Transferencias: de lo cotidiano al arte, del arte a lo cotidiano

Abstract

Ante la crisis de las grandes exposiciones internacionales, la Octava Bienal de la Habana, a finales de 2003, planteó la descentralización del evento y el desarrollo de modalidades artísticas vinculadas con acciones interdisciplinarias, con el fin de involucrar más directamente a las comunidades y barrios de la Habana. Así, el propósito de la Bienal fue el de crear un espacio transitorio donde, en una fusión utópica, se superará la antinomia arte -vida, apartir del interés en las experiencias de la cotidianidad. El resultado fue una revitalización de un arte realizado a partir de la idea del readymade. Un problema tan complejo como los deslizamientos y transferencias entre el arte y la vida no puede resolverse en los límites propios de un evento como la Bienal; pero de ella se desprende un diagnóstico que revela cómo los artistas parecen aferrarse a procesos ya explorados desde la época conceptual más que engendrar nuevas estrategias.