ISSN 2011-799X
Recibido: 2024-03-20
Aceptado: 2024-07-16
DOI: 10.17533/udea.mut/v17n2a03La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 18161
Alejandro Pautasso
juanalejandropautasso@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-8870-1801
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” (uba/ conicet),
Argentina.
Resumen
En esta investigación, se hacen confluir los estudios de prensa y los estudios de traducción en su
dimensión política para analizar el debate sobre la libertad de prensa en el Río de la Plata entre sep-
tiembre y octubre de 1816. En este contexto, esta investigación prioriza el análisis de varias ediciones
del periódico El Independiente, editado por Pedro José Agrelo, dedicadas exclusivamente a la cuestión
de la libertad de imprenta. Se encontró que Agrelo desarrolló estrategias y técnicas que implicaron la
adición, omisión, apropiación, reescritura, reorganización, manipulación y creación, transformando
la forma, el sentido y el mensaje original para situarse en la controversia periodística como un editor
que se oponía tanto al oficio contra los escritores públicos como al Gobierno. Los usos y sentidos
que Agrelo les brindó a las traducciones en su periódico sugieren, sino comprueban, que la prensa
participó como un actor político en las controversias entre publicistas y con el Gobierno.
Palabras clave: libertad de prensa, periódicos, construcción de la opinión pública, uso político de la
traducción
Translation and the Debate on Freedom of the Press in Buenos Aires in 1816
Abstract
In this research, press studies and translation studies are brought together in their political dimension
to analyze the debate on press freedom at Río de la Plata between September and October 1816.
Against this backdrop, this research prioritizes the analysis of several editions of newspaper El In-
dependiente, edited by Pedro José Agrelo, which were devoted exclusively to the issue of freedom of
the press. It was found that Agrelo developed strategies and techniques, such as addition, omission,
appropriation, rewriting, reorganization, manipulation and creation, thus transforming the original
form, meaning, and message in order to take a stance in the journalistic controversy as an editor who
1 Esta investigación forma parte de mi tesis doctoral en curso, la cual tiene por título “Traducción, recepción y
usos de los modelos y los lenguajes políticos en la prensa en el Río de la Plata durante la década revolucionaria e
independentista (1810-1820)”. Esta tesis se ha desarrollado dentro del Proyecto de Unidad Ejecutora pue-conicet
22920170100057CO N.° 1298/17, titulado “Las dimensiones de la desigualdad en la larga duración. Economía,
sociedad y política en el espacio rioplatense, siglos xvi a xx”, 2018-2023. Directora: Noemí Goldman.
Alejandro Pautasso282La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
opposed both the trade against public writers and the government. The uses and meanings Agrelo
gave to translations in his newspaper suggest, indeed prove, that the press participated as a political
actor in the controversies between publicists and the government.
Keywords: press freedom, newspapers, political use of translation, formation of public opinion
La traduction et le débat sur la liberté de la presse à Buenos Aires en 1816
Résumé
Dans cette recherche, nous réunissons les études de presse et les études de traduction dans leur di-
mension politique pour analyser le débat sur la liberté de la presse au Río de la Plata entre septembre
et octobre 1816. Dans ce contexte, cette recherche privilégie l’analyse de plusieurs éditions du journal
El Independiente, sous la direction de Pedro José Agrelo, consacrées exclusivement à la question de la
liberté de la presse. Nous avons pu constater qu’Agrelo a développé des stratégies et des techniques
comprenant l’ajout, l’omission, l’appropriation, la réécriture, la réorganisation, la manipulation et la
création, transformant la forme, le sens et le message d’origine afin de se situer dans la controverse
journalistique en tant qu’éditeur s’opposant à la fois au commerce contre les écrivains publics et au
gouvernement. Les usages et les significations qu’Agrelo a donnés aux traductions dans son journal
suggèrent, et même prouvent, que la presse a participé en tant qu’acteur politique aux controverses
entre publicistes et avec le gouvernement.
Mots-clés : liberté de presse, journaux, formation de l’opinion publique, usage politique de la
traduction
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816283Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
Introducción
El inicio de la renovación historiográfica acer-
ca del desarrollo y la construcción de la opi-
nión pública en Iberoamérica se cimentó en
la crítica al modelo y la teoría habermasiana
sobre la esfera pública (Habermas 2011). En la
obra del filósofo alemán, esta respondía a un
desarrollo lineal, progresivo y teleológico, que
desestimaba los conflictos, las ambigüedades y
las alternativas históricas que se jugaron en su
conformación, y negaba la dimensión política
que se operaba en el proceso de su construc-
ción. En contraste con este modelo analítico,
Guerra y Lempérière promovieron el concepto
de espacios públicos, el cual ha permitido am-
pliar la densidad y profundidad de la reflexión
histórica, puesto que incorporó, en su plura-
lidad, la dimensión material (plazas, calles,
cafés, imprentas, congresos, entre otros), las
prácticas (impresos, difusión, recepción y prác-
ticas de lecturas) y al público como un conjun-
to heterogéneo de sujetos concretos y diversos
que intercambian opiniones y se comunican en
espacios compartidos (1998). Sobre la base de
este impulso inicial se diversificaron los estu-
dios y análisis de la opinión pública, indagando
en sus aspectos conceptuales y sus fundamentos
lingüísticos en el proceso de transición entre la
época colonial y las revoluciones (Goldman,
2008, 2009; Palti, 2005, 2007).
El impulso inicial que generó esta renovación
historiográfica tuvo un impacto sobre los es-
tudios de la prensa decimonónica, particular-
mente en los periódicos publicados a partir de
la crisis de la monarquía española y los pro-
cesos revolucionarios. En contraposición a la
imagen clásica de la prensa como una fuente de
información histórica que reflejaba la realidad
pasada de forma transparente, en la actualidad
se ha complejizado la trama y la profundidad
de esta representación al incorporar nuevas
dimensiones: la materialidad, la función de la
escritura, el perfil de los editores, impresores
y publicistas, y el sentido del discurso vincu-
lado a la coyuntura histórica (Durán López,
2018; Fernández Sebastián, 2011). Además,
en el contexto de las revoluciones hispanoame-
ricanas, se ha hecho hincapié en el periódico
como un actor que, en el juego de la política,
contribuyó a legitimar, disputar, rebatir, atacar
y censurar a los frágiles y provisorios gobiernos
revolucionarios (Glave, 2002, 2003; Pasino y
Herrero, 2019).
En paralelo se ha gestado un viraje en el cam-
po de los estudios de la traducción, de la mano
de la crítica sobre la hegemonía del libro como
objeto privilegiado de estudio en la historia
cultural y de la lectura (Lyons y Marquilhas,
2018), aunque este sigue siendo el centro de
varios estudios (Burke y Po-Chia Hsia, 2007;
Chartier, 2022). No obstante, la crítica al fe-
tichismo del libro habilitó la posibilidad de
indagar otras formas textuales como la prensa
(Bastin y Bandia, 2006; Hernández Guerrero,
2019).
En este sendero se vincularon prensa y tra-
ducción en los estudios pioneros del grupo
histal (Historia de la Traducción en América
Latina), dirigido por George Bastin, para el
período de las revoluciones e independencias
hispanoamericanas. Las publicaciones de este
grupo han abordado el concepto de traducción
como una forma de “apropiación” con diversas
implicancias, que abarcan los procesos de mani-
pulación, adaptación, desplazamiento de autoría
y argumento, creatividad y elección, entre otros
(Bastin et al., 2004; Bastin et al., 2011; Navarro,
2011). No obstante, desde un punto de vista
histórico, estos estudios parecen incurrir en un
anacronismo, al vincular la traducción durante
los procesos revolucionarios hispanoamerica-
nos con la conformación y construcción de la
identidad nacional y cultural de los territorios
(Bastin e Iturriza, 2008, pp. 83-84; Navarro,
2011, p. 97; 2012, p. 11).
En contraste con este énfasis identitario, en este
trabajo se asume a la traducción en función
del uso político que implicó para las disputas
y los dilemas abiertos con las revoluciones e
Alejandro Pautasso284La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
independencias. En este sentido, las estrate-
gias de apropiación, creación, reescritura y
manipulación en el proceso de traducción se
consideran prácticas implementadas por los
editores-traductores de la prensa, al crear tex-
tos que funcionaron como armas políticas en
la “guerra de pluma” (Gentzler y Tymoczko,
2002; Hermans, 2009; Tymoczko, 2000). La
clave política de las traducciones, así como
su uso, se retoman a partir de las reflexiones
de Fernández Sebastián (2014) y Goldman
(2021), quienes destacan el papel que aquellas
tuvieron para intentar resolver, aunque a veces
contribuyeron a extender, las confrontaciones,
los interrogantes y las disyuntivas políticas in-
auguradas con las revoluciones.
En esta investigación se hacen confluir ambos
campos de estudio, por un lado, el de la prensa,
y, por el otro, el de la traducción, cada uno en
su dimensión política, para analizar el debate
sobre la libertad de prensa en el Río de la Pla-
ta que se desarrolló entre septiembre y octubre
de 1816. En el transcurso de esta polémica se
jugaron dimensiones profundas de la incipiente
construcción de la opinión pública: por un lado,
el vínculo entre la unanimidad y la verdad; y por
otro, la construcción del orden en tensión con la
libertad (Pasino, 2016; Wasserman, 2015).
Esta controversia se originó en el oficio que el
gobierno de Juan Martín de Pueyrredón envió a
los editores de los periódicos de Buenos Aires el
16 de septiembre de 1816, en el cual los llamaba
a retomar las sendas de la instrucción y educa-
ción del pueblo, dejando de lado la práctica de la
discusión pública. En el conflicto, participaron
quienes legitimaban la solicitud del Gobierno y
aquellos que se oponían. Estas posiciones no
eran reductibles solamente a una defensa teórica,
sino que dejaban traslucir un posicionamiento
político respecto al Directorio —como se llamó
al Poder Ejecutivo unipersonal creado en 1814 —
(Goldman, 2000; Pasino, 2016).
La polémica, cuyo escenario fueron las páginas
de los periódicos porteños, puso en evidencia
los dilemas, las tensiones y las problemáticas
de los fundamentos de la incipiente opinión
pública. Entre los argumentos principales se
hizo hincapié en la normativa legal vinculada
al Estatuto Provisional de 1815, la función de
los escritores públicos y el rol de la Verdad. La
resolución de este enfrentamiento fue desfavo-
rable para los publicistas disidentes, quienes ter-
minaron siendo exiliados a Estados Unidos a
principios de 1817, junto con otros sujetos decla-
rados enemigos políticos del gobierno de turno
(Eiris, 2022a; Entin, 2015).
En el contexto de este debate, esta investigación
prioriza el análisis del periódico El Independien-
te, editado por Pedro José Agrelo, en particular
los números 5 (13 de octubre de 1816), 6 (20 de
octubre de 1816) y 7 (27 de octubre de 1816),
dedicados exclusivamente a la cuestión de la
libertad de imprenta.2 Este editor recurrió a la
traducción como estrategia para intervenir en
la controversia desatada por el Gobierno.
Hasta ahora se había pensado que Agrelo ha-
bía “parafraseado” y “reproducido” exclusi-
vamente los capítulos xii y xiii del tomo ii del
texto Constitution de l’Angleterre de De Lolme
(Eiris, 2021, 2022b). Sin embargo, en esta in-
vestigación se halló que el editor desarrolló el
grueso de su argumentación sobre la libertad
de imprenta a partir de la traducción de varios
capítulos del texto De l’homme, de Helvétius, re-
legando a De Lolme a un segundo plano en la
construcción de su discurso. No obstante, en el
proceso de traducción de los fragmentos y ca-
pítulos de ambos textos, Agrelo desarrolló es-
trategias y técnicas que implicaron la adición,
omisión, apropiación, reescritura, reorganiza-
ción, manipulación y creación, transformando
2 Los términos “libertad de prensa” y “libertad de
imprenta” se utilizan indistintamente en este tra-
bajo puesto que los actores históricos del período
estudiado los intercambian sin mayores precisio-
nes. De hecho, en los reglamentos y en la prensa
se alude a ambos términos al hacer referencia a la
liberta de imprimir y publicar libros, periódicos,
hojas sueltas y folletos, sin censura previa.
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816285Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
la forma, el sentido y el mensaje original para
situarse en la controversia periodística como
un editor que se oponía tanto al oficio contra
los escritores públicos como al Gobierno de
Pueyrredón (Bassnett y Lefevere, 2003; Char-
tier, 2022; Delisle et al., 1999).
El artículo se divide en tres secciones, que se
estructuran desde lo general a lo particular. El
primer apartado reconstruye las tensiones y los
problemas relativos a la opinión pública y la
libertad de imprenta abarcando la época co-
lonial, la crisis monárquica y las revoluciones
hispanoamericanas, con la intención de enmar-
car las coordenadas del debate de septiembre y
octubre de 1816 en Buenos Aires. En la segun-
da sección se reconstruyen las características
de El Independiente, vinculadas a su objetivo, el
rol de las traducciones en el periódico, el perfil
de Agrelo como traductor y su posición políti-
ca frente al Gobierno. Por último, se analizan
las estrategias y técnicas que Agrelo practicó al
traducir los capítulos del texto De l’homme, de
Helvétius, y los fragmentos de Constitution de
l’Angleterre, de De Lolme, en El Independiente,
ambos vinculados al debate sobre la libertad
de imprenta, haciendo hincapié en la face-
ta apropiativa, manipulativa y política de la
traducción.
1. Opinión pública y libertad de imprenta
en Iberoamérica y el Río de la Plata
entre la época colonial y las revoluciones
El conjunto de estudios e investigaciones sobre
la opinión pública y la prensa en Iberoamérica
entre fines del siglo xviii y las primeras décadas
del siglo xix ha arribado a ciertos consensos
historiográficos relativos a las funciones, los
fundamentos, las transformaciones y las con-
tinuidades a lo largo de este convulsionado
período. La reposición parcial de estos argu-
mentos y problemas es necesaria para contex-
tualizar el debate sobre la libertad de imprenta
en Buenos Aires en 1816, como también para
comprender la función y el sentido de las
traducciones que Agrelo publicó en El Indepen-
diente en la coyuntura de esa controversia.
En las últimas décadas del siglo xviii, en el es-
pacio iberoamericano, el concepto de opinión
pública se asociaba a la honra, la reputación
y estima de los sujetos. No obstante, también
se empezaba a registrar un desplazamiento que
incorporaba la noción de una instancia supe-
rior de juicio público (Goldman, 2009, p. 984).
Esto tuvo su reflejo en la prensa a partir de la
inclusión de “temas públicos” en sus páginas,
vinculados a educación, artes, economía o polí-
tica general del reino. Sin embargo, la función
de la prensa remitía al campo de la pedago-
gía, la instrucción y el desarrollo de las luces,
en donde la iniciativa de la palabra y los pe-
riódicos estaba en manos del Gobierno y las
autoridades monárquicas. De esta manera,
la prensa era el medio para “informar” a la
sociedad de las decisiones del poder (Guerra,
2002, p. 359).
En el Antiguo Régimen, la opinión pública se
asentaba sobre ciertos presupuestos que con
la crisis monárquica de 1808 comenzaron a
mutar. En el imaginario tradicional se había
construido un modelo de opinión pública que
Palti denominó “jurídico” (Palti, 2005, 2007).
El fundamento del mismo residía en la con-
cepción de la opinión pública como tribunal
neutral, en el cual se evaluaban las evidencias
y se contrastaban argumentos para acceder a
la Verdad. Esta emergía como transparente y
asentada en la comunidad a partir de la tradi-
ción —máximas consuetudinarias transmitidas
generacionalmente—, que construía normas y
valores morales para la convivencia de la co-
munidad política.
La visibilidad de las normas sociales de con-
ducta derivaba, en última instancia, de su aprio-
rismo. La Verdad, las máximas fundamentales
de moralidad en que descansa la comunidad, se
imponía a los miembros de la sociedad, al igual
que los dogmas de la religión a los creyentes,
como algo dado; su establecimiento no suponía
elección alguna o reflexión; ésta se mostraba a
Alejandro Pautasso286La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
sí misma a quien quisiera verla. (Palti, 2005,
p. 73)
De este modo, la opinión pública se institu-
yó como el lugar de la Verdad, oficiando de
bastión de la moralidad, la rectitud y el bien,
en contraposición al poder, que en caso de no
publicitar sus actos era sospechoso de corrup-
ción y perversión. La publicidad era el camino
para evitar este derrotero (Palti, 2007, p. 166).
La idea de deliberación en este modelo supo-
nía siempre una Verdad. Sin la existencia de
este elemento como objeto final, el debate no
tendría sentido y sería imposible. Las opinio-
nes se multiplicarían indefinidamente sin un
horizonte de objetividad.
No obstante, con la crisis de la monarquía es-
pañola en 1808, se operaron ciertas transfor-
maciones relevantes tanto en la concepción
de la opinión pública como en la prensa. Por
un lado, se abrió el camino a la discusión y la
heterogeneidad de opiniones conjuntamente
con la proliferación de textos, cayéndose la ló-
gica del Antiguo Régimen en donde publicar
era un atributo de la autoridad. Ahora la ini-
ciativa de la palabra y el texto provenía de la
sociedad (Guerra, 2002, p. 376). Por el otro,
se multiplicaron los periódicos que operaron
vehiculizando el debate sobre la esfera y los
asuntos políticos. Esto se subsumió al proce-
so de legitimación de los Gobiernos, tanto en
España como en Hispanoamérica, que a par-
tir de entonces tuvieron cimientos frágiles y
provisionales, necesitando justificarse no solo
frente a la élite, sino también ante sectores más
amplios de la sociedad (Guerra, 1992, 2002;
Goldman, 2009). No obstante, junto con esta
dimensión política que adquirió la opinión
pública, persistió una concepción de la prensa
como medio ilustrado que aportaba noticias e
información con lógica pedagógica para ilus-
trar al pueblo (Guerra, 2002, p. 361).
La relevancia que había tomado la cuestión de
la libertad de imprenta se evidenció en que fue el
primer tema político que se debatió en las Cor-
tes de Cádiz. En el transcurso del intercambio
de argumentos, terminó imponiéndose una
posición intermedia que supuso la supresión
de toda licencia previa para la publicación de
escritos, excepto los religiosos (Guerra, 2002;
Pasino, 2013; Tcherbbis Testa, 2023).
La libertad de imprenta introdujo ambigüeda-
des en su práctica: por un lado, era demandada
como fuente para evitar el despotismo y sal-
vaguardad la libertad individual; por otro, se
temía que la libre publicación de ideas pusiese
en peligro los valores para la cohesión y el or-
den de la comunidad política; por ejemplo, al
atacar el honor de un individuo o autoridad,
se minaba potencialmente la jerarquía social
(Guerra, 2002, p. 379).
De este modo, las diferentes normativas y leyes
sobre la libertad de imprenta que se promul-
garon en Hispanoamérica por las autoridades,
junto con las discusiones sobre los abusos y
controles de esta libertad, eran indicativos del
peso que tenía la libertad de opinión en es-
tas inestables y nuevas asociaciones políticas.
Los límites a la libertad de imprenta tuvieron
ciertos patrones comunes en este periodo: se
conservó la censura previa sobre los escritos
religiosos, con el objetivo de no atentar contra
el catolicismo, y las opiniones contra las auto-
ridades o particulares debían ser moderadas y
respetuosas, sin incitar a la agitación pública
(Dibarbora, 2023; Goldman, 2009, p. 989).
Los enfrentamientos y los conflictos a partir
de las controversias que habilita la libertad de
imprenta se concibieron como un arma para
los enemigos o un escollo para construir una
opinión unánime —aspiración de los Gobier-
nos—. Esto llevó a que ni insurgentes ni rea-
listas en Hispanoamérica avalen la expresión
política adversaria. En palabras de Guerra: “El
carácter saludable de la crítica al gobierno que
preveía la teoría choca muy pronto con un ima-
ginario en el que la divergencia de opiniones es
considerada como un peligro para la unidad
del cuerpo político” (Guerra, 2002, p. 381). De
este modo, la dimensión política ingresó en la
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816287Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
opinión pública en un doble registro: por un
lado, como controladora y guía de la acción de
los nuevos Gobiernos que buscaban asentar su
legitimidad; y, por otro, como espacio de libre
comunicación y debate sobre asuntos de inte-
rés común, que no siempre se mantuvieron en
los cauces del decoro (Goldman, 2009, p. 986).
El objetivo teórico de la opinión pública era la
construcción de un consenso unánime frente
a una problemática o asunto. Por este motivo,
existía un interés por fijar la opinión pública
(Goldman, 2009, p. 987). Sin embargo, como
argumentó Palti, el problema era que, con la
crisis de la monarquía, la sociedad se fragmen-
tó, convirtiéndose en un espacio de disenso.
La Verdad perdió su transparencia, las normas
se tornaron ininteligibles, la virtud y el vicio se
confundieron. Al irrumpir la contingencia en
el proceso histórico, los principios y las nor-
mas perdieron su trascendencia, y se hizo más
complejo construir una opinión unánime,
puesto que ahora dependía de los sujetos (Pal-
ti, 2005, p. 74; 2007, p. 167).
Así, naturalmente, el proceso revolucionario
en el Río de la Plata supuso un desafío en tér-
minos de gobernabilidad.3 La provisionalidad
de los Gobiernos acarreaba incertidumbre e
inestabilidad, lo que implicó sucesivas crisis
políticas en el Río de la Plata luego de 1810
3 Río de la Plata designaba el conjunto de territo-
rios que conformaban el virreinato del Río de la
Plata creado en 1776, siendo su capital Buenos
Aires. Con la crisis monárquica iniciada en 1808
en España, la legitimidad de las autoridades his-
panoamericanas fue cuestionada, lo cual afectó a
Buenos Aires, entre otras ciudades. En Buenos
Aires, se declaró la revolución por iniciativa del
Cabildo de esta ciudad, lo cual no fue necesaria-
mente aceptado por el resto de los territorios rio-
platenses debido al principio de retroversión de la
soberanía, que implicaba que esta retornaba a los
pueblos, lo cual ponía a Buenos Aires en igualdad
de condiciones frente a otros territorios. Asimis-
mo, el término Río de la Plata se utiliza para no
caer en el anacronismo de aludir a la Argentina
cuando esta aún no existe.
(Ternavasio, 2007). En esta clave, una de las
crisis más significativas tuvo lugar en abril de
1815, cuando se derrumbó el gobierno de Car-
los María de Alvear (Verdó, 2006). La caída
del director fue cubierta por el Cabildo de Bue-
nos Aires, como en mayo de 1810, lo cual le
brindó un papel central en la restauración del
orden político. Uno de los efectos de esta crisis
política fue la creación de la Junta de Observa-
ción, la cual, a partir del 21 de abril, se abocó a
la redacción del Estatuto Provisional, que ten-
dría por función reglamentar la conducta y las
facultades de las nuevas autoridades políticas
(Souto, 2017; Ternavasio, 2009).
La sanción del Estatuto el 5 de mayo fue re-
levante no solo porque reglamentó el régimen
político, sino también porque restableció los
fundamentos legales para el ejercicio de la li-
bertad de imprenta, al restaurar el Decreto
de Libertad de Imprenta de octubre de 1811.
Además, hubo diversas innovaciones vincula-
das a la prensa. Por un lado, se creó un nuevo
periódico titulado El Censor, financiado por el
Cabildo, que tenía por función reflexionar so-
bre los procedimientos y las acciones de los
funcionarios públicos e ilustrar al pueblo en
sus derechos e intereses. Por otro, se establecie-
ron criterios para juzgar la existencia de abuso
vinculado a la libertad de imprenta. Entre es-
tos figuraban los derechos particulares y de los
ciudadanos, la tranquilidad pública, la religión
católica y la constitución del Estado, lo cual
brindaba un margen de interpretación y discre-
ción a las autoridades. La Junta Protectora de la
Libertad de Imprenta era la institución encarga-
da de establecer si existía crimen en la publica-
ción de un papel público, aunque el castigo era
emitido por la esfera judicial (Dibarbora, 2023;
Goldman, 2000; Pasino, 2016).
En líneas generales, las medidas vinculadas a
la libertad de imprenta persiguieron la amplia-
ción del debate público. En el plano de la prác-
tica, los periódicos proliferaron luego de 1815,
al igual que las controversias políticas entre los
editores, los publicistas y los periódicos. Este
Alejandro Pautasso288La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
impulso provino no solamente de la legisla-
ción, sino también del hecho que se instalaron
mayor cantidad de imprentas en Buenos Aires
(Goldman, 2000, p. 14). Sin embargo, con el
correr de los meses, se hizo evidente que existía
cierta tensión irresuelta entre la legislación, la
teoría y la práctica en torno a la libertad de im-
prenta, lo cual fue objeto de debate en la pren-
sa. Esto se tradujo en un dilema más profundo
que encerraba, por un lado, la práctica y el ejer-
cicio de los publicistas y, por otro, el control y el
orden que el poder político quería imponer a los
periódicos (Pasino, 2016; Wasserman, 2015).
Entre junio y septiembre de 1816, la prensa por-
teña estuvo atravesada por diferentes polémicas
vinculadas a conflictos y crisis políticas. En pri-
mer lugar, el levantamiento federal de junio de
1816 tuvo su traducción en la prensa de Bue-
nos Aires, siendo el eje de la confrontación el
tipo de representación que mejor expresaba la
voluntad del pueblo (Herrero, 2009, 2012). En
segundo lugar, luego de la declaración de inde-
pendencia, el escenario político se hallaba atra-
vesado por el interrogante sobre qué forma de
gobierno debía adoptarse en el Río de la Plata.
Por un lado, se encontraba gravitando la idea
de instaurar una monarquía constitucional.
Esta poseía el aura de legitimidad necesaria
para arraigar y prosperar en un contexto en
que se estaban revalorizando el vigor de las
monarquías en Europa. Esta propuesta tuvo su
desarrollo en la prensa porteña —El Censor y El
Observador Americano—, en que se argumentó
a favor de la adopción de una monarquía con
dinastía incaica (Botana, 2016; Dávilo, 2011;
Salas, 1989; Ternavasio, 2021). Por otro lado,
en la vereda contraria, La Crónica Argentina
dedicó sus páginas a defender la forma de go-
bierno republicana, basada en el modelo esta-
dounidense, sin por ello ahorrarse ataques a la
promoción de la monarquía incaica. No obs-
tante, este órgano de prensa, editado por Pazos
Silva, oficiaba de voz de un grupo opositor al
Directorio, en el cual también participaban Ma-
nuel Dorrego, Miguel Soler, Domingo French,
Feliciano Chiclana, Manuel Pagola, Manuel
Moreno y Pedro José Agrelo (Di Meglio, 2014;
Eiris, 2021; Herrero, 2009). Asimismo, aunque
menos polémico en su retórica, El Independien-
te, editado por Agrelo, proponía instaurar una
constitución republicana inspirada en el mode-
lo británico (Eiris, 2022b; Pautasso, 2023).
Cada una de estas controversias puede ser in-
dagada por separado, puesto que abordan te-
máticas que a simple vista parecerían no tener
conexión. Sin embargo, vistas en conjunto, y
dado que se desarrollan en el transcurso de po-
cos meses, brindan un cuadro en el que se puso
en juego la tensión entre la práctica de los publi-
cistas de debatir y la percepción del Gobierno so-
bre el rol que la prensa debía tener, mayormente
asociada a una función ilustrativa y pedagógica
que provenía desde la época colonial. En última
instancia, la controversia pública que el Esta-
tuto Provisional de 1815 buscó fomentar no
se tradujo en la construcción de una unanimi-
dad, desbordando los cauces que el Gobierno
consideró adecuados para promover el orden
y la cohesión de la comunidad política en la
práctica.
Frente a la escalada que las polémicas fueron
adquiriendo en esos meses, el 16 de septiembre
de 1816, el Gobierno de Pueyrredón emitió un
oficio dirigido a los escritores públicos de Bue-
nos Aires. El contenido del documento puso
en evidencia los parámetros de la tensión
entre el Gobierno y los periódicos, e hizo
oficial la posición de las autoridades sobre
la función que debía tener la libertad de im-
prenta y el rol que debían cumplir los publi-
cistas en la sociedad. El documento era breve,
pero ilustrativo:
En uno u otro papel impreso se ha hecho
notable el que se pierden de vista los obje-
tos que se tuvieron presentes en el estable-
cimiento de la libertad de la Imprenta, y
que abusándose de este derecho se trata con
poco miramiento a los Escritores públicos,
retrayéndolos de sus tareas con invectivas pi-
cantes, convirtiéndose de este modo la fuente
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816289Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
más pura de la instrucción de los pueblos
en instrumento de discordia, y en el mayor
obstáculo a la propagación de las luces. En su
consecuencia me ha ordenado el Exmo. Sr.
Director prevenir a todos los periodistas que
traten de no incurrir en tales defectos, sino
que propendan por el contrario a desterrarlos
con su persuasión y con su ejemplo, teniendo
entendido que S. E. velara escrupulosamente
sobre semejantes abusos persiguiendo ante la
ley á los infractores, Y lo comunico á V. para
su cumplimiento en la parte que le toca. Dios
guarde á V. muchos años Buenos Ayres Sep-
tiembre 16 de 1816. Manuel Obligado. Al Edi-
tor de La Prensa Argentina. (La Prensa Argentina,
n.° 54, 24/9/1816, pp. 6231-6232)
En líneas generales, el oficio establecía la mi-
rada que el Gobierno tenía sobre la prensa.
Por un lado, señalaba la función que debían
cumplir los periódicos —instruir a los pueblos y
propagar las luces—, la cual remitía a una con-
cepción que provenía desde la época colonial,
y por otro, señalaba al reglamento de libertad
de imprenta como instancia que fomentaba el
debate, pero dentro de límites que no debían
traspasarse. Además, el Gobierno identificaba
el problema principal vinculado a las prácti-
cas de los publicistas en el hecho de que sus
escritos se habían convertido en “instrumento
de discordia”, lo cual atentaba contra el orden y
la unanimidad. El documento era ilustrativo de
los dilemas que acarreó la implementación de la
libertad de imprenta no solo en el Río de la Pla-
ta, sino en Hispanoamérica. La construcción de
la unanimidad en una coyuntura de libertad de
expresión, aún con límites, probó ser un desa-
fío para el Gobierno de Pueyrredón.
De forma inevitable, siendo un oficio orienta-
do a la actividad de los publicistas, ocasionó
un acalorado debate en la prensa de Buenos
Aires. En líneas generales, los editores inter-
vinieron a favor o en contra del oficio emiti-
do por el Gobierno. Antonio Valdés, desde su
posición editorial, tanto de La Prensa Argenti-
na como de El Censor, defendió la posición
del Directorio. En las páginas de este último
periódico, señaló a Vicente Pazos Silva como
el sujeto que originó la combustión pública.
Además, argumentó que la libertad de opinión
habilitaba la discusión tanto y en cuanto esta
se desenvolviera por los cauces de la sabiduría
y la moderación, en contraste con los modos
que implicaban arrogancia y desvergüenza (El
Censor, n.° 57, 26/9/1816; La Prensa Argentina,
n.° 54, 24/9/1816).
La primera crítica directa al documento la
hizo Pazos Silva desde La Crónica Argentina, lo
cual estaba en sintonía con su posicionamien-
to político disidente respecto del Gobierno de
Pueyrredón. La impugnación del oficio enviado
por Manuel Obligado —secretario de Estado— a
los escritores públicos fue doble: por un lado,
Pazo Silva apeló a un argumento en clave teó-
rica, en el cual sostuvo que la libertad de im-
prenta removía los obstáculos del despotismo,
al garantizar la posibilidad de escribir y publicar
libremente los pensamientos en la prensa, lo
que, según él, garantizaba las libertades indivi-
duales; por el otro, rechazaba que el Gobierno
se erigiese en interprete de la ley en materia de
libertad de imprenta —graduando y califican-
do si había abuso o no en la publicación de un
escrito—, puesto que para eso se había creado
la Junta Protectora de la Libertad de Imprenta,
conformada por nueve ciudadanos para deter-
minar si existía crimen en una publicación (La
Crónica Argentina, n.° 18, 28/9/1816).
La intervención de Pazos Silva fue contestada
por el editor Julián Álvarez desde las páginas
de la Gaceta de Buenos Aires. En una edición ex-
traordinaria del día 3 de octubre, bajo el título
de “Contestación”, ensayó su reflexión. El con-
traargumento que presentó el editor fue que el
director podía juzgar necesaria la moderación
y la circunscripción de la controversia invocan-
do el compromiso de la tranquilidad pública
que un escrito podía generar. En este sentido,
el oficio invitaba a los escritores públicos a
no resolver sus disparidades en sus periódi-
cos, puesto que “perturbaban el orden y la
Alejandro Pautasso290La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
quietud del pueblo” (Gaceta de Buenos Aires,
Extraordinaria 3/10/1816). No obstante, Ál-
varez reconocía que el Gobierno no debía cali-
ficar por sí mismo si una publicación cometía
abuso de la libertad de imprenta.
En última instancia, lo que parecía jugarse
en estas intervenciones era el límite entre la
libertad y el orden. Mientras que el Gobier-
no, y los editores afines, consideraban que las
polémicas y los debates estaban impulsando
la discordia, el disenso y la disolución del or-
den, quienes se opusieron estaban menos pre-
ocupados por la pedagogía y la instrucción de
las luces, que por el hecho de poder ejercer su
profesión con mayores márgenes de libertad,
lo cual suponía poder criticar, examinar y cen-
surar al Gobierno y las autoridades.
2. El Independiente de Pedro José
Agrelo: perfil de un periódico
construido con traducciones
Desde las páginas de El Independiente, Pedro
José Agrelo fue el último editor en participar
en la controversia sobre la libertad de imprenta
desatada por el oficio de Pueyrredón. Su in-
tervención en este debate evidenció la impor-
tancia de la traducción como una estrategia
política para combatir el documento guberna-
mental, al igual que demostró que el editor-tra-
ductor no era una figura neutral, sino antes
bien un agente social, con un propósito que
produjo un texto para intervenir en la polémi-
ca contra el Gobierno (Gentzler y Tymoczko,
2002; Hermans, 2009; Tymoczko, 2000). Para
comprender ambas dimensiones, es necesario
reconstruir las características tanto de El Inde-
pendiente como el perfil traductológico y políti-
co de Agrelo, su editor.
El Independiente nació el 15 de septiembre de
1816, un día antes del oficio que el Gobierno
envió a los publicistas, y su último número apa-
reció el 5 de enero de 1817. El objetivo central
de esta publicación fue defender la Constitución
inglesa como principio político para adoptar en
el Río de la Plata en el marco del debate por las
formas de gobierno. Sin embargo, la particula-
ridad que se observó en los argumentos a lo
largo de sus 17 números es que no estableció
una asociación natural y directa entre la Cons-
titución inglesa y la monarquía constitucional.
Aquello que Agrelo elogió del sistema político
inglés se vinculó menos con su impronta mo-
nárquica que con los derechos del pueblo inglés
y la división-limitación de los poderes Ejecutivo
y Legislativo. Esto permite pensar que su lectu-
ra del modelo político inglés fue en clave repu-
blicana (Eiris, 2022b; Pautasso, 2023).4
La originalidad del periódico que Agrelo edi-
tó fue el uso sistemático de la traducción para
construir esta interpretación de la experiencia
política inglesa en clave republicana. De un to-
tal de 17 números, solamente 2 no contienen
traducciones, lo cual refleja la ubicuidad que
tuvo en esta publicación. Los fragmentos y
capítulos que Agrelo tradujo en su periódico
pertenecen a los siguientes textos: La Prensa Ar-
gentina, de De Pradt; Du pouvoir Exécutif dans
les Grands États, de Necker; y De l’homme, de
Helvétius, aunque el texto de cabecera (y tam-
bién el más traducido en El Independiente) fue
Constitution de l’Angleterre, de De Lolme (Eiris,
2022b; Pautasso, 2023).
Una cuestión más compleja es reconstruir el
dominio y manejo de la lengua francesa que
tenía Agrelo, teniendo en consideración que
todos los textos que tradujo en El Indepen-
diente estaban originalmente en ese idioma.
Ingresando en el terreno de lo hipotético, su
contacto y aprendizaje del francés pudo haber
4 A modo de ejemplo sobre la construcción del
modelo republicano vía la traducción, es que a lo
largo de todo El Independiente, Agrelo eligió tradu-
cir la palabra francesa roi (rey) que figuraba en el
texto Constitution de l’Angleterre de De Lolme por el
concepto de Poder Ejecutivo. Esta elección permite
reforzar la afirmación de la lectura republicana que
hizo Agrelo en su periódico, puesto que termina
por construir un modelo inglés sin rey para sus lec-
tores rioplatenses (Pautasso, 2023, p. 18).
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816291Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
tenido lugar cuando se formó como abogado
en la Academia Carolina de Charcas, puesto
que era un idioma que leían varios letrados
que pasaron por las aulas de esa institución
(Thibaud, 2010, pp. 73-74). No obstante, se
constata empíricamente su conocimiento de
esa lengua con las traducciones publicadas,
además del hecho de que las traducc Palabras
clave: libertad de prensa, periódicos, construc-
ción de la opinión pública, uso político de la
traduccióniones eran originales del periódico,
y no copias o transcripciones de otras publica-
ciones (Pautasso, 2023, p. 13).
En efecto, recurrir a la traducción de frag-
mentos y capítulos de textos de teoría política
como insumo principal para los argumentos de
El Independiente fue una práctica novedosa en
el perfil editorial de Agrelo. En sus otras expe-
riencias como editor durante el proceso revo-
lucionario rioplatense —Gaceta de Buenos Aires
(1811) y El Abogado Nacional (1818-1819)—,
sus incursiones en la traducción se habían
reducido a la “reproducción” de noticias ex-
tranjeras, práctica común no solo al espacio
rioplatense, sino también al hispanoamericano
(Eiris, 2014, 2021; Navarro, 2011).
Asimismo, el modo en que desarrolló las tra-
ducciones implicó tanto una apropiación crea-
tiva (Bastin et al., 2004) como un proceso de
reescritura y manipulación de los textos en
función de su posición política en la coyuntura
del debate por las formas de gobierno (Bass-
nett y Lefevere, 2003; Hermans, 2009). Las
estrategias de traducción que empleó Agrelo
operaron sobre el significado y el mensaje de
los textos (Chesterman, 1997, p. 107), desple-
gando un variado repertorio de técnicas y pro-
cedimientos de traducción, particularmente la
adición, la adaptación, la omisión, la interpre-
tación y la reestructuración, entre otros (De-
lisle et al., 1999). La única insinuación, aunque
asistemática en su uso, que el lector poseía sobre
la presencia de las traducciones, radicaba en la
marca textual de la apertura y cierre de comi-
llas respectivamente. No obstante, en general,
Agrelo ocultó la referencia al texto de origen,
lo cual era una práctica común en la prensa de
la época (Navarro, 2011; Poupeney y Navarro,
2021).
Ahora bien, el editor había advertido a sus lecto-
res que él no aspiraba a la gloria de autor, motivo
por el cual iba a “mendigar principios” de otros
para ponerlos al alcance de todos (El Indepen-
diente, n.° 5, 13/10/1816, p. 7759). La cuestión
es que en esos “préstamos” —traducción me-
diante— se operaba una apropiación creativa
(proceso silencioso para el lector) que despla-
zaba e inventaba nuevos sentidos vinculados a
la interpretación, la reescritura y la recepción
que Agrelo realizó en función de defender un
modelo republicano de gobierno y su posición
política en la coyuntura de 1816 (Bastin et al.,
2004; Chartier, 2022, p. 29).
Además, la interpretación que realizó Agrelo
sobre el modelo político inglés en clave republi-
cana parecía alinearlo políticamente en la co-
yuntura del debate sobre las formas de gobierno,
pero también frente al Gobierno de turno, con la
facción que se había nucleado detrás de La Cró-
nica Argentina (Pasino, 2016, p. 52). No obstante,
el estilo argumentativo de Agrelo en El Indepen-
diente se caracterizó por un tono teórico-doctri-
nario que lo alejaba de la retórica polémica que
Pazos Silva le imprimió a su periódico.
El único momento en que la forma de interven-
ción en la controversia pública de ambos edi-
tores se asemejó fue cuando Agrelo desarrolló
su argumentación sobre la libertad de impren-
ta, puesto que entonces el uso de su pluma se
pudo interpretar como una crítica dirigida a la
política del Gobierno. Esta interpretación sobre
la alineación política con Pazos Silva se refuer-
za porque fue el único periódico que mencionó
en El Independiente, valorando positivamente su
crítica al oficio contra los escritores públicos (El
Independiente n.° 7, 27/10/1816, p. 7773; La Cró-
nica Argentina n.° 18, 28/9/1816).5
5 En contraposición con esta afirmación, Eiris explica
que Agrelo sostuvo a lo largo de El Independiente una
Alejandro Pautasso292La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
3. La libertad de imprenta:
entre la apropiación creativa y el uso
político de De Lolme y Helvétius
en El Independiente
Las ediciones del 13 de octubre, 20 de octubre
y 27 de octubre de 1816 de El Independiente es-
tuvieron dedicadas a la cuestión de la libertad
de imprenta. En los números 5 y 6, Agrelo,
con su estilo teórico y doctrinario, definió los
principios sobre los que se fundamentaba esta
libertad. La finalidad de la misma era la Ver-
dad, siendo la controversia y la discusión el
camino para su hallazgo. Por el contrario, en el
número 7 ofreció un examen y una crítica del de-
sarrollo de la libertad de imprenta en el Río de la
Plata revolucionario, con un marcado tono po-
lémico —único a lo largo de El Independiente—,
cerrando esta intervención con una definición
sobre esta libertad y una reivindicación de la
controversia como ejercicio necesario para la
sociedad. El contraste en el tono y estilo de las
ediciones puede deberse a que en la quinta y
sexta edición Agrelo recurrió exclusivamente a
la traducción para construir su argumentación,
mientras que en el número 7 brindó una lectu-
ra crítica del proceso histórico revolucionario
utilizando la traducción de manera incidental.
La historiografía que ha abordado el debate so-
bre la libertad de imprenta como parte del pro-
ceso de construcción de la opinión pública en
el Río de la Plata no profundizó en la interven-
ción que Agrelo desarrolló en El Independien-
te, aunque sentó las bases para su indagación
posición ambigua respecto al Directorio, ya que el an-
helo y objetivo de su editor era insertarse en las filas
del elenco gubernamental. Fue con el correr del tiem-
po y las circunstancias políticas las que lo llevaron,
casi como por una afinidad electiva, a alinearse con
La Crónica Argentina. Sin embargo, Eiris interpreta que
las acciones de Agrelo estaban orientadas a ponerse a
disposición del Gobierno, aunque este nunca lo con-
vocó formalmente, y terminó por exiliarlo junto con
disidentes políticos y publicistas opositores —entre
los que se incluyó a Pazos Silva— (Eiris, 2021).
(Goldman, 2000, 2008; Pasino, 2016). Quien
retomó el sendero marcado por estas inves-
tigaciones para analizar la faceta de Agrelo
como publicista fue Eiris, aunque su interés se
ha centrado mayormente en la reconstrucción
de su biografía política como letrado. Por este
motivo, su experiencia como publicista duran-
te el proceso revolucionario fue insoslayable
en esta indagación (Eiris, 2021). En sus análi-
sis, este autor reconoció que Agrelo desarrolló
traducciones en El Independiente, pero al no in-
corporar la dimensión de los estudios de la tra-
ducción, partió de presupuestos que acarrean
ciertas inexactitudes problemáticas:
Agrelo ahondó en […] el concepto de liber-
tad de prensa, basado en la reproducción del
libro ii, capítulo duodécimo y duodécimo ter-
cero de la obra Constitución de Inglaterra de
De Lolme, a quien parafraseaba para que le
permitiera decir aquello que allí deseaba leer.
(2022b, p. 16)
Esta aseveración contiene una lectura parcial,
con ciertos desaciertos y descuidos, al consi-
derar que Agrelo solamente recurrió a la “re-
producción” de De Lolme para intervenir en el
debate sobre la libertad de imprenta en el Río
de la Plata. Asimismo, en el proceso de pará-
frasis, Eiris le adjudicó al editor la construc-
ción de un lenguaje en clave utilitarista, por
hacer referencias a los conceptos de utilidad y
orden (2021, p. 249).
No obstante, se puede comprender el trasfondo
de la hipótesis que sostiene Eiris, puesto que la
mayor parte de la bibliografía sobre El Indepen-
diente reconoce en la Constitution de l’Angleterre
el texto fundamental que Agrelo utilizó para
construir su modelo político (Dávilo, 2011;
Goldman, 2008; Pasino, 2016; Souto, 2017).
Además, existían ejemplares de esa obra, tan-
to en inglés como en francés, en Buenos Aires
en 1816 (Parada, 2007). Asimismo, este texto
poseía dos capítulos íntegros dedicados al pro-
blema de la libertad de imprenta en Inglaterra,
con lo cual no sería arriesgado hipotetizar la
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816293Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
posibilidad de que Agrelo hubiese parafrasea-
do ambos capítulos en su totalidad a lo largo
de los tres números que dedicó a esta proble-
mática (De Lolme, 1790 t. ii).6
Sin embargo, una lectura atenta de los argu-
mentos que De Lolme presentaba en estos
dos capítulos pondría en evidencia que antes
que una paráfrasis o reformulación, Agrelo
habría publicado argumentos propios o selec-
cionado otro texto para traducir a lo largo de
los números 5, 6 y 7 de su periódico. En los
capítulos xii y xiii, De Lolme establecía que la
libertad de imprenta era el derecho que subya-
cía al derecho a elección de los miembros del
Parlamento inglés (De Lolme, 1790, t. ii p. 36).
También afirmaba que el poder de censura —
el cual debe residir siempre en el Pueblo y ja-
más en el Legislativo— entraba en acción para
compensar las deficiencias de las leyes, siendo
el modo en que se manifestaba este poder el
ejercicio de la libertad de prensa. Por este mo-
tivo, bajo ninguna circunstancia la censura debía
materializarse en una institución, puesto que su
función implicaría abordar casos por fuera de los
límites de la ley (De Lolme, 1790, t. ii pp. 38-39).
Estas ideas de De Lolme no son menciona-
das ni abordadas por Agrelo en su periódico.
Ahora bien, en un contexto como el del Río
de la Plata, en el que se estaba debatiendo no
solo sobre la libertad de imprenta, sino tam-
bién qué forma de gobierno adoptar, sugerir
la existencia de un poder sin límites podría
haber generado efectos adversos para Agrelo,
quien en su periódico argumentó a favor de los
límites de los poderes Ejecutivo y Legislativo
6 De hecho, estos dos capítulos habían sido po-
pulares entre los editores y publicistas durante
la crisis monárquica española. Las referencias al
modelo inglés vinculado al desarrollo de la liber-
tad de imprenta fueron frecuentes en los periódi-
cos durante el año 1809 en España. Los capítulos
de la obra de De Lolme fueron traducidos por
Alberto Lista en El Espectador Sevillano entre octu-
bre de 1809 y enero de 1810 (Morange, 2011).
como fundamento del modelo republicano.
Además, la experiencia revolucionaria suge-
ría que no solo se necesitaba ceñir los poderes,
sino también brindarles funciones (Botana,
2016; Palti, 2021; Ternavasio, 2007).
No obstante, se pueden identificar dos instan-
cias concretas en la argumentación sobre la
libertad de imprenta en los que el editor efec-
tivamente seleccionó fragmentos del texto
Constitution de l’Angleterre para introducir en
la argumentación. En primer lugar, Agrelo se
apropió —traducción mediante— de tres pá-
rrafos del capítulo xiv, “Droit de résistance”,
del texto de De Lolme, para abrir la quinta
edición de El Independiente.
En las palabras publicadas en el periódico se
puede observar una reescritura, que incluye
adiciones y omisiones, que terminó por trans-
formar el sentido del mensaje, al convertir al
derecho de resistencia y el derecho de libertad
de prensa en interdependientes como funda-
mentos del resto de los derechos. No obstan-
te, en el capítulo de De Lolme, la relación
entre ambos derechos parecía implicar que
la libertad de prensa era funcional al derecho
de resistencia, aunque desde una posición de
subordinación, no de equivalencia:
[to] Mais c’est à l’égard de ce droit d’une résis-
tance finale, que se voit surtout l’avantage d’un
moyen tel que la liberté de la presse. Comme
les plus grands droits du peuple ne sont rien,
sans la perspective d’une résistance qui en im-
pose à ceux oseraient ouvertement les violer, ce
droi t même de résister n’est rien, s’il n’existe un
moyen de concert entre les diverses parties du
peuple. (De Lolme, 1790, t. ii, p. 62)
[tt] El segundo de los primordiales derechos
del pueblo inglés: el que parece afianzar y
garantir al primero [derecho a la resisten-
cia], del mismo modo que este asegura to-
dos los otros; es el que ejerce por la libertad
de imprenta: sí. Así como los mayores dere-
chos del pueblo son nada, sin la perspectiva
de una resistencia, que imponga a cualquie-
ra que se atreva a violarlos abiertamente, de
Alejandro Pautasso294La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
igual modo el mismo derecho de resistir de
nada valdría, sino hubiese un medio de con-
cierto entre las diversas partes del pueblo (El
Independiente, n.°5, 13/10/1816, p. 7759).7
Asimismo, en la apropiación-traducción que
Agrelo realizó de estos párrafos, tradujo “Mais
lorsqu’ils voient qu’il n’est: aucune de leurs
actions qui ne soit exposée au grand jour” (De
Lolme, 1790, t. ii, p. 63; el resaltado es nuestro)
por “Mas cuando ven que no hay una de sus
acciones que no se saque a plaza” (El Indepen-
diente, n.°5, 13/10/1816, p. 7759, el resaltado
es nuestro), adaptando a la cultura receptora el
concepto de grand jour por el de plaza (Chartier,
2022, p. 29; Chesterman, 1997, p. 104). Este
último término resultaba familiar a los lectores
rioplatenses, puesto que era el espacio público
en el que se reunían en los momentos de agita-
ción política durante el proceso revolucionario
(Guerra y Lempérière, 1998).
Si se piensan los tres párrafos en conjunto, se
evidencia que Agrelo apeló a parafrasear sec-
ciones del texto de origen para modificar el én-
fasis y el sentido original. La libertad de prensa
aparecía como el derecho que construía la uni-
dad del pueblo y el cuerpo ciudadano, la cual
era necesaria en caso de tener que resistir al
Gobierno. En este escenario, avasallar a un ciu-
dadano implicaba actuar contra toda la nación
en su conjunto, habilitando la resistencia.
En segundo lugar, Agrelo recuperó e interpretó
algunos fragmentos del capítulo xiii de Constitu-
tion de l’Angleterre para brindar sus argumentos fi-
nales sobre la libertad de imprenta en el cierre del
número 7 de El Independiente. En esta ocasión,
7 En los análisis que se presentan sobre el pro-
cedimiento y las estrategias de traducción, op-
tamos por pensar las categorías, terminologías
y operaciones como abiertas, por momentos
superponiéndose. Esta manera de pensar el
análisis deriva de la advertencia de Chesterman
quien, al presentar su clasificación de estrategias,
advierte que en más de una ocasión se solapan,
siendo más fructífero pensar que son procesos
abiertos, no excluyentes (1997, pp. 92-93).
parece que el editor parafraseó y reescribió algu-
nos fragmentos en la traducción para revindicar
la controversia como dinámica necesaria para
arribar a un argumento sólido. Cerrar su argu-
mento con el énfasis puesto en la defensa de la
polémica como práctica necesaria para ejercer
la libertad de imprenta podía interpretarse como
una respuesta al documento gubernamental en
que se criticaba justamente ese accionar.
[to] Par son moyen tous les faits sont à la fin
éclaircis, & par le choc de diverses réponses
& répliques, il ne reste que les arguments so-
lides. (De Lolme, 1790, t. ii, p. 51)
[to] Mais la publicité de toutes choses lui fait
connaître, de plus, les sentiments politiques
de très-grand nombre de ceux que leur posi-
tion rend propres à y avoir place. (De Lolme,
1790, t. ii, p. 53)
[tt] Un otro efecto de los principalísimos de
esta libertad es que por ella todos los hechos
son al fin esclarecidos, y por el choque de las
diversas respuestas y replicas, no pueden que-
dar en pie más que los argumentos sólidos
con que se instruye el pueblo sobre los asun-
tos a que tiene que determinarse; y a mas de
esto va conociendo de paso las disposiciones
de todos los funcionarios públicos, y los sen-
timientos políticos de una multitud de sujetos
que necesitara emplear a cada paso. (El Inde-
pendiente, n.°7, 27/10/1816, p. 7775)
Ahora bien, se debe matizar la contundencia y
preponderancia que Agrelo le brindó al texto de
De Lolme al momento de intervenir en la con-
troversia sobre la libertad de imprenta en el Río
de la Plata. Por el contrario, el grueso de los ar-
gumentos que el editor le presentó a sus lectores
en la quinta y la sexta edición de El Independiente
eran de hecho una traducción original de varios
capítulos del texto De l’homme, de Helvétius.8
8 Se debe tener en cuenta que durante los siglos
xviii, xix y xx este texto de Helvétius no tuvo una
traducción al español. Solo hasta 2020, el libro se
tradujo al español por la editorial Laetoli en cola-
boración con el Museo de la Ilustración de la Di-
putación de Valencia, España.
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816295Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
Para el Río de la Plata existen algunas inves-
tigaciones incipientes que sugieren la “lectu-
ra” de Helvétius en los escritos de Mariano
Moreno y Bernardo de Monteagudo, aunque
aluden al texto De l’esprit, del filósofo francés.
Sin embargo, al provenir estos estudios del
área de la filosofía política, están enmarcados
en un análisis que apela a la búsqueda de in-
fluencias, pero desconectados de los contextos
y usos que realizaron quienes los recibieron.
Además, las fuentes y los análisis que sugieren
la “lectura” de Helvétius requiere cierto gra-
do de creatividad argumentativa para afirmar
tanto la presencia como la influencia del filó-
sofo sobre ambos letrados (Mackinlay, 2010;
Tizziani y Mihura, 2017).
A diferencia de estos estudios, en los núme-
ros 5 y 6 de El Independiente se constata la tra-
ducción de los siguientes capítulos: “Chapitre
vi, La connaissance de la vérité est toujours
utile”; “Chapitre vii, Que la révélation de la
vérité ne trouble jamais les empires”; “Chapi-
tre viii, De la lenteur avec laquelle la vérité se
propage”; “Chapitre ix, Des gouvernements”;
“Chapitre xi, Qu’on doit la vérité aux hom-
mes”; “Chapitre xiii, Des maux que produit
l’indifférence pour la vérité”, y “Chapitre xii,
De la liberté de la presse” (Helvétius, 1778).
La lectura y la traducción de estos capítulos
fueron la base sobre la que Agrelo presentó al
público porteño los principios cardinales de la
libertad de prensa. A partir del análisis de las
estrategias y los procedimientos de traducción
que puso en práctica, se puede observar que
recurrió a la adaptación, el parafraseo, la omi-
sión, la adición y la reestructuración, y generó
una transformación en el sentido y el mensaje
del texto original. Antes que errores o descui-
dos del editor, la traducción fue una estrategia
editorial que le permitió a Agrelo confrontar
políticamente tanto con el oficio como con el
Gobierno.
En el número 5, luego de vincular el derecho
de resistencia y la libertad de prensa, el editor
les advirtió a los lectores que iba a “mendi-
gar principios” para desarrollar su argumen-
to sobre esta libertad. Sin embargo, omitió el
nombre del texto y el del autor. Este silencio
era llamativo, por cuanto el resto de los au-
tores —De Lolme, De Pradt y Necker— que
tradujo en su periódico fueron mencionados
(El Independiente, n.° 1, 15/9/1816, p. 7732; El
Independiente, n.° 3, 29/9/1816, p. 7749; El In-
dependiente, n.° 16, 29/12/1816, p. 7827). Esta
omisión pudo estar condicionada porque Hel-
vétius era el único de los filósofos que figuraba
tanto en el Index librorum prohibitorum (1806,
p. 138) como en el Índice último de los libros pro-
hibidos (1790, p. 127).
La cultura política de la monarquía española
tenía una fuerte impronta católica, a lo cual se
debe agregar que la normativa sobre la liber-
tad de imprenta en el Río de la Plata presente
en el Estatuto Provisional de 1815 mantenía la
censura previa en materia religiosa (Tcherbbis
Testa, 2023). En este sentido, omitir la referen-
cia tanto al texto como al autor puede deberse
a que el editor no quería arriesgarse a ser acu-
sado de atentar contra el catolicismo, desli-
gando la argumentación de la esfera religiosa.
Esta interpretación se refuerza al observar que la
omisión más sistemática que realizó Agrelo en
su traducción fue sobre los fragmentos en que se
criticaba abiertamente a la religión.9 Por cues-
tiones de espacio brindamos algunos ejem-
plos ilustrativos de pasajes omitidos en El
Independiente: “La religion elle-même ne rend
point un peuple vertueux. Les Romains mo-
dernes en sont la preuve. L’intérêt est notre
unique moteur” (Helvétius, 1778, p. 33); “Je
9 A lo largo de su periódico, esta no fue la única
vez que Agrelo excluyó u omitió los pasajes so-
bre religión. De hecho, en el número 17, donde
analizó las prerrogativas del Poder Ejecutivo inglés,
traduciendo el capítulo “Du pouvoir executif ”,
en la obra de De Lolme, no incluyó aquella que
indicaba que el monarca era el jefe de la Iglesia
de Inglaterra (Pautasso, 2023).
Alejandro Pautasso296La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
me suis à la fois étonné des maux que produit
la superstition, de la facilité avec laquelle on
peut étouffer un fanatisme qui rendra toujours
les religions si funestes à l’univers” (Helvé-
tius, 1778, pp. 37-38). En estos capítulos de De
l’homme, se proponía una imagen negativa de
la Iglesia, la religión y los sacerdotes, al punto
que cualquier intromisión de estos elementos
opacaba y entorpecía el acercamiento a la Ver-
dad. De hecho, las disputas teológicas eran re-
ducidas a una contienda de palabras, quitando
toda aura sagrada a la religión. Estos pasajes y
fragmentos fueron omitidos en las páginas de
El Independiente.
La primera máxima sobre la libertad de im-
prenta que Agrelo presentó a sus lectores —
traducción mediante— era que “el conocimiento
de la verdad es siempre útil” (El Independiente,
n.°5, 13/10/1816, p. 7759). Esto se debe a que
el hombre desarrollaba su accionar movilizado
por el interés propio. El Legislador debía tener
en consideración los intereses de los hombres
al momento de concebir, debatir y promulgar
las leyes. Así, estos eran el principal impulsor
de las acciones del ser humano. Por este moti-
vo, publicar la verdad no generaba ningún per-
juicio a nadie. Por el contrario, esta siempre
resultaba útil al público, aunque no necesaria-
mente al “poderoso injusto” (El Independiente,
n.° 5, 13/10/1816, p. 7760).
El segundo principio se introdujo con un in-
terrogante sugerente teniendo en cuenta la
coyuntura política: “¿Qué, no habrá instante
en que su publicación [de la verdad] pueda
ocasionar la revolución de un imperio?”. Aquí
Agrelo tradujo “des troubles” (Helvétius,
1778, p. 34) por “la revolución”, lo cual impli-
caba una transformación en el efecto (político)
que la verdad podía tener sobre un Gobierno,
al igual que remitía la experiencia histórica es-
pañola reciente.
La respuesta al interrogante, escrita en itálica,
era la afirmación del segundo fundamento: “La
publicación de la verdad no puede turbar a ningún
imperio” (El Independiente, n.° 5, 13/10/1816,
p. 7760). En todo caso, el motivo subyacente
a la caída de un Gobierno se encontraba en la
“miseria pública”. De esta manera, un escrito,
un texto o un periódico que apareciese para
dar cuenta de una mala administración guber-
namental no era la causa de la subversión o
revolución contra la autoridad. En todo caso,
además de ser un barómetro político de una
época, estas publicaciones podían ser útiles
para el Gobierno al advertir el descontento del
pueblo.
Así, la publicación de la verdad terminaba
teniendo un efecto instructivo en cualquier
instancia, porque no solamente era útil para
los oprimidos, sino que podía brindarle al Go-
bierno la posibilidad de conocer la situación
en que se hallaban sus gobernados, permitién-
dole la chance de modificar el curso de acción
para prevenir un desenlace trágico, una revuel-
ta o una revolución. La excepción a esta lógica
eran los países que estaban en estado de escla-
vitud, pues allí el momento en que la verdad
se hacía presente era porque la desgracia pú-
blica había llegado a su máximo nivel, lo cual
podía derivar en una caída del Gobierno. En
última instancia, la publicación, pues, de una
verdad, aun cuando señale la época, jamás se-
ría la causa de la sublevación y tumultos.
Por último, el tercer axioma de la libertad de
prensa Agrelo lo enunció nuevamente como
pregunta: “¿no hay alguna forma de gobierno en
donde el conocimiento de lo verdadero pueda ser pe-
ligroso?” (El Independiente, n.° 5, 13/10/1816,
p. 7761). La respuesta era que la publicación
de la verdad moral era deseable en todo mo-
mento, porque esta era el medio para asegu-
rar la felicidad del mayor número se sujetos,
siendo el objetivo del Gobierno la felicidad
pública.
Para el editor, esta última reflexión ameritaba
una disquisición vinculada a interrogarse qué
era un gobierno. La respuesta hacía foco en
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816297Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
la noción de ley, la cual puede acompañar el
interés general o ir en su contra. Frente a esta
dicotomía, todas las formas de gobierno se re-
ducían a dos: una buena —la que se alinea con
el interés general— y otra mala —aquella que
va contra aquel interés—. No obstante, esto no
implicaba que las leyes fuesen eternas e inmu-
tables. Por el contrario, la ley debía ser plásti-
ca, porque los intereses de la sociedad pueden
mutar en función de las circunstancias y las
variaciones históricas. Esto le permitía con-
cluir a Agrelo que no “se destruye un gobier-
no cuando se reforma” (El Independiente, n.° 5,
13/10/1816, p. 7762).
En la conclusión del número 5 se reforzó la idea
de que la injusticia se vinculaba con la existen-
cia de poderes arbitrarios, siendo posible resistir
a la autoridad si esta adquirió o conservaba su
posición a través de la fuerza. Por este motivo,
no existían verdades que al ser publicadas fue-
sen peligrosas para la felicidad de los hombres.
En el número 6 de El Independiente, el editor
introdujo una advertencia vinculada a la indi-
ferencia de la sociedad y el público respecto a
las verdades. Esta pasividad se asociaba con
los males que atravesaban al Estado. Debido
a que la verdad se relacionaba con la felicidad
de la mayoría, su freno o silencio iba en detri-
mento del bien público. Por este motivo, quien
conozca o posea la verdad se encontraba en
la obligación de enunciarla (El Independiente,
n.° 6, 20/10/1816, p. 7767). Luego el editor
invirtió el orden de los capítulos que estaba
traduciendo. En vez de continuar con el capí-
tulo xii “De la liberté de la presse”, decidió in-
cluir primero el capítulo xiii, « Des maux que
produit l’indifférence pour la vérité », lo cual
generaba un cambio en el sentido y el énfasis
del mensaje. De esta manera, primero repasa-
ba varios ejemplos históricos para luego pre-
sentar las matrices de la verdad, proceso en el
cual se evidencian la adaptación, reescritura,
reestructuración y adición.
[to] C’est à la contradiction, par conséquent
à la liberté de la presse que les sciences
physiques doivent leur perfection. (Helvé-
tius, 1778, p. 54)10
[to] Mais quelles sont les matrices de la véri-
té ? La contradiction & la dispute. La liberté
de penser porte les fruits de la vérité : cette
liberté élevé l’amé, engendre des pensées su-
blimes ; la crainte au contraire l’affaisse &
ne produit que des idées basses. (Helvétius,
1778, p. 60)
[tt] Pero cuales son las matrices de la ver-
dad? La contradicción y la disputa. Los
gobiernos deberán pues fecundarla por el
medio más seguro de todos que es la libertad
de la prensa. Es a la contradicción, por con-
siguiente a la libertad de la prensa, a quienes
deben las ciencias físicas su perfección. (El
Independiente, n.° 6, 20/10/1816, p. 7768)
El argumento que construyó Agrelo tenía un
sentido conciso y concreto: la matriz de la ver-
dad eran la contradicción y la disputa, ambas
prácticas fundamentales para el desarrollo de
la libertad de prensa. Con la discusión se po-
dían evitar y prevenir los vicios y los errores
del espíritu.
Para que esta dinámica y mecánica pudiese
desarrollarse, dentro de un Gobierno era ne-
cesario que este garantizase la libertad de ex-
presión. La prensa tenía que ser libre porque
permitía desarrollar la contradicción como
práctica para probar las verdades, lo cual
perfeccionaba la moral y la política (El Inde-
pendiente, n.° 6, 20/10/1816, p. 7769). Por el
contrario, bajo un Gobierno tiránico, se fo-
mentaba el silencio, puesto que la verdad era
incómoda para los impostores. Estos conside-
raban al “pueblo ilustrado como faccioso, y
el pueblo embrutecido como dócil” (El Inde-
pendiente, n.° 6, 20/10/1816, p. 7769). Sin em-
bargo, en estas circunstancias, la experiencia
ponía de manifiesto que la nación instruida
10 En este caso, los to se insertan en el orden en que
aparecen en el texto de Helvétius, siendo el primer
fragmento la introducción al capítulo xii y el segun-
do parte del capítulo xiii, lo cual permite mostrar la
reescritura y reorganización que realizó Agrelo.
Alejandro Pautasso298La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
hacía caso omiso de esas declamaciones. En
última instancia, cuando lo que estaba en
juego era la propiedad, la vida y la libertad
—piedras angulares del interés general y la
verdad—, era legítimo resistir. De este modo,
“la verdad no puede tener enemigos sino a los
mismos enemigos del bien público. Solo los
malos se oponen a su promulgación” (El Inde-
pendiente, n.° 6, 20/10/1816, p. 7770).
Ahora bien, a lo largo de los números 5 y 6,
Agrelo eligió traducir el sustantivo francés révé-
lation por el sustantivo español “publicación”.
En el texto original, révélation estaba asociado
a la vérité, mientras que en El Independiente el
editor desvinculó la verdad de la revelación
para asociarlo al concepto de publicación.
[to] Mais n’est-il point d’instant où sa révéla-
tion puisse occasionner des troubles dans un
empire ? Chapitre vii : Que la révélation de
la vérité ne trouble jamais les empires. (Hel-
vétius, 1778, pp. 34-35; cursivas agregadas)
[tt] “Mas: ¿que, no habrá instante en que su
[de la verdad] publicación pueda ocasionar
la revolución de un imperio? Este será el se-
gundo principio. La publicación de la verdad no
puede turbar a ningún imperio. (El Independien-
te, n.° 5, 13/10/1816, p. 7760 ; subrayado
agregado)
[to] La révélation de la vérité quelquefois
l’époque, ne sur donc jamais la cause des
troubles & du soulèvement. (Helvétius,
1778, p. 36; cursivas agregadas)
[tt] La publicación pues de una verdad aun
cuando señale la época, jamás será la causa
(El Independiente, n.° 5, 13/10/1816, p. 7760;
cursivas agregadas)
La elección de Agrelo por el sustantivo “pu-
blicación” a lo largo de los números 5 y 6 de
El Independiente se puede leer en clave de la in-
tencionalidad política con la que tradujo los
capítulos de De l’homme. La acusación que pe-
saba sobre los editores rioplatenses a partir del
oficio del Directorio era que estaban inmersos
en “invectivas picantes”, cuando en realidad
sus publicaciones debían abocarse a instruir e
ilustrar al pueblo. En este sentido, la traduc-
ción que propuso Agrelo asoció la función de
la verdad al de las publicaciones, las cuales
implicaban una práctica activa por parte de los
escritores públicos —editores y publicistas—,
quitándole no solo el aura religiosa, sino tam-
bién la posición pasiva del sujeto.
No obstante, esta escisión respecto de la esfera
teológica no debe leerse como un incipiente
proceso de secularización —afirmación que
podría presuponer cierto teleologismo—, sino
antes bien como la decisión del editor de lle-
var la confrontación al terreno político con el
Gobierno. La verdad aparecía como univer-
sal, racional y con efectos positivos para la
sociedad, motivo por el cual su publicación
no podía generar sismos o revoluciones en los
imperios o gobiernos. En todo caso, quienes
podían enfrentar problemas vinculados a la
verdad eran los déspotas o gobernantes “ile-
gítimos”. En otras palabras, no era el pueblo
ni los gobernados quienes sufrían el peso de la
verdad, puesto que para ellos el efecto de esta
siempre era positivo; por el contrario, eran los
Gobiernos y los gobernantes quienes debían
medir sus acciones, discursos y decisiones
contra la misma (Goldman, 2009; Palti, 2005,
2007).
Por último, el número 7 de El Independiente es-
tuvo abocado a examinar críticamente la im-
plementación de la libertad de imprenta en el
Río de la Plata a partir de 1810. El balance ge-
neral que realizaba Agrelo era que reinaba el
silencio sobre los actos de gobierno en la pren-
sa porteña. Para el editor era evidente que un
Gobierno joven como el porteño era propenso
a incurrir en errores. No obstante, las accio-
nes y conductas de las autoridades parecían
esquivar el escrutinio y la censura pública.
Para el editor, la excepción a esta calma había
sido la positiva intervención de Pazos Silva en
La traducción y el debate sobre la libertad
de imprenta en Buenos Aires en 1816299Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.281-303
La Crónica Argentina, al criticar el accionar del
Gobierno que acusaba a los escritores públicos
de fomentar el desorden.
Antes de cerrar la reflexión sobre la libertad de
imprenta, Agrelo propuso una definición so-
bre la libertad de imprenta que parecía derivar
de su lectura, traducción e interpretación de
los textos de Helvétius y De Lolme; en ella en-
fatizaba el examen y censura sobre el accionar
del Gobierno a través de la publicidad:
La libertad de prensa, como tiene lugar en In-
glaterra, consiste en la libertad que conceden
las leyes al pueblo de hacer públicas sus ob-
servaciones y quejas por medio de la impren-
ta, y de examinar y censurar, con respeto, la
conducta del gobierno, y de todos aquellos
que tienen alguna parte en la administración
pública: consiste en la misma publicidad de
todas las operaciones del gobierno. (El Inde-
pendiente, n.°7, 27/10/1816, p. 7775)
4. Balance
Las estrategias y técnicas que utilizó Agrelo al
traducir los capítulos de De l’homme, de Hel-
vétius, y los fragmentos de Constitution de l’An-
gleterre, de De Lolme, implicaron un proceso
de apropiación y creación de nuevos sentidos
que le permitieron confrontar con el oficio de
Pueyrredón. En este sentido, comprender el
proceso de traducción en la coyuntura políti-
ca abre el juego para pensar la intención y el
propósito del traductor junto con la recepción
y el uso que hizo de los textos, siendo el re-
sultado la construcción de un argumento que
disputaba políticamente punto por punto el
documento que el Gobierno había enviado a
los escritores públicos.
Los fragmentos traducidos y publicados en
El Independiente criticaban los dos argumen-
tos centrales del documento directorial. Por
un lado, el oficio revindicaba una idea de la
opinión pública en la cual la instrucción y la
educación eran las funciones centrales, siendo
el Gobierno a quien correspondía construir
la unanimidad. Sin embargo, el proceso de
convulsión política que supuso la revolución,
había agitado el fundamento de transparen-
cia de la Verdad, que implicaba que su co-
nocimiento no requería debate o reflexión
alguna. Omitiendo las referencias a la reli-
gión, Agrelo vinculó la Verdad con la acción
de publicidad y de publicar, ambos ejercicios
propios de los editores en la prensa periódica.
En este sentido, la Verdad continuaba como
horizonte de expectativa, pero era necesaria
una posición activa para arribar a la misma,
puesto que no era evidente por sí misma.
Por otro lado, el editor sostuvo que el motor
de la verdad era la controversia y la discusión,
lo cual legitimaba el accionar de los editores
que ejercían el debate como una práctica
frecuente en los periódicos. Además, las po-
lémicas no podían generar una crisis guber-
namental ni un cambio de Gobierno. En este
sentido, se puede pensar que las traducciones
respondían al oficio en sus propios términos,
ya que si bien no cuestionaba la finalidad úl-
tima de la opinión pública como espacio en
que se jugaba la Verdad, ponía en tela de juicio
el método para construir la unanimidad. De
hecho, Agrelo sugirió que solamente quienes
fuesen “impostores” o “poderosos injustos”
podían temer que la Verdad saliese a la luz,
porque esta siempre tenía un efecto positivo
para la sociedad en el largo plazo.
Los usos y sentidos que Agrelo les brindó a las
traducciones en su periódico sugieren, sino
comprueban, que la prensa participó como
un actor político en las controversias entre
publicistas y con el Gobierno. El Independien-
te no funcionó solamente como un espacio de
defensa de la Constitución inglesa en clave
republicana, sino que intervino en la cons-
trucción de la coyuntura política mediante la
polémica y la disputa, en particular brindan-
do argumentos que se opusieron a la política
gubernamental en relación con la libertad de
imprenta. Es necesario tener en consideración
Alejandro Pautasso300La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
que Agrelo realizó una selección, traducción
y adaptación de Helvétius y De Lolme, en lo
que se puede interpretar como un proceso de
recepción, apropiación, reescritura, manipula-
ción y uso en función de defender su posición
política en la coyuntura de la polémica por la
libertad de imprenta. Allí donde el Gobierno
veía discordia e invectivas, el editor sostenía
que era una práctica no solo legítima, sino
también insoslayable.
La libertad de imprenta fue un tópico sobre el
cual no solamente se legisló, sino que también
fue escrutado y debatido en la prensa revolu-
cionaria en el Río de la Plata. Esto se debe a
que, en la práctica, los reglamentos, estatutos
o decretos sobre el tema impactaron de lleno
en la experiencia de los publicistas y los pe-
riódicos. Los editores debieron descifrar y sor-
tear los límites entre la controversia pública y
la crítica a los magistrados, atravesados por la
tensión inherente entre la libertad y el control
encarnado en el Gobierno.
En última instancia, las traducciones publica-
das en El Independiente —como de tantos otros
textos políticos en la prensa a lo largo del proce-
so revolucionario rioplatense— respondieron
no solo a la necesidad de ensayar respuestas
a los dilemas, interrogantes e incertidumbres
que se presentaron en coyunturas signadas por
la inestabilidad y la provisionalidad, sino que
también fueron estrategias para fomentar la
polémica, el debate y la controversia, siendo los
editores —junto con sus periódicos— uno de
los sujetos centrales de ese accionar. La confi-
guración de críticas y defensas sobre qué impli-
cancias tenía la libertad de imprenta se nutrió
de diferentes argumentos, perspectivas, escritos
y autores. Sin embargo, para comprender estas
articulaciones, es necesario no perder de vista
el tiempo y espacio en el que se desplegaron,
puesto que no fue en el campo de la metafísica
o la abstracción en donde los editores y los pe-
riódicos libraron sus batallas.
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Cómo citar este artículo: Pautasso, A. (2024). La traducción y el debate sobre la libertad de
imprenta en Buenos Aires en 1816. Mutatis Mutandis, Revista Latinoamericana de Traducción, 17(2),
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