Perestroika y socialismo: lo real de una ilusión

Resumen

El 15 de octubre de 1990 el Comité Noruego adjudicó al presidente Mijail Gorbachov el Premio Nobel de la Paz. Esta noticia fue recibida con júbilo y aceptaron por la comunidad occidental, al tiempo que era conocida con indiferencia o indignación por la población soviética. ¿Cómo se explica tal desface entre el manifiesto regocijo de la gran prensa de Occidente y el resentido y angustiado rechazo de la opinión publica soviética sumida en un casi completo anonimato? Una pista  para responder esta pregunta tal vez podamos encontrarla en una interesante coincidencia: al tiempo que Gorbachov extendía una mano para recibir el Premio, empuñaba la otra para firmar el programa económico que le permite el paso a la economía de mercado, tan temido por los trabajadores soviéticos y tan cuestionado y criticado por las nuevas fuerzas políticas emergentes.