Faustino Vega Miranda**
*Artículo de investigación científica. Se realiza desde un enfoque cuantitativo, la pesquisa se deriva del interés del autor por obtener evidencia empírica para fomentar la discusión sobre una política laboral alternativa en el contexto de la actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 2018.
**Profesor adscrito a la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México. Economista, Maestro en Economía y estudiante del doctorado en Pedagogía en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, UNAM. Líneas de investigación: Política educativa, Financiarización y métodos cuantitativos. Correo electrónico: kopola9@yahoo.com.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1879-2467
Fecha de recibido: 09/08/2019 Fecha de aceptación:13/11/2019
Doi: 10.17533/udea.esde.v77n169a07
La globalización, en su versión económica, ha modificado las condiciones en el mercado de trabajo mundial, los países en vías de desarrollo están inmersos en esta dinámica y los cambios han llevado a la pérdida de derechos de los trabajadores. El documento es relevante, pues pone en perspectiva la discusión académica que se centra en exaltar los aspectos negativos de la globalización, relegando la evidencia empírica que provee argumentos para promover una política laboral alternativa. Por lo que, el objetivo general de la investigación es analizar la relación entre globalización y mercado de trabajo desde una perspectiva cuantitativa, por medio de las exportaciones y las remuneraciones, para el caso de México desde 1970 hasta 2016. En primer lugar, se estima una regresión, vía Mínimos Cuadrados Ordinarios, para determinar que la relación entre globalización y mercado de trabajo es negativa, lo que implica que las remuneraciones se contraen a medida que se abre la economía al mundo. En segundo lugar, se verifica la independencia entre exportaciones y salarios, por medio de la prueba de causalidad en el sentido de Granger. Estos resultados son reveladores porque explican claramente los movimientos recientes en los Estados Unidos y el Reino Unido para regular la globalidad, cuando los gobiernos de estos países fueron sus promotores a finales del siglo pasado y ahora escuchan las críticas, reconociendo el peligro de la creencia ciega en el mercado.
Palabras clave: globalización; mercado de trabajo; flexibilización del trabajo; métodos cuantitativos.
In economic terms globalization has changed the conditions in the global labor market, developing countries are immersed in this dynamic and changes have led to a loss of workers' rights. This paper is relevant because it brings perspective to the academic discussion, which focuses highlighting the negative aspects of globalization, dismissing empirical evidence that provides arguments to promote alternative labor policy. Therefore, the study aims to analyze the relationship between globalization and the labor market from a quantitative perspective by examining exports and wages, in the case of Mexico from 1970 to 2016. We estimated a regression with Ordinary Least Squares to determine that the relationship between globalization and the labor market is negative, which implies that wages decline as the economy opens to the world. Secondly, we verified the independence between exports and wages by testing Granger causality. These results are revealing as they clearly explain the recent movements in the United States and United Kingdom to regulate globality, when their governments promoted this phenomenon at the end of the last century and are now listening to criticism, recognizing the danger of a blind belief in the market.
Key words: globalization; labor market; labor flexibilization; quantitative methods.
A globalização, em sua versão econômica, tem modificado as condições no mercado de trabalho mundial, as nações em desenvolvimento estão imersas nessa dinâmica e as mudanças têm resultado na perda dos direitos dos trabalhadores. Este texto é de saliência porque aloca em perspectiva um discorrer acadêmico que se foca em salientar os aspectos nocivos da globalização, desprezando as evidências empíricas que oferecem argumentos para justificar uma política trabalhista alternativa. Portanto, o intuito geral desta pesquisa é analisar esse relacionamento entre globalização e o mercado de trabalho com uma perspectiva quantitativa através das exportações e a remuneração, no caso do México no intervalo que vai desde 1970 até 2016. Uma regressão é estimada com a metodologia de Quadrados Mínimos Ordinários, para estabelecer que a relação entre globalização e mercado de trabalho é desfavorável, o que decorre em que os salários sejam contraídos enquanto que a economia se expande. Em segundo lugar, a independência entre exportações e salários é verificada com as ferramentas do teste de causalidade no sentido de Granger. Esses resultados são reveladores porque explanam com clareza os movimentos recentes nos Estados Unidos e no Reino Unido para regular a globalidade, quando os mesmos governos dessas nações foram seus incentivadores no final do século passado e agora escutam as críticas, reconhecendo o risco de uma crença dogmática no mercado.
Palavras-chave: globalização; mercado de trabalho; flexibilidade do trabalho; métodos quantitativos.
Los organismos internacionales son instituciones que establecieron los países desarrollados para promover crecimiento y desarrollo en el mundo, promocionando reformas estructurales de primera generación1 como la reducción de la participación del Estado en la actividad económica y la eliminación de barreras al comercio y a la inversión. Desde finales de la década de los ochenta, el trabajo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (2004), fue establecer los elementos para que dichas políticas, también catalogadas neoliberales, se extendieran en la mayoría de todos los países bajo el argumento que fomentar mecanismos de mercado implicaría crecimiento de la riqueza. Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) (2019), la globalización es un fenómeno inevitable en la historia humana con efectos positivos para todos los países. Desde la perspectiva del Banco Mundial (BM) (2016), en el mundo en desarrollo, el fenómeno global ha generado un alto crecimiento y avances tecnológicos.
Sin embargo, los efectos positivos que citan las instituciones financieras no se han percibido claramente en todas las naciones. Desde la perspectiva de los países en vías en desarrollo, la globalización es un fenómeno inacabado porque le falta regulación, humanización y civilización (Samper, 2004).
En su versión económica, con la apertura comercial, la globalización ha modificado las condiciones en el mercado de trabajo mundial reduciendo los derechos laborales. En este orden de ideas, algunos autores hablan de una pauperización de las condiciones de trabajo (Beck, 1998; Garrido, 1998; García, 1998), por lo que la conjetura de este escrito postula la existencia de una relación inversa entre el proceso globalizador mexicano y la dinámica de los salarios, es decir, un aumento en el grado de apertura comercial impacta negativamente en el índice salarial mexicano.
Para ello, el propósito de la investigación es analizar la relación entre la globalización y el mercado de trabajo por medio de las exportaciones y salarios. Dicha tarea busca contribuir al debate académico, mostrando evidencia empírica para fomentar la discusión sobre una propuesta de política laboral alternativa.
De esta forma, el texto se compone de cuatro secciones. En la primera sección se estudia el concepto globalización, seguido del análisis de su impacto en el mercado de trabajo, en la tercera sección se analizan los datos que mejor se aproximan a medir el fenómeno; así como la enunciación de la metodología para establecer la regresión. Y en la última se investiga el modelo econométrico y sus resultados. El documento cierra con la exposición de algunas conclusiones.
Al abordar el concepto de globalización existe una amplia literatura de referencia en la cual se trata el tema desde su origen como categoría (Expósito, 2012) hasta sus implicaciones. Sin embargo, aún no existe una concepción única del término o un consenso (Giménez, 2007), de hecho, algunos autores abusan de su uso (Jalife-Rahme, 2007).
No obstante, se pueden identificar dos grandes grupos dentro de las definiciones. El primero presta mayor importancia a los factores económicos y el segundo asume la importancia económica para explicar los cambios sociales.
Dentro del primer grupo, García (1998) menciona que la forma actual y concreta de la globalización es el crecimiento económico, prestando mayor atención a los aspectos cuantitativos por la enorme reducción de los costes de transporte y comunicación, y el desmantelamiento de las barreras artificiales a los flujos de bienes, servicios, capitales, conocimientos y, en menor medida, personas a través de las fronteras (Stiglitz, 2002).
En el mismo sentido, Moreno (2001) entiende que la globalización es el resultado de la modernidad o el proceso que instaura en el planeta un único sistema en lo económico. Mientras Beck (1998), propone que este fenómeno es un proceso irreversible donde los Estados se entremezclan mediante actores transnacionales comerciales, modificando las relaciones de poder, las orientaciones, las identidades, entre otros aspectos.
En una segunda aproximación, Giménez (2007) expone que la globalización es una fase de desterritorialización de los sectores más importantes dentro de las relaciones sociales; dando un énfasis particular a la cultura. Olivé (2008), plantea que estos cambios son consecuencia del desarrollo tecnológico y el término se emplea en muchos sentidos, desde lo económico hasta lo informático. Sin embargo, el autor concibe a la globalización como el intercambio de información, conocimiento e interacción entre las distintas naciones.
Castells (2008) entiende que la globalización es el núcleo fundamental de la economía mundial y este cambio ha generado exclusión social, especialmente en los países en vías de desarrollo de América Latina. Jalife-Rahme (2007) habla de una globalización real desde la óptica de la civilización que implica seis características que van desde lo social hasta lo ambiental:
1) concentración del
ingreso,
2) procesos antidemocráticos,
3) sistema de interdependencias,
4) costo social laboral,
5) disminución de la soberanía nacional y
6) crisis ambiental.
Finalmente, la globalización implica mucho más que la expansión del comercio y la inversión entre las naciones (Wild & Wild, 2018), por lo cual, el concepto debe ser analizado como un proceso histórico que establece un espacio común en las sociedades (Cruz, 1999). En este sentido la investigación del concepto debe asignar un mismo énfasis a los cambios en las relaciones económicas y sociales (Reich, 1998), porque el debate a menudo se plasma en una división entre los partidarios y los opositores de la globalización (Lee & Vivarelli, 2006), en lugar de aportar pruebas empíricas para apoyar su regulación. De hecho, según Galbraith (2013), no existen estudios que den cuenta de este fenómeno entre globalización y mercado de trabajo, lo único cierto es que los diferentes estudios muestran un patrón global de aumento en la desigualdad. Por lo tanto, en esta investigación se propone un estudio de los impactos de la globalización en el mercado de trabajo, en específico, en los salarios. De esta forma, en la siguiente sección se investiga la literatura que aborda dicha relación para poder definir las variables y medir el fenómeno.
La crisis de la década de 1980 en la mayoría de los países del orbe sentó las bases para la implantación del modelo neoliberal y facilitó el proceso globalizador. Chomsky (1998) analiza dicha crisis por medio de dos elementos: la automatización y el comercio internacional; considerando la arista automatización como un mecanismo de dominio sobre el sujeto, confiriendo un papel pasivo al mercado de trabajo.
En América Latina el proceso globalizador expuso, en primera instancia, la formación de un mercado de trabajadores cualificados (Castells, 1999). Sin embargo, con el paso del tiempo la inclusión fue desigual y desproporcionada, dado que, existe un sector ligado a la formalidad con gran potencial de desarrollo y otro sector excluido con altos índices de desempleo y vinculado a la informalidad. En otras palabras, concurre un mercado de trabajo segmentado.
Este mercado segmentado cuenta con una serie de características: la eliminación de los sindicatos Beck (1998), supresión de la legislación que regula el salario mínimo y la seguridad social (Garrido, 1998), desempleo estructural (Jalife-Rahme, 2007) por la nueva internacionalización y automatización del capital productivo (García, 1998), entre otras.
En la misma línea argumentativa, Betrán y Pons (2004) investigan la relación entre globalización y mercado de trabajo, concluyendo que, tanto en países desarrollados como aquellos en vías de desarrollo, la globalización y el cambio tecnológico han aumentado la desigualdad salarial. Gómez (2004) también aporta evidencia donde muestra que las políticas establecidas con el fin de disminuir las diferencias de ingresos entre los trabajadores de distinto nivel de calificación han dado resultados contradictorios en los principales países de América Latina.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) en un documento sucinto expone que la participación del comercio en la producción proporciona una medida inmediata del alcance de la globalización del mercado de productos (Slaughter y Swagel, 1997); es decir, analizar la dinámica de exportaciones e importaciones de los países. Con esta propuesta cuantitativa, el organismo internacional enfatiza los efectos positivos del comercio en la producción desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en economías avanzadas y en países en desarrollo.
Sin embargo, en una investigación posterior, el mismo FMI (2007) reconoce que el mercado laboral de la zona euro ha enfrentado una serie de reformas en términos de la liberalización del trabajo a tiempo parcial y los contratos temporales. Tales acciones se han manifestado en una caída suave de los salarios desde 1992.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizó un estudio que analiza el impacto de la globalización sobre ciertas variables, encontrando que la tasa de desempleo mundial ha aumentado en la última década y en América Latina las cifras de desempleo han tenido un ascenso constante desde la década de 1990 (ILO, 2004).
La OCDE (2007) argumenta a favor de la apertura comercial porque implica un incremento en los ingresos; también explora las adversidades de la globalización en los empleos y registra que el comercio crea tantos empleos como destruye. Este contexto lo complementa un reporte de las Naciones Unidas en el cual se muestra que la capacidad de respuesta del empleo ante el crecimiento económico ha sido menor en América Latina y el Caribe que en África del Norte, el Sudeste Asiático y el Pacífico; y no ha superado el resto de Asia y las economías en transición de Europa Sudoriental (UN, 2008).
Consecuentemente, la visión contemporánea de los principales organismos internacionales, es asumir que la globalización tiene efectos negativos en el empleo, arista que la academia ha discutido ampliamente desde 1990 cuando se intensificaron los procesos de integración comercial. Sin embargo, lo importante es buscar formas para reducir esas imperfecciones en los mercados laborales. Una propuesta es la integración en las políticas internas que incluya el acceso a educación y programas sostenidos para mejorar las habilidades de la fuerza laboral (ILO, 2016) con el fin de reducir el costo de ajuste que reciben los trabajadores desplazados.
Brambilla, Chauvin & Porto (2015) estiman una modelo panel (estudio transversal) para países ricos y pobres, en ingresos, explorando la relación entre exportaciones, empleo y salarios. Los resultados muestran que existen beneficios del aumento en las exportaciones, pero también riesgos en el empleo por la competencia global, de forma tal que los autores proponen políticas para mitigar los efectos de la globalización.
En otro estudio cuantitativo, Onaran (2008) establece un modelo panel para medir las implicaciones económicas del aumento de exportaciones e importaciones en el empleo y salarios en países con altos y bajos ingresos (al autor le interesa el caso de Austria). Los resultados econométricos exponen que la integración de Austria a la economía global afectó negativamente los salarios y participación salarial, pues según el autor los resultados en la degradación del poder adquisitivo de los sectores económicos, por ejemplo, los servicios y la industria pierden poder en las negociaciones salariales, pero los trabajadores manuales son los más afectados.
Finalmente, en un estudio interesante, desde la perspectiva de los economistas, Betrán, Ferri & Pons (2007), se determinan los principales factores (comercio, migración y flujos de capital) que contribuyen a la desigualdad salarial (brecha salarial de ingresos brutos de trabajadores de tiempo completo) en Reino Unido, por medio de la calibración de un modelo de equilibrio general con base en el periodo 1880-1913. El objetivo del documento es generar evidencia empírica para poder aprender de los hechos del pasado, pues existen elementos comunes en los cambios derivados de la globalización, por ejemplo, un choque comercial y tecnológico disminuye los salarios de trabajadores calificados y no calificados. Cabe aclarar que el impacto varía de acuerdo al país, ya que existen factores compensatorios que favorecen u obstruyen el desenvolvimiento de los hechos, tales como acciones de política económica.
En suma, el análisis de los diversos estudios ayuda a comprender que la variable adecuada para medir el fenómeno llamado globalización son las exportaciones y el mercado de trabajo se calcula por medio de los salarios.
La técnica econométrica que se emplea en la investigación es la regresión lineal múltiple, estimada por medio de Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO). Para la deducción de los estimadores, se utiliza algebra lineal. El desarrollo matemático inicia con el planteamiento de un modelo general donde la variable dependiente tiene varios argumentos:
La ecuación 1 se escribe en su forma matricial para manipular las variables involucradas en el análisis de una manera más sencilla (Pindyck y Rubinfeld, 2001). Donde la variable Y tiene una dimensión de n por 1, X es una matriz de n por k, el vector alpha es de k por 1 y el vector de los residuos mide n por 1:
Ecuación 2
Por lo que después de una serie de transformaciones y pasos algebraicos, la deducción de los estimadores viene dada por la ecuación 3. Donde la matriz p tiene dos propiedades, simétrica e idempotente.
Ecuación 3
Sin embargo, emplear MCO implica una serie de problemas que pueden ser detectados por medio de las pruebas básicas de diagnóstico: normalidad, homocedasticidad y correlación serial. Actualmente ya no es habitual determinar dichas dificultades porque se han desarrollado variantes al enfoque econométrico estructural como Mínimos Cuadrados Ponderados, estimaciones con Cochrane-Orcutt y estimaciones robustas, estas últimas son los instrumentos más socorridos en los estudios contemporáneos porque la técnica da lugar a inferencias asintóticamente válidas, incluso si no se conoce la forma de la función de la varianza condicional (Stock y Watson, 2012) y no es necesario especificar la forma de heterocedasticidad y/o autocorrelación. Por estas dos ventajas se utiliza la estimación robusta para determinar las relaciones entre globalización y salarios.
Las variables proxy empleadas en la investigación son las remuneraciones o el indicador de la dinámica de los salarios, el Producto Interno Bruto (PIB) que se refiere al desempeño del ingreso nacional y las exportaciones son el indicador de globalización; una medida del grado de integración de la economía en el mundo (De Lombaerde & Iapadre, 2012).
Por medio de una estimación robusta, se determina un modelo donde w es el índice salarial, y es el ingreso nacional y la variable x para medir el proceso globalizador.
Ecuación 4
Los datos de la investigación provienen del FMI, son anuales y reales, con año base 2010. Las tres variables se homogeneizaron a través de un índice y se calcularon sus tasas de crecimiento para que la interpretación de los coeficientes de la regresión se facilitara.
En la Gráfica 1 se muestra el comportamiento de las tres variables desde 1971 hasta 2016, en donde se aprecia una tendencia creciente de los indicadores hasta 1988; posteriormente es hasta 1994, con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que hay un fuerte crecimiento de corta duración de las exportaciones, al cual sigue débilmente el ingreso nacional y el índice salarial es negativo. Este periodo corto es significativo porque se observa un desajuste estructural de las tres variables en claro contraste con el periodo corto que tiene el pico en 1987; y es a partir de 1997 que las tasas de crecimiento tienden a la convergencia, pero en un promedio inferior al del periodo 1971-1981.
Gráfica 1. Tasas de crecimiento del índice salarial, PIB y exportaciones. México (1971-2016)
Fuente: elaboración propia con base en el FMI
No obstante, en el periodo reciente las exportaciones han manifestado un comportamiento irregular; paradójicamente, el índice salarial mostró el mayor crecimiento en el año de 1987 (134.18 %) justo en el año pico de la hiperinflación (150 %) para estancarse desde 1984.
Desde un punto de vista estadístico, se distingue una relación indirecta entre el mercado laboral y el proceso globalizador, es decir, un aumento del grado de globalización influye negativamente en los salarios. Dicha relación se verifica con la estimación del modelo.
En el Cuadro 1 se muestran los resultados de la regresión vía MCO robustos, la constante y las dos variables explicativas son significativas. En la estimación normal (véase anexo), la R cuadrada o bondad de ajuste es adecuada, en otras palabras, el modelo estimado tiene un alto poder predictivo; las exportaciones y el PIB explican en 88.89 % a los salarios.
La teoría económica propone una relación directa entre el nivel de empleo y el PIB en donde, dado un nivel de productividad, mayor crecimiento del producto conlleva a un aumento del empleo neto y, en consecuencia, a una mejora en los salarios (Sánchez, 2006). La regresión para la economía mexicana aporta evidencia empírica para establecer una relación más que proporcional entre el índice salarial mexicano y el PIB; en efecto, las remuneraciones aumentan en 1.23 % ante un aumento de 1 % en el ingreso nacional.
El signo negativo entre los salarios y las exportaciones revela una relación inversa, un incremento de 1 % en la apertura comercial reduce los salarios en 0.19 %; evidencia que contradice los postulados de “modernidad” y los estudios de los organismos internacionales; la globalización rara vez es el factor primario que fomenta la moderación salarial en el trabajo (FMI, 2008).
Cuadro 1. Modelo de globalización
Fuente: elaboración propia
Cuadro 2. Pruebas de causalidad en el sentido de Granger
Fuente: elaboración propia
Desde una óptica de econometría a posteriori, se determinó la prueba en el sentido de Granger para comprobar si las exportaciones causan al salario. En el Cuadro 2 se muestran los cálculos del test, se establecieron con base en diez rezagos. Al considerar un 99 % de nivel de significancia, los resultados indican que no existe relación entre las variables analizadas, al menos hasta el sexto rezago de manera consecutiva, conclusión extraída al rechazar la hipótesis nula, no causalidad. En otras palabras, la evidencia empírica sugiere que el aumento del comercio en México, impulsado por el modelo exportador, no ha favorecido una mejor distribución de los ingresos.
¿Cómo explicar estos resultados? En el periodo del llamado Estado Benefactor, el mercado de trabajo es un ente que dignifica a las personas, no es concebido solo como una actividad para generar ingresos, sino que forja satisfacción personal. En otras palabras, se cumplen dos funciones: económica y social.
No obstante, el cambio de modelo económico reemplaza la dinámica del trabajo. El naciente capitalismo ya había convertido a la fuerza de trabajo en una mercancía, el modelo de producción siembra las condiciones para convertir cualquier elemento en una mercancía. Con el proceso globalizador todo aspecto de la vida cotidiana debe ser instantáneo (Bauman, 2008) y el trabajo no es la excepción. La apertura comercial ha transformado el ritmo de consumo en los mercados, modifica la forma en que se concibe el proceso laboral y ahora su aporte en la actividad económica debe ser instantáneo y desechable, o sea, se exacerbó la función económica. Se evita el empleo constante y perene, so pretexto de libertad.
Pero ¿A quién conviene este tipo de cambios? Puesto que, la desregulación de los mercados de trabajo no parece asegurar per se la generación de empleo cualificado (Bonal, 2009), la explicación real involucra a todos los trabajos cualificados, pero no siempre con la misma intensidad y en la misma dirección: reducción de costos a favor de mayores ganancias.
Después de estimar la regresión, en el modelo se obtuvieron los signos esperados por la teoría económica. En primer lugar, existen pruebas que afirman la relación directa entre el PIB y los salarios y, en segundo lugar, se confirma, en el periodo reciente, una aportación negativa de la globalización hacia el mercado laboral mexicano, inclusive la relación entre exportaciones y salarios se verifica con la prueba de causalidad en el sentido de Granger; las variables son independientes. Dicho de otro modo, no hay un impacto de las exportaciones en los salarios, al menos es términos estadísticos.
Este último resultado es el reflejo de los problemas estructurales del mercado de trabajo mexicano que se manifiestan en una degradación del salario a lo largo de todo el periodo de estudio. Con el cambio del modelo económico y la entrada en vigor del TLCAN, los organismos internacionales pronosticaron ventajas del comercio y también un amplio crecimiento económico y bienestar para la mayoría de la población. A perspectiva, tales eventos solo han quedado en el imaginario y nos hemos quedado del lado infortunado, aunque las instituciones supranacionales publiquen que el empleo agregado general no se ve afectado o minimicen los efectos negativos de la globalización, al contrario, la economía mexicana está inmersa en una segunda ola de reformas estructurales que involucran la flexibilización del trabajo, agudizando el problema laboral y legitimando procesos en contra de los derechos de los trabajadores.
Por último, la evidencia empírica que se muestra en este estudio plantea la necesidad de manifestar un replanteamiento del modelo económico y de la política laboral-educativa, pues los eventos en los países desarrollados solo dan mayor empuje a la necesidad de un cambio de ideas y también muestra que no son ineludibles. La academia discute las características del nuevo modelo, lo único cierto es que son dos aristas que se deben considerar, por un lado, el papel del Estado como regulador de la economía y, por otro lado, los beneficios de la globalidad que pueden y deben ser para la mayoría de la población.
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Fuente: elaboración propia con base en el FMI
1El plan de acción son los llamados Programas de Ajuste Estructural de Primera Generación recomendados por el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial (Cadena, 2005). En el periodo reciente, autores hablan de Reformas de Segunda Generación cuya meta es una agenda de políticas orientadas a mejorar la capacidad administrativa e institucional del Estado (García, 2003; Labra, 2004). En México, este fenómeno se puede encontrar en el periodo 2008-2015 (Lomelí y Vázquez, 2016), proyecto impulsado por la administración priista de Enrique Peña Nieto y cuyo principal detracto fue la agrupación política Morena, movimiento liderado por Andrés Manuel López Obrador.