Palabras desde la periferia
Palabras clave:
.Resumen
Hace algún tiempo dije en este mismo escenario, que veo en la periferia, en esas zonas apartadas, cinturones que rodean la ciudad, ciudad también ellos, la posibilidad creativa y cambiante de la vida y de resistencia frente a los sistemas de control que buscan la homogeneidad de los individuos, la pérdida de sus singularidades y de sus diferencias y quieren imponer a toda costa nuestra obediencia y sumisión; mas, debo agregar hoy, que en esas zonas neutras e indecisas veo también los gestos, símbolos, que acusan nuestra agonía y denuncian la peligrosa y honda tensión que la marginalidad y la exclusión de esos barrios y de las personas que allí habitan están produciendo y las consecuencias que se comienzan a sentir en la cuidad de la que son excluidos y en la cultura de la que no se benefician prácticamente en nada. La tensión que allí se manifiesta posee, pues, una doble dirección en la búsqueda de su apaciguamiento: aquella que se resiste a todas las formas de control, que se mueve en dirección a nuevas formas de expresión y a otros modos y modulaciones de vida diferentes a aquellos que se postulan como ideales, y/o la asunción extrema de esos ideales y de esas formas de vida de la cual son excluidos y, cuyo efecto produce su erosión, su falseamiento. Así, aquellos valores que la cultura postula como ideales y aquellos que en realidad se viven tras la apariencia de esa idealidad, son llevados al extremo y expresan una realidad que casi siempre está escondida, intencionalmente ocultada y dolorosamente negada. Aquellas formas extremas que observamos en esos seres excluidos, seres arrancados de todo y sumidos en el total desamparo y orfandad constituyen la expresión de los asuntos que en la cultura se están generando, que los seres humanos están viviendo, y señalan las direcciones de un porvenir al que no podemos cerrar los ojos. Así pues, es importante tener en cuenta ambas direcciones y al considerarlas, partir del principio del extremo o los extremos que las producen, que las empujan, que las agobian. Y asumir, igualmente, que las experiencias y los fenómenos sociales y culturales que nos vienen desde la marginalidad y la exclusión no nos son ajenos y nombran asuntos que se mueven en el ámbito oscuro de la cultura y de la historia y señalan los quiebres y las rupturas por donde se desangra el sentido de la vida, su dignidad.