Jane Eyre de Juan G. de Luaces (Iberia, 1943)353Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 16, N.°2, 2023, julio-diciembre,pp.337-356
(Ejemplo 16) desaparecen de la versión españo-
la. Y “the curses the maniac still shrieked out”
(Ejemplo 17) se traduce como “los gritos de
la perturbada”, donde el lenguaje indecoroso
implícito en “curses” se mitiga al emplearse el
término “gritos”. Por otra parte, se encuentra
la adición del término “loca” en la traducción
en varias ocasiones (ejemplos 16 y 18). Pare-
ce que la intención de recalcar la condición
mental de Bertha Mason pretende justificar la
presencia de un personaje femenino de estas
características en el contexto de posguerra,
aun cuando ha existido en la traducción un
permanente intento de suavizar su carácter,
que ya había desdibujado muchos de los ras-
gos que presentaba en el texto original.
Tras el análisis de las estrategias traductológi-
cas empleadas por Luaces, es interesante cata-
logar los ejemplos que se han presentado en estos
apartados según los criterios de censura que re-
cogió Abellán (1980), para demostrar que Bertha
Mason era un personaje altamente censurable en
la España franquista. Excepto las cuestiones
políticas, los otros tres temas susceptibles de cen-
sura aparecen asociados a Bertha Mason. En
primer lugar, se ha observado que en las des-
cripciones que se proporcionan del personaje se
destaca que ataca a la moral sexual en diversas
ocasiones, al enfatizarse su sexualidad, sus vi-
cios e inclinaciones inapropiadas (ejemplos 1 y
2). De modo similar, en su construcción como
ser colonial, se deshumaniza su comportamien-
to y se insiste en la manera en que atenta contra
las buenas costumbres (ejemplos 9-13). Asimis-
mo, los ejemplos de la denominada “locura” de
Bertha la alejan de la moral cristiana (ejemplos
15-18). También se la relaciona con el uso de
lenguaje indecoroso, ya sea en forma de insul-
tos y maldiciones, o por sus berridos impropios
de los buenos modales esperados de una mu-
jer “decente” (ejemplos 2, 15-17). Finalmente,
los aspectos impropios de un matrimonio tra-
dicional y la repudia del mismo por parte de
Rochester podrían pertenecer tanto al criterio
de la moral sexual, por apuntar a la ruptura
de la pareja, como a la religión, que igualmen-
te defendía la idea del matrimonio indisoluble
(ejemplos 3 a 8).
2. Conclusión
El primer objetivo de este estudio era observar
qué tratamiento recibió Bertha Mason en la tra-
ducción de Juan G. de Luaces publicada por la
editorial Iberia en 1943, en el primer franquis-
mo. Se trata de un personaje que, a pesar de
pertenecer a una obra canónica, resultaba di-
fícil de digerir en el contexto franquista y ante
esto existían dos posibles escenarios para la ver-
sión española: por una parte, estaba la opción
de mantener las descripciones de este personaje
tan subversivo del texto original, para que pu-
diera tomarse como ejemplo de comportamien-
tos y actitudes inapropiados merecedores de un
“castigo” al final del texto, en forma de una
terrible muerte; por otra, se podía reducir su ca-
rácter subversivo y domesticarla para el público
lector franquista. En esta versión se ha optado
por esta segunda posibilidad y Bertha Mason
presenta una significativa transformación.
El segundo objetivo era explorar la cuestión de
la posible autocensura en esta obra. Se han te-
nido en cuenta un conjunto de aspectos que en
su globalidad apuntan a que esta fue la estra-
tegia empleada en esta traducción. En primer
lugar, habida cuenta de la falta de indicaciones
de tachaduras y modificaciones en el informe
expedido por parte del aparato censor, los cam-
bios en la versión española deben atribuirse a
Luaces o al editor. Se ha demostrado, median-
te evidencias constatadas, que ambos agentes
ejercían esta práctica de forma habitual. La
elección de esta estrategia, junto con la inclu-
sión de la persuasiva nota introductoria que
precede el texto, parecen corroborar la idea
de esta voluntad de lograr la autorización de
la traducción, a pesar del detrimento del texto
original. Por otra parte, después de considerar
los criterios de censura recogidos por Abellán,
se ha visto que el personaje de Bertha Mason
cuestiona tres de las cuatro categorías (moral
Marta Ortega Sáez354Traducción (auto)censurada en los mundos hispánicos
sexual, lenguaje indecoroso y religión), lo que
refuerza el argumento de la autocensura para
evitar la censura posterior por parte de los lec-
tores encargados de este expediente.
En el contexto victoriano, Bertha Mason ya
había sido doblemente silenciada: sin voz pro-
pia y privada de libertad. A Bertha no se le
da la oportunidad de expresarse y, además,
carece de un espacio social físico, encerrada
en el desván de Thornfield durante diez años.
Un personaje con sus características no tenía
cabida en la sociedad decimonónica británica.
Ser mujer, ser criolla y estar “loca” fueron tres
ingredientes de su identidad que conformaron
su alteridad y la colocaron en la parte inferior
de los binomios de género, etnia y capacidad.
Casi un siglo después, en la España de la pri-
mera posguerra bajo el régimen de Franco,
Bertha experimentó una significativa domes-
ticación en la versión de 1943, que pretendía
acercarla al modelo femenino defendido y
perpetuar, así, el statu quo. Dicha transforma-
ción fue a través de la autocensura de Luaces
o de la editorial. Especialmente mediante
múltiples omisiones y cambios, se perfilaron
y suavizaron todos aquellos aspectos de su
identidad que ponían en tela de juicio el rol
de mujer de la casa, de vida consagrada a la
familia. Así, su deseo sexual se ve disminui-
do y se incrementa su docilidad, a la vez que
se insiste en su “locura”, que parece usarse a
modo de excusa para presentar un personaje
que contiene tantos rasgos disruptivos.
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Cómo citar este artículo: Ortega Sáez, M. (2023). Mujer, criolla y “loca”. Autocensura y do-
mesticación de Bertha Mason en la España franquista. Análisis de la traducción de Jane Eyre de
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