En 2015 la Universidad de Antioquia le otorgó el doctorado honoris causa en Ciencias Sociales a la profesora María Teresa Uribe de Hincapié, docente investigadora en la Alma Máter durante cuatro décadas.

En ese periodo, la Maestra —como la reconocen sus pares y alumnos— hizo despliegue de una enorme capacidad de trabajo para auscultar las raíces de la conflictiva vida republicana de Colombia y dar pistas para entender nuestro presente como país y como nación.

Hace cuatro años, a propósito del honorífico título concedido, la revista Debates volvió sobre el pensamiento y la obra de la profesora y en la presente edición hace lo propio, como un tributo a la prominente socióloga fallecida en enero de 2019, quien a lo largo de su magisterio supo encaminar a varias generaciones en las ciencias sociales, en la ciencia política y en la historia.

De esta manera, su legado pervivirá en sus notas de clase y las publicaciones, pero también en quienes supieron nutrirse de su savia intelectual para, como ella, prodigar interrogantes y ensayar respuestas sobre nuestras inquietantes realidades, tan cruzadas por las disputas por el poder, por los territorios, por la riqueza y la visión de mundo.

Por eso, una parte de las páginas de este número rinden tributo a la profesora Uribe de Hincapié con textos que, al evocar la figura de la Maestra, relievan las cuestiones y las problemáticas que siempre fueron el centro de sus preocupaciones y refinadas elaboraciones, y que perviven a pesar del paso del tiempo.

Frente al delito los colombianos perdimos hasta la capacidad de indignarnos, “último reducto ético que tiene el individuo”, describió la maestra María Teresa Uribe de Hincapié en una Columna publicada en El Colombiano en 1986 la cual replicamos en esta edición. Parece que, aunque ha corrido mucha agua desde la publicación de aquella columna, la lucha por recuperar esa dignidad es todavía un asunto pendiente.

La maestra fue una luz intelectual que nos ayudó a reconocernos en nuestra historia, en nuestros desencuentros, impulsos y vacíos que atraviesan por completo la vida cotidiana, repleta de nimiedades, hasta la vida nacional con sus macro decisiones.

En esta edición la maestra nos invita a pensar lo que sentimos, como país, ante nuestros muertos, aquellos que seguimos enterrando en silencio y olvidándonos de ellos “por el afán del diario vivir”.

También con el propósito de reconocer su legado y los aportes en el campo de la antropología y a la vida de muchos antropólogos, la revista reseña las palabras elocuentes con las que una colega elogia la vida y obra del profesor Robert VH Dover, quien murió en diciembre de 2018.

En un segundo apartado, la revista invita al lector a profundizar, de la mano de connotados expertos, en el panorama actual de asuntos tan cruciales para la sociedad colombiana como la educación superior y la democracia.

En esta edición también se aborda la discusión jurídica, política y medio ambiental alrededor de las consultas mineras y el modelo extractivista en municipios y entidades territoriales, lo que necesariamente redunda en el debate alrededor de la relación entre el Estado y la sociedad civil.

Además, cerramos con una pertinente reflexión alrededor de la inquietud de si hay o no una “masacre” contra los líderes sociales en Colombia. El autor, cuyo perfil exponemos en nuestra contraportada, es el periodista Esteban Tavera quien representa una nueva generación de estudiosos del país, aquellos que han recogido directa o indirectamente el saber de otros grandes académicos como la maestra María Teresa, quien refleja en nuestra portada el rigor y la serenidad de quienes han recorrido por décadas el camino del saber nacional y nos permiten entenderlo.