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TRASHUMANTE | Revista Americana de Historia Social 23 (2024): 192-211. ISSN 2322-9675
Mujeres que hacen patria. Participación y compromiso femenino en las efemérides nacionales
rionegrinas (Patagonia, Argentina), 1908-1940
Resumen: Durante las primeras décadas del siglo XX, las prácticas suscitadas en torno a las celebracio-
nes patrias en el Territorio Nacional de Río Negro ayudaron a configurar espacios en los que se fueron
re-negociando posiciones en el entramado social y político. Nuestro objetivo consiste en advertir cómo
las mujeres de las elites locales desplegaron una serie de estrategias a través de diferentes canales de
participación activa, posibilitando experiencias de apropiación de la esfera pública, así como demostrando
sus habilidades de cara a una progresiva, aunque tardía, incorporación a la ciudadanía efectiva.
Palabras clave: Río Negro s. XX, efemérides patrias, mujeres, elites locales, ciudadanía política.
Women who make Homeland. Female Participation and Commitment in the National
Ephemeris Rionegrinas (Patagonia, Argentina), 1908-1940
Abstract: During the first decades of the 20th century, practices raised around the patriotic festivities
in the National Territory of Río Negro helped to set up spaces where positions were re-negotiated in the
social and political framework. The goal of this paper is to warn how women of local elites adopted strate-
gies through different channels of active participation, enabling experiences of appropriation in the public
sphere, as well as demonstrating their skills to a progressive, although late, incorporation into effective
citizenship.
Keywords: Rio Negro XX century, patriotic festivities, women, local elites, political citizenship.
Mulheres que fazem pátria. Participação e engajamento feminino nas efemérides nacionais
de Rio Negro (Patagônia, Argentina), 1908-1940
Resumo: Durante as primeiras décadas do século XX, as práticas que surgiram em torno das comemo-
rações nacionais no Território Nacional do Rio Negro ajudaram a configurar espaços nos quais se renego-
ciaram posições no quadro social e político. Nosso objetivo é perceber como as mulheres das elites locais
mobilizaram uma série de estratégias por meio de diferentes canais de participação ativa, possibilitando
experiências de apropriação da esfera pública, bem como demonstrando suas habilidades para uma
progressista, ainda que tardia, a incorporação à cidadania efetiva.
Palavras-chave: Rio Negro no século XX, efemérides pátrias, mulheres, elites locais, cidadania política.
Cómo citar este artículo: Cielo Zaidenwerg, “Mujeres que hacen patria. Participación y compromiso fe-
menino en las efemérides nacionales rionegrinas (Patagonia, Argentina), 1908-1940”,
Trashumante.
Revista Americana de Historia Social 23 (2024): 192-211.
DOI: 10.17533/udea.trahs.n23a09
Fecha de recepción: 14 de febrero de 2023
Fecha de aprobación: 9 de mayo de 2023
Cielo Zaidenwerg: Investigadora Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Cientí
ficas y Técnicas (CONICET), Argentina. Miembro del Instituto de Investigaciones de Estu-
dios de Género, Universidad de Buenos Aires; y miembro del Grupo de Estudios sobre Cul-
turas Indígenas y Afroamericanas, Universitat de Barcelona.
https://orcid.org/0000-0002-8032-4974
Correo electrónico: cielo.ub@gmail.com
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Mujeres que hacen patria. Participación y compromiso
femenino en las efemérides nacionales rionegrinas
(Patagonia, Argentina), 1908-1940
Cielo Zaidenwerg
“[...] Todas las madres son santas...
y la Patria, el Alma Mater, tiene
como todas las madres, expresiones
de santidad, de sufrimiento [...]”1
Introducción
Advertir cómo una sociedad llega a convertirse en nación y cómo puede un
conjunto de habitantes concebir el sentimiento necesario para constituir un
Estado, resulta una tarea sumamente compleja, aunque ineludible. Para acercarse a
esta ardua empresa es necesario indagar en la cotidianidad de los pueblos y obser-
var, críticamente, pero también con cierto grado de sensibilidad, en los recovecos
del imaginario colectivo, de los mitos y representaciones heredadas y de las espe-
ranzas colectivas.
A lo largo de las últimas décadas del siglo XIX y durante el siglo XX, en la he-
terogénea sociedad argentina se fueron configurando y definiendo diversas iden-
tidades sociales particulares —políticas, religiosas, étnicas, de género, entre otras—
que mantuvieron una relación de inclusión/exclusión respecto de la identidad
nacional. Las élites dirigentes de Buenos Aires mostraron la urgente necesidad
de argentinizar a la población, promoviendo la reconfiguración de dispositivos de
saber-poder preexistentes, como la escuela, la salud pública, la política inmigrato-
ria, el hospital, la literatura y las fiestas patrias, entre otros.2
Siguiendo esta línea de análisis, creemos que el cometido de integrar el te-
rritorio argentino tuvo mayor impacto en su fase más bien simbólica, e incluso
1. Discurso pronunciado por el Dr. Julián Lastra y reproducido por el periódico rionegrino La
Nueva Era (Viedma) 16 de julio de 1916: 2. APRN,Viedma.
2. Luis García Fanlo, “La argentinidad: un marco interpretativo”, Polis 10.29 (2011).
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emotiva, que lo que fue a nivel político y económico.3 Por un lado, porque, aún
en un contexto de ampliación del espacio político, se mantuvieron significativas
limitaciones: exclusión de los habitantes argentinos residentes en los Territorios
Nacionales; exclusión de las mujeres, comunidades originarias y de los/as inmi-
grantes. Y por otro, porque esa identidad nacional a partir de la cual el individuo
se imaginó perteneciente a la comunidad habilitó la reproducción de relaciones de
poder afincadas en la discriminación y en la desigualdad de clase, etnia y género.
Ahora bien, si en la puesta en marcha de las celebraciones patrias, se escenifica-
ron las estratificaciones sociales, así como se manifestaron las diferencias sexuales,
creemos que también devinieron espacios óptimos a través de los cuales ir nego-
ciando pertenencia cívico-política. Así, pensar, construir y amar la patria, permitió
vehiculizar muchos y heterogéneos sentimientos de las diversas pertenencias, fue
el elemento aglutinador y un vehículo eficaz, aunque por supuesto no exentos de
contradicciones.
Para aportar al debate de estos cuestionamientos, consideramos que no hay
otra manera de abordar la historia de las construcciones nacionales sino a partir
de realidades dispares, poniendo énfasis, sobre todo, en analizar la re-configuración
de subjetividades en contextos relacionales. Resulta fundamental entonces un es-
tudio en perspectiva regional centrado en analizar la manera en que la región se
erigió como tal en clave histórica en lo que hace a lo local y lo regional, en tanto
categorías socialmente especializadas que adquieren importancia comprensiva en
el estudio de la construcción identitaria. Tal y como sostiene Sandra Fernández, la
meta no se reduce a analizar la localidad, la comarca o la región sino, sobre todo,
en estudiar localmente determinados problemas.4
Eso es lo que pretendemos al enfocar nuestro estudio en el territorio norpata-
gónico de Río Negro, buscando ahondar en cómo se fueron definiendo las esferas
locales a la luz de su inserción en los procesos nacionales durante las primeras
décadas del siglo XX, poniendo el eje de análisis en la celebración de las fiestas
patrias. Fundamentalmente, en esta investigación, examinamos el espacio que ocu-
paron y/o asumieron las mujeres de estas comunidades en torno a dichas instan-
cias patriótico-festivas. La gradualidad en la presencia y manifestaciones que éstas
irán expresando en los actos colectivos públicos nos proporcionan un interesante
campo de investigación para el análisis del género en cuanto conformador de rela-
ciones y comportamientos sociales. Para ello identificamos ciertas prácticas que, si
bien no supusieron transgresiones al sistema de poder, constituyeron claras expe-
3. Ya desde la década de 1930 se concretaron diversas medidas políticas y económicas dirigidas a
la integración de la Patagonia a la Nación: la creación de Parques Nacionales, la instalación de
Gendarmería Nacional para el resguardo de las fronteras; la inversión de Yacimientos Petrolíferos
Fiscales y la creación de Vialidad Nacional y construcción de rutas de integración territorial,
entre otras.
4. Sandra Fernández, “Los estudios de historia regional y local de la base territorial a la perspectiva
teórico-metodológica”, Más allá del territorio: la historia regional y local como problema. Discusiones,
balances y proyecciones, comp. Sandra Fernández (Rosario: Prohistoria, 2007) 31- 46.
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riencias en la adquisición de una gradual autonomía, así como prácticas concretas
que expresaron un ejercicio de ciudadanía. Del mismo modo, creemos que, lejos
de considerar estas experiencias locales con planteamientos universalistas, resulta
necesario hacer explícito que el sector de mujeres que serán aquí representadas
corresponde a un sector favorecido de la sociedad, es decir, mujeres pertenecientes
a los sectores dominantes.
Considerar así cómo operan los sujetos subalternos en áreas periféricas o espa-
cios subnacionales, nos ha servido para repensar los espacios de poder femeninos y
también sus alianzas con el género masculino como estrategias de resistencia y de
transformación. Porque, en definitiva, lo que nos resulta sugestivo descubrir es el
protagonismo de mujeres como sujetos políticos, participantes en el cambio social
y en su propio cambio.5
En todo caso, somos conscientes de que cualquier intento de generalización
se ve limitado incluso en esta región-objeto de estudio, por las distantes y dispares
realidades vividas en cada zona. De este modo, para la etapa abordada centramos el
análisis en las zonas más destacadas del territorio, seleccionadas por presentar una
floreciente actividad económica, política y cultural, esto es el valle inferior —zona
noreste y al alto valle rionegrino, zona noroeste—. Asimismo, para desarrollar el
análisis, nuestro corpus documental está conformado por una variedad de fuentes
seleccionadas en los archivos municipales de diversas localidades; en el Archivo
Histórico Provincial de Río Negro; y la prensa periódica local tanto laica como
religiosa: La Voz del Sud, El Imparcial, La Nueva Era, Río Negro, Flores del Campo. En
este último caso, consideramos la prensa no sólo en tanto plataforma de visibili-
zación de estas instancias, sino además como actor político encargado de elaborar
discursos disciplinantes y moralizantes, permitiéndonos con su análisis ahondar en
las naturalizaciones y normatividades que otorgan a los sujetos que intervienen en
aquellas dinámicas.
A continuación, el tema se desarrollará a partir de cuatro apartados principales,
el primero de los cuales se ocupa de trazar un panorama general en lo referente a
las celebraciones de los días patrios, su implementación y organización en el caso
concreto de la gobernación norpatagónica de Río Negro introduciendo, a su
vez, la intervención asumida por las mujeres en las mismas. En el segundo y ter-
cer apartado destacamos diversas prácticas y acciones desplegadas por las mujeres,
fundamentalmente pertenecientes a la elite local, a través de las cuales, creemos,
se van configurando como sujetos activos en la construcción de la comunidad, así
como ganando notoriedad en el espacio público. Finalmente, mencionamos los
espacios de los bailes/tertulias en tanto instancias de sociabilidad que sirvieron, a
su vez, para ir adquiriendo protagonismo e ir ocupando, gradualmente, espacios de
reconocimiento social.
5. Arlette Farge, “La Historia de las mujeres. Cultura y poder de las mujeres: ensayo de historiogra-
fía”, Historia Social 9 (1991): 89.
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1. Proyección y prestigio social en torno a las efemérides patrias en Río
Negro
La gobernación norpatagónica de Río Negro destacó por sobre los demás Terri-
torios pertenecientes a la región austral, entre otras cuestiones, por ser una región
de temprano poblamiento, favorecido fundamentalmente por sus condicionantes
geográficas y su potencialidad económica. Era éste un espacio cuyos límites ha-
bían sido establecidos de manera artificial, respondiendo a una división político-
administrativa local dependiente de la nacional. La capital del territorio, Mercedes
de Viedma, se radicaría en el espacio denominado Valle Inferior del Río Negro. Al
ser la sede del gobierno territoriano, gozó de una situación política y económica
privilegiada. Los funcionarios de los nuevos territorios designados por el Poder
Ejecutivo nacional o por el gobernador, por ejemplo, fueron en una abrumado-
ra mayoría de extracción extra regional, pertenecientes a familias de prestigio y
vinculados a sectores del poder central en Buenos Aires, por lo que la práctica
asociativa se trasladó prontamente al espacio público y privado local.6 Por otro
lado, se fueron afincando en los nuevos núcleos de población maestros, periodistas,
comerciantes, médicos, etc. Quienes se avecindaron en esta localidad promovieron
el desarrollo cultural —escuela, biblioteca, banda de música— y el material, aso-
ciado fundamentalmente al desarrollo de las comunicaciones: muelle, ferrocarril,
inscribiendo en la agenda de gobierno sus demandas.7 Asimismo, el espacio urbano
viedmense no puede considerarse aisladamente del de la vecina Carmen de Pata-
gones —Prov. De Buenos Aires—, ya que las relaciones culturales, comerciales y
laborales se entrecruzaban, y estimulaban los encuentros entre residentes de ambos
lados del río, más allá de las fronteras impuestas.8
A partir de 1899 con la llegada del Ferrocarril Sud se sentaron las bases para
el desarrollo económico altovalletano, liderado por la localidad de General Roca,
ocasionando asimismo rivalidades seculares entre ambas capitales: la histórica,
Viedma y la económica, General Roca (ver Figura 1).9 En esta última localidad,
las condiciones materiales determinaron el surgimiento de un sector social de pe-
queños y medianos productores, comerciantes, diversos profesionales, maestros/as,
periodistas, etc., que se insertaron en la sociedad en formación a través de variadas
prácticas formales e informales. Varios de ellos, ocupando el espacio público se
6. Susana Bandieri, “Sociedad civil y redes de poder social en los Territorios Nacionales del sur:
Neuquén, Patagonia Argentina, 1880-1907”, Boletín Americanista 57 (2007): 59.
7. Gladys Elvira, “Ciudadanía. Sociabilidad pública y acción colectiva en Viedma, capital del Te-
rritorio Nacional de Río Negro, 1912-1930”, 3as Jornadas de Historia de la Patagonia (Neuquén:
Universidad Nacional de Comahue, 2008) 15.
8. Elvira 2-3.
9. Martha Ruffini, “Autoridad, legitimidad y representaciones políticas. Juegos y estrategias de una
empresa perdurable: Río Negro y La Nueva Era”, Pasiones Sureñas, prensa, cultura y política en la fron-
tera norpatagónica, 1884-1946, dir. Leticia Prislei (Buenos Aires: Prometeo Libros, 2001) 102-103.
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convirtieron en actores políticos que conformaron e intervinieron en los Munici-
pios, Comisiones de Fomento y Juzgados de Paz.10
Por lo que se refiere al abordaje teórico-metodológico de los Territorios Na-
cionales, fueron fundamentales los estudios relativos a las restricciones en el ejerci-
cio de la ciudadanía política en estos espacios, desde una perspectiva que radica en
trascender el concepto establecido de ciudadanía, pensándolo desde dimensiones
distintas.11 Especialmente significativos resultan los trabajos que abordan la cons-
trucción regional de procesos identitarios en clave femenina.12 Es el caso de los
10. Graciela Iuorno, “La provincialización de Río Negro. Interregno y conflictos de intereses na-
cionales y locales”, Horizontes en Perspectiva. Contribución para la Historia de Río Negro 1884-1955,
coords. Martha Ruffini y Ricardo Masera (Viedma: Fundación Ameghino, Legislatura de Río
Negro, 2007) 63. Graciela Iuorno, Glenda Miralles y Karim Nasser, “Actores y espacio público
en la etapa territorial rionegrina. El Departamento General Roca y su integración desigual”,
Horizontes en Perspectiva. Contribuciones para la Historia de Río Negro 1884-1955, coords. Martha
Ruffini y Ricardo Masera (Viedma: Fundación Ameghino, Legislatura de Río Negro, 2007)
337-344.
11. Ver los sugerentes trabajos de Martha Ruffini, La pervivencia de la República posible en los territorios
nacionales. Poder y ciudadanía en Río Negro (Buenos Aires: Editorial de la Universidad Nacional de
Quilmes, 2007); Marisa Moroni, “La incorporación de los territorios nacionales en el proceso de
consolidación del Estado argentino. El caso del Territorio de La Pampa Central”, Revista Andes
16 (2005); Mario Arias Bucciarelli, “Otros espacios para pensar la ciudadanía. Los Territorios Na-
cionales”, Revista Nordeste 29 (2009): 177-186; Gladys Elvira y Teresa Varela, “La construcción de
la ciudadanía política en los Territorios Nacionales.Viedma, capital del territorio de Río Negro
1930-1938”, Revista Pilquen 6 (2004).
12. Laura Méndez, “Trayectorias femeninas en la Norpatagonia (1884-1930): ¿una ciudadanía au-
sente?”, Páginas 5 (2011): 94-114. Laura Méndez, Estado, frontera y nación. Historia de San Carlos
Figura 1. División política del Territorio Nacional de Río Negro a inicios del siglo XX.
Fuente: Salvador Carlos Laría, “Evolución de la división departamental del ex Territorio Nacional del Río Negro”,
Boletín de Estudios
Geográficos XII. 47 (1965): 113.
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trabajos de Laura Méndez, en los que analiza diversas trayectorias femeninas en la
región patagónica, afirmando, entre otras cosas, que en comunidades tan pequeñas
como las que conformaron los primeros centros urbanos de la Patagonia, la im-
pronta activa de las mujeres fue esencial en la contribución a la construcción de
un tipo particular de sociedad, signada por el ansia de homogeneizar sin interpelar
a las relaciones desiguales de poder.13
Regresando al territorio, en el marco de una cada vez más floreciente acti-
vidad económica, en las localidades rionegrinas más consolidadas comenzaron
a celebrarse las fechas patrias tales como el 25 de mayo (conmemoración de la
Revolución de mayo de 1810), o 9 de Julio (conmemoración de la Independencia
de 1816), aunque éstas no serían las únicas. Sin embargo, no fue hasta la primera
década del siglo XX cuando el grado de significación de dichas celebraciones fue
ascendiendo y adquiriendo mayor envergadura, coincidiendo con el impulso dado
desde Buenos Aires a la educación de carácter patriótico (1908);14 y también con
la proximidad del Centenario de la Revolución de Mayo (1910).Ya a partir de la
década de 1920 y de 1930, los festejos tomaron una mayor participación popular.
Por tanto, considerar este periodo concreto para el análisis nos permite identificar
la evolución de las prácticas y espacios que contribuyeron a reforzar la argentini-
zación simbólica del territorio.
En varias oportunidades las poblaciones colindantes sumaron esfuerzos para
emprender conjuntamente los festejos patrios. Así, la localidad de Viedma se unió
a Patagones con el fin de compartir espacios; y lo mismo ocurrió con diferentes
poblaciones del alto valle: General Roca, Cipoletti, Allen. Se consideraban instan-
cias para fomentar los lazos comunitarios de los/as habitantes.
El análisis de las celebraciones patrias en el Territorio nos permite evidenciar
además una cierta disposición en la organización de su estructura general. Habi-
tualmente se iniciaba la celebración con un oficio en el templo local, consistente
en una misa de Tedeum con asistencia del gobernador como en el caso de Viedma,
y de autoridades locales, civiles, militares y religiosas para el resto de las localidades.
Terminada la sesión religiosa, por lo general se formaba una procesión cívica, a la
de Bariloche (Buenos Aires: Prometeo Libros, 2011). Para el caso de Patagonia destacan también
Edda Lía Crespo, “Madres, esposas, reinas…Petróleo, mujeres y nacionalismo en Comodoro Ri-
vadavia durante los años del primer peronismo”, Cuando las mujeres reinaban. Belleza, virtud y
poder en la Argentina del siglo XX, ed. Mirta Zaida Lobato (Buenos Aires: Biblos, 2005) 143-174.
Edda Lía Crespo “¿Quién detenta el poder en los territorios nacionales? La Sociedad Damas de
Beneficencia vs. la Junta Vecinal de Previsión Social y Salud Pública de Comodoro Rivadavia”,
Comodoro Rivadavia a través del siglo XX: nuevas miradas, nuevos actores, nuevas problemáticas, comps.
Brígida Baeza y otros (Comodoro Rivadavia: Municipalidad de Comodoro Rivadavia, 2007) 99-
115. Andrea Andújar, “En demanda de lo justo: conflictos por derechos en la Patagonia petrolera.
Comodoro Rivadavia, 1932”, Páginas 12 (2014): 41-67. Andrea Andújar, “Comunidad obrera,
género y políticas asistenciales: Comodoro Rivadavia, 1922-1932”, Archivos 7 (2015): 59-78.
13. Méndez, “Trayectorias femeninas” 107.
14. Reglamento sancionado por el Consejo Nacional de Educación y dirigido a vigorizar las cele-
braciones patrias para las escuelas de toda República.
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que se sumaban diferentes elementos de la sociedad: escuelas, vecinos, etc., que se
encaminaban a la plaza pública donde los estudiantes de las escuelas locales ento-
naban el Himno Nacional. A continuación, se recitaban varios discursos, alegorías,
poesías de carácter patriótico. Acto seguido, se desarrollaban juegos de sortijas o
carreras al aire libre; y por la noche, ya fuera en la casa de gobierno, en el caso de la
localidad de Viedma, o del local de la Municipalidad, o de Salones de asociación de
inmigrantes en otras localidades, la parte más selecta de la sociedad se congregaba
para cenar y bailar.15
Un elemento importante a considerar lo constituye la configuración del es-
pacio en relación con el grado de ocupación de la calle por parte de las mujeres;
mientras que la forma que toma la organización de la fiesta condicionaba en
determinados aspectos sus comportamientos y formas de vivir la fiesta. Así, eran
los hombres más destacados de la localidad, usualmente, los que encabezaban la
procesión cívica o pronunciaban los discursos de carácter patriótico inaugurales.
Se convertía en el escaparate perfecto para la presentación pública de personajes
importantes de la zona, que acudían al festejo para ver y para ser vistos, sobre todo
aquellos individuos que ostentaban cargos. Mientras que las mujeres que solían
destacar con declamaciones públicas eran, por lo general, maestras que circuns-
cribían su acción más bien en el ámbito escolar, y que con el correr de los años,
irán adquiriendo mayor protagonismo en los espacios públicos de la plaza, calles,
banquetes, entre otros.
En estas disposiciones festivas, la escuela y por tanto también las educacionistas
fueron asumiendo un rol destacado. Era habitual encontrar a estas últimas recitan-
do poemas, cantando o tocando alguna pieza musical. Por ejemplo, para el festival
conmemorativo del 25 de mayo (1909) en la Escuela nº 2 de niñas de la localidad
viedmense, La Nueva Era distinguía la actuación, “frente a numerosas familias de la
sociedad” de la profesora Albertina L. de Iribarne en tanto “eximia pianista” y la
de su colaboradora, “dignísima” Rosa M. Vidal.16 Por lo general, solían ser dichas
destrezas artísticas lo que las haría ser nombradas en las crónicas de la prensa local
en los días siguientes a sus actuaciones. Son varias las crónicas en las que fuimos
constatando con mayor frecuencia cómo la labor de las maestras fue adquiriendo
protagonismo en el programa de actividades oficiales en el espacio público. Esta
situación ayudó a dar visibilidad, proyección y prestigio social a la labor de las
mismas educacionistas.
En este sentido, uno de los casos más emblemáticos en la década de 1920 en la
localidad Viedma lo constituye la directora de la Escuela nº 2 de niñas, Sra. Otilia
B. De Silva, quien además resultó ser una de las educacionistas con mayor activi-
dad en la región. Otilia asumió diversas prácticas activistas y de beneficencia cir-
cunscriptas a la escuela, pero también fuera de ese ámbito. Lo evidencian diversos
15. Cielo Zaidenwerg, “Celebrando la patria en la Gobernación norpatagónica de Río Negro, ini-
cios S. XX”, Naveg@merica 12 (2014): 13.
16. “Ecos de las Fiestas Mayas”, La Nueva Era (Viedma) 30 de mayo de 1909: 2. APRN,Viedma.
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documentos consultados. En este caso reproduciremos a continuación dos notas
de peticiones/permisos dirigidos a las autoridades escolares regionales. La primera
de estas notas era escrita con motivo de acercarse el aniversario patrio del 25 de
mayo de 1922 y hacía constar lo siguiente:
Señor Inspector Seccional de Escuelas Don Juan E. Deluigi-Allen-. Como la escuela de mi di-
rección prepara una fiesta escolar para conmemorar el próximo aniversario patrio, me dirijo al
señor Inspector consultándole si con ese motivo puedo invertir el 50% del importe de matrículas
que obran en mi poder. Saludo muy atentamente al señor Inspector. Otilia B. de Silva.17
Unos días después de enviar esta primera nota, solicitando permiso para la
utilización de fondos en los festejos de la escuela, Otilia envió una nueva misiva al
mismo inspector, pero, en esta ocasión, apelando también a la intervención de una
instancia superior del sistema educativo nacional como fue el Consejo Nacional
de Educación. Pensando ya en la próxima conmemoración patria, la del 9 de julio,
en esta nota requería el siguiente material:
Señor Inspector Seccional de Escuelas Don Juan E. Deluigi-Allen-.Tengo el agrado de dirigirme
al señor Inspector y por su intermedio al H. Consejo Nacional de Educación solicitando el envío
de ropa y calzado para las niñas indigentes que concurren a la escuela a mi cargo y que podría ser
repartido con motivo de la fiesta patria del 9 de Julio próximo. A este fin acompaño una nómina
de las alumnas que requieren de esta ayuda con especificación de los metros de tela necesarias a
cada una y el número del calzado.18
A partir de aquí, la nota apela a que se tengan en cuenta ciertas necesidades de-
bido a la particularidad de la escuela, fundamentalmente por pertenecer a la región
patagónica: “Como aquí el invierno es la estación más larga sería conveniente se
diera preferencia al bombasí para los vestidos de las niñas”.19
Además de Otilia y su indudable iniciativa social entorno a estas conmemo-
raciones, la presencia y participación activa de las educacionistas las constatamos
también en numerosas crónicas de la prensa regional.20 Si bien, en una primera
instancia, podríamos percibir en estas y otras crónicas de la prensa local la partici-
pación de las mujeres como escuetas notas de color, asociadas a sus roles de ma-
dres-educadoras, y por tanto reproduciendo esquemas de subalternidad, creemos
que a través de estas prácticas se fueron configurando como sujetos activos en la
construcción de la comunidad, ganando notoriedad en el espacio público. Refor-
zando este análisis, a continuación, destacaremos otros roles y acciones asumidas
17. “Nota nº 47”,Viedma, 10 de mayo de 1922. APRN,Viedma, Cajas de la Administración, Archivo
de la Escuela nº 2.
18. “Nota nº 48”,Viedma, 12 de mayo de 1922. APRN,Viedma, Cajas de la Administración, Archivo
de la Escuela nº 2. APRN,Viedma, Cajas de la Administración, Archivo de la Escuela nº 2.
19. “Nota nº 48” APRN
20. Flores del Campo (Viedma) 11 de julio de 1910: 2. APRN,Viedma.
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por las mujeres, fundamentalmente pertenecientes a la elite local, en las que fueron
adquiriendo protagonismo, así como ocupando espacios de reconocimiento social.
2. Mujeres que hacen patria: canales para la participación activa
Las fiestas patrias en Río Negro, al igual que en otras gobernaciones, fueron ins-
tancias destacadas para las autoridades y habitantes de los distintos parajes. De
entre la misma élite local afloraban los individuos que conformaban las denomi-
nadas Comisiones Pro Fiestas Patrias. Nombradas ya sea por el gobernador, por
los concejos municipales o por las comisiones de fomento, participaban en ellas
autoridades civiles, militares, representantes de centros culturales, personal escolar
—fundamentalmente maestras—, comerciantes o vecinos importantes.
De este modo, fueron dichas comisiones pro-fiestas las encargadas de establecer
el programa de actividades, que posteriormente debían elevar al Consejo Muni-
cipal o a la respectiva Comisión de Fomento, para su evaluación y aprobación,21 y
además gestionar aquello que lo hiciera posible en la práctica. En todo caso, dichas
comisiones solían demandar, casi siempre a través de la prensa local, la cooperación
del vecindario a fin de que los festejos tuvieran mayor lucimiento. En referencia
a la participación ciudadana, si bien no podemos especificar en qué proporción
acudían a las celebraciones, no obstante, en términos generales nos basamos en la
información que nos proporcionan las crónicas que los mismos periódicos publi-
caban en las que se valoraba la afluencia o ausencia de estos.22
Concebida como una experiencia política más en el devenir local/regional,
resulta innegable la importancia que adquiría el pertenecer a dichas entidades
organizadoras. Creemos, además, que la voluntad por el lucimiento y espectacu-
laridad en las celebraciones nacionales en las que estas comisiones se esmeraban
demostraba su propia capacidad para mantener la vigencia de los compromisos co-
munitarios. En este sentido, eran espacios que convocaban a los/as que pertenecían
y aquellos/as que buscan pertenecer.
No hay duda de que estos encargos conllevaban una importancia en térmi-
nos sociales, y eventualmente políticos, por lo que la designación de los puestos:
presidente, secretario, vocales, no solo iban dirigidos a los integrantes de las elites
locales, los llamados vecinos caracterizados, sino que además estaban reservados, en
su gran mayoría, a los hombres adultos. En la práctica, sin embargo, las mujeres de
21. Liliana Lusetti y Maria Cecilia Mecozzi, “Obra patriótica, sembrar de escuelas la cordillera y la
frontera: un análisis desde la prensa territoriana. 1910-1945”, IV Jornadas de Historia de la Patago-
nia (Santa Rosa: Universidad Nacional de La Pampa, 2010) 8.
22. Entre las crónicas revisadas en los periódicos de la región destacamos en el APRN: Río Negro
(Gral. Roca) 1 de mayo de 1912: 5; Río Negro (Gral. Roca) 15 de julio de1912: 6; Río Negro
(Gral. Roca) 15 de julio de 1920: 4; El Imparcial (Viedma) 20 de mayo de 1909: 2; El Imparcial
(Viedma) 18 de mayo de 1922: 3; La Voz del Sud (Viedma) 29 de mayo de 1925: 3; La Voz del Sud
(Viedma) 31 de mayo de 1928: 2; La Nueva Era (Viedma) 30 de mayo de 1920: 3; La Nueva Era
(Viedma) 10 de septiembre de 1922: 1; La Nueva Era (Viedma) 2 de mayo de 1922: 2; La Nueva
Era (Viedma) 8 de mayo de 1926: 1.
202Mujeres que hacen patria
TRASHUMANTE | Revista Americana de Historia Social 23 (2024): 192-211. ISSN 2322-9675
estos mismos sectores participaron en el sostenimiento y desarrollo de las fiestas
con igual, o incluso mayor empeño. De este modo, para el período estudiado, los
canales de participación activos en los que desarrollaron su actividad fueron los
actos de beneficencia —algo habitual para la época— la conformación de asocia-
ciones cooperadoras, la organización de kermeses y otras actividades lúdicas. Sin
embargo, para la década de 1930 observamos cómo estas mujeres irán intervinien-
do decisivamente en las principales comisiones organizadoras. En este escenario
regional —en el que los actores negociaron espacios y buscaron legitimar modelos,
estructuras, esto es, poder—, las mujeres de estos sectores, a partir de sus prácticas
cotidianas y aprovechando las coyunturas habilitantes de las efemérides patrias, se
apropiaron de esferas de participación, asumiendo responsabilidades sociales en el
espacio público, y actuando sobre mecanismos institucionales. A través de algunos
ejemplos, en los siguientes apartados, desarrollaremos esta cuestión.
3. De prácticas asistencialistas a integrantes de Comisiones Pro-Fies-
tas Patrias
Tanto para los municipios como para los poblados rionegrinos, las fiestas patrias
fueron desde sus inicios una fuente significativa de gastos y, a su vez, de ingresos.
A través de las actas municipales, documentos oficiales y también a través de la
prensa (1909-1940), evidenciamos, en primer lugar, que los gastos ocasionados
por las fiestas procedieron mayoritariamente de la población, bien a través de im-
puestos, bien por aportaciones voluntarias en dinero, productos, mano de obra, de
comerciantes y vecinos/as pudientes, asociaciones caritativas, damas de beneficen-
cia, etc. En segundo lugar, comprobamos que existía un control institucional en
torno a estas prácticas monetarias, por lo que, para llevar a cabo cualquier tipo de
feria, kermesse, juegos y otras actividades lúdicas, se debían solicitar los permisos
correspondientes a la autoridad —municipal, gobernación, comisaría de policía—.
Fueron justamente las asociaciones de damas y señoritas las que solían desarro-
llar su actividad asistencialista u organizar actos de beneficencia dirigidos a los sec-
tores menos favorecidos, siendo especialmente activas durante estos días patrios.23
Así, se aprovechaba la proximidad a las efemérides patrias para realizar todo tipo
de donaciones y actos caritativos, mediante el reparto de ropa, comida y todo tipo
de víveres destinados, sobre todo, a niños y mujeres pobres. Resulta interesante
constatar la manifestación de una especie de generosidad altruista que no deja de
expresar una simbólica relación de poder. Siguiendo el análisis de Bourdieu, lo que
motiva la acción del agente humanitario es la consecución del prestigio social,24
23. María Teresa Varela destaca, entre diversas familias pertenecientes al sector dominante local, a las
mujeres de la familia Cotín, quienes habrían configurado asociaciones vinculadas a la educación,
la cultura y la caridad. María Teresa Varela, Estado y Territorios Nacionales. Relaciones, tensiones y
conflictos en la sociedad y la política rionegrina (1916-1943), (Tesis doctoral, Universidad Nacional de
La Plata, 2015) 160.
24. Pierre Bourdieu, Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción (Barcelona: Anagrama, 1997).
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TRASHUMANTE | Revista Americana de Historia Social 23 (2024): 192-211. ISSN 2322-9675
en este caso asumido por parte de estas mujeres pertenecientes a las elites locales,
que irán ganando notoriedad e influencia a través de dichas comisiones generosas.
En relación con este análisis, volvemos a encontrar a la directora de la escuela
nº 2 de señoritas, Otilia B. de Silva, en una crónica publicada por La Nueva Era,
titulada “Los festejos públicos en Viedma”, en la que era resaltada la labor “gene-
rosa” de la comisión de damas y señoritas que Otilia precedía, al visitar a los presos
de la cárcel con el objetivo de repartirles donativos: “que á tal objeto habían reco-
lectado entre los vecinos que supieron comprender toda la nobleza de ánimo que
encerraba esa generosa iniciativa del alma femenina. Los presos, muy emocionados,
agradecieron las donaciones, quizás bendiciendo al aniversario patrio, que fue el
inspirador de tan grato recuerdo”.25
A través de estos y otros ejemplos consultados, podemos comprobar que dichas
instancias de participación, bien sea tomando lugar en espacios públicos, o bien
siendo referidos en la prensa local, ponen de manifiesto la dimensión social que
adquiere el rol de agentes-madres asumido por estas mujeres. Pero, además, cree-
mos que supusieron transitar un camino en el que traspasaron el ámbito privado, y
consiguieron acceder a espacios de visibilización y reconocimiento social a través
de prácticas de participación en la esfera oficial. En este punto nos resultan claves
el trabajo de Edda Lía Crespo sobre las formas asociativas y la condición femenina
para el Territorio de Chubut, en el que propone repensar la ciudadanía a través de
estas prácticas.26
En la Gobernación que nos convoca, las fuentes analizadas nos permitieron, asi-
mismo, comprobar la progresiva incorporación de estas mujeres en las comisiones
organizadoras más destacadas, coincidiendo en el ámbito nacional con momentos
de una ampliación en la participación popular con la llegada del yrigoyenismo al
poder. De modo que, las mujeres de las familias más destacadas, aún con derechos
restringidos, comenzaron a tomar cada vez mayor protagonismo en las esferas de
organización de las conmemoraciones patrias, así como lograron ir agenciándose
experiencias claves en el devenir político a nivel local. De esta forma, desde la
participación en asociaciones voluntarias, llegaron a componer y hasta presidir
Comisiones oficiales.
Observamos, entonces, cómo en el primer centenario de la jura de la inde-
pendencia política (1916) La Nueva Era publicó los nombres de las mujeres que
habían formado una delegación en la colonia Fray Luis Beltrán, cuyo objetivo
residía en recaudar fondos para sufragar el evento. Mientras la comisión principal
de los festejos estaba compuesta por los hombres más destacados de la localidad, se
había constituido una sub-comisión de damas y señoritas.27 Ya para el año 1935,
pudimos constatar la conformación de una de las primeras sub-comisiones mixtas
25. “Los festejos públicos en Viedma”, La Nueva Era (Viedma) 30 de mayo de 1909: 2. APRN,Viedma.
26. Edda Lía Crespo, “Formas de sociabilidad asociativa y condición femenina: una experiencia”,
II Jornadas de discusión, Historia, mujeres y archivos. Un debate con perspectiva presente-futuro, 25 de
septiembre de 2014.
27. La Nueva Era (Viedma), 2 de Julio de 1916: 2. APRN,Viedma.
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en el municipio de General Roca, precedida justamente por María Angélica P.V.
de Lercari, quien fuera esposa del entonces presidente del H. Consejo Municipal,
Don Francisco Lecari. Mientras el cargo de la secretaría de la comisión lo pasaba
a ocupar Don Julio Muñecas.
A partir de entonces, no fue extraño encontrar mujeres en los cargos princi-
pales de organización en General Roca. De hecho, para 1940, tenemos constancia
del nombramiento de la Señora Presidenta de la Sociedad de Beneficencia Dr. Isidoro
Lobo, la Sra. Esther U. De Cozzi, como miembro de la comisión, junto con otros
miembros destacados de la localidad-presidente de la Asociación Patriótica Tiro
Federal; presidente del Club Social; presidente del Rotary Club; y el presidente del
Centro del Magisterio “Sarmiento”.28
En estos espacios de decisión, dominados por varones, en los que la labor fe-
menina parecía considerarse en términos de acciones complementarias/asistencia-
listas —ver Figuras 2 y 3—, las mujeres de las elites irán adquiriendo, sobre todo
a partir de la década de 1940, prácticas habituales de participación ciudadana en
dichos ámbitos. Si bien, como es obvio, no se trató de una subversión del orden
en el seno de la sociedad civil, se puede constatar una progresiva ampliación tanto
de los espacios públicos a utilizar como del tipo de roles a desempeñar. Por un
lado, y teniendo en cuenta el trabajo de Dolores Juliano, pensamos en estas fies-
tas como un espacio de emancipación que habilitaron a las mujeres a salir de sus
casas y encontrarse con sus pares, convirtiéndose en un lugar de intercambio de
informaciones socialmente necesarias, además de servir para afianzar los lazos
de solidaridad femenina externos al hogar. Así, ocuparon espacios en los que se
unieron a otras mujeres, se conocieron, compartieron confidencias, humores, con-
sejos, constituyendo ámbitos de transgresión de lo privado, de la cárcel-hogar,29 a
pesar de que este espacio sea temporalmente acotado.
Y, por otro lado, al presidir o participar en diversas comisiones de fiestas, asocia-
ciones civiles, etc., constatamos cómo estas mujeres fueron actuando sobre resortes
político-institucionales, que expresan la intervención de derechos ciudadanos. Por
ejemplo, cuando se encargaban de solicitar los permisos necesarios para el desa-
rrollo de las instancias de recaudación de fondos. Contamos con registros de cartas
enviadas a diversos organismos: Gobernación de Río Negro y distintas municipa-
lidades solicitando dichos consentimientos.30
En esta misma línea, para el Alto Valle y a mediados de la década de 1930,
contamos con numerosos registros en los que se solicitaban autorizaciones para re-
caudar fondos con el objetivo de la realización de actividades: por parte de la Co-
misión de Fiestas Mayas bajo la presidencia de María Angélica P.V. de Lercari;31 por
28. “Carta de invitación, Comisión de Fiestas Parias 1940”, General Roca, 10 de mayo de 1940.
Archivo Municipal General Roca (AMGR), General Roca, Expediente 9/940.
29. Dolores Juliano, “Las mujeres y el folklore: el laberinto de los mensajes disfrazados”, Cuadernos de
etnología y etnografía de Navarra 53 (1989): 36.
30. Telegrama,Viedma, 15 de abril de 1932. APRN,Viedma, Cajas de la Administración.
31. Telegrama, General Roca, 27 de mayo de 1935. AMGR, General Roca, Expediente nº 7/1935.
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parte del Círculo de Obreros y Damas, Sociedad de Socorro Mutuos, entre los que
figuraban como presidenta/e: Florinda F. De Pelicetti, y Juan Pierangelini, junto
a la secretaria y al secretario, Josefa de Gazo y José Tassotti, respectivamente;32 así
como también por parte de la Sociedad Cooperadora Escolar “Presidente Roca”,
precedida por Antonieta G. de Serati;33 y de la Sociedad de Beneficencia “Coronel
32. Telegrama, General Roca, 30 de mayo de 1935. AMGR, General Roca, Expediente nº 7/1935.
33. Telegrama, General Roca, 26 de marzo de 1935. AMGR, General Roca, Expediente nº 7/1935.
Figura 2. Imagen educacioncitas y elite local en el Centenario de la Independencia.
Escuela nº 32 Gral. Roca.
Fuente: Libro histórico de la escuela Nº 32. Gral. Roca. Archivo Privado Escuela nº 32.
Figura 3. Comisión Fiesta del árbol 1909
Fuente: Libro histórico de la escuela Nº 32. Gral. Roca. Archivo Privado Escuela nº 32.
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Dr. Pedro Lobo”, cuya dirección se encontraba a cargo de la señora Cristina G.
de Lobo.34
De esta manera, mientras el sistema político nacional y regional, las condicio-
naba y las marginaba de los cargos formales y de los mecanismos de decisión polí-
tica, a la vez que las enmarcaban en aspectos pasivos de su conducta: madre devota,
belleza en las fiestas de gala, valores de conducta que las señoritas jóvenes debían
imitar, las mujeres supieron ir tejiendo espacios de participación e intervención
social. Tal y como define Silvana Palermo “la exclusión de las mujeres del derecho
a la representación no les impidió a las mujeres hacer ejercicio de sus libertades
públicas, hacer política”.35 Esta reflexión se ve también comprobada en la parti-
cular suscripción de las mujeres en las tertulias y bailes sociales, dónde asumieron
especial notoriedad, como veremos a continuación.
4. Bellas y danzantes: bailes, cenas y tertulias nocturnas
Junto con las manifestaciones en los espacios públicos, los bailes nocturnos y ter-
tulias sociales contaban con la participación de los/as vecinos/as más destacados/
as de la localidad. Sobrevenían también bailes populares, sin embargo, a diferencia
de los primeros, estos no solían propiciar crónica alguna en la prensa.Ya fuera a la
cena y/o el baile que organizaba la Comisión de Fiestas Patrias, debían asistir las
mujeres de elegantes vestidos y los hombres con sus respectivos trajes. Se cobraba
una entrada y se ponía especial atención a la ornamentación patriótica del salón
donde se realizaba la velada.36
En relación con dichas esferas de bailes y cenas exclusivas, también encontra-
mos numerosas referencias en las crónicas de la prensa escrita, en las que se refuer-
zan los estereotipos de género cuando hacen constante alusión, por ejemplo, a la
“belleza” de las mujeres, describiendo cómo es convocada en torno a su presencia,
una selecta y nutrida “corte masculina”;37 cuando asignan una rivalidad entre “las
gracias y el donaire gentil» de las damas y “la galante urbanidad y exquisita cultu-
ra de los caballeros”38 asistentes; o cuando narran al baile de las mujeres en tanto
“animosas y gallardas”, mientras, por su parte, los jóvenes caballeros, “aún los más
sesudos y maduros...rivalizaban en aquel torneo de galantería exquisita y refinado
savoir faire”.39
No nos resulta sorprendente entonces que la mayor parte de estas crónicas la
ocupasen justamente los nombres y apellidos de las damas y señoritas asistentes, así
34. Telegrama, General Roca, 8 de abril de 1935. AMGR, General Roca, Expediente nº 7/1935.
35. Silvana Palermo, “Género y ciudadanía política: algunos apuntes en la agenda de investigación”,
Polhis 7 (2011): 49.
36. Lusetti y Mecozzi, “Obra patriótica” 8.
37. “Fiestas patrias en Viedma”, La Nueva Era (Viedma) 28 de mayo de 1911: 3. APRN,Viedma.
38. “El baile”, La Nueva Era (Viedma) 1 de julio de 1910: 2. APRN,Viedma.
39. “El baile”: 2.;“Ecos de las fiestas”, La Nueva Era (Viedma) 30 de mayo de 1909: 2. APRN,Viedma.
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como la caracterización de sus atuendos y modales. La visión idealizada con que
la prensa representó las crónicas de los banquetes y tertulias, en tanto lugares de
encuentros cargados de pompa y lujos, ausentes de conflictos, también postuló a
las mujeres de las localidades en tanto objetos cautivantes que convocaban a dichas
fiestas. Asimismo, en tanto instancias de cohesión social, estos espacios fueron con-
siderados la ocasión para conocer, presentar y/o concertar alianzas matrimoniales
para la misma reproducción de la elite, de sus pautas sociales y políticas.
Ahora bien, a pesar de esta reproducción de normatividad que percibimos en
las crónicas de la prensa local, creemos que las mujeres supieron trascender los roles
señalados, beneficiándose de estos encuentros para fortalecer sus alianzas y posicio-
nes sociales. En la siguiente crónica nos interesa resaltar la iniciativa de un grupo
de jóvenes mujeres de la localidad de Viedma para reanudar la organización del
baile nocturno en ocasión del centenario de mayo, tras una primera desestimación
por parte del entonces gobernador del Territorio de Río Negro. La Nueva Era,
en esta ocasión, hará la siguiente columna visibilizando y apoyando tal iniciativa:
Parece que el gobernador del Territorio ha desistido de la idea de dar un baile en la casa de
gobierno de Viedma en ocasión de la fiesta maya. En cambio, se anuncia un recibo de gala. Pero
la juventud, cuya opinión parece no haber sido consultada, se encuentra muy dispuesta á con-
vertir la reunión en ‘soiree dansante’ malogrando las decisiones tomadas. Y las más encarnizadas
sostenedoras del proyecto son las damas jóvenes, á cuyo ruego no han de resistir, así lo esperamos,
el señor gobernador y la comisión de las fiestas. Hay en Viedma todo cuanto se requiere para
realizar un baile inmejorable; excelentes pianistas y otros músicos; un cuerpo de jóvenes del sexo
fuerte numeroso y diestro en el arte de Terpsícore;40 y, por fin, una verdadera falange de hermosas
niñas, cuyas gracias y gentileza bien merecen el lucimiento de una fiesta de esa naturaleza. No
hay razón ninguna, entonces, para que se deje de realizar el baile que se había anunciado ante-
riormente, máxime teniendo en cuenta los preparativos hechos al efecto.41
Entre otras muchas cuestiones a desentrañar, esta columna de opinión, recogida
en uno de los periódicos de mayor tirada del Territorio, nos ayuda a descubrir a
mujeres que, en tanto sujetos históricos, supieron generar experiencias vitales y
sociales, e ir renegociando posiciones relevantes en un medio marginal con dere-
chos políticos restringidos, plagado de profundas contradicciones y de históricos
conflictos postergados. Creemos entonces que, para estas mujeres, hacer patria, no
solo se redujo a su contribución en la vigorización de los ideales nacionales y pa-
trióticos a través de su participación constante en las efemérides, sino en construir
y conquistar una patria donde ellas se supieran incluidas y representadas.
40. En alusión a la mitología griega, Terpsícore: hija de Zeus, joven esbelta, con aire jovial, musa de
la danza.
41. “Los bailes”, La Nueva Era (Viedma) 22 de mayo de 1910: 2. APRN,Viedma.
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Reflexiones y desafíos por considerar
La construcción y consolidación de la identidad nacional está plagada de sujetos
que debemos historiar, a pesar de que hacerlo resulte una tarea casi vertiginosa, y
más aún si complejizamos el estudio produciendo análisis desde los márgenes. La
renovación historiográfica nos convoca al desafío ineludible de repensar la na-
ción no sólo poniendo el foco en colectivos y sujetos subalternos, sino también,
considerarlos desde/en las áreas periféricas o espacios subnacionales, teniendo en
cuenta que esta identidad, lejos de ser uniforme, hay que asumirla en plural, darle
un sentido amplio para confrontar diversas y, en ocasiones, contradictorias formas
de considerar la pertenencia. De esta manera, decidimos seguir estos derroteros
sinuosos, aunque imprescindibles. Nuestro interés en el presente estudio consistió
en analizar las fiestas patrias en la región patagónica argentina a comienzos del
siglo XX, en perspectiva de género, para descubrir la contribución cotidiana de
un sector de mujeres en espacios de construcción de identidad, pero también de
ciudadanía.
Las celebraciones patrias en el TN de Río Negro, en tanto prácticas cotidianas
regionales y locales, fueron indiscutibles espacios de construcción de “lo nacio-
nal”. Sus instancias de consensos y disputas, sus intrínsecos e históricos debates, así
como sus heterogéneos contrastes, son los que nos nutren de efectivos elementos
para comprender en su complejidad a estas comunidades imaginadas. 42 En este senti-
do, indagando en la forma en que se construye, se trasmite y se asume la identidad
nacional, hemos buscado determinar cómo se genera la identificación, cómo es
objetivada y consensuada desde el espacio regional y en perspectiva de género.
Consideramos que las prácticas suscitadas en torno a dichas fiestas, a la vez que
contribuyeron a instaurar y afianzar el espíritu patriótico entre los propios sectores
territorianos en las primeras décadas del siglo XX, configuraron espacios en los
que se renegociarían posiciones en el entramado social y político de la comunidad.
En este sentido, mientras el sistema político nacional y regional, las condicionaba y
las marginaba de los cargos formales y de los mecanismos de decisión política, a la
vez que las enmarcaban en aspectos pasivos de su conducta: madre devota, belleza
en las fiestas de gala, valores de conducta que las señoritas jóvenes debían imitar,
constatamos cómo estas mujeres, fundamentalmente pertenecientes al sector favo-
recido de la sociedad local, intervinieron tejiendo estrategias a través de diferentes
canales de participación activa, posibilitando prácticas de ocupación de la esfera
pública, así como demostrando sus habilidades de cara a una progresiva incorpo-
ración a la ciudadanía efectiva.
De esta manera, buscamos reconstruir el activismo femenino en las fiestas pa-
trias, su capacidad de gestión y esfuerzos organizativos, en las comisiones y en las
veladas, documentando espacios que se feminizan y en los cuales las mujeres pro-
42. Benedict Anderson, Comunidades Imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo
(México: Fondo de Cultura Económica, 1993 [1983]).
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curarán incidir en espacios de decisión. Indagar en los diferentes registros docu-
mentales, nos ayudó a dar cuenta de la complejidad, las ambivalencias y tensiones
implícitas en ese protagonismo femenino en la vida pública.
Para enriquecer nuestra comprensión del tema, utilizando el concepto de gé-
nero como categoría de análisis, son muchos los desafíos que todavía restan asumir.
Uno de los tantos, es pensar la diversidad y pluralidad de los actores, analizando la
participación de las mujeres trabajadoras y el modo en que las concepciones sobre
las diferencias sexuales y sociales estructuraron relaciones de poder poniendo en
juego privilegios e intereses en el ámbito público. En este caso convendrá identifi-
car esta diversidad en las apropiaciones culturales que realizaron las mujeres de los
diferentes sectores sociales en torno a las celebraciones patrióticas y su incidencia
en la manera en que se fue articulando la identidad nacional/regional. Por otro
lado, también creemos necesario seguir advirtiendo las múltiples formas de pro-
yección femenina en la construcción de la identidad nacional para revisar los este-
reotipos respecto a sus prácticas en la primera mitad del siglo XX —en contraste
con las prescripciones y mandatos del ideal femenino—, y para reflexionar sobre
los sentidos que estas mujeres le atribuían a la patria. En definitiva, este estudio
nos convoca a hacer un esfuerzo por seguir pensando diferentes concepciones
de ciudadanía e identidades en el Estado-Nación, y más aún si las pensamos en y
desde los márgenes.
Fuentes
Impresas
Archivo Provincial de Río Negro (APRN)
Cajas de la Administración, 1922-1932
Archivo Municipal de General Roca (AMGR)
Libros de Actas y Expedientes 1935-1940
Archivo Privado Escuela nº 32. General Roca.
Libro histórico de la escuela
Periódicos y revistas
La Nueva Era (Viedma) 1909-1940.
El Imparcial (Viedma) 1909-1922.
La Voz del Sud (Viedma) 1925-1928.
Flores del Campo (Viedma) 1910.
Archivo Privado del Periódico Río Negro
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