ISSN 2011-799X
Recibido: 2024-03-18
Aceptado: 2024-07-12
doi: 10.17533/udea.mut.v17n2a06Literatura ruso-soviética en la editorial
Claridad. Apuntes sobre el catálogo
y las traducciones directas del ruso1
Florencia García Brunelli
florencia.garbru@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-3112-7832
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”,
Universidad de Buenos Aires-Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina
Resumen
En el presente trabajo nos proponemos mostrar y explicar el aumento de la cantidad de literatura
soviética y de textos políticos de autores del pensamiento revolucionario ruso que se da hacia la dé-
cada de los treinta del siglo xx en Argentina, y la tendencia creciente hacia una predilección por la
traducción directa del ruso como modalidad privilegiada de circulación de estos textos en la editorial
Claridad. Proponemos la hipótesis de que la difusión de la literatura soviética y de ensayos políticos
en traducción directa se encuentra en sintonía, en primer lugar, con las afinidades ideológicas de la
editorial con la Revolución rusa y con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ( urss); en segun-
do lugar, con la radicalización política de los grupos de izquierda nucleados en torno a Claridad a raíz
del golpe de Estado de José Félix Benito Uriburu y el consecuente redireccionamiento del proyecto
editorial hacia un carácter más político que cultural; y, por último, con la necesidad de la editorial de
establecer un puente directo entre Argentina y la urss, en un contexto en el que proliferan las noticias
periodísticas sobre la realidad soviética, tanto de la “prensa burguesa” como de intelectuales argenti-
nos de izquierdas que viajaban a la urss. Asimismo, buscamos explicar el segundo viraje a partir de
1935, momento en que la editorial vuelve a publicar autores cumbre del realismo del siglo xix y tex-
tos sobre personalidades y acontecimientos de la historia rusa. Planteamos que esto se debe a que la
democracia se vuelve un modelo posible para varios sectores de las izquierdas, al calor de la Segunda
Guerra Mundial y el crecimiento de los fascismos.
Palabras clave: editorial Claridad, literatura soviética, Revolución rusa, traducción directa
1 El presente artículo se enmarca en el proyecto de investigación doctoral en curso titulado “Las primeras tra-
ducciones directas de literatura y crítica rusas en Argentina. El caso de los traductores Benjamin Abramson y
Alejo Abutcov en la editorial Claridad”, radicado en el Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio
Ravignani” de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, y financiado por el Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso347Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
Russian-Soviet Literature at Claridad Publishing House. Notes on the Catalog
and Direct Translations from the Russian Language
Abstract
In this paper, we show and explain the increasing volume of Soviet literature and political texts by
authors of the Russian revolutionary school, which entered Argentina during the 1930s, and the
growing trend towards a predilection for direct translation from Russian as a privileged modality of
circulation of these texts at publishing house Claridad. We propose the hypothesis that the dissemi-
nation of Soviet literature and political essays in direct translation is in tune, firstly, with the ideolog-
ical affinities of the publishing house with the Russian Revolution and the Union of Soviet Socialist
Republics (ussr); secondly, with the political radicalization of the leftist groups nucleated around
Claridad following the coup d’état of José Félix Benito Uriburu and the consequent redirection of
the editorial project towards a more political than cultural character; and, finally, with the need of the
publishing house to establish a direct bridge between Argentina and the ussr, in a context in which
there was a proliferation of journalistic news about the Soviet reality, both from the “bourgeois press”
and from Argentine left-wing intellectuals who traveled to the ussr. We also seek to explain the sec-
ond shift after 1935, when the publishing house returned to publishing authors at the height of 19th
century realism and texts on personalities and events in Russian history. We propose that this is due to
the fact that democracy becomes a possible model for several sectors of the left, in the heat of World
War ii and the advance of fascism.
Keywords: Claridad publishing house, soviet literature, Russian Revolution, direct translation
Littérature russo-soviétique dans la maison d’édition Claridad. Notes
sur le catalogue et les traductions directes du russe
Résumé
Cet article vise à montrer et à expliquer l’augmentation de littérature soviétique et de textes politiques
écrits par des auteurs de la pensée révolutionnaire russe en Argentine dans les années 1930, ainsi que
la tendance croissante à la traduction directe à partir du russe comme mode de circulation privilégié
de ces textes dans la maison d’édition Claridad. Nous proposons l’hypothèse que la diffusion de
littérature soviétique et d’essais politiques en traduction directe correspond, d’une part, aux affinités
idéologiques de la maison d’édition avec la révolution russe et l’Union des républiques socialistes
soviétiques (urss); d’autre part, à la radicalisation politique des groupes de gauche regroupés autour
de Claridad à la suite du coup d’État de José Félix Benito Uriburu et à la réorientation conséquente
du projet éditorial vers un caractère plus politique que culturel ; et, enfin, à la nécessité d’établir un
pont direct entre l’Argentine et l’urss, dans un contexte de prolifération des reportages journalistiques
sur la réalité soviétique, tant dans la « presse bourgeoise » que dans l’ensemble de la « presse bour-
geoise »; et, enfin, la nécessité pour la maison d’édition d’établir un pont direct entre l’Argentine et
l’urss, dans un contexte de prolifération des reportages journalistiques sur la réalité soviétique, tant
de la part de la « presse bourgeoise » que des intellectuels argentins de gauche qui se rendaient en
l’urss . Nous cherchons également à expliquer le deuxième changement à partir de 1935, lorsque la
maison d’édition a recommencé à publier les auteurs les plus importants du réalisme du 19e siècle
et des textes sur des personnalités et des événements de l’histoire russe. Nous pensons que cela est
dû au fait que la démocratie est devenue un modèle possible pour divers secteurs de la gauche, dans
le contexte de la Seconde Guerre mondiale et de la montée du fascisme.
Mots-clés : maison d’édition Claridad, littérature soviétique, révolution russe, traduction directe
Florencia García Brunelli348La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
Introducción
La editorial Claridad, fundada en 1922 por
Antonio Zamora, ha sido ampliamente es-
tudiada. Las investigaciones señalan el lugar
significativo que ocupó tanto la Revolución
como la literatura rusa en la configuración de
su catálogo. A la hora de abordar su análisis,
se suele indicar la predominancia de las lite-
raturas realistas rusa y francesa del siglo xix,
lo que la editorial consideraba “obras selectas”
de “grandes pensadores de la cultura univer-
sal” (Montaldo, 1987, p. 41).
En el caso de las obras rusas, se menciona la
presencia de clásicos decimonónicos, como
Maksim Gorki, Fiódor Dostoievski, Lev Tols-
toi, Iván Turguénev, Leonid Andréiev y An-
tón Chéjov, y, en menor medida, de autores
de la esfera política, como Nikolái Bujarin y
Vladimir Ilich Lenin (Cedro, 2012; Delgado
y Espósito, 2014; Ferreira de Cassone, 2005;
Montaldo, 1987, 1990; Willson, 2017; Uber-
talli, 2016). En menor grado, se publicaban
cuentos realistas, artículos de costumbres y en-
sayos políticos de autores españoles y textos de
argentinos como Juan B. Justo, Alfredo Pala-
cios, Juan Bautista Alberdi, Evaristo Carriego
y Pedro Bonifacio Palacios “Almafuerte” (Del-
gado y Espósito, 2014).
No obstante, lo que ocupaba el centro del ca-
tálogo era el realismo literario ruso y francés.
Este criterio hegemónico de selección se funda-
ba en una idea de la literatura como contenido,
“reflejo” de la realidad y vehículo ideológico
que era útil a las intenciones pedagógicas de
la editorial y su perfil político-militante, que
apuntaba a despertar conciencia política en los
lectores medios y populares (Montaldo, 1987).
Por último, en lo que respecta a las traduccio-
nes, se suele indicar que la mayor parte de las
obras rusas fueron traducciones indirectas del
francés, el italiano, el alemán, o reimpresio-
nes de traducciones españolas (Cytryn, 2017;
Fauzetdinova, 2017).
Ahora bien, estos estudios suelen focalizarse
en la revista Los Pensadores (sobre todo en la
primera etapa, de 1922 a 1924), con algunas
menciones generales a las colecciones, y casi
nulos son los comentarios sobre los libros pu-
blicados después de 1941. De hecho, “no existe
hasta la actualidad un registro del corpus total
de la editorial ni del conjunto de bibliotecas o
colecciones que lo componen” (Bianchi et al.,
2017, p. 3). Florencia Ubertalli (2023), en un
trabajo recientemente publicado, es la primera
en abordar en detalle las colecciones y en po-
nerlas en conexión con las discusiones del so-
cialismo dadas a lo largo de las distintas etapas
de la editorial.
Por otra parte, las investigaciones sobre la re-
vista Claridad no abordan el catálogo, sino más
bien los debates y posicionamientos de las iz-
quierdas que se plasmaron en las páginas de
la revista en los distintos momentos históricos
(Cattáneo, 1992; Ferreira de Cassone, 1998;
Luzzi, 2002). Graciela Montaldo (1990) y Na-
talia Ávila (2018) examinan el proyecto cultu-
ral de la editorial en conexión con los diversos
posicionamientos de las izquierdas y sus revis-
tas en los distintos períodos, pero tampoco se
detienen en el catálogo. Una excepción es el
Índice de la revista Claridad que elabora Floren-
cia Ferreira de Cassone (2005), acompañado
de un breve análisis de los principales temas
y tendencias ideológicas de la revista en cada
una de sus etapas.
De esta manera, a partir de los estudios ante-
riormente citados, se ha instalado la idea de que
la editorial Claridad fue un agente de difusión
de la literatura rusa del siglo xix traducida in-
directamente. A nuestro modo de ver, resul-
ta necesario profundizar en el estudio de las
otras etapas. Un análisis del catálogo, atento
a una detallada periodización de los distintos
momentos de la editorial, permitiría afirmar
que la literatura soviética tuvo un peso signi-
ficativo en el catálogo, sobre todo los textos
políticos, como ensayos, crónicas periodísti-
cas y textos político-programáticos. Además,
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso349Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
se demostraría que la traducción directa fue la
modalidad predilecta para la importación y la
circulación de este tipo de textos, a contrama-
no de la idea instalada por la crítica de que las
obras rusas publicadas por Claridad eran todas
traducciones indirectas.
Aunque sí hubo mayoritariamente traduccio-
nes indirectas, no fueron todas las obras. Adel
Fauzetdinova (2017) y Ubertalli (2023) demues-
tran esto. Además, el hecho de que la traduc-
ción directa se haya privilegiado para los textos
políticos, entre 1925 y 1938, no es un dato para
nada menor.
[…] la editorial Claridad constituyó una pie-
za clave en materia de traducción y recep-
ción de ideas y en lo que a constitución de
determinados imaginarios de izquierda de
larga pervivencia respecta. En este sentido, la
editorial Claridad no solo editó y tradujo por
primera vez textos fundamentales del pensa-
miento de izquierda, sino que contribuyó a la
instalación de determinados autores, debates
e incluso temáticas que han formado parte
del devenir de la cultura de izquierdas en un
sentido amplio, tanto a nivel nacional como
latinoamericano. (Ubertalli, 2023, p. 213)
Teniendo en cuenta el abordaje de estos últi-
mos trabajos, nos preguntamos: si la Revolu-
ción rusa fue tan influyente para los diversos
sectores de las izquierdas que integraban el
colectivo de la editorial, ¿qué lugar ocupó la
literatura soviética en el catálogo?, ¿qué auto-
res y textos se difundieron?, ¿en qué etapas de
la editorial y en qué momentos del socialismo
argentino?, ¿quiénes traducían?
En el presente trabajo explicamos los motivos
del aumento de la cantidad de textos del pensa-
miento revolucionario ruso hacia la década de
los treinta del siglo xx y la tendencia creciente
hacia una predilección por la traducción direc-
ta como modalidad privilegiada de circulación
de estos textos. Proponemos la hipótesis de
que la difusión de la literatura soviética en tra-
ducción directa entre 1925 y 1938 se encuentra
en sintonía, en primer lugar, con las afinidades
ideológicas de la editorial con la Revolución
rusa y con la urss; en segundo lugar, con la ra-
dicalización política de los grupos de izquierda
nucleados en torno a Claridad a raíz del golpe
de Estado de José Félix Benito Uriburu y el
consecuente redireccionamiento del proyecto
editorial hacia un carácter más político que
cultural; y, por último, con la necesidad de la
editorial de establecer un puente directo entre
Argentina y la urss, en un contexto en el que
proliferaban las noticias periodísticas sobre
la realidad soviética, tanto de la “prensa bur-
guesa” como de intelectuales argentinos de iz-
quierdas que viajaban a la urss.
Asimismo, explicamos el segundo viraje del
proyecto editorial a partir de 1935, momento
en el que la editorial vuelve a publicar autores
cumbre del realismo del siglo xix y textos sobre
personalidades y acontecimientos significati-
vos de la historia rusa. Planteamos que esto se
debe a que la democracia se vuelve un modelo
posible para varios sectores de las izquierdas,
al calor de la Segunda Guerra Mundial y el
crecimiento de los fascismos. De esta manera,
la práctica de la traducción directa continúa
luego de 1935, pero no con el objetivo de di-
fundir las novedades de la contemporaneidad
soviética, sino con el fin de garantizar la fideli-
dad de los textos y su veracidad.
1. Inicios de 1930: un proyecto editorial
cada vez más político que cultural
La edición de las revistas de Claridad abarcó
varias etapas, que pueden distinguirse a partir
de los distintos subtítulos. La revista Los Pen-
sadores, en su primera etapa (1922-1924), llevó
los subtítulos “Revista de selección universal”,
hasta el número 18, y “Publicación semanal
de obras selectas”, hasta el número 101. La
segunda etapa comprende los años 1924-1926,
cuando pasó a llamarse Los Pensadores. Revis-
ta de selección ilustrada, arte, crítica y literatura.
Suplemento de la editorial Claridad. En 1926 se
transforma en la revista Claridad. Revista de arte,
Florencia García Brunelli350La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
crítica y letras. Tribuna del pensamiento izquierdis-
ta, que es editada hasta 1941. No obstante, la
revista Claridad también ve modificados sus
subtítulos a lo largo de los años. En 1936, “Tri-
buna del pensamiento izquierdista” se modifi-
ca por “La Revista Americana de los Hombres
Libres”. En el número 337, en 1939, cambia a
“Tribuna del Pensamiento Libre”, y en 1940,
se modifica nuevamente por “Tribuna Ameri-
cana del Pensamiento Libre”.
La primera etapa de Los Pensadores consistió en
la publicación de pequeños folletos o cuaderni-
llos semanales de 32 páginas que reproducían
“obras selectas” de los clásicos de la cultura
universal, en su mayor parte rusos y franceses,
y en menor medida españoles y argentinos. Si
bien se la denominaba “revista”, cada número
incluía una novela completa, un ensayo o una
selección de cuentos de un determinado autor.
Así, por ejemplo, se publicaron los tres tomos
de El sepulcro de los vivos, de Dostoievski.
En la segunda etapa (1924-1926), el formato
folleto se convierte en revista cultural, por lo
que comienzan a incluirse otros escritos, ade-
más de obras literarias: textos críticos, ensayís-
ticos, crítica literaria, traducciones especiales,
comentarios, notas, ilustraciones, etc. Así, a
la vez que se siguen publicando “obras selec-
tas” de la literatura, la revista se transforma en
un “espacio de debate cultural e ideológico”
(Montaldo, 1987, p. 64).
Este cambio va a terminar de consolidarse en
la revista Claridad (1926-1941), donde lo polí-
tico definitivamente comienza a tener un lugar
mucho más preponderante que la literatura y
se termina de conformar, en su máxima expre-
sión, la “tribuna del pensamiento izquierdista”
(Ferreira de Cassone, 2005, p. 17). La muta-
ción de la revista Los Pensadores a un espacio
mucho más político y polémico se pone de ma-
nifiesto en los sucesivos cambios de los subtítu-
los anteriormente mencionados.
En paralelo a la edición de las revistas, desde
1922, la editorial publicó libros en diversas co-
lecciones. Los títulos rusos fueron publicados
en las colecciones Teatro Nuevo, Clásicos de
Amor, Ciencias Políticas, Los Pensadores (co-
lección creada una vez disuelta la revista Los
Pensadores), Manuales de Cultura Marxista,
Ciencias Sociales, Biblioteca Científica, Críti-
ca Social, Biblioteca Obras Famosas, Bibliote-
ca de Novelas Sociales, Biblioteca de Grandes
Biografías, Biblioteca Hombres e Ideas, Biblio-
teca de Cultura Socialista, Colección Arco Iris
y Colección Los Genios, junto a autores de
otras nacionalidades: franceses, españoles, ale-
manes, ingleses, argentinos, entre otros.
En lo que respecta a los títulos rusos y sus
temáticas, en las colecciones, al igual que en
las revistas, también se observa hacia 1930 un
predominio de la temática política por sobre
la literaria. Nos interesa remarcar estos cam-
bios porque, como explicamos a continuación,
tienen su correlación en el catálogo de la li-
teratura rusa: hacia 1930 ya se observa una
predominancia de literatura y textos políticos
soviéticos —dejando en un segundo plano el
realismo literario ruso del siglo xix—, a la par
de un aumento en la cantidad de traducciones
directas.
Como señala la crítica , en la primera etapa de
la editorial prevalecía la ficción, porque el pro-
yecto cultural (más que el proyecto político) era
lo que guiaba los criterios de selección cambio
(Ferreira de Cassone, 2005; Montaldo, 1990).
Ante todo, la editorial se proponía educar al
pueblo en la cultura universal, entendiendo lo
político como esfera integrada a lo cultural.
Así, por ejemplo, “una historia de la pintura
italiana, en tanto ‘forma’ a un individuo, tiene
un valor político” (Montaldo, 1990, p. 428). La
crítica acuerda en identificar el año 1930 como
el momento clave de cambio (Ferreira de Cas-
sone, 2005; Montaldo, 1990), a raíz del golpe
de Estado de Uriburu luego de dos experien-
cias democráticas de voto universal, del clima
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso351Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
bélico europeo y del avance de los Gobiernos
totalitarios.
Ante estos cambios, la editorial Claridad se va
convirtiendo en un “instrumento de fomento
y propagación política”, en un “lugar de mili-
tancia organizada” y de “resistencia cada vez
más radical” (Montaldo, 1990, p. 423). Con
esto, la función estética se subordina a la mili-
tante y ello repercute en los modos de mostrar
la realidad: “Parece que ya no es posible ‘edu-
car con sutilezas’ sino que hay que enunciar
las ‘verdades’ de la manera más directa porque
los tiempos así lo exigen, porque hay una ur-
gencia inédita por enseñar” (Montaldo, 1990,
p. 424). Así, Claridad comenzó a apostar por
un proyecto editorial en el que preponderara
más lo político que lo literario, como se pone
en evidencia en los sucesivos cambios de los
subtítulos.
Esto explica la publicación de libros como La
mujer nueva y la moral sexual, de Aleksandra Ko-
llontai (1931),2 y ¿Qué hacer? (1933), de Lenin,
en un escenario local de censura y represión.
En el texto prerrevolucionario ¿Qué hacer?,
publicado originalmente en Rusia en 1902,
Lenin daba las coordenadas para la organiza-
ción del partido revolucionario, y Claridad, en
1933, promocionaba la obra como el “punto
de partida del socialismo revolucionario” (Cla-
ridad, núm. 271). El traductor, Luis Waismann
(1933), expresaba en el prólogo que, aunque la
situación histórica hubiera cambiado respec-
to al momento en que Lenin había escrito su
obra, había que seguir más que nunca el cami-
no indicado por él.
De este modo, a partir de 1926, con el surgi-
miento de la revista Claridad, el catálogo, tan-
to de la revista como de los libros, comienza a
mostrar una predilección por los textos teóricos
y políticos, abandonando la línea del realismo
2 No figuran datos sobre la fecha de publicación
exacta. No obstante, se estima que la obra fue pu-
blicada en la década de los treinta, según informa-
ción de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
literario decimonónico que caracterizaba a la
época anterior. Así, ya no se observan nombres
como Gorki, Tolstoi, Dostoievski, Turguénev,
Andréiev, sino más bien nombres como A. Ko-
llontai, Ilia Ehrenburg, V. I. Lenin, A. Lozovs-
ki, A. Lunacharski, D. Riazanof, A. Roubakin,
J. Stalin, M. Trotski, S. Voronoff, en los libros,
y M. E. Koltsov, D. I. Matrón, Panait Istrati,
L. Sosnovsky, A. Zorich, y M. Zóschenko, en
la revista.
Si bien el interés por Rusia está presente desde
el principio, se observa un cambio en los mo-
dos de “mostrarla” a los lectores. Gran parte de
las obras publicadas en la revista Los Pensadores
poseen elementos autobiográficos, ya que se
basan en los padecimientos vividos por los es-
critores durante el régimen zarista. Cuentos de
vagabundos3 son relatos escritos por Gorki con
base en su experiencia como vagabundo en
ciertos lugares de Rusia. Vladimir Korolenko
comienza su carrera literaria en el exilio sibe-
riano. En la obra En Siberia (relato de la vida en
el país de los muertos) (Korolenko, 1923), expone
el sufrimiento y la violencia de quienes eran
enviados allí a fines del siglo xix. Del mismo
modo, Dostoievski escribe El sepulcro de los vivos
(Dostoievski, 1924) a partir de sus experiencias
como prisionero en Siberia.
Así, la realidad del pueblo ruso durante el za-
rismo se muestra a los lectores a través de la
experiencia directa de los propios escritores,
que ficcionalizan su vida y se identifican con
sus personajes, idea que es constantemente
resaltada en las notas biográficas que suelen
acompañar a las obras.
Por el contrario, hacia 1930, la modalidad
privilegiada de mostrar la realidad rusa no es
por medio de la ficción realista y “autobiográ-
fica”, sino mediante textos teórico-ensayísticos.
De este modo, ya no se observan experiencias
de vida ficcionalizadas, sino ensayos teóricos
3 Publicado el 3 de abril de 1922, en el número 4 de
Los Pensadores.
Florencia García Brunelli352La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
sobre los escritores o sobre algún aspecto de la
realidad rusa. Es el caso, por ejemplo, de los
libros Lenin, su vida y su obra, de Trotski, pu-
blicado por la editorial alrededor de 1927;4 La
protección a la salud pública en la urss: organiza-
ción sanitaria (1934), de Aleksándr Rubakin; La
tragedia biológica y social de la mujer (193-),5 de
Anton V. Nemilov; La mujer nueva y la moral se-
xual, de A. Kollontai, y Ensayos sobre socialismo
y matrimonio (1931),6 de David Riazanov.
Es evidente la necesidad de enunciar las “ver-
dades” de la manera más directa posible. Como
expresa Sylvia Saítta, para los intelectuales ar-
gentinos de izquierdas, la urss representaba la
constatación de un modelo teórico, la “mate-
rialización de una teoría general que se piensa
transmisible y trasladable a otros espacios, a
otras naciones, a otras culturas”, por lo que se
convierte en un “objeto de un conocimiento ra-
cional”, un conocimiento “que permite no sólo
entenderla o conocerla en sí misma, sino tam-
bién planearla, controlarla, predecir su compor-
tamiento, explicar las condiciones de su origen,
su estado actual y su desarrollo pasado y futuro”
(Saítta, 2007, p. 5).
Por otra parte, como se ve en el catálogo, intere-
saban todos los aspectos de la vida soviética, no
solamente la política, la cultura o la literatura,
sino también la economía, la salud, cuestiones
de género y educación. Esto puede explicarse
porque, en los años treinta, la Revolución se-
guía resultando atractiva en tanto modelo de
igualdad y justicia social, pero sobre todo —a
diferencia de la década de los veinte— por su
4 Se presume que fue publicado alrededor de 1927,
porque ese año la revista Claridad ya promocionaba
la obra.
5 No figuran datos sobre la fecha de publicación
exacta. No obstante, se estima que la obra fue pu-
blicada en la década de los treinta, según datos de
la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
6 Al igual que la obra antes mencionada, no figuran da-
tos sobre la fecha de publicación exacta, y se estima
la década en que se publicó a partir de los datos brin-
dados por la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
racionalidad, planificación, industrialización,
aplicación de la ciencia y la tecnología (Saítta,
2007, pp. 11-12).
Otro elemento que caracteriza al catálogo de
esta etapa es la contemporaneidad de los textos.
Es decir, la rapidez con que se publicaban los
textos en Argentina respecto a su publicación
original en Rusia. Los casos más ilustrativos
son los libros Marx y Engels (conferencias del curso
de marxismo en la Academia Comunista de Mos-
cú), de Riazánof, publicada en Rusia en 1931
y en Argentina en 1933; Marx y los sindicatos: el
marxismo revolucionario y el movimiento sindical,
de Alex Lozovski, publicado en 1933 en Rusia
y en 1934 en Argentina; y, por último, el caso
de ¿Qué es la Revolución de Octubre?, conferencia
pronunciada por Trotski en el Stadium de Co-
penhague en 1932, publicada como libro por
Claridad en 1933.
De la primera época, destacamos El abc del co-
munismo, de Nikolái Bujarin, que se publica en
Rusia en 1919 y en Buenos Aires, en 1922, y El
imperialismo, última etapa del capitalismo, de Le-
nin, publicado en Rusia en 1917 y en Buenos
Aires, en 1922, ambos en formato folleto en la
revista Los Pensadores. Otros casos ilustrativos
son los artículos aparecidos en los números 230
y 239 de la revista Claridad: “Calumnia e hipo-
cresía. A los compañeros de Orejovo-Zueco”
y “El antisemitismo”, de Gorki, publicados en
Rusia y en Buenos Aires el mismo año (1931),
con solo meses de diferencia.
La publicación de textos tan contemporáneos
generaba un efecto de proximidad con la urss
y ponía en evidencia la necesidad de seguir de
cerca la realidad política soviética y la urgencia
por comunicárselo a los lectores argentinos.
2. 1935: viraje hacia el parlamentarismo
democrático y abandono
de la impronta combativa
Otro momento de cambio suele considerarse
el año 1935, cuando se produce un viraje hacia
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso353Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
el reformismo democrático y la moderación de
la lucha antiimperialista, lo que se traduce en
el abandono del tono combativo y radicalizado
(Ferreira de Cassone, 2005; Montaldo, 1990).
Esto se explica por el impacto de la experien-
cia de Franklin D. Roosevelt con sus políticas
de “buena vecindad” y su programa de no in-
tervención entre 1933 y 1936, que genera que
la reforma democrática se vuelva un modelo
posible para varios sectores de las izquierdas.
Además, Claridad refuerza su antibelicismo
como consecuencia del creciente clima béli-
co europeo y los totalitarismos. Así, ya no se
apuesta a la revolución como forma de acceder
al poder, sino que se defiende la democracia
“con la educación cívica frente al avance de
los gobiernos totalitarios” (Montaldo, 1990,
p. 423).
Recordemos que la revista Claridad dedica su
número 308 a Roosevelt y publica su biografía
en 1937. Siguiendo a Mariana Luzzi:
[…] la revista Claridad también cierra un ci-
clo en 1936. Es aquel signado por el subtítulo
“Tribuna del Pensamiento Izquierdista”, que
al año siguiente será reemplazado por “La
Revista Americana de los Hombres Libres”.
En cierto modo, se trata del fin de un período
en el que el eje en torno del cual giran los
debates es la oposición entre lucha revolucio-
naria y reforma política —lo que en el socia-
lismo local asume la forma de un debate entre
la primacía del Programa Máximo o del Pro-
grama Mínimo, para pasar a ser la confron-
tación entre democracia y fascismo—. […]
Se marca fuertemente, así, el pasaje de una
publicación preocupada centralmente por las
posibilidades de superación de la sociedad
capitalista, a otra movilizada en defensa de
la paz y las libertades democráticas. En otras
palabras, del camino que va de la revolución
a la guerra. (2002, p. 244)
De esta manera, el anterior tono combativo
y radicalizado da paso a una impronta más
moderada, que se pone de manifiesto en los
criterios de selección. En el número 323 de
la revista Claridad (1938), se lanza una crítica
política al régimen estalinista en el artículo ti-
tulado “Protesta contra los procesos de Mos-
cú”, firmado por varios intelectuales, incluido
Antonio Zamora (Justo y Gallo, 1938).7 Ade-
más, en 1938, se publica La revolución traicio-
nada (Trotski, 1938) que lanza una crítica a la
deriva dictatorial del estalinismo y la traición a
los ideales originarios de la Revolución.
Así, luego de 1935, sobre todo a partir de la
condena a los procesos de Moscú y la publica-
ción de la obra de Trotski, el catálogo de lite-
ratura rusa exhibe una nueva tendencia hacia
la publicación de textos históricos, biografías
y antologías de autores canónicos de los si-
glos xix y xx. Ya no predominan ensayos polí-
ticos de pensadores revolucionarios (la mayoría
contemporáneos), sino más bien antologías y
biografías de escritores consagrados en el canon
literario ruso, como Antología de Maiacovski: su
vida y su obra (1943), compilado y traducido del
ruso por Lila Guerrero; Alejandro Pushkin. Su
vida y sus obras (1947), compilado y traducido del
ruso por Olga Wolkonsky; Dostoievsky: la vida y
la obra (1947), de Avrahm Yarmolinsky, tradu-
cido del inglés por Olga Wolkonsky, y Teatro
ruso: Boris Godunov, Baile de máscaras y Espérame
(1946), obras de Pushkin, Lermontov y Simo-
nov, traducidas del ruso y comentadas por Lila
Guerrero. Estas últimas se promocionan como
“Las tres obras maestras del teatro clásico”.8
7 La carta fue firmada por varios intelectuales, además
de L. Justo y A. Gallo: “Bartolomé Bosio, médico y
escritor; N. Calletti, universitario; Enrique Espinoza,
escritor; Bartolomé Fiorini, concejal y dirigente del
Partido Socialista Obrero; Luis Franco, escritor; Au-
relio Garra, periodista; José Gabriel, escritor y pe-
riodista; Antonio Gallo, periodista; Miguel Gómez,
periodista; Liborio Justo, escritor; Samuel Kaplan,
Director de la editorial “Imán”; Pedro Milesi, mili-
tante sindical; Salomón Resnik, Escritor; Juan Ves-
covo, dirigente sindical; Antonio Zamora, director
de Claridad, y otras numerosas firmas que constan
en el original que obra en nuestro poder”.
8 Esto se expresa en el libro El retorno de la primavera,
de Fina Warschaver (1946).
Florencia García Brunelli354La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
Se pone en evidencia, de este modo, la incli-
nación de la editorial por algo más “clásico”.
También encontramos obras sobre grandes
personalidades y sucesos del pasado ruso,
como La invasión de Napoleón en Rusia, 1812
(1942), de Eugenil V. Tarle, traducido del in-
glés por C. Siralceta y N. R. Ortiz Oderigo;
Pedro el Grande. Biografía novelada (1943), de
Alexei N. Tolstoi, traducido del ruso por Lila
Guerrero; Pavlov. Vida y descubrimientos del gran
fisiólogo ruso (1945), de Aleksandr Yugov, tra-
ducido del ruso por Sergio Belaieff, y textos
sobre literatura y pensamiento ruso en general,
como El pensamiento ruso en la filosofía y en la
historia (1946), de Lázaro Schinitzky,9 o La lite-
ratura rusa: ideales y realidad (1943), de A. Piort
Kropotkin, traducido por Salomón Resnick.
Como puede verse, el catálogo ahora se com-
pone de obras que no se abocan a una con-
temporaneidad revolucionaria y su espíritu
de lucha, sino más bien al pasado ruso, a su
tradición literaria y filosófica, a sus gestas his-
tóricas y sus personalidades de renombre. Esto
se pone de manifiesto en los tipos de colec-
ciones en las que se publican los libros antes
mencionados. Mientras en el período anterior
predominaban textos publicados en coleccio-
nes como Crítica Social, Biblioteca Científica,
Manuales de Cultura Marxista, Ciencias Polí-
ticas y Ciencias Sociales, ahora destacan co-
lecciones como Bibliotecas de Obras Famosas,
Biblioteca de Grandes Biografías, Biblioteca
Hombres e Ideas, Colección Arco Iris, Colec-
ción Los Genios.
También se ponen en evidencia las intenciones
de la editorial de mostrar un Estado ruso fuer-
te, su historia de consolidación y la potencia
de sus políticas industrializadoras. Esto es aho-
ra lo que evidencia el catálogo sobre la Unión
Soviética, en un contexto donde el eje de los
debates se centra en la disputa entre democra-
cia y fascismo, y en el que, además, Zamora
9 No hay datos sobre la traducción.
se había inclinado hacia una posición parla-
mentarista e intervencionista dentro del Par-
tido Socialista (Luzzi, 2002). No casualmente
se publica una biografía de Pedro el Grande y
un texto como La victoria por el dominio aéreo
(1943), del aviador ruso Aleksandr P. de Se-
versky, obra que desarrolla teorías y estrategias
de aviación favorables a Estados Unidos en el
marco de la Segunda Guerra Mundial.
En el texto introductorio a Hijos de la tempes-
tad. Novela de la nueva Rusia (1942), de Nicolás
Ostrovsky, la traductora Lila Guerrero expre-
sa que los hombres, las obras y los libros de
la Unión Soviética seguramente resultan “ex-
traordinarios” tanto a los amigos como a los
enemigos de la urss, porque lo que diferencia
a la literatura soviética de la literatura del resto
del mundo son sus valores: “Al abrir un libro de
un autor soviético se exige valores que no se
pretende hallar en la obra de autores de otros
países. Y se exige con razón” (Guerrero, 1942,
p. 8). El valor que contendría y propugnaría la
obra de Ostrovsky, para Guerrero, es el huma-
nismo (1942, p. 9).
No es llamativo que se destaque puntualmente
esta característica de este escritor del realismo
socialista en un momento de la editorial en el
que, como dijimos, ya no primaba un clima
antiimperialista, sino más bien antifascista y
democrático. Por su antifascismo también se
destaca A. Tolstoi, cuyas “más brillantes pie-
zas oratorias en el frente mundial antifascista
lo hacen acreedor del alto premio Stalin, que le
ha sido otorgado por el gobierno, además de las
cuarenta y seis ediciones publicadas de su obra
sobre Pedro I”, obra que publica Claridad en
1943 (Guerrero, 1943, p. 13).
Cabe mencionar que Lila Guerrero fue una ac-
tiva militante comunista que viajó a España du-
rante la guerra civil española, en una comisión
soviética de traductores e intérpretes, en apoyo
al bando republicano. Al volver a Argentina en
1940 y comenzar su labor como traductora y
escritora, se observa en sus textos y prólogos
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso355Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
que acompañan sus traducciones “un discurso
prosoviético”, en el marco del alineamiento de
los intelectuales comunistas latinoamericanos
con la Unión Soviética tras la invasión alema-
na en 1941 (Brasca, 2024, p. 133).
Asimismo, en el prólogo a Pedro el Grande. Bio-
grafía novelada, de A. Tolstoi, Guerrero expli-
ca el modo en que este autor aborda la figura
de Pedro el Grande, de quien aquel rescata
su labor en la unificación del Estado ruso, el
perfeccionamiento de la estrategia en la cien-
cia militar, y la introducción de la industria y
del “ateísmo” iconoclasta dentro de la Iglesia
(Guerrero, 1943, p. 11). La valoración de la fi-
gura de Pedro i por su éxito en la organización
del Estado ruso es funcional al aspecto que se
quiere resaltar de la urss en este momento:
el poder de un Estado fuerte e industrializa-
do. Otro texto que ilustra esta idea es Teatro
ruso. Boris Godunov, Baile de máscaras y Espérame,
donde, como expresa Brasca (2024), se propone
una lectura “evolutiva” del “alma” del pueblo
ruso —finalmente consolidada en el modelo de
la Unión Soviética de posguerra—, a través de
las obras de Pushkin, Lermontov y Simonov.
Los editores señalan que la última, la de su
contemporáneo Simonov, revela la “madurez
intelectual” y la “depuración de la técnica” que
ha alcanzado el pueblo soviético. Por su parte,
Guerrero, en los estudios biográficos, refuerza
esa lectura y añade sobre el momento históri-
co: “esta guerra puso a prueba nuevamente las
cualidades del nuevo hombre ruso educado por
el régimen socialista” (Guerrero, 1943, p. 134).
De algún modo, salvando la distancia tem-
poral, pareciera que en esta época la editorial
volviera a adquirir la impronta que la carac-
terizaba en su primera etapa (1922-1926), en
la que prevalecía la publicación de escritores
realistas de renombre (ahora no solo del rea-
lismo del siglo xix, sino también del realismo
socialista), la dimensión biográfica de los auto-
res y su “genialidad” (no casualmente una co-
lección se denomina Colección Los Genios),
y el valor del humanismo, aunque ahora en el
marco de la Segunda Guerra Mundial y la lu-
cha contra el fascismo.
En su introducción a Alejandro Pushkin. Su vida
y sus obras, la traductora y compiladora, Olga
Wolkonsky, señala repetidamente que el autor
ruso se encuentra “por encima de la crítica”,
remarcando así su carácter de genio indiscu-
tible: “En el curso de este libro, habrá muchos
calificativos que, probablemente, parecerán
exagerados a quienes no conocen al genio ruso
[…]. Repetimos: su producción está por enci-
ma de la crítica: sólo admite análisis y, luego,
admiración” (Wolkonsky, 1947, p. 11). Pare-
ciera que ahora, en esta etapa de la editorial,
primara la divulgación de obras y autores cum-
bre de la cultura y la historia rusas, en vez del
pensamiento revolucionario.
Así, la condena de la deriva dictatorial del ré-
gimen estalinista y el corrimiento del eje de los
debates hacia la defensa de las libertades demo-
cráticas y la paz en contra del fascismo podrían
explicar, entonces, los cambios en la organiza-
ción de la biblioteca ruso-soviética luego de me-
diados de la década de los treinta. La impronta
del catálogo es, evidentemente, menos comba-
tiva que en la época anterior, al priorizar la pu-
blicación de biografías de escritores “genios”,
de sucesos históricos y de obras que no plan-
tean la lucha revolucionaria, sino una defensa
de la potencia del Estado soviético en términos
industriales, científicos y técnicos. A la vez, en
paralelo a este apaciguamiento del espíritu re-
volucionario, la revista Claridad, que había sido
desde 1926 el lugar por excelencia de una fuer-
te discusión política, deja de editarse en 1941 a
raíz del aumento del precio del papel.
3. Un puente entre Argentina
y la Unión Soviética: el rol
de la traducción directa
Pensamos que otra razón para el incremento
de traducciones directas de textos políticos ha-
cia 1930 fue la necesidad de la editorial (y de
los traductores) de establecer un puente directo
con la urss. La Revolución rusa vino a realizar
Florencia García Brunelli356La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
las utopías del siglo pasado, por lo que por mu-
cho tiempo fue, hasta bien entrado el siglo xx,
el “epítome mismo de la Revolución”:
Hasta la irrupción de la Revolución China
en 1949 o la Cubana diez años después, el
imaginario revolucionario mundial quedó
a tal punto capturado por el poderoso mag-
netismo del acontecimiento ruso, que todos
los movimientos radicales posteriores fueron
juzgados según los momentos y las figuras
que proporcionaba la vara soviética. Dere-
chas e izquierdas buscaron afanosamente en
América Latina los equivalentes locales de
Kerensky o de Martov, de Lenin o de Korni-
lov. (Tarcus, 2017, pp. 1-2)
Como expresa Sylvia Saítta (2007), la Revo-
lución, al volverse efectiva, real, se espacializa,
“delimita un territorio y funda un escenario”
que muchos intelectuales, escritores y periodis-
tas argentinos de izquierda deseaban presenciar
con sus propios ojos y del que ansiaban dar tes-
timonio (p. 11). Por ello, comienza a aparecer
en la prensa argentina una gran cantidad de
crónicas y relatos de viaje de quienes se des-
plazaban hacia la urss:
[…] no podían contentarse con lo que in-
formaba la prensa burguesa o llegaba con
retraso en los libros de las casas editoras de
Madrid. Ni siquiera con la información más
reciente que podía recabarse de los periódi-
cos franceses o italianos. Era necesario llegar
hasta el teatro mismo de los acontecimientos,
por lejano y costoso que fuere […]. (Tarcus,
2017, p. 10)
En este contexto, hacia mediados de la década
de los veinte, en los últimos números de Los
Pensadores y en la revista Claridad, comienzan
a aparecer traducciones directas del ruso, en
su mayoría artículos y crónicas periodísticas
de intelectuales soviéticos contemporáneos. Se
trata de textos de M. E. Koltsov, L. Sosnovsky,
A. Zorich, Gorki, Lunacharski, Zóschenko,
todos traducidos por el inmigrante ruso Benja-
min Abramson. En el período posterior a 1935
se seguirán publicando traducciones directas
de la mano de Lila Guerrero, Olga Wolkons-
ky, Sergio Belaieff y Víctor Serge, aunque en
menor grado en comparación con el período
1925-1931, momento en que se publican todas
las traducciones de Abramson. Además, lue-
go de 1935, las traducciones se publicarán en
formato libro, a diferencia de antes, que se pu-
blicaban principalmente en la revista Claridad.
Para algunos traductores, la traducción direc-
ta era un modo de luchar contra la desinfor-
mación que promovía la prensa burguesa. En
este contexto, Abramson concebía su labor tra-
ductora y ensayística como una labor esclare-
cedora, iluminadora, educativa de los lectores
argentinos sobre la realidad soviética (García
Brunelli, 2021). Él creía que tenía la tarea de
desenmascarar las falsedades difundidas sobre
la urss y, por ende, que tenía el deber de contar
sus verdades, de promulgar una imagen “fiel”
de la realidad soviética, ante la falsa informa-
ción y la imagen “miope” que propagaban los
países capitalistas y su prensa, y algunos inte-
lectuales que viajaban allí con el objetivo de
conocer y contar la realidad del país. En uno
de sus ensayos, expresa:
[…] nadie conoce estos hechos, pues el “ve-
neno poderoso” se cuida mucho de divul-
garlos. […] Es menester aplicar todos los
esfuerzos para desenmascarar a los hipócritas
y a los confusionistas, y los que se precien de
sinceros deben empeñarse en+ tal obra […].
(Abramson, 1927)10
No es casual que la mayoría de sus traduccio-
nes sean crónicas periodísticas con narradores
testigos de los hechos. Además, solía incluir
en ellas notas introductorias que explicaban,
con un tono pedagógico, el contexto de pro-
ducción del texto. Como ya hemos demos-
trado, la imagen de la urss que Abramson se
empeñaba en difundir con sus traducciones y
artículos siempre se alineaba con la oficialidad
bolchevique: con una valoración positiva de la
10 La revista Claridad no se encuentra paginada, por
lo que indicamos únicamente el autor y el año.
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso357Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
llamada Nueva Política Económica del proce-
so de industrialización y colectivización de la
economía, con una justificación o matización
de la violencia por parte del partido Comunis-
ta de la Unión Soviética (pcus) y con la promo-
ción de una imagen armónica y fraternal entre
las autoridades del partido y el pueblo (García
Brunelli, 2021).
Otros traductores del ruso también creían que
luchaban contra una “verdad tergiversada”,
por lo que sus publicaciones vendrían a sacar a
la luz una “verdad oculta”. “La obra restablece
una verdad tantas veces tergiversada, sobre un
fondo histórico en el que surgen y se destacan
palpitantes y encontradas figuras de la sociedad”
(Guerrero, 1942, p. 8), expresa la traductora Lila
Guerrero en el prólogo a Hijos de la tempestad, de
Ostrovsky, obra que retrata la lucha revoluciona-
ria de los obreros durante la guerra civil en Ucra-
nia occidental a finales de 1918. El propio autor,
en 1919, había ingresado a las Juventudes Co-
munistas del partido bolchevique y luchado
como voluntario en el frente.
Al final del prólogo, Guerrero sostiene que “el
formalismo jamás cuajó entre los artistas ru-
sos” y que, por ende, el libro de Ostrovsky no
se destaca justamente por eso. Para Guerrero,
los novelistas rusos apostaron por la verdad y
no por la forma: “enamorados de la verdad, la
buscaron entre las fuerzas que mueven al mun-
do y a los hombres y prefirieron siempre la ver-
dad desnuda, olvidando el ropaje a veces tan
seductor de la palabra” (Guerrero, 1942, p. 10).
En este sentido, si el escritor no importa tanto
por su escritura, sino por sus ideas (ideas que
ella escuchó en persona, de la propia boca del
autor, como expresa en el prólogo), ella se pre-
sentaría como una facilitadora de mensajes, de
la “verdad original” del pensamiento del autor:
Al evocar en estas líneas la imagen de Nicolás
Ostrovsky, más que al escritor, quiero rendir
homenaje a su aliento heroico, a aquello que
es más fuerte que nuestras vidas pequeñas, a
los sagrados ideales que templaron su voluntad
manteniendo el ardor de su cerebro bueno y su
corazón implacable. (Guerrero, 1942, p. 6)
La traductora Olga Wolkonsky, cuya labor es
contemporánea a la de Guerrero en la editorial
Claridad, no traduce a escritores soviéticos,
sino a Pushkin y Dostoievski. Sin embargo,
por ejemplo, en el caso del primero, remarca
su intención de difundir textos y aspectos bio-
gráficos desconocidos del escritor ruso:
La obra de Pushkin fue vertida, más o menos
completamente, a todos los idiomas europeos.
[…] En América Latina, sin embargo, la gran
masa de lectores, aun cuando conoce bastante
de la prosa del gran poeta ruso, de sus otras
creaciones posee, según los datos que tene-
mos, tan solo una idea más bien vaga. La úni-
ca pretensión del presente libro consiste, pues,
en ofrecer al lector sudamericano un estudio
más completo […] del conjunto de la obra de
Pushkin. (Wolkonsky, 1947, p. 16)
Como se ve, incluso en el caso de los clásicos
del siglo xix habría facetas (verdades) ocultas
por develar a los lectores latinoamericanos, y
según la lógica del discurso editorial, esto sería
importante, ya que en figuras como Pushkin
comienza a gestarse el espíritu revolucionario
ruso que confluye luego en la Revolución. Al
comienzo del libro, en una nota biográfica so-
bre Wolkonsky, los editores expresan:
En este estudio biográfico-literario, la señora
de Wolkonsky escruta profundamente en los
episodios políticos de una época en la que se
van insinuando, a través de la literatura ver-
nácula, los primeros atisbos de una conmoción
espiritual que había de desembocar un siglo más
tarde en las revoluciones de 1905 y 1917. Pushkin
es el sembrador de aquellas lejanas simientes que
habían de dar esos frutos y su contextura tempe-
ramental aparece admirablemente expuesta a
través de los episodios más íntimos, que la autora
expone y comenta […]. (Editorial Claridad,
1947, s/n; cursiva añadida)
Otro caso es el de Alejo Abutcov, que se dedi-
caba a traducir textos desconocidos e inéditos
Florencia García Brunelli358La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
de Lev Tolstoi. No obstante, Abutcov no re-
lacionaba al escritor ruso con la Revolución,
a diferencia de Wolkonsky, y tampoco tenía
las mismas intenciones que Abramson de “di-
fundir las verdades de la urss”. Abutcov decía
haber sido amigo y discípulo de Lev Tolstoi
(Bosquet, 2019, p. 5). Su objetivo era divulgar
las ideas del autor ruso y fundar colonias tols-
toianas, motivos por los cuales se había visto
obligado a emigrar de Rusia en 1922 y por los
cuales luego, ya en Argentina, se trasladó de
Buenos Aires a la localidad rural de San Pedro
de Atuel, en la provincia de Mendoza.
Como muestran los investigadores del estudio
sobre Alejo Abutcov (Bosquet, 2019, p. 5), los
cronistas de la revista La Campana de Palo, en
el tercer número (21 de julio de 1925), descri-
ben su encuentro con Abutcov:
Lo encontramos, unos pasos más allá del
alambrado, carpiendo entre los surcos […]
nos condujo a su rancho de ramaje tejido y
barro. Nos enseñó luego numerosos folletos de
Tolstoy, prohibidos en Rusia, y una carta firmada
por Tcherkov, ejecutor testamentario, conjuntamen-
te con la hija de Tolstoy […] dijo que vino allí
para vivir en la pobreza y sencillez como su
maestro Tolstoy […]. Y con ello prometíase
una buena siembra espiritual en temperamen-
tos y mentalidades incontaminadas […]. (La
Campana de Palo, 1925; cursiva añadida)
Así, el haber tenido una relación cercana con
Tolstoi —y, por ende, acceso a material perso-
nal del autor— lo convertiría en la persona más
idónea para traducirlo y escribir sobre él, sobre
todo si se trataba de escritos desconocidos o in-
éditos del autor.11
Recordemos que para el número 4 de Clari-
dad, Abutcov traduce “Algunos pensamientos
desconocidos de León Tolstoy sobre la igle-
sia” (1926). También publica, en Claridad, las
11 Resulta importante señalar que ciertas traduccio-
nes que Abutcov decía que eran de Tolstoi, en
verdad no lo eran (Bosquet, 2019).
“Cartas a un campesino” (Abutcov, 1926a,
1926b, 1926c), cartas ficcionales en las que el
narrador, Anatolio Derevenski (al que podría-
mos identificar como el propio Abutcov), le
cuenta a su sobrino los motivos por los cuales
abandona la ciudad para irse a vivir al campo y
expone las conveniencias de la decisión.
Cabe aclarar que Abutcov, en sus traducciones
publicadas en la revista Claridad, nunca señaló
el hecho de conocer a Tolstoi. Sin embargo, la
decisión de los editores de incluir los textos y
las traducciones del traductor ruso que en
otras revistas sí mencionaba sus vínculos con
Tolstoi tenía el objetivo de otorgarles “fide-
lidad” a las publicaciones.
La editorial Claridad ponderaba las traduccio-
nes directas del ruso e indicaba los datos del tra-
ductor —muchas veces incluso en las tapas—.
En algunos casos, también se indicaban los da-
tos del texto fuente. El libro El arbusto (Kliuchni-
cov, 1923), de Y. Kliuchnicov, anuncia en su tapa
que es una traducción del Dr. M. Rabinovich, y
en la primera página del libro se detalla que es
una traducción directa del ruso.
En las revistas también había indicaciones sobre
las traducciones que a veces no figuraban en los
libros. Es el caso, por ejemplo, de Don Quijote li-
bertado (1926), de Anatolio Lunacharski, del que
se expresa que “Nuestro compañero B. Abram-
son ha traducido este libro que acaba de apare-
cer editado por la ‘Editorial Claridad’” (Claridad,
1926). También se hace hincapié en el carácter
“íntegro” de la traducción y en el hecho de que
fue producida “especialmente” por el traductor
para la editorial (Lunacharski, 1926), algo que
se repite igualmente en otras traducciones, como
“Una noche en el vagón de campaña de Buden-
ny” (Sosnovsky, 1926), de León Sosnovsky.
Muchas veces las indicaciones sobre la tra-
ducción en las revistas servían para promo-
cionar los libros, algo que deja en evidencia
que una traducción completa y “fiel” revestía
a la obra de mucho valor. Además, muchas
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso359Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
traducciones iban acompañadas de notas
introductorias del traductor o prólogos. Es
indudable que la editorial le daba un lugar re-
levante a la traducción.
En La revolución traicionada (1938) de Trotski,
traducida directamente del ruso por Víctor Ser-
ge, se da a entender, en las primeras páginas,
que se trata de una edición de Trotski hecha en
especial para Argentina: debajo del título se in-
dica “Versión castellana del autor” y se incluye
un “Prefacio para la edición argentina”.12 Ade-
más, en una publicidad de la obra, en el nú-
mero 324 de Claridad, se expresa: “Para esta
edición argentina, Trotski ha escrito en Mé-
xico, donde actualmente reside, un prólogo
especial y un apéndice […]” (Claridad, 1938),
aunque en el prefacio Trotski en ningún mo-
mento habla de la editorial Claridad o de Ar-
gentina específicamente, sino de los “lectores
reflexivos y sinceros de los países latinoameri-
canos” (1938, s/n).
Asimismo, en la publicidad de la obra se hace
énfasis en el modo “exacto” en que Trotski
muestra la realidad soviética a los lectores:
Todo el proceso “termidoriano” de aquel
gran acontecimiento se trasluce en las páginas
de este libro, como si fuera la proyección de una
película, tomada del natural desarrollo del
proceso de descomposición de la burocra-
cia soviética. Las contradicciones entre los
ideales de la revolución y las prácticas del
“bonapartismo” soviético son puntualiza-
das por Trotski en este libro, con la precisión
12 Víctor Serge fue un escritor socialista y revolu-
cionario francés que participó del proceso revo-
lucionario ruso. Llegó a Petrogrado en 1919 para
trabajar en la Internacional Comunista como pe-
riodista, editor y traductor. Fue crítico del estali-
nismo, por lo que tuvo que exiliarse con el ascenso
de Stalin al poder. Serge hablaba perfectamente
castellano. Tuvo contacto con Elías Castelnuovo
en Leningrado, entre fines de 1931 y principios de
1932 (Tarcus, 2017). Estas redes podrían llegar a
explicar la existencia de este prefacio especial de
Trotski para “la edición Argentina”.
doctrinaria y crítica que caracteriza a todos
sus escritos, de manera de transmitir al lector
una visión exacta y panorámica de cuanto ocu-
rre en aquella sexta parte del mundo. (Claridad,
1938; cursiva añadida)
Como se ve, se insiste en la intención de mostrar
la realidad soviética a los lectores argentinos.
Además, en una reseña de la obra se mencio-
nan las vivencias del propio traductor en la Ru-
sia estalinista, otorgando así más fidelidad a la
traducción:
[…] la obra que ahora aparece, traducida del
ruso por Victor Sergé, quien fue liberado hace
pocos años de las mazmorras de la G. P. U.
[Gosudarstvennoe politicheskoe upravlenie,
Directorio Político del Estado] de Stalin y que
también ha editado recientemente un estudio
sobre Rusia titulado “Destin d’une Révolu-
tion. urss 1917-1937”. (Quebracho, 1938)
La presencia de los traductores en el teatro de
los acontecimientos era siempre valorada y
considerada como garantía de fidelidad de la
traducción, tanto por los editores como por los
propios traductores.
En la primera página de Hijos de la tempestad
(1942), de Ostrovski, se lee: “Traducción di-
recta del ruso y prólogo de Lila Guerrero”. En
el prólogo, titulado “Presentación de Nicolás
Ostrovsky”, la traductora realiza una breve
reseña biográfica y literaria del autor, aunque
comienza relatando el día que visitó su depar-
tamento en Moscú, donde pronunciaba un
discurso ante varias personas. Allí, Guerrero
llega a conocerlo y cruza unas pocas palabras
con él. Luego, realiza una descripción extre-
madamente detallada del cuerpo enfermo de
Ostrovsky (Guerrero, 1942).
Así, el relato del encuentro de la traductora
con el autor —junto con el estilo preciso y de-
tallado de la narración— genera un efecto de
cercanía con “la fuente” y le otorga validez a
lo que la traductora exprese de allí en adelante.
Florencia García Brunelli360La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
En la introducción a Teatro ruso: Boris Godu-
nov, Baile de máscaras y Espérame (Pushkin et al.,
1946), de Pushkin, Lermontov y Simonov, tam-
bién traducida por Guerrero, la traductora rela-
ta nuevamente sus días en Moscú, donde todos
los días, desde la ventana de su hotel, veía la
estatua de Pushkin. Remarca de este modo, de
nuevo, su presencia en el lugar de los hechos.
Por último, en su prólogo a la obra de A. Tols-
toi, Pedro el Grande. Biografía novelada (1943), tras
reseñar el libro y la vida del autor, expresa: “De-
jemos al lector en contacto con el autor de una
de las más extraordinarias novelas de la litera-
tura contemporánea” (Guerrero, 1943, p. 13).
Aquí se ve cómo la traductora se consideraba
un puente, una facilitadora de los autores rusos
y su verdad a los lectores.
La editorial también se preocupaba por pre-
sentar a los traductores de este modo. En Ale-
jandro Pushkin. Su vida y sus obras, se incluye
una nota biográfica de la traductora y compi-
ladora, Olga Wolkonsky, en la que se desta-
ca su rol de mediadora entre la cultura rusa y
argentina:
El presente volumen, consagrado por su
autora, la señora Olga de Wolkonsky, al
estudio de la vida y de las obras del genial
poeta y escritor ruso del siglo pasado, tiene
una especial significación en la bibliografía
nacional. No sólo por el tema y la época que
abarca, sino también por la personalidad de
su autora, que, dotada de una cultura superior,
constituye un nexo entre la literatura de su patria
y la nuestra, a la que ya ha brindado, junto
con varias traducciones del ruso, del inglés y
del francés, un libro de cuentos en castellano
[…] así como Historia y evolución de la poesía
rusa, publicada en 1943, en la que se pone
en evidencia su profunda erudición del acervo
literario de su patria, de la que emigró a tempra-
na edad con sus padres […]. (Wolkonsky, 1947,
s/n, itálicas añadidas)
La intención de la editorial de seguir de cerca
y mostrar con exactitud los acontecimientos
soviéticos se pone en evidencia en su máxima
expresión en la reproducción de los mismos
formatos de página o las mismas imágenes que
los textos fuente. Por ejemplo, es el caso del ar-
tículo “10 años de contrarrevolución” del juez
de instrucción de la Corte Suprema Sovietista
D. I. Matrón, publicado en principio en el nú-
mero 24 de la revista Ogoniok (Огонёк) el 12 de
junio 1927. En la traducción de Abramson se
reproducen las mismas imágenes del original
(véase Figura 1). Se indican, también, los da-
tos del texto fuente: “Traducido del ‘Ogoniok’
especialmente para ‘Claridad’, por B. Abram-
son” (Matrón, 1927).
Lo mismo sucede con el texto “Panait Istra-
ti”, fragmento de la autobiografía del escritor
homónimo, también publicado primero en
la revista Ogoniok. De hecho, en este caso se
reproducen la imagen de la tapa de la revista
rusa y parte de la información que figura de-
bajo (véase Figura 2): es una autobiografía del
escritor Panait Istrati, a quien Romain Rolland
llama “el Gorky francés” (Istrati, 1927b), en-
viada por el propio autor a la revista rusa Ogo-
niok. Otros textos traducidos por Abramson
asimismo señalan la revista rusa donde fueron
publicados originalmente. Por ejemplo, “Pa-
dres e hijos” de Zorich (1926), que indica que
fue publicado en el periódico Pravda.
De este modo, la inclusión de las tapas o las
imágenes de los textos fuente podría indicar
que esta revista efectivamente llegaba a Ar-
gentina y que la editorial tenía acceso direc-
to a este tipo de material, que se esmeraba en
difundir.
Por supuesto, en este período también se ob-
servan traducciones indirectas; pero, a pesar
de ello, se trata de ediciones o traducciones
especiales hechas para Claridad. Por ejemplo,
en la portada del libro ¿Qué hacer? (1933), de
Lenin, se expresa: “Traducción especial para
Claridad, de Luis Waismann con arreglo a la
única edición autorizada por el Instituto Le-
nin, de Moscú”. No solo se detallan los da-
tos del traductor, sino que se señalan ciertas
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso361Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
Figura 1. Fragmentos del artículo “10 años de contrarrevolución”
Fuente: Матрон (1927, s. p.).
Florencia García Brunelli362La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
particularidades de la edición (una edición “au-
torizada”). La obra, además, se promociona en
la revista Claridad como la “Primera edición
castellana. Traducción especial para Claridad
de Luis Waismann” (Claridad, 1933), y el libro
incluye un prólogo del traductor, que expresa:
Que nosotros sepamos, ésta es la única ver-
sión completa en castellano de dicha obra de
Lenin. Existe solamente una edición frag-
mentaria de la editorial Sudam. (Buenos Ai-
res, sin fecha). Hemos preferido servirnos del
texto alemán por ser el más completo desde
el punto de vista de la factura literaria y de
la exactitud científica. En él se consignan
rigurosamente los matices más sutiles del
pensamiento de Lenin. Con ser excelente, la
traducción francesa es, en este respecto, infe-
rior a la alemana. (Waismann,1933, s. p.)
Waismann justifica la elección del texto fuente
alemán, detalla los datos del mismo, compara
la edición alemana y la francesa, realiza un
cotejo de ambas y explica algunas decisiones
de traducción: cambios de palabras, omisio-
nes de notas excesivas y poco relevantes. El
trabajo con la traducción (aunque sea indirec-
ta) aparenta ser cuidadoso y consciente, con
el fin de consignar “rigurosamente” todos los
“matices más sutiles del pensamiento” del au-
tor (Waismann, 1933, s. p.). Como se ve, el
objetivo siempre es transmitir con la mayor
precisión posible las ideas de los autores.
Figura 2. Artículo sobre “Panait Istrati” en revista Ogoniok y su reproducción en la revista Claridad
Notas: a. Fragmento del artículo “Panait Istrati” en Claridad (Istrati, 1927a); b. Portada de la revista
Ogoniok (Istrati, 1927b).
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso363Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
Graciela Montaldo (1987) expresa que, en el
caso de Los Pensadores, “en las traducciones, en
la mayoría de los casos no se consigna ningún
dato, lo que habla del poco interés que represen-
taban para una editorial que descuida aquello
que no sean ‘los pensamientos de los pensa-
dores’” (p. 51). Es evidente que esto podría
decirse de la primera etapa de Los Pensadores
(1922-1924), pero no de la segunda época, de
los libros y de la revista Claridad. Además, en
estos últimos casos se ve cómo el hecho de que
la editorial centrara su proyecto en la difusión
de los pensamientos de los pensadores no im-
plicaba un descuido de la traducción. Por el
contrario, la editorial se esmeraba por ofrecer
traducciones “íntegras”, “especiales”, con tra-
ductores nativos o con un conocimiento cerca-
no y profundo de la cultura rusa, con el fin de
garantizar la fidelidad y la exactitud del pen-
samiento de los autores.
Ahora bien, en la primera época de Los Pensadores
también hallamos algunas excepciones. La obra
El imperialismo, última etapa del capitalismo, de
Lenin, publicada en el número 31 de Los Pensa-
dores el 7 de noviembre de 1922 (Los Pensadores,
1922c), podría ser una de las primeras traduccio-
nes directas del ruso publicadas por la editorial
Claridad, junto con Lo que yo pienso del pueblo ruso
y Los vagabundos, de Gorki (Ubertalli, 2023). En
el número 29 se anuncia su futura publicación
indicando el texto fuente ruso: “Esta es la tapa
original de la obra que publicaremos en nuestro
número 31. El 7 de noviembre próximo” (Los
Pensadores, 1922b) (véase Figura 3).
Del mismo modo, la obra de Gorki Lo que yo
pienso del pueblo ruso, publicada en el número 7
de Los Pensadores (1922a), es promocionada
como “obra inédita”. El folleto incluye un tex-
to introductorio titulado “La primicia de esta
Figura 3. Publicidad de la obra de Lenin El imperialismo, última etapa del capitalismo, en el núme-
ro 29 de Los Pensadores
Fuente: Los Pensadores (1922b)
Florencia García Brunelli364La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
obra”, firmado por “la dirección”, que explica
los orígenes del texto: un “distinguido perio-
dista español, corresponsal viajero de Prensa
Asociada”, que en ese momento trabajaba jun-
to al grupo de Claridad, parte para Alemania,
“por razones de su misión”, donde consigue
entrevistarse con Gorki, quien le da cuatro ar-
tículos que componen este texto para ser publi-
cados por la editorial Claridad (Los Pensadores,
1922a). “Gorki —nos dice X. X.— me auto-
rizó para que yo les envíe los cuatro artículos
que de él consiguiera para que sean publicados
en vuestra revista” (Los Pensadores, 1922a).
La dirección expresa: “Cuando la Cooperativa
Editorial Claridad acordó publicar ‘Los pen-
sadores’ no nos imaginamos que a tan corto
plazo podríamos ofrecer una primicia como la
que damos en nuestro séptimo número” (Los
Pensadores, 1922a). De esta manera, se exhiben,
en estos casos de Los Pensadores, ciertos criterios
editoriales que van a consolidarse hacia fines
de la década de los veinte: la transmisión de la
primicia sobre lo que sucede en la urss y el pen-
samiento de los intelectuales soviéticos.
En resumen, así como los viajeros recurrían
al relato de viaje para contar la realidad so-
viética, la editorial Claridad recurría a la tra-
ducción directa de textos contemporáneos de
intelectuales soviéticos (en su mayor parte pe-
riodísticos o teóricos), en muchos de los casos
hechas por traductores rusos que manejaban
la lengua y habían estado en el teatro de los
acontecimientos.
Para los traductores, además del contacto di-
recto con las fuentes y con los autores rusos,
el manejo de la lengua resultaba un atributo
privilegiado para poder acceder a la “verdad”
de la urss y poder contarla. Por el contrario,
en los relatos de los viajeros aparecía como
tema recurrente el idioma como un obstáculo
a la hora de relacionarse socialmente. Los via-
jeros dependían de intérpretes, por lo que en
sus relatos figuran discursos traducidos (Saít-
ta, 2007, p. 11).
Por su parte, los traductores de Claridad se
mostraban (y eran mostrados por la editorial)
como personas idóneas en el manejo de la len-
gua y, por lo tanto, capaces de “traducir” al
blico argentino la verdadera cultura rusa.
Se ve, en el caso de Abramson, que en sus tra-
ducciones deja las palabras en ruso, explica su
significado, repone referencias histórico-cul-
turales, hace explícitas sus intenciones peda-
gógicas para con el lector argentino en notas
introductorias y hasta se da el lujo de criticar
otras traducciones.
Wolkonsky también se posiciona de este modo.
En su advertencia a Alejandro Pushkin. Su vida
y sus obras, se muestra como una especialis-
ta y una conocedora del idioma al criticar los
modos tradicionales de transliteración de los
nombres rusos y proponer los suyos. Igualmen-
te, deja en evidencia que es consciente de que
traduce en un contexto donde abundan las tra-
ducciones indirectas, por lo que el lector podría
deducir que se encuentra ante una traductora
especialista y una traducción de gran valor.
4. Conclusiones
En este trabajo explicamos cómo cambian los
criterios de selección de literatura rusa en dos
momentos clave —finales de la década de los
veinte y 1935—, a raíz de la radicalización po-
lítica de las izquierdas y, por ende, de la “po-
litización” del proyecto editorial en 1930, con
el golpe de Estado de Uriburu, y como con-
secuencia de que la democracia se vuelve un
modelo posible para varios sectores de las iz-
quierdas en un contexto mundial de crecimien-
to de los fascismos y el clima bélico europeo.
En este sentido, hacia 1930 prevalecen textos
teórico-ensayísticos de intelectuales soviéticos
revolucionarios, a diferencia del período ante-
rior, en el que predominaba la literatura rusa
del siglo xix. Ahora bien, luego de 1935 se
vuelven a priorizar textos de autores canóni-
cos (aunque esta vez no solo del siglo xix, sino
también del xx) y textos sobre personalidades
y acontecimientos históricos.
Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso365Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción Vol. 17, N.°2, 2024, julio-diciembre,pp.346-368
Asimismo, mostramos cómo aumenta la can-
tidad de traducciones directas de literatura so-
viética contemporánea a partir de 1925 y cómo
esto se relaciona con la urgencia —de la edi-
torial y de los traductores— de contar lo que
sucede en la urss, en un contexto en el que
abundan, en la prensa, noticias y crónicas de
viajeros sobre cómo es esa utopía realizada que
es la Revolución. Es notorio, también, cómo,
a medida que se acerca 1930, las traducciones
son en su mayoría de textos ensayísticos (aun-
que antes eran de crónicas periodísticas, no de
literatura como en la época de Los Pensadores),
en sintonía con el redireccionamiento del pro-
yecto editorial hacia una impronta más políti-
ca que literaria.
A partir de 1935, lógicamente, se abandona
esta tendencia y predomina la traducción de
autores no contemporáneos como Pushkin y
Lérmontov, etc., y textos sobre personalidades
como Pedro i y el científico Pavlov. Ahora bien,
esto no significa una “despolitización” del
catálogo —porque, como vimos, se traduce a
Maiakovski y a autores del realismo socialista,
como Simónov y A. Tolstoi—, sino más bien
un abandono del tono combativo y revolucio-
nario por uno reivindicador de la figura de un
Estado fuerte, como el Estado soviético.
No obstante, al mismo tiempo, Zamora, en
1938, se pronuncia contra los procesos de Mos-
cú en ese año. Es llamativo que luego de la pu-
blicación de La revolución traicionada, de Trotski,
en 1938, la mayoría de las traducciones no sea
de textos contemporáneos que abordan algún
aspecto de la realidad soviética actual, como
entre 1925 y 1932. Los textos más contempo-
ráneos publicados luego de 1938 son textos
sobre la urss en la Segunda Guerra Mundial,
como La voz de la Rusia combatiente, de Lucien
Zacharoff, publicado originalmente en 1942
y en Claridad el mismo año, y La victoria por
el dominio aéreo, de P. de Seversky, publicado
primero en 1942 y después en Claridad en
1943. El resto de los textos, como dijimos, son
de autores no contemporáneos o de autores
contemporáneos que escriben sobre algún
acontecimiento histórico.
Aún más, hemos mostrado cómo lo que ofre-
ce la traducción directa, para la lógica de la
editorial, es un “acercamiento” a la cultura
soviética, al teatro de los acontecimientos y
al pensamiento de los intelectuales rusos. No
casualmente las traducciones están hechas
por inmigrantes (Abramson, Wolkonsky, Ser-
gio Belaieff, Abutcov), hijos de inmigrantes
(Lila Guerrero) —todos comunistas, salvo
Abutcov— o intelectuales que han viajado a
la urss (Víctor Serge). Todos ellos estuvieron
en algún momento en Rusia y remarcan esto
en sus prólogos y comentarios, posicionándo-
se como traductores idóneos —ya que no solo
manejan la lengua a la perfección, sino que
han experimentado en carne propia la “vida
soviética” o el encuentro con los mismísimos es-
critores— y posicionando a Claridad como una
editorial que puede brindar información “fiel”,
“verdadera” y de primera mano sobre la urss.
Nuestro trabajo muestra que la editorial Clari-
dad, en lo que respecta a la literatura rusa, no se
abocó únicamente a la difusión de autores rea-
listas del siglo xix, como por lo general se suele
señalar (Ferreira de Cassone, 1998, 2005; Mon-
taldo, 1987, 1990). Hemos demostrado que la
editorial promovió fuertemente (incluso en ma-
yor medida) la publicación de textos del pensa-
miento revolucionario ruso, muchos de ellos en
traducción directa, en su afán por reunir, traducir
y difundir entre el público argentino las noveda-
des de la urss.
En la historia de la edición argentina se ha si-
tuado a la editorial Claridad en el período de
proyectos editoriales de libros baratos y de ca-
rácter popular (Delgado y Espósito, 2014). A
partir de lo expuesto en nuestro trabajo, pro-
ponemos enmarcar a la editorial en el grupo
de editoriales y revistas de izquierdas de co-
mienzos del siglo xx que se dedicaron a seguir,
traducir y difundir las primeras vicisitudes y
debates de la urss, emprendiendo la “edición
Florencia García Brunelli366La traducción en la historia iberoamericana del libro, la edición y la lectura
para la revolución”13 (Bustelo, 2023, p. 162),
aunque en el período 1925-1938.
Del mismo modo que estas editoriales, la edi-
torial Claridad —aunque no en el marco de
un partido, sino en el marco de un proyecto
cultural y pedagógico— manifestó la necesi-
dad y la urgencia por entrar en contacto con
la realidad soviética, por traducir y difundir
a sus pensadores, periodistas e intelectuales,
hasta aquellos poco conocidos, como A. Zo-
rich, Lev Sosnovski y M. Koltsov, que escri-
bían en la contemporaneidad. Efectivamente,
Claridad puso en circulación entre el público
latinoamericano textos fundamentales del
pensamiento revolucionario ruso, a través de
ediciones especiales hechas por los propios
autores rusos y de traducciones directas he-
chas por inmigrantes revolucionarios. Incluso
puso en circulación las propias tapas e imáge-
nes de las revistas soviéticas. En este sentido,
si el objetivo consistía en transmitir, lo más
exacta y fielmente posible, la realidad sovié-
tica, la traducción tenía un rol relevante, en
contraposición a lo que por lo general señala
la crítica.
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Cómo citar este artículo: García Brunelli, F. (2024). Literatura ruso-soviética en la editorial Claridad.
Apuntes sobre el catálogo y las traducciones directas del ruso. Mutatis Mutandis, Revista Latinoamericana de
Traducción, 17(2), 346-368. https://doi.org/10.17533/udea.mut.v17n2a06