La salud pública como disciplina científica: fundamento para los programas de formación académica

Autores/as

  • Alvaro Cardona
  • Alvaro Franco G

DOI:

https://doi.org/10.17533/udea.rfnsp.511

Palabras clave:

Doctorado en salud pública, disciplina científica

Resumen

En este artículo se argumenta que los programas de doctorado en salud pública que se desarrollen en las universidades del país deberán fundamentarse en la consideración de la salud pública como una disciplina científica. Se sustenta que como tal, esta tiene definido su objeto de estudio, dispone de un conjunto de teorías y procedimientos metodológicos para orientar y realizar sus investigaciones y está permanentemente dispuesta a la incorporación de nuevos hallazgos. Se señalan algunos hitos históricos en el proceso de conformación de la salud pública como disciplina científica y se proponen los temas esenciales alrededor de los cuales deben estructurarse los programas académicos de doctorado en esta área del conocimiento.

|Resumen
= 890 veces | PDF
= 177 veces|

Descargas

Los datos de descargas todavía no están disponibles.

Biografía del autor/a

Alvaro Cardona

Profesor Facultad Nacional de Salud Pública

Citas

(1). Colombia. Presidencia. Colciencias. Consejería Presidencial para el Desarrollo Institucional. Colombia: al filo dela oportunidad. Bogotá: Presidencia de la República;1995. 7 v.

(2). Colombia. Congreso de la República. Ley 30 de 1992, 28de diciembre, por la cual se organiza el servicio público dela educación superior. Bogotá: El Congreso; 1992.

(3). Foucault M. Saber y verdad. Madrid: Ediciones de la Pi-queta; 1991.

(4). Foucault M. Las palabras y las cosas. México: Siglo XXI;1978.

(5). Gómez R. Racionalidad: epistemología y ontología. En:Olivé L. (ed.). Racionalidad epistémica. Madrid: Trotta;1995. p. 26.

(6). Pérez AR. Modelos de cambio científico. En: Moulines U.(ed.). La ciencia: estructura y desarrollo. Madrid: Trotta;1993. p. 68.

(7). García Galló GJ. Como abordar y resolver los problemasfilosóficos en las ciencias particulares. En: Filosofía y medicina. La Habana: Editorial Ciencias Sociales; 1987.

(8). Bunge M. La ciencia, su método y su filosofía. BuenosAires: Siglo Veinte; 1978.

(9). Skinner BF. Ciencia y conducta humana. Barcelona: Fon-tanella; 1974.

(10). Acheson D. Report of the committee of inquiry into thefuture development of the public health functions andcommunity Medicine. London: HMSO; 1988.

(11). Molina G. Introducción a la salud pública. Medellín: Uni-versidad de Antioquia; 1978.

(12). Álvarez-Dardet C. Proyecto docente-investigador. Alicante: Universidad de Alicante; 2001.

(13). Franco A. La salud pública: ciencia en construcción. RevFac Nac Salud Pública 1999;17(2):41-55.

(14). Frenk J. La salud de la población: hacia una nueva salud pública. México D.F.: Fondo de Cultura Económica; 1994.

(15). Cardona A. 150 años de la primera ley de salud pública enel mundo. Rev Fac Nac Salud Pública 1999;16(2):68-81.

(16). Hamlin C. Public health and social justice in the age ofChadwick Britain, 1800-1854. New York: Cambridge University; 1998.

(17). Marset P, Sáez JM. La evolución histórica de la salud pú-blica. p. 1-24. En: Martínez F, Antó JM, Castellanos PL,Gili M, Marset P, Navarro V. (eds). Salud pública. Madrid:McGraw Hill; 1988.

(18). Rodríguez Ocaña, E. Por la salud de las Naciones: higiene,microbiología y medicina social. Madrid: ediciones Akal;1992. p. 7-57. (Historia de la Ciencia y de la Técnica, No.45).

(19). Rodríguez Ocaña E. y Molero J. La cruzada por la salud.Las campañas sanitarias del primer tercio del siglo XX enla construcción de la cultura de la salud. En: Montiel L.(Comp.) La salud en el Estado de bienestar. Madrid: Edi-torial Complutense; 1993. p. 135.

(20). Cardona A. La salud pública en España durante el TrienioLiberal: debates ideológicos e iniciativas políticas. Madrid; 2002. Tesis doctoral. Universidad Complutense deMadrid. Facultad de Medicina. Departamento de Medici-na Preventiva y Salud Pública.

(21). La Berge AF. The early nineteenth-century French publichealth movement: the disciplinary development and institutionalization of hygiène publique. Bull Hist Med1984;58(3):363-379.

(22). La Berge AF. Mission and method. The early-nineteenth-century french public health movement. New York: Cam-bridge University; 1992. p. 283-315. DOI: https://doi.org/10.1017/CBO9780511529245

(23). Brundage A. England’s “Prusian Minister”. EdwinChadwick and the politics of government growth, 1832-1854. University Park, PA: Pennsylvania State Univer-sity; 1988.

(24). Ringen K. Edwin Chadwick, the market ideology, and sa-nitary reform: on the nature of the 19th century publichealth movement. Int J Health Serv 1979;9(1):107-120. DOI: https://doi.org/10.2190/LR4G-X2NK-9363-F1EC

(25). San Martín H. et al. Salud, sociedad y enfermedad. Estudios de epidemiología social. Madrid: Ciencia 3; 1986.

(26). Cardona A. 2002. Op. cit. p. 272, 279.

(27). Sigerist HE. Medicina socializada. p. 177-188. En: Historiay sociología de la medicina. Bogotá: Federación Colom-biana de Asociaciones de Salud Pública; 1974.

(28). Rosen G. A history of public health. New York: MD Publi-cations; 1958. p. 403, 445. DOI: https://doi.org/10.1037/11322-000

(29). Porter D. The history of public health: Current Themesand Approaches. Hygiea Inter 1999;1(1):9-21. (Revista elec-trónica). [Sitio en internet]. Disponible en: http://www.ep.liu.se/ej/hygiea/. Consultado: julio de 2000. DOI: https://doi.org/10.3384/hygiea.1403-8668.00119

(30). Pinell P. Un asunto de Estado: higiene y control de los“salvajes del interior”. La Recherche Supplément La santé et ses métamorphoses 1995;281:20-23.

(31). Organización Mundial de la Salud. Carta de Ottawa. Primera Conferencia Internacional sobre Promoción de laSalud. Ottawa. Canadá, 17-21 de noviembre de 1986. On-tario: OMS; 1986.

(32). Organización Mundial de la Salud. Declaración de la Segunda Conferencia Internacional sobre Promoción de la Salud. Recomendaciones de Adelaida. Políticas Públicas para la Salud. Adelaida, Australia: OMS; 1988. [Sitioen internet] Disponible en: http://promocion.salud.gob.mx/adelaide.html. Consultado: 24de octubre de 2002.

(33). Organización Mundial de la Salud. Declaración de Sunds-vall. Entornos propicios para la salud. Declaración de la Tercera Conferencia Internacional sobre Promoción dela Salud. Sundsvall, Suecia: OMS; 1991. [Sitio en internet] Disponible en: http://promocion.salud.gob.mx/sudsvall.html. Consultado: 24 de octubre de 2002.

(34). World Health Organization. The Jakarta declaration onleading. Health promotion into the 21st century. HealthPromot Int 1997;12:261-264. DOI: https://doi.org/10.1093/heapro/12.4.261

(35). Winslow C-EA. The conquest of epidemic diseases. (Edi-ción facsimilar de la primera edición de 1943). New York:Hafner; 1967.

(36). Marín JM. Fortalecimiento de la función rectora de las autoridades sanitarias en las reformas del sector de lasalud. Rev Panam Salud Pública 2000; 8(1-2):21-32. DOI: https://doi.org/10.1590/S1020-49892000000700006

(37). Labonté R. Liberalization, health and the World Trade Or-ganization. J Epidemiol Community Health 2001; 55:620 –621. DOI: https://doi.org/10.1136/jech.55.9.620

(38). Franco A. Globalizar la salud. Gac Sanit 2003;17(2):157-163. DOI: https://doi.org/10.1157/13046574

(39). Organización Mundial de la Salud. Macroeconomía y salud: invertir en salud en pro del desarrollo económico.Informe de la Comisión sobre Macroeconomía y Salud.Ginebra: OMS; 2002. p. 23-113.

(40). Navarro V. Health and equity in the world in the era of“globalisation”. Int J Health Serv 1999;29:215-226. DOI: https://doi.org/10.2190/MQPT-RLTH-KUPJ-2FQP

(41). Cardona A. El Estado en la historia de la salud pública. En:Universidad de Antioquia. Facultad Nacional de SaludPública. Congreso Internacional Salud para Todos. Desarrollo de Políticas en Salud Pública para el siglo XXI [vi-deograbación]. Medellín: Facultad Nacional de Salud Pública; 1999.

(42). Pellegrini A, Almeida-Filho N, Trostle J. La investigaciónde la salud en América Latina y el Caribe: tendencias ydesafíos. P. 64-73. En: Sánchez D, Bazzani R, Gómez S.(eds.). Prioridades en la investigación de la salud colecti-va en América Latina. Montevideo: Trilce; 1998.

(43). García JC. Medicina y sociedad: las corrientes de pensamiento en el campo de la salud. Educ Méd Salud1983;17(4);363-397.

(44). Álvarez-Dardet C. ¿Qué es lo novedoso en la nueva saludpública? Jano 1994; 46(1067):39-42.

(45). Asthon J, Seymour H. La nueva salud pública. London:Masson; 1988.

(46). Fleury S. Estado sin ciudadanos. Seguridad social enAmérica Latina. Buenos Aires: Editorial Lugar; 1997.

(47). Baum F. Health, equity, justice and globalization: somelessons from the People’s Health Assembly. J EpidemiolCommunity Health 2001;55(9):613-616. DOI: https://doi.org/10.1136/jech.55.9.613

(48). Fee E, Brown TM. Why history? (Editorial). Am J PublicHealth 1997;87(11):1763-1764. DOI: https://doi.org/10.2105/AJPH.87.11.1763

(49). Perdiguero E, Bernabeu J, Huertas R, Rodríguez-Ocaña E.History of health, a valuable tool in public health. J Epide-miol Community Health 2001;55(9):667-673. p. 668. DOI: https://doi.org/10.1136/jech.55.9.667

(50). Cardona A, Huertas García-Alejo R. Neoliberalismo, con-diciones de vida y salud. Papeles FIM (2ª época) 2000;15:67-80.

(51). McLuhan M, Powers BR. La aldea global. México D.F.:Gedisa; 1991.

(52). Castells M. La sociedad red. Madrid: Alianza Editorial;1998.

(53). Franco A, Álvarez-Dardet C, Ruiz MT. Effect of democracy on health: ecological study. BMJ 2004;329(7480):1421-1423. DOI: https://doi.org/10.1136/bmj.329.7480.1421

(54). Habermas J. Teoría de la acción comunicativa. Madrid:Taurus; 1987.

(55). McMichael AJ, Beaglehole R. The changing global context of public health. Lancet 2000; 356(9228):495-499. DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(00)02564-2

(56). McMichael AJ, Haines A. Global climate change: the po-tential effects on health. BMJ. 1997;315(7111):805-9. DOI: https://doi.org/10.1136/bmj.315.7111.805

(57). Martens WJ, Niessen LW, Rotmans J, JettensTH, McMi-chael AJ. Potential impact of global climate change ofmalaria risk. Environ Health Perspect 1995; (103):458-464. DOI: https://doi.org/10.1289/ehp.95103458

(58). Barberia L, Castro A, Farmer C, Farmer P, Gusmao R, KimJY. et. al. Reunión de consulta de expertos sobre el impacto de las reformas del sistema de salud en el control yprevención de las enfermedades infecciosas en AméricaLatina y El Caribe. La Habana: OPS/OMS; 2002. p. 15.

(59). Pearce N. Traditional epidemiology, modern epidemiolo-gy and public health. Am J Public Health 1996;86(5):678-683. DOI: https://doi.org/10.2105/AJPH.86.5.678

(60). Susser M. Does risk factor epidemiology put epidemiology at risk? Peering into the future. J Epidemiol CommunityHealth 1998;52(10):608-611. DOI: https://doi.org/10.1136/jech.52.10.608

(61). Susser M., Susser E. Choosing a future for epidemiology.(I. Eras and paradigms; II. From black box to chinese boxesand ecoepidemiology). Am J Public Health 1996;86(5):668-677. DOI: https://doi.org/10.2105/AJPH.86.5.674

(62). Weed DL, Mink PJ. Roles and responsibilities of epidemiologists. Ann Epidemiol 2002;12(2):67-72. DOI: https://doi.org/10.1016/S1047-2797(01)00302-7

(63). Morín E. Introducción al pensamiento complejo. Barcelo-na: Gedisa; 1998.

Descargas

Publicado

2009-02-03

Cómo citar

1.
Cardona A, Franco G A. La salud pública como disciplina científica: fundamento para los programas de formación académica. Rev. Fac. Nac. Salud Pública [Internet]. 3 de febrero de 2009 [citado 22 de enero de 2025];23(2):1-8. Disponible en: https://revistas.udea.edu.co/index.php/fnsp/article/view/511

Número

Sección

Opinión

Artículos más leídos del mismo autor/a

1 2 > >> 

Artículos similares

También puede {advancedSearchLink} para este artículo.