Amanecer en el Valle del Sinú
Abstract
Nota del traductor:
Este poeta no necesita mayores presentaciones. Tan legendaria su vida como su muerte, vivió en Cereté y falleció en Cartagena, sin existir, al principio, una separación entre su realidad y su poesía y, al final, manteniendo una total incongruencia entre ambos seres, como si la realidad quisiera devorar, engullir y digerir la poesía hasta cagarla, deformarla, destruirla.
De la belleza —usualmente femenina—, sabida con altivez casi mayestática o insinuada con inocencia casi núbil, se dice a modo de paródica suposición: «demás que caga flores»; pero la poesía de Jattin ciertamente germinó rosas de las heces de su día a día, preso de una paradoja entre el ostracismo y el amor, un anacoreta en medio de la urbe. La poesía y el amor terminaron por hacer de él un hombre despreciable y peligroso.
Se espera que una traducción para medios en español —como este— sea, pues, de una lengua foránea a nuestra lengua, del inglés al español, por ejemplo; mas en una de esas consideré que sentía un tanto oxidado mi inglés y que no sería mal ejercicio jugar con el origen y el destino de la traducción, invirtiéndolas; así que para practicar un poco y salir de la monotonía, pero también con la intención de difundir y discutir obras colombianas, me decidí a traducir unos breves textos del Coloso de Cereté a mi segunda lengua: algunos de sus textos más quemados —pero igual, innegablemente bellos— para ir soltando los dedos; y otros no tan repetidos pero que de igual manera delatan el gran amor que sentía por la vida y la irónica tragedia que acompañó constantemente la suya.
Procuré respetar la disposición de las palabras, los renglones y la sustracción de puntuaciones expuesta en el sencillo pero hermoso tomo de Amanecer en el Valle del Sinú, antología publicada por el Fondo de Cultura Económica y seleccionada y prologada por nada menos que Carlos Monsiváis.