Doble calzada las Palmas: Deficiencias técnicas y accidentalidad
Resumen
Uno de los principales retos que ha afrontado la ingeniería civil antioqueña es la comunicación entre los Valles de Aburra y San Nicolás por tres simples razones: Es la salida terrestre de Medellín hacia la ciudad de Bogotá y hacia el Aeropuerto José María Córdoba. Además, el Valle de San Nicolás es un área de expansión industrial y poblacional estratégica para afrontar los problemas urbanísticos que aquejan la ciudad de Medellín y el Valle de Aburrá. Ante estos retos, la ingeniería antioqueña ha ejecutado diferentes tipos de obras de infraestructura que no han podido solucionar de una manera definitiva el problema de tiempo y seguridad en el recorrido que genera el sistema montañoso que divide ambos Valles. De los cuatro ejes viales que mayor tránsito movilizan entre Medellín y Rionegro, sólo dos presentan una sección en doble calzada (Autopista Medellín Bogotá y Doble Calzada Las Palmas) y los dos restantes (Vía Medellín – Santa Elena – Rionegro y Vía el Escobero) corresponden a calzadas sencillas bidireccionales con un pobre diseño vial en todos sus componentes (horizontal, vertical y transversal) que “metro a metro” representan un alto riesgo para la vida de los conductores que se atreven a utilizarlas. Sin embargo, el problema que parecía haberse resuelto con la construcción de las dos dobles calzadas resultó insatisfecho en virtud de la construcción de un corredor adicional (Túnel Aburrá Oriente) en el que muchos habitantes del Valle de Aburra estamos depositando nuestra confianza para que de un punto final al problema de antaño que se ha convertido en un “dolor de cabeza” para nuestra ingeniería. Sin embargo, no deja de ser llamativo que la trayectoria que resuelve el Túnel sea similar a la trayectoria que supuestamente había resuelto la Doble Calzada que es objeto de discusión en este documento.