“Por esos pelaos también ha llorado Urabá”

Resumen

La zona agroindustrial del Urabá Antioqueño, además de ser productora de banano, ha sido despensa, desde hace mucho tiempo, de eximios futbolistas que le han hecho el quite a la adversidad. En medio de aquel paradójico panorama donde conviven la riqueza de unos pocos y la incertidumbre de muchos, el futbol se ha tornado esperanza de vida. Entre 1997 y 1998, el periodista Carlos Mario Correa viajó a la zona, escuchó y compartió con los jóvenes sus anhelos. Luego viajó con ellos a Medellín y se enteró de sus metas, de sus luchas. Aunque ha pasado varios años, la historia que Carlos Mario cuenta aquí, sigue siendo la misma historia de tantos muchachos que comparten el mismo sueño. El futbol les posibilita la esperanza a muchos ellos, y entonces cuando estos chicos acarician la gloria – así sea efímera-, los rostros vuelven a estar llorosos, sólo que en esta vez no es por la muerte y la desesperanza causada por la violencia. Están conmovidos por la alegría. Gracias al futbol, por estos pelaos que han ganado el partido de las adversidades, también ha llorado a Urabá.