Octubre - Diciembre 2019 Volumen 8 Número 4

Las inteligencias múltiples en educación física:

adaptación para la diversidad

Multiple intelligences in Physical Education: An adaptation for diversity

Olga Malas-Tolsá

Departamento de Pedagogía y Psicología - Facultad de Educación, Psicología y Trabajo Social. (Universidad de Lleida - España). Correo: malas.tolsa@outlook.es

Khaled Malas-Tolsá

Escuela Pompeu Fabra – Anglès (Girona – España) – Correo: kmalas@xtec.cat

Meritxell Ribas-Grèbol

Escuela Les Deveses – Salt (Girona – España) – Correo: mribas87@xtec.cat

Resumen

La adaptación de contenidos a la diversidad es un gran reto para los profesionales de la educación. Algunos autores aconsejan el uso de las inteligencias múltiples para facilitar la adquisición de conocimientos en grupos heterogéneos de alumnos. Por ello, en este traba- jo se analiza su uso para la adquisición de competencias ligadas a la asignatura de educa- ción física en alumnos de primaria, y cómo pueden ser utilizadas para facilitar el aprendiza- je atendiendo a la suma de sus inteligencias, al mismo tiempo que se potencializa el desa- rrollo de habilidades y destrezas ligadas a cada una de ellas.

Palabras clave: educación física, educación especial, educación primaria, educación inclusi- va, inteligencias múltiples.

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Summary

The adaptation of content to diversity is a great challenge for education professionals. Some authors advise the use of multiple intelligences to facilitate the acquisition of knowledge in heterogeneous groups of students. Therefore, this paper analyzes its use for the acquisition of skills linked to the subject of physical education in primary school stu- dents and how they can be used to facilitate learning by attending to the sum of their intel- ligences, at the same time it is empowered the development of skills and abilities linked to each of them.

Key words: Physical Education, Special Education, Primary Education, Inclusive Education, Multiple Intelligences.

Introducción

En 1983, el psicólogo estadounidenses Howard Gardner, procedió a publicar su teoría de las inteligencias múltiples. Los detractores de esta teoría creen que ésta carece de rigor al no ser capaz de explicar científicamente la estructura y funcionamiento de la inteligencia en el comportamiento humano (Bermúdez et al., 2016). Pero nadie pone en duda que uno de los puntos más importantes de la obra de Gardner radica justamente en el hecho de haber establecido una clasificación, lo cual ha permitido el estudio de sus diferentes parce- las y el conocimiento biológico, psicológico y sociológico de las mismas, dónde se originan, cómo evolucionan y qué capacidades reportan al individuo. Es este conocimiento el que ahora permite adaptar los sistemas educativos, con el fin de potenciar al máximo las capa- cidades de aprendizaje de los alumnos.

Desde la fecha en que Gardner publicó su teoría, hasta el momento de hoy, han sido mu- chos y variados los cambios acaecidos en el ámbito educativo y social. Pero, lo realmente importante de estos cambios radica en el reconocimiento de la inteligencia en personas que, de otro modo, solo eran clasificadas como habilidosas. Desde el principio de los tiem- pos, el ser humano ha sido consciente de que las personas presentan diferentes capacida- des, y ha aprovechado aquellas que han sido capaces de manifestarse en los diversos ámbi- tos. La diferencia de antes con ahora, radica justamente en el reconocimiento de esta inte- ligencia (Pozo, 1999). De este modo, aquella persona capaz de diseñar una máquina, de crear una obra literaria o, en general, de conseguir un progreso en cualquier ámbito social o cultural, pasa a ser considerada igual de inteligente que aquella capaz de resolver cálculos matemáticos complejos, o de expresar ideas y pensamientos con fluidez y destreza.

Por otra parte, en esta vida, no todas las personas precisan tener el mismo nivel de habili- dad o la misma capacidad para la resolución de un problema dado, pues posiblemente no lo necesite, o no sea necesario que lo resuelva con la misma eficacia que otra persona. Así,

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por ejemplo, un maestro precisa ser capaz de interactuar con sus alumnos y reconocer sus personalidades y sus estados de ánimo, pero, aunque está bien que sea capaz de interpre- tar un plano, no precisa tener conocimientos como para tener que dibujarlo con la preci- sión que se espera de un ingeniero o arquitecto.

Según la teoría de Gardner, debemos hablar de persona con inteligencia lingüística, lógica- matemática, corporal y cinética, visual y espacial, musical, interpersonal, intrapersonal y/o naturalista, de tal modo que una persona puede presentar una de ellas, o la combinación de varias, hecho que explicaría la diferencia entre sujetos en aquello que afecta a la mani- festación de la inteligencia (Gardner, 1998; Nicholson, K., 1998; Cid et al, 2014). Es por ello que la expresión normalmente utilizada de “persona inteligente”, debe ser revisada y adap- tada a una nueva realidad (Gardner, 2001).

Partiendo de este concepto, vamos a analizar cómo cada una de las inteligencias descritas por Gardner influye en la adquisición de competencias, y cómo podemos utilizarlas para potenciar el desarrollo de las habilidades motrices cinestésico-corporales y de relación con el entorno, en las clases de educación física, y ayudar, a su vez, en la adquisición de habili- dades más propias de otras áreas de la educación, como lingüística, matemáticas, social, natural o artística.

Metodología

El presente texto es resultado de la observación en el campo de la educación física y de la educación especial en centros ordinarios y de educación especial, así como de los conoci- mientos adquiridos tras la lectura de la bibliografía consultada y referenciada al final. La búsqueda de la bibliografía se hace mediante descriptores y fórmulas de búsqueda conte- niendo las palabras: Inteligencias múltiples, Educación Física, Educación primaria, Educa- ción inclusiva, Educación Especial y Evaluación. La revisión sistemática se llevó a cabo a par- tir de las bases de datos Dialnet, Scielo y Redalyc.

Resultados

La última ley de educación en España, indica claramente que la enseñanza debe favorecer el desarrollo integral de la persona, por tanto se debe apostar por la innovación en la línea de entender que la planificación debe prever el trabajo sobre todas las inteligencias (Arms- trong, 2012; Henríquez, 2013; Posada et al., 2016). En la mayoría de las ocasiones, éste es un tema muy complejo, ya que hay áreas del conocimiento que presentan una relación directa y estrecha con una de las inteligencias, y escasa o nula con otras. Por otra parte, como base de partida, para una correcta planificación de las clases con base en las inteli- gencias múltiples, será necesario conocer el perfil individual de nuestros alumnos y el perfil global del grupo clase, para lo cual se precisarán instrumentos de evaluación, escalas de

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medición y ayuda de expertos para hacer una correcta tipificación de casos. Es por ello que, a continuación, se procede a reportar información en torno a estas premisas.

1. La evaluación psicológica

Los primeros instrumentos para evaluar las inteligencias múltiples fueron desarrollados por Gardner et al. (1998), quienes diseñaron la Batería de Aptitudes Diferenciales y Generales, que mide los perfiles cognitivos respecto a inteligencia general, razonamiento analógico, memoria, atención y relaciones espaciales, y 11 actividades que se engloban en el Proyecto Spectrum, para poder efectuar la evaluación.

La Batería presenta el inconveniente de no estar adaptada a la edad intelectual de los alumnos, por lo que años más tarde, Ferrándiz et al. (2004) la adaptaron a la edad de los alumnos, creando la Batería de Aptitudes Diferenciales y Generales A (para Educación Infan- til), y E1 a E5 (para Educación Primaria). Estas baterías de preguntas no están informatiza- das y es conveniente que lo apliquen psicopedagogos. Ferrándiz et al. (2004) proponen efectuar la evaluación de la capacidad intelectual, mediante la Batería de Aptitudes Dife- renciales y Generales BADyG a nivel de centro, como una actividad más dentro del currículo en el aula, durante las clases ordinarias, excepto la evaluación de la Inteligencia Corporal- Cinestésica, que propone llevarla a cabo en el aula de psicomotricidad.

Otra propuesta desarrollada para medir las inteligencias múltiples se basa en el cálculo de la autoeficiencia y los intereses de los encuestados a partir de un Inventario de Autoeficacia para Inteligencias Múltiples, que engloba 8 escalas de intereses, desarrolladas a partir de la teoría cognitivo-social, que define la autoeficacia como la creencia de la persona acerca de sus capacidades para alcanzar determinados niveles de rendimiento, y sus intereses o pre- ferencias por unas actividades frente a otras (Bandura, 1997; Fogliatto & Pérez, 2003). Se- gún Pérez el al. (2003), al considerar que estas autopercepciones de competencia motivan a los individuos a utilizar los conocimientos y habilidades que poseen, dan lugar a que las personas con inteligencia espacial y musical opten por áreas artísticas; las personas con inteligencia naturalista, por áreas de las ciencias naturales; las personas con inteligencia interpersonal, intrapersonal y lingüística, por áreas de las ciencias sociales; las personas con inteligencia lógico-matemática, por áreas de economía y gestión; y las personas con inteli- gencia cinestésica y espacial, por áreas de producción de bienes y servicios. El Inventario de Autoeficacia para Inteligencias Múltiples presenta la ventaja de tener las baterías de cues- tiones informatizadas (Fogliatto & Pérez, 2003), y pueden ser completadas directamente por los alumnos. El mayor inconveniente, para el caso que nos ocupa, es que está desarro- llado para ser utilizados en adolescentes y no en niños.

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2. Inteligencia corporal cinética

La inteligencia corporal cinética capacita al individuo para utilizar el cuerpo en el uso de herramientas, o como una herramienta en sí para expresar emociones, competir o crear. Esta es la inteligencia directamente relacionada con deportistas, bailarines, músicos o arte- sanos, siendo la que les da una habilidad especial para la coordinación y la sincronización del movimiento de forma individual, o en relación al entorno o a los objetos que debe ma- nipular (Gardner, 1998; González & de Rosa, 2015). Para evaluar esta inteligencia, Gardner et al. (1998) proponen una actividad de «movimiento creativo» destinada a valorar las ha- bilidades de sensibilidad al ritmo, expresividad, control corporal, generación de ideas me- diante movimiento y sensibilidad a la música. Es a nivel de aula de psicomotricidad o de educación física, donde se procede, de forma habitual, a evaluar este tipo de inteligencia.

A su vez, el profesor de educación física tiene múltiples herramientas para trabajar la psi- comotricidad en grupos heterogéneos de alumnos. Como sabemos, el movimiento es com- plejo, afecta a diferentes partes del cuerpo de forma aislada o en relación con el entorno, y depende a su vez de la edad y del desarrollo emocional y psicológico de los niños y niñas presentes en la clase, factores que se tienen en cuenta a la hora de desarrollar las planifica- ciones, siendo esta la parte más estudiada y desarrollada dentro de nuestra área de cono- cimiento (Cañabate & Lara, 2015; González & de Rosa, 2015; Salinas & Alvarado, 2015), como se demuestra en los centros de educación especial, donde es habitual utilizar las dife- rentes capacidades para trabajar sobre las habilidades y destrezas motrices.

3. Inteligencia lingüística

Las personas dotadas de inteligencia lingüística tienen una habilidad especial para comuni- carse mediante lenguaje oral, escrito o mediante signos (Gardner, 1998; González & de Rosa, 2015). Por tanto, no debemos caer en el error de pensar que una persona muda ca- rece de inteligencia lingüística. Para evaluar esta inteligencia, Gardner et al. (1998) propo- nen la actividad del «cuenta cuentos» y la del «reportero», destinadas a valorar las habili- dades primarias del lenguaje (narración, interacción con el adulto, investigación, descrip- ción y categorización), las habilidades de narración (estructura narrativa, coherencia temá- tica, uso de voz narrativa, uso de diálogo, secuencias temporales, expresividad, nivel de vocabulario y estructura de la oración), y las habilidades para informar (nivel de andamiaje, precisión del contenido, estructura del argumento, complejidad de vocabulario, nivel de detalles y estructuración de las frases).

El profesor de educación física debe promover el uso de la inteligencia lingüística en todas sus clases, ya que los niños trabajan esta área escuchando, pronunciando, hablando con los demás, reproduciendo verbalmente movimientos o estrategias que se han observado, y organizando escenificaciones (Garaigordobil, 1999; González & de Rosa, 2015).

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4. Inteligencia intrapersonal

También conocida como inteligencia emocional, está ligada a la personalidad y posibilita a quienes la poseen, comprender sus emociones y crear un modelo viable y eficaz de sí mis- mos, lo cual permite al individuo interpretar y orientar su conducta del modo más eficaz en el planteamiento y consecución de las metas del día a día (Gardner, 1998; González & de Rosa, 2015). Para evaluar esta inteligencia, Gardner et al. (1998) proponen la actividad de- nominada «la maqueta de la clase», a fin de valorar las habilidades de conocimiento de uno mismo.

La inteligencia intrapersonal está ligada de forma intrínseca a todas las actividades realiza- das en educación física, donde se trabaja de forma muy especial la capacidad de autosu- peración (Ruiz et al., 2013; Castillo et al., 2015).

5. Inteligencia interpersonal

Se la denomina también como inteligencia social, y permite al individuo interpretar y dife- renciar los estados emocionales de quienes lo rodean. Las personas con elevado índice de inteligencia interpersonal, se hallan especialmente capacitadas para el trato con la gente y el trabajo en equipo (Gardner, 1998; González & de Rosa, 2015). Para evaluar esta inteli- gencia, Gardner et al. (1998) también proponen la actividad «la maqueta de la clase», a fin de valorar las habilidades de conocimiento de uno mismo, pero que sirve, a su vez, para valorar las habilidades de conocimiento de los demás y la asunción y conocimiento de los roles sociales.

El deporte ha sido considerado, desde tiempos antiguos, como un medio para crear lazos y acercar a las personas y a los pueblos, siendo los juegos y los deportes en equipo activida- des especialmente importantes para desarrollar las habilidades y destrezas interpersonales (Bordas, 2015; Borrallo et al. 2015; Cañabate & Lara, 2015).

6. Inteligencia visual y espacial

Se dice que las personas con inteligencia visual y espacial ven en imágenes, perciben colo- res y/o formas con más detalle y precisión que otras personas a través de la visión (o del tacto en el caso de personas ciegas) y capacitan a las personas para el cálculo espacial, la interpretación de mapas y artes visuales en general (Gardner, 1998; González & de Rosa, 2015). Para evaluar esta inteligencia, Gardner et al. (1998) proponen actividades estructu- radas (crear una escultura, dibujar un animal, dibujar una persona y dibujar un animal ima- ginario) a fin de evaluar las habilidades de representación, exploración y talento artístico.

La inteligencia visual y espacial es de vital importancia en nuestra área, pues permitirá al niño o niña ver e imitar los movimientos del profesor y/o de sus compañeros, aprender el modo de manipular objetos, o moverse dentro del campo o de su espacio de trabajo, tanto

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de forma individual como con respecto a sus compañeros o a objetos (Cañabate & Lara, 2015; González & de Rosa, 2015).

7. Inteligencia lógica-matemática

La inteligencia lógica-matemática confiere a las personas una habilidad especial para el cálculo, la resolución de problemas, el razonamiento inductivo y deductivo, y en general aquellas habilidades necesarias para el desarrollo de métodos científicos (Gardner, 1998; González & de Rosa, 2015). Para evaluar esta inteligencia, Gardner et al. (1998) proponen la actividad del «juego del dinosaurio» para las primeras edades, y las actividades del «glo- bo» y el «autobús» para los más mayores. Se sabe que las personas con inteligencia lógica- matemática no siempre están dotadas de inteligencia lingüística, hecho que parece contra- ponerse a los resultados de los test de determinación de coeficiente intelectual clásicos.

La inteligencia lógica-matemática está implicada en muchas actividades llevadas a cabo en las clases de educación física, tales como la representación de información o de estrategias de forma gráfica, la práctica de juegos de estrategia y de lógica, la práctica de actividades, deportes o juegos que comporten causa-efecto y/o tanteo, o el uso de instrumentos de medida para el control de tiempo, distancia, intensidad, fuerza, pulsaciones por minuto y orientación mediante el uso de la brújula, así como el registro de estas mediciones (Cacho, 2013; Noguera et al, 2013; Borrallo et al., 2015; González & de Rosa, 2015).

8. Inteligencia musical

Esta inteligencia capacita a las personas de una habilidad computacional que permite el aprendizaje de la notación musical, y posteriormente capacita para escuchar, cantar y/o tocar instrumentos (Gardner, 1998; Armstrong, 2012; González & de Rosa, 2015). Para eva- luar esta inteligencia, Gardner et al. (1998) proponen la actividad del «canto» que pretende evaluar las habilidades de sensibilidad al tono, al ritmo y la capacidad musical.

La música y la educación física interactúan de forma especial cuando se trabajan activida- des que comportan ritmo, intensidad y/o estructuración temporal, y ayudan a explicar con- ceptos tales como el pulso, el acento o el compás. En educación física, la música se halla especialmente ligada a actividades de psicomotricidad y de expresión corporal por su capa- cidad para estimular emociones, estados de ánimo o sensaciones, así como para crear imá- genes mentales y generar ideas (Nicolás, 2006; Olcina, 2017).

9. Inteligencia naturalista

Esta inteligencia capacita al ser humano para observar la flora y la fauna que le rodea, e identificar a grupos o especies naturales, así como para observar fenómenos físicos y dife- renciarlos entre ellos, pudiendo después utilizar este conocimiento en actividades de su vida diaria. Las personas que poseen una inteligencia naturalista elevada, tienen una gran

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habilidad para cultivar, para comunicarse con los animales, etc. (Gardner, 1998; González & de Rosa, 2015). Para evaluar esta inteligencia, Gardner et al. (1998) propone actividades de descubrimiento o experimentación. A fin de llevar a cabo la evaluación, propone las activi- dades «flotar y hundir» para las primeras edades, y «los objetos flotan y se hunden» y «cómo se organizan las cosas» para alumnos más mayores.

Actividad física e inteligencia naturalista son indivisibles, y la una es consecuencia de la otra recíprocamente. El movimiento y la capacidad de interacción del cuerpo con lo que le ro- dea es consecuencia del instinto de supervivencia del ser humano, del mismo modo que lo es conocer el entorno del cual se pretende obtener alimentos y otros recursos necesarios para vivir, o para la defensa de su integridad física. En educación física, actividades como la natación acercan a niños y niñas al medio acuático, y le enseñan a convivir en él y con él. Otras actividades similares en concepto serían el esquí o la escalada. Los deportes de aven- tura en la naturaleza son el exponente máximo de interacción entre educación física e inte- ligencia naturalista. Sin embargo, también es posible trabajar sobre esta inteligencia me- diante actividades más sencillas, como son los talleres o excursiones que acerquen a los niños y niñas a la naturaleza (Vila, 2017).

Discusión

Son variadas las referencias bibliográficas halladas sobre el uso de las inteligencias múlti- ples en relación con la educación física, y todas ellas apuntan de forma favorable a su uso con el fin de potenciar el desarrollo psicomotriz en niños y niñas de diferentes edades, pero son escasas o nulas las referencias a la práctica de su uso combinado, con el fin de favore- cer el crecimiento personal e intelectual de grupos clase mediante la educación física.

A nuestro entender, es el conjunto de conocimientos aportados el que debe ser aplicado en la práctica diaria de la educación física, a fin de favorecer el desarrollo motriz y otras competencias básicas. Para alcanzar este fin, las diferentes sesiones se deben programar teniendo en cuenta los objetivos y contenidos del currículo, pero si deseamos aprovechar las inteligencias múltiples, será necesario un análisis bajo este concepto y una selección de actividades y herramientas de trabajo que se ajusten a las inteligencias combinadas del grupo de niños y niñas presente en el aula, ya que conociendo el perfil de grupo clase, el desarrollo del trabajo en el aula implicará aprovechar la inteligencia cinético-corporal pro- pia de cada alumno ,y utilizar el resto de inteligencias para alcanzar los objetivos del área al máximo nivel.

Para ello, partiendo de las capacidades propias de cada inteligencia, referenciadas en el apartado de resultados, a la hora de planificar las actividades de cada sesión se deberá te- ner en cuenta las ventajas que aportan cada una de ellas, las dificultadas ligadas a su déficit y las posibilidades de compensación.

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La experiencia indica que la inteligencia lingüística debe ser una de las primeras en ser valo- radas. Se debe tener en cuenta que la educación física es imposible sin la comunicación, pues ella se utiliza para transmitir las instrucciones de trabajo, para discutir las estrategias de juego, etc. Por otra parte, no se debe confundir la capacidad de comunicación, con la capacidad de comprensión, siendo preferible analizar estas habilidades por separado.

El nivel de inteligencia lingüística puede variar mucho de unos alumnos a otros y, al mismo tiempo, también puede variar el nivel dependiendo de la lengua de comunicación utilizada (hablada, escrita, gestual, etc.). Es por ello que, para alcanzar los objetivos, será muy ade- cuado utilizar diferentes estrategias de comunicación. Así, las explicaciones de los ejercicios mediante expresión verbal podrán requerir, a su vez, de una explicación escrita y/o gestual, con lo cual conseguiremos una buena comunicación con aquellos alumnos que tengan un buen nivel de inteligencia lingüística. Para quienes tengan un nivel más bajo, se debe recu- rrir a técnicas de comunicación ligadas a otras inteligencias.

La experiencia en centros de educación especial lleva a recomendar la personificación de los ejercicios junto a la explicación verbal, como base de partida para presentar las activi- dades. También se podrán usar dibujos y pictogramas para comunicarse mejor con quienes tengan un buen nivel de inteligencia visual; o la música para marcar ritmos e intensidad en aquellos que tengan una buena inteligencia musical. De este modo se podrá conseguir que un mayor número de niños y niñas comprendan las bases y los objetivos del juego o ejerci- cio a ejecutar, aumentará su rendimiento, el desarrollo de las habilidades psicomotrices y, al mismo tiempo, facilitará en todos ellos el desarrollo de habilidades ligadas a las otras inteligencias.

Los niños y niñas con elevada inteligencia intrapersonal son buenos analizando sus capaci- dades o limitaciones. Con ellos será muy adecuado hacer actividades como natación, esca- lada, bicicleta, juegos de estrategia por parejas, circuitos de habilidades, etc., donde es po- sible la autoevaluación y plantear conductas de superación personal no dependientes de los demás. Por su parte, los niños y niñas con la inteligencia interpersonal también son buenos analizando sus capacidades y las de los demás, y planteando estrategias de supera- ción, pero precisan de actividades, juegos y deportes grupales, que impliquen interacción con sus compañeros, aburriéndose si han de hacer ejercicios y deportes individuales. Es por ello que, en grupos heterogéneos, será preferible, dentro de una misma clase, plantear ejercicios individuales o por parejas, y ejercicios grupales. Estos últimos nunca podrán ser omitidos ya que, incluso en niños donde el carácter intrapersonal va ligado a una deficien- cia mental, es necesario trabajar las habilidades sociales y eso solo puede hacerse traba- jando en grupo.

Los niños y niñas con una buena inteligencia visual y espacial, serán más hábiles en la prác- tica de juegos, deportes y actividades donde sea precisa la orientación espacio-temporal, es

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decir, localizar e identificar lugares, objetos, apreciar tamaños, formas y colores, hacerse una imagen mental del movimiento o hacer actividades que impliquen seguir un croquis o mapa. Por tanto, con ellos será muy adecuado llevar a cabo actividades físicas tales como las carreras de orientación en el espacio, circuitos de actividades, gincanas, excursiones, etc.

En contrapartida, los niños y niñas con baja inteligencia visual y espacial, tendrán dificulta- des para seguir este tipo de ejercicios. La problemática ligada a alumnos con estas caracte- rísticas es fácilmente apreciable en centros de educación especial y, aunque en menor es- cala, también en centros ordinarios, donde es posible encontrar niños que no son capaces de orientarse en el espacio, se pierden con facilidad y no controlan el paso del tiempo. La cuestión es que la orientación espacio-temporal es una habilidad a trabajar en las clases de educación física, independientemente de las inteligencias propias de cada alumno. Para compensar este déficit, es posible trabajar con el desarrollo de habilidades ligadas a la inte- ligencia matemática y el razonamiento lógico que les permitan plantear e identificar seña- les de orientación; habilidades ligadas a la inteligencia lingüística para leer señales y pre- guntar; y particularmente la inteligencia interpersonal y el desarrollo de habilidades socia- les. Como base de partida, a nivel de la clase de educación física, es muy útil asignarles una persona de referencia, con buena inteligencia visual y espacial, que les guíe durante la eje- cución de las actividades que requieran orientación en el espacio y/o el tiempo.

La inteligencia lógico-matemática es necesaria en todo juego que implique ganar y perder. Así, una partida de ajedrez o un simple partidillo de futbol implican un ejercicio de estrate- gia y desarrollar de forma continua soluciones tácticas, lo cual está directamente ligado con la inteligencia lógico-matemática. Un buen nivel de esta inteligencia hará que sean hábiles a la hora de llevar el tanteo del partido, controlar el tiempo de juego, o medir el número de pulsaciones por minuto una vez finalizado. Quienes tengan un bajo nivel de esta inteligen- cia, podrán recurrir a habilidades ligadas a la inteligencia lingüística, como puede ser anotar los datos de un modo sistemático y para hacer un correcto seguimiento, de modo que las actividades de educación física planteadas no se resientan.

Por su parte, la inteligencia musical dotará a los niños y niñas que la posean para la ejecu- ción de ejercicios que impliquen ritmo, intensidad y/o fuerza. Destacarán en ejercicios con música, como la danza y el baile, o en juegos o marchas a los que se acople una canción que marque el ritmo. Niveles bajos de esta inteligencia les restarán habilidad en las activi- dades mencionadas, pero no dificultarán el trabajo de las habilidades motrices.

Con respecto a la inteligencia naturalista, podemos hacernos eco de Vila (2017), quien pro- pone actividades como la natación, el esquí, la escalada y los deportes de aventura en ge- neral, sin olvidar talleres o excursiones que acerquen a los niños y niñas a la naturaleza. Tomando esto en consideración, en la adaptación de las actividades es posible proponer el

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traslado de la zona de trabajo a un entorno más natural que el patio del colegio, ya que ello facilitará la ejecución de las actividades los niños y niñas en los que predomine la inteligen- cia naturalista, pues se ha comprobado que trabajan mejor en este entorno.

Conclusiones

La educación física se caracteriza por favorecer el desarrollo de diferentes ámbitos en la vida del niño, desde su motricidad hasta su personalidad, su capacidad de relación con las personas y el entorno, su capacidad de autosuperación, etc., así como también por utilizar, de forma intrínseca, el conjunto de habilidades y destrezas propias de las diferentes inteli- gencias en la ejecución de sus ejercicios, juegos y actividades. Es esta característica tan es- pecial la que, bien utilizada, nos puede permitir potenciar el aprendizaje de aquellas habili- dades para las cuales el individuo está especialmente dotado, por el hecho de haber nacido con la inteligencia necesaria para ello, y al mismo tiempo facilitar el desarrollo de habilida- des y destrezas propias de las inteligencias en las que no destacan, lo cual repercutirá en el desarrollo integral de cada uno de ellos.

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ISSN: 2322-9411 2019 Volumen 8 Número 4